martes, 9 de noviembre de 2010

1774.- MARCOS RICARDO BARNATÁN


Marcos Ricardo Barnatán es un escritor argentino nacido en Buenos Aires en 1946, en el seno de una familia sefardita de origen hispano-sirio. Realizó sus primeros estudios y cursó Filosofía y Letras en su ciudad natal. En 1965 fijó su residencia en Madrid, aunque realiza frecuentes viajes a Argentina, Francia e Israel. Colabora habitualmente, en calidad de crítico literario en las principales revistas españolas e hispanoamericanas.
En 1971 publicó su primera novela, El laberinto de Sión, a la que siguieron Gor (1973), Diano (1982), y Con la frente marchita (1989). Sus narraciones completas integran La República de Mónaco (Seix Barral, 2000).
Su poesía, que comparte los planteamientos de los novísimos y en la que las referencias a la cábala y a la cultura judía son una constante, resulta un personal hallazgo donde se entrecruzan la tradición castellana y las literaturas europeas en sus tendencias más cosmopolitas. Su obra poética se haya reunida en El oráculo invocado (1984), El techo del templo (1999) y Consulado general (2000)
Entre sus ensayos destacan La Kábala (1974) y Borges, biografía total (1996).


WEB DEL AUTOR: LA MONEDA DE HIERRO


ARTE POÉTICA

By this, and this only, we have existed.
T .S. ELIOT
La letra más que marcar llamea
Desgarra la esteparia faz del papel
Para ser cuerpo en el tiempo
Madura gacela palpitante.

Un silencio transparente hiere
Es el blanco vacío derramado
El rayo que en vano nombra.

Ahora el fuego ha encendido luces
Para dar significado al eclipse
y desvelar el misterio escrito.

La torpe oscuridad se fatiga.
Siete veces el esplendor dará batalla.
Y la vida y la muerte serán del poeta.

El oráculo invocado, 1965-1983.








EL LUGAR DEL POEMA

No está el poema
Más allá de la palabra
Lo encierra el fuego del verbo
Late en el rayo violáceo que recibimos
Para ablandar la noche
Para entender la oscuridad del mundo.

En los arduos cristales del silencio
Brotó la rosa y nos dio la vida
El alto poder de poder nombrarla.

No está el poema
Más allá de la palabra
Se forja como el hierro y es ceniza
Aún caliente en el hueco de la tierra.

Está vivo en la letra que sangra
Estampado en nuestra memoria plural
Y el aire sabe arrastrarlo como un astro fugaz
Mostrando su bifronte cuerpo hecho
De gozo y de doliente despedida.

Somos los que se van.
Quizás sólo somos agua y tiempo
Y lenguaje.

Consulado general, 2001.








SIETE ENIGMAS DE ABRAHAM BAR NATHAN DE LUNEL
I

Agazapada entre los sepulcros:
La sierpe, que pica sin hacer ruido.

II

Letras de fuego besando la piedra
Advierten al que busca tu saqueo:
Los sabios salvan la ciudad del furor.

III

Y el hombre arrojará lejos de sí
Los ídolos de oro y las estatuas de plata:
Los topos y murcielagos que adoraba.

IV

Soñasteis borrar el Nombre:
La maldición será vuestra herencia.

V

Alabadlo con la cítara y con el salterio.
Alabadlo con bocina y con trompetas.
Alabadlo con la oración del silencio.

VI

Un Ángel te protegerá del dragón nocturno.
Su espada de guerra cantará en su cabeza
El implacable son de su temible filo.

VII

Soy hijo del que da y nieto de los que desean.
Mi nombre, mi corazón y mi carne anhelan
La dicha de los que son huéspedes del Atrio.

Este poema pertenece al libro
"Consulado General" (Tusquets Editores, Barcelona, 2001).







ALEJANDRA PIZARNIK VIVE EN LA CALLE MONTEVIDEO

Es grís arena la tarde argentina,
Y hay ceniza en el aíre húmedo de su escalera.

Es un mes de vahos y de otoños,
Un día sin fecha del sesenta y nueve.

Cuatro mujeres hablan de muñecas,
Tras un ventanal que empaña el horizonte.

La ciudad es azotea y bruma,
Pero también es fulgor de vela,
Mantel de hilo para el té y tinta china.

Soy el soldado rubio que trae poemas
A la calmada mesa de las niñas,
El intruso que aceptan subterráneas,
Sin renunciar a su caliente juego.

Y en ese gris de plata yerma había
Anillos claros en los sabios dedos.
El ojo azul, la estrella en el espejo,
Y un temblor de muerte casi de vida.


Nota del Autor
En el otoño austral de 1969 visité el departamento que Alejandra Pizarnik tenía en la calle Montevideo de la ciudad de Buenos Aires. Le llevé un ejemplar de "Los pasos perdidos" y tomamos un té en compañia de la tambien poetisa Luisa Futoransky y dos amigas más cuyos nombres he olvidado. Veinticuatro años después he vuelto a pasar delante de ese edificio grís y escribí este poema.

Publicado en "Consulado General" Tusquets Editores.Barcelona,2001.







DE " EL TECHO DEL TEMPLO"

Estos poemas están extraídos de mi antología "EL TECHO DEL TEMPLO" publicada en la colección La Rama Dorada de Huerga & Fierro Editores, en Madrid en 1999.
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Heráclito Porteño (84b)

Qué opio laburar siempre para el mismo tipo, sin poder decir ni pío.

*

La muerte del Dragón

Sólo tras un pantagruélico banquete
En el que no falte el pescado y el dulce vino
Debilitarás al saciado dragón:
La lanza del dios de la Tempestad
Traerá la lluvia.

*

Error medico.

Irineo Funes murió en 1889, no de una congestión pulmonar como se creyó durante algún tiempo, sino de una enfermedad descrita por el doctor Alois Alzheimer.

*

Oído a Tomás Segovia.

El Paraíso está lleno de serpientes.

*

Página cambiada.

¿Estamos escritos en la página adecuada?
Mi nombre y el tuyo
En el Libro del Destino.

*

Respuesta

Veré lo que puedo hacer por usted.

*

Marduk de Babilonia

Llevo el nombre de Marduk
El que luchó contra Tiamat
Y construtó el cosmos del caos.

*

Hotel Savoy

No es una caja fantasmal de Joseph Cornell.
No es una novela de Joseph Roth.
No es un nostálgico letrero de la calle Callao.
Sólo es el lugar de un sueño que inquieta la noche

*

La última casa.

Si no creyera más en la tierra
Que en la caliente caricia del fuego
Eligiría para mis huesos últimos
Una urna china en forma de casa.

*

El alma que canta.

La música está siempre presente en toda evocación
de la ciudad de mi infancia. Quizá mi verdadera patria.

*

Imaginado en Abraham Bar Nathan de Lunel

No importa que no recites la plegaria.
Ni siquiera importa que sepas las palabras de la plegaria.
Si sabes que la plegaria existe, ya basta.
Para Dios es suficiente.

1 comentario:

  1. Quizás somos sólo agua y tiempo/ Y lenguaje. recibe ud. Marcos, un saludo desde Maimi.

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