sábado, 11 de septiembre de 2010

996.- ARJEN DUINKER


ARJEN DUINKER nació en Delft, Holanda, en 1956. Estudió psicología y filosofía. Ha publicado una novela y ocho volúmenes de poesía en los Países Bajos. Uno de sus poemas fue traducido a 220 idiomas diferentes para un proyecto titulado “World Poem” (Poema Mundial). Actualmente, en conjunto con el artesano del vidrio Bernard Heesen y la diseñadora gráfica Désirée Achterkamp, trabaja en la elaboración del diccionario enciclopédico “The World of The Glassblower” (El Mundo del Soplador de Vidrio). Igualmente, tiene unos proyectos de colaboración con el poeta chino Yang Lian. Cuando se publicó “Rode Oever”, su primer volumen de poesía, fue inmediatamente evidente que había surgido un poeta que no había sido cortado, o no quería serlo con el molde de otros poetas holandeses. El volumen incluyó algunos poemas que parecían ser poco más que descripciones unidimensionales de la realidad. Algo que Duinker hizo con tal equilibrio que la pregunta inevitable del postmodernismo se hacía completamente superflua. ¿Qué realidad? Sólo la realidad. Desde el principio la poesía de Duinker se ha ocupado de la realidad de las flores, piedras, montañas, lluvia, viento, hiedra, ríos, en fin, la realidad de las cosas como entes autónomos separados. Es decir, la existencia de todas esas cosas con independencia del hombre, del pensamiento demasiado humano, sin la interposición de abstracciones que alcen su cabeza tan pronto como un ser humano abra su boca. En su segundo volumen, “Losse Gedichten”, podemos leer: “si me das abstracciones, / te daré un ventilador de la madera / Nada es más ajeno a mi que la creencia / que la conexión emocional / a través del pensamiento. Lo qué él desea es eso: que las cosas / las cosas mismas se hagan visibles.” En sus colecciones, Duinker ha tratado constantemente de ocultar su propia personalidad, su esencia y bagaje, para contrabandear en sus poemas las cosas que experimenta sin pensar: el “sin esfuerzo”, la evidencia propia de la existencia de cosas como flores y piedras. En cada poema es como si el poeta fuera, en cita sacada de “Het uur van de droom”, “requisado por una realidad inhumana e ininterpretada”. Las cosas esculcan sus bolsillos, sus ropas, su cabeza, su personalidad entera buscando esa cualidad demasiado humana que permite que los hombres siempre se perciban a si mismos como enfrentando la realidad. En su colección más reciente, en el poema largo “Las Horas” dice: “(...) me permite permanecer en la sombra / de cada posibilidad. / Viene a mí / y me requisa / retrocede / y comienza a reír.” La risa de la realidad misma es a menudo oída en su poesía. Esta risa se asegura que la piedra que no puede florecer lo haga, que la abstracción permanente de la lengua se convierta en ventiladores de madera en las manos de Duinker y que los lectores inmediatamente oigan a la realidad misma hablando, diciendo “me mantengo en silencio sobre la realidad”. El poeta llama “Vengan, cosas que se quedan y ríen, nótenme!”. Esta petición, ese deseo de ser parte de una realidad indivisa, una realidad experimentada no con la mente sino con todos los sentidos, conduce a la poesía que viene en busca de las cualidades demasiado humanas del lector. Los poemas se acercan al lector, esculcan sus bolsillos, revisan las costuras y los dobladillos de su personalidad, su esencia, su bagaje, amable pero resueltamente sacudiéndolo.




Poemas de ARJEN DUINKER





BIBLIOTECA

Donde la flor exhibe su hermosura,
el deseo se suelta del después,
cuelgan nombres en dos racimos de ocho,
raya una uña el horizonte en la piel.

Donde la flor exhibe su hermosura
los dedos se entregan al aquí y aquí y aquí,
manos atrapan velos de pelo,
colores respiran infinitamente lo infinito.

Donde la flor exhibe su hermosura
zumban insectos en una luz incomprensible,
exceden ojos el vientre embriagador,
el antebrazo huele sueños olvidados.

Donde la flor exhibe su hermosura
la consonante inspira a la vocal.

Donde la flor exhibe su hermosura
mariposas se llevan lo salado del mar.

Donde la flor exhibe su hermosura
esmalta el tiempo tatuajes en las hojas.



*



El clamor de las olas, rojo.
Una flor se desliza por una ondulación
y ofrece su perfume a una escarpa
que, libre en el aire, calla.

El orgullo de las olas, negro.
Los ojos roban lo inesperado
que con pequeñas hojas
calma las estrías de la piel.



*



¡Las palabras en las mitades de la lengua
adquieren más autonomía e independencia!
¡Empiezan a gritarse cosas,
ambiciosas bajo un cielo infinito!
¡Se esfuerzan, sacudiéndose transparentes,
para destilar estrellas de saliva!

La bolsa junto a la ventana.
Los zapatos junto a la ventana.
Los cigarrillos junto a la ventana.
El collar encima de la cama.

Ahora las palabras no pertenecen ya a la lengua:
la lengua pasó a ser propiedad de las palabras,
olas decoradas que acarician tobillos.
Los dedos de los pies se sueltan del suelo,
sintiendo adoración en el abismo,
los dedos de los pies dispersan polvo rojinegro,
deslizándose suavemente por el aire
y mostrándose luego en una nube.



*



Estremecimiento con cola
en la espalda, ojos
que ven dos labios.

Donde la flor exhibe su hermosura...

brilla el barco entre escamas desmedidas,
va serpenteando el barco hacia su agitado destino,
se enrosca el abismo alrededor de pechos exaltados,
brilla el abismo cual corazón estremecido.


Traducciones de Diego J. Puls










AMBICIÓN

Después de mi encuentro con el traficante de armas
entré en un café para contarlo.

Dije que encontraba el mundo incuestionable,
hasta el día de hoy una clara verdad.

Dije también que el loro del traficante guardó silencio.
Más claro y fielmente no habría podido decirlo.

Y dije que su ambición le hizo sudar,
una verdad que recordaba a lo casual.

Y dije algo sobre los precios de las armas,
verdad que todos los encuentros anegó de dolor.

De: Buurtkinderen (Querido, 2009)
Traducción española: Eva Navarro 2009.







EL APRENDIZAJE DE ARGUMENTAR BIEN

Si yo defino tu identidad a partir de explicaciones
Si yo defino mi identidad enfrentándome a un muro

Si juego a imaginar tus ojos mientras lavas una blusa
Si juego a imaginar mis ojos cuando como fiambre de caballo

Si le doy día libre a tu identidad al beber una cerveza
Si le doy día libre a mi identidad al dejar el centro

Si veo pasar de largo tus ojos en un gran trozo de tela
Si veo pasar de largo mis ojos en una bicicleta pequeña

Si huyo de tu identidad al compartir tus manos
Si huyo de mi identidad y gano una distancia.

De: Buurtkinderen (Querido, 2009)
Traducción española: Eva Navarro 2009.







VES LOS OJOS

¿Ves los ojos
de esa mujer?

¿Pruebas las palabras en sus labios?

¿Ves los ojos
de esa mujer?

Mira, el violeta es solo polvo en calles que se pierden

¿Palpas las oraciones
en su espalda?

¿Ves los ojos
de esa mujer?

Sí, el hambre vuelve de nuevo las calles naranja…

¿Pruebas las palabras
en su boca?

De: Buurtkinderen (Querido, 2009)
Traducción española: Eva Navarro 2009.



EL HOGAR DEL MARINO

(traducción: Diego J. Puls)

1

El clamor de las olas, rojo.
Una flor se desliza por una ondulación
y ofrece su perfume a una escarpa
que, libre en el aire, calla.

El orgullo de las olas, negro.
Los ojos roban lo inesperado
que con pequeñas hojas
calma las estrías de la piel.



2

Las pestañas rompen el deseo.
Lo machacan luego los motores.

¡Cadencia en los labios, cadencia en la sangre!
¡Viento, dispersa por doquier el polvo, viento!

¡Haya resplandor en la oscuridad, anochezca de día!
¡Cadencia en los dedos, cadencia en el pelo!

Los motores, jadeantes, degustan el aceite.
Las pestañas lo observan en un abanico.



3

Crestas que azotan y picos que chillan…
Finales de palabras en humos espesos…
El barco disimula los caminos por los modismos,
dibuja en el espejo rayones invertidos,
el corazón del mar crece y crece…

Donde la flor exhibe su hermosura,
se evaporan saladas gotas de rocío
en el murmullo de mariposa y aire.



4

Estremecimiento con cola
en la espalda, ojos
que ven dos labios.

Donde la flor exhibe su hermosura…

brilla el barco entre escamas desmedidas,
va serpenteando el barco hacia su agitado destino,
se enrosca el abismo alrededor de pechos exaltados,
brilla el abismo cual corazón estremecido.



5

De pronto sueltan los elementos sus entrañas.
Destellos formidables marcan el derrotero hacia el puerto.
El aroma de pelo suelto es fabuloso e ineludible.
El barco navega al encuentro de la división de realidades,
surcando hechos silenciosos y hechos que hacen gárgaras.
Todos los hechos están aquí reunidos para elegir palabras,
las palabras todas se han reunido para fabricar sueños
tan buenos que ya no hay velas que se agiten.



6

Ya frente a la plancha los zapatos envuelven
en el muelle los pies, de callosidad salada.
Un órgano canta intenciones a las gaviotas
y su espléndido manto de restos de comida.
Ya frente a la plancha bombea el corazón
una certeza extrema por el vientre.

¡El espejo hechiza la aguja de la brújula!

Con sueños mareados en la bruma de Nueva Caledonia,
con manos que lavan el dolor de una espalda tailandesa,
con sueños clarísimos en el equilibrio de España.
Los dedos girando en las puntas de su centro,
las palmeras agitándose rozando una ceja,
los ratones bailando en la cavidad de la nuca.



7

Pantalón con camisa de botones chillones.
La marejada transparente en las piedras al viento.
Una mujer se seca las muñecas y los brazos.
¿Qué sueño enjuga las lágrimas de una nube?
La comunidad de palabras es un torbellino
que reside en las entrañas, y en la boca.

Aguja de brújula hechiza espejo…

Mientras los labios no requieren a la boca,
mientras la lengua acerca estrellas llenas
para exponer lo cruel que es el deseo
de un párpado, un omóplato, una pregunta, una posibilidad,
mientras los labios degustan una naranja,
mientras la lengua se parte con fervor en dos.



8

Querido Lian, amigo mío, Lian, frente al hogar del marino
hay un hombre alto de pelo rubio que le dice a otro:
¿En Copenhague, en un sótano mugriento? Ahí se aloja la mafia.
Y a mí me invalida en la vida mi cabeza cara.
Lo que no logro entender ―dice el otro― es cómo tú,
con tu intelecto, tienes tan poca idea de los procesos sociales.
Es yin y yang ―dice el alto―: dar lo malo y recibir lo bueno.
Y a mí qué ―dice el otro―. No te hagas el interesante.

Pasa un coche, se abre la puerta,
el pasillo es elegante, a la izquierda el comedor,
tramo de escalera que anguloso lleva al siguiente,
se abre una puerta: el dominó,
los ojos ardientes, con champán.
Lian, alguna vez estuvimos en Génova, conté cuatrocientas calles.
Aquí en Gante he perdido dedos, sólo cuenta este muelle reluciente.
Donde la flor exhibe su hermosura, el marino es donde mejor está.
Mira, saltan campanitas de pies temblantes en pos de ávidos tobillos,
Mira, campanitas besan el abismo entre la justa cantidad de ojos.



9

¡Las palabras en las mitades de la lengua
adquieren más autonomía e independencia!
¡Empiezan a gritarse cosas,
ambiciosas bajo un cielo infinito!
¡Se esfuerzan, sacudiéndose transparentes,
para destilar estrellas de saliva!

La bolsa junto a la ventana.
Los zapatos junto a la ventana.
Los cigarrillos junto a la ventana.
El collar encima de la cama.

Ahora las palabras no pertenecen ya a la lengua:
la lengua pasó a ser propiedad de las palabras,
olas decoradas que acarician tobillos.
Los dedos de los pies se sueltan del suelo,
sintiendo adoración en el abismo,
los dedos de los pies dispersan polvo rojinegro,
deslizándose suavemente por el aire
y mostrándose luego en una nube.



10

Donde la flor exhibe su hermosura,
el deseo se suelta del después,
cuelgan nombres en dos racimos de ocho,
raya una uña el horizonte en la piel.

Donde la flor exhibe su hermosura
los dedos se entregan al aquí y aquí y aquí,
manos atrapan velos de pelo,
colores respiran infinitamente lo infinito.

Donde la flor exhibe su hermosura
zumban insectos en una luz incomprensible,
exceden ojos el vientre embriagador,
el antebrazo huele sueños olvidados.

Donde la flor exhibe su hermosura
la consonante inspira a la vocal.

Donde la flor exhibe su hermosura
mariposas se llevan lo salado del mar.

Donde la flor exhibe su hermosura
esmalta el tiempo tatuajes en las hojas.




Arjen Duinker



Sailor’s Home

1

De roep van de golven rood.
Een bloem glijdt door een glooiing
En geeft haar parfum aan een steilte
Die vrij in de lucht zwijgt.

De trots van de golven zwart.
De ogen roven het onverwachte
Dat de striemen op de huid
Met blaadjes kalmeert.



2

De wimpers breken het verlangen.
De motoren stampen het verlangen fijn.

Cadans in de lippen, cadans in het bloed!
Wind, jaag het gruis naar alle kanten, wind!

Laat het glinsteren in het donker, nacht zijn overdag!
Cadans in de vingers, cadans in het haar!

De motoren proeven hijgend van de olie.
De wimpers zien de olie in een waaier.



3

Beukende kammen en gillende snavels…
Uiteinden van woorden in dikke walmen…
Het schip verdoezelt de wegen door het idioom,
Maakt omgekeerde krassen in de spiegel,
Het hart van de zee groeit aan en aan…

Waar de bloem haar schoonheid toont,
Verdampen zoute dauwdruppels in het gefluister
Van vlinder en lucht.



4

Siddering met staart
Op de rug, ogen
Zien twee lippen.

Waar de bloem haar schoonheid toont…

Schittert het schip tussen mateloze schubben,
Slingert het schip naar zijn kolkende bestemming,
Slingert de diepte zich om uitzinnige borsten heen,
Schittert de diepte als sidderend hart.



5

Plotseling laten de elementen hun ingewanden gaan.
Formidabele lichtflitsen markeren de route naar de haven.
De geur van losse haren is fabelachtig en onontkoombaar.
Het schip vaart de splitsing der werkelijkheden tegemoet,
Vaart door geruisloze feiten en feiten die gorgelen.
Alle feiten zijn hier bijeen om woorden te kiezen,
Alle woorden zijn bijeen om dromen te maken,
Zo goed dat er geen klapperende zeilen meer zijn.



6

Al voor de loopplank gaan de voeten,
Van gezouten eelt, in de schoenen op de kade.
Een orgel zingt bedoelingen naar de meeuwen
En hun schitterende kleed van etensresten.
Al voor de loopplank pompt het hart
Een uiterste zekerheid door de buik.

De spiegel betovert de kompasnaald!

Met dromen duizelig in de mist van Nieuw-Caledonië,
Met handen die de pijn van een Thaise rug wassen,
Met dromen glashelder in het evenwicht van Spanje.
De vingers draaiend op de toppen van hun centrum,
De palmen wuivend langs een wenkbrauw,
De muizen dansend in de holte van de nek.



7

Broek met overhemd met toeterende knopen.
De transparante deining in de stenen in de wind.
Een vrouw droogt haar polsen en haar armen.
Welke droom droogt de tranen van een wolk?
De gemeenschap van woorden is een werveling
Die in ingewanden woont, en in de mond.

Kompasnaald betovert spiegel…

Terwijl de lippen de mond niet nodig hebben,
Terwijl de tong volle sterren dichterbij haalt
Om uiteen te zetten hoe wreed verlangen is,
Naar ooglid, schouderblad, vraag, mogelijkheid,
Terwijl de lippen van een sinaasappel proeven,
Terwijl de tong zich vurig in tweeën splitst.



8

Beste Lian, dierbare vriend, Lian, voor het zeemanshuis
Staat een lange man met blond haar die tegen een ander zegt:
In Kopenhagen, in een smerige kelder? Daar logeert de maffia.
En ik word in het leven gehandicapt door mijn dure kop.
Wat ik niet goed begrijp, zegt de ander, hoe kun jij toch
Met jouw intellect zo weinig kijk hebben op sociale processen?
Dat is yin en yang, zegt de lange, kwaad geven en goed krijgen.
Niks van aan, zegt de ander, jij moet gewoon normaal doen.

Een auto rijdt langs, de deur gaat open,
De gang is elegant, links de eetzaal,
Trap klimt gehoekt naar de volgende,
Een deur gaat open: het dominospel,
De ogen brandend, met champagne.
Lian, we waren ooit in Genua, ik telde vierhonderd straten.
Hier in Gent ben ik vingers kwijt, alleen dit glanzende dok telt.
Waar de bloem haar schoonheid toont, is de zeeman op zijn best.
Kijk, belletjes springen van trillende voeten naar vragende enkels,
Kijk, belletjes kussen de diepte tussen de juiste hoeveelheid ogen.



9

De woorden op de helften van de tong
Worden zelfstandiger en onafhankelijker!
Ze beginnen elkaar dingen toe te roepen,
Ambitieus onder een oneindige hemel!
Ze doen hun best, schokkend en transparant,
Om sterren uit speeksel te destilleren!

De tas bij het raam.
De schoenen bij het raam.
De sigaretten bij het raam.
De halsketting op het bed.

Nu zijn de woorden niet meer van de tong
Maar is de tong eigendom van de woorden,
Versierde golven die enkels strelen.
De tenen maken zich los van de vloer,
Adoratie in de diepte voelen de tenen,
De tenen verspreiden roodzwart poeder,
Zacht in de lucht glijden de tenen,
De tenen laten zich zien in een wolk.



10

Waar de bloem haar schoonheid toont,
Maakt het verlangen zich los van later ,
Hangen namen in twee trossen van acht,
Krast een nagel de horizon in de huid.

Waar de bloem haar schoonheid toont
Gaan vingers over in hier en hier en hier,
Grijpen handen in sluiers van haar,
Ademen kleuren oneindig het oneindige.

Waar de bloem haar schoonheid toont
Zoemen insekten in onverstaanbaar licht,
Overschrijden ogen de bedwelmde buik,
Ruikt de onderarm vergeten dromen.

Waar de bloem haar schoonheid toont
Inspireert de medeklinker de klinker.

Waar de bloem haar schoonheid toont
Nemen vlinders het zout van de zee.

Waar de bloem haar schoonheid toont
Emailleert de tijd tatouages op blaadjes.



http://www.laotrarevista.com/2011/01/arjen-duinker-delft-holanda-1956/





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