jueves, 2 de septiembre de 2010

YABRA IBRAHIM YABRA [836] Poeta de Palestina



Yabra Ibrahim Yabra

Jabrâ Ibrâhîm Jabrâ

Fuente: Poesía Árabe.org, Departamento de Cultura/Comité Democrático Palestino - Chile (Traducido del árabe por: María Luisa Prieto)
Nació en Belén en 1920 y murió en Bagdad en 1994. Estudio en Jerusalén y posteriormente en Gran Bretaña (Exeter y Cambridge) y en Estados Unidos (Harvard). En 1948, tras la implantación del Estado de Israel, tuvo que huir de Palestina y se estableció en Iraq donde permaneció hasta su muerte en 1994. En la capital iraquí participó con Buland Al Haydari y Badr Shakir Al Sayyab en la creación de una nueva poesía que rompía con los moldes de catorce siglos.

Es uno de los principales intelectuales árabes contemporáneos, con una amplia producción literaria que abarca novela, poesía, crítica literaria y traducción.

Entre 1982-1990 fue presidente de la Unión de críticos iraquíes y miembro de la Unión de escritores de Iraq y de la Asociación internacional de críticos de arte, con sede en París. También fue miembro de honor de la Asociación de traductores iraquíes y de la Asociación de artistas iraquíes.

Su intensa actividad intelectual fue reconocida con numerosos premios, entre ellos el Targa Europa Prize for culture, Roma, 1983. El primer premio de la Kuwaiti Foundation for Scientific Achievement, en 1987. El premio nacional iraquí de novela en 1988. La medalla de las Letras y las Artes en Jerusalén, en 1990. La medalla de las Letras de Túnez, en 1991. El premio a su labor de traductor, concedido por la Universidad de Columbia, en 1991. Además, su nombre fue mencionado en alguna ocasión como candidato al premio Nobel de literatura.

Entre sus obras poéticas destacan: Tammuz fi l madina (Adonis en la ciudad) (1959), Al madar al muglaq (La órbita cerrada) (1964), Lawat al shams Congoja del sol) (1978).

Como poeta árabe de vanguardia, es consciente de la importancia de la innovación en el pensamiento árabe, en la literatura y en la vida en general, y a la vez se identifica con el pensamiento romántico occidental, tanto desde el punto de vista estético como por la defensa del individualismo. No obstante, como palestino, expresa en su poesía el intenso sufrimiento de su pueblo, recreando momentos de angustia e indignación ante la masacre palestina.



Agnus Dei


Y de todas estas palabras, éstas que
la lengua y las venas contienen.
Todo el universo está ahí, todo el mar,
y el trueno rugiente en las noches,
todo el cielo y la primera amante
se entregan a la roca elevada,
distancia de la lejanía inmensa y prodigiosa,
proximidad del virus microscópico de este cuerpo
y la palabra extraviada por la pérdida,
mi pérdida, la de mi generación, rencorosa y gimiente,
pérdida en los territorios del desierto y las serpientes,
pérdida de miles de seres cuya voz se oye a lo lejos,
una voz en el desierto.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo:
ten piedad de nosotros,
une el acto a la palabra,
el recuerdo a la lengua,
destila las lágrimas en letras que nos protejan

del sufrimiento.

Mis lobos se han acostumbrado a mí
y yo me he acostumbrado a las fieras.
En la jungla de mi vida
mi generación es una presa,
mis compañeros cebo de los animales salvajes
y nuestros corazones están pinchados en las ramas
para las rapaces.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo:
destila nuestras lágrimas en palabras,
sálvanos del exilio de la afasia,
el exilio de los desiertos: nosotros somos
los portadores del mar, del horizonte, del cielo,
los portadores de la muerte entre sueño y sueño.

Del poemario: Al madar al muglaq (La órbita cerrada).
Beirut,1964.



Brocal

(En la masacre de Dair Yasin, el enemigo
arrojó los cadáveres de las víctimas
al pozo de la aldea)

Brocal,
Punto de encuentro para las juguetonas
manos de los niños
con el cubo vertiendo
agua en los cántaros
entre cantos y risas.
¿Acaso la boca de la tumba los ha sacrificado?
¿Es que la boca del patio se alimenta con niños
y mujeres preñadas que vierten
la sangre manchada por balas?
¿Se han secado los racimos a su alrededor?
¿Se ha quemado el trigo? ¿Se han vertido
los odres de aceite en la alforja de piedra
y sobre ella está de nuevo la cruz de Cristo?
El brocal es el segundo Gólgota para nosotros.
De su ensangrentada boca brotará
negra lava ardiendo
con la carne de los niños y de las mujeres preñadas
para aniquilar
a quienes sembraron la muerte
y alimentaron a los buitres en nuestra tierra.
De su sagrada y fértil inundación
renacerán
todas nuestras aldeas.

Del poemario Tammuz fi l madina
(Adonis en la ciudad). Beirut, 1959.

Después del Gólgota

Viví con Cristo,
morí con Él y resucité.
Mi voz clamó en el desierto
como si fuera otra voz,
ardiendo con un fuego desconocido.
¿Por qué el fuego? ¿Para quién?
Dame sombra y agua fresca
y yo colgaré mis recuerdos en
la pared de una habitación abandonada.
La muchedumbre se ha dispersado y
los invitados se han marchado.
La voz clama en vano
como la voz de antes de la muerte y
el Gólgota.

En mis labios hay restos de miel
y de hiel.

¿He venido después de morir para
oír mi voz aferrándome
al vacío que abandoné?
Dame sombra. Y tú, mujer,
pon un trozo de hielo en tu agua.
El sol abrasa. La vida después de la muerte es
fatiga y mi voz ama el fuego.
¿Por quién? ¿Por quién
he cerrado los ojos, mientras en mis labios quedan
restos de miel y de hiel?

Del poemario: Al madar al muglaq
(La órbita cerrada). Beirut,1964



Galerías

No querría, no querría
huir de mi laberinto,
del laberinto de los míos,
de mis compañeros
donde supuran los mosquitos de la corrupción
mientras mis compañeros se resignan a la muerte
día a día,
la muerte que se extiende a lo largo de la vida
como la eternidad.
No querría, no querría contar
mi laberinto,
yo que soy libre, libre
entre tres muros
y el cuarto es una galería que se extiende
como la eternidad.

No querría, no querría contar
mi éxodo
de habitación en habitación
y su vacío tenebroso donde
el eco de los lejanos cascos
no cesa de herir mis pupilas,
se extiende como la eternidad
desde la tierra de la ausencia
a la tierra de la ausencia.
Pero
yo he encontrado en la palabra libre
mi salida.
En la palabra he encontrado al fin
una salida hacia el espacio
que se extiende ante mí
como la eternidad.

Del poemario: Al madar al muglaq
(La órbita cerrada). Beirut,1964.

Las Murallas

Debajo de las murallas hay otras murallas
que ocultan otras murallas:
Ur y Jericó, Nínive y Nimrud.
Y sobre las ruinas,
donde se han desvanecido los suspiros
de los enamorados
y el crujir de dientes de los desnudos esclavos,
hay unas colinas, habitadas por hormigas
y por grillos,
que reverdecen por primavera.
A ellas acude el pastor de la aldea
para entregar su torso desnudo
al rocío de la mañana.
Pisa una cabeza
ante la que se doblaban millones de rodillas
y perfumaban las manos de las bellas.
¡Ay de mí!
Oculta las penas de tu corazón cantando.
Tu hijo ha descendido al valle
para recorrer las ruinas
donde las bellas, cubiertas de polvo,
pasean por las murallas
que ocultan otras murallas
y otras murallas.
Entra en los patios de las ciudades desiertas
y sólo encuentra extensos muros
perforados por vanos ciegos.
El ruinoso suelo de mármol se extiende
bajo los ecos de las voces de los cantores.
¡Ay de mí, noche!
Los cantores se han ocultado detrás de las colinas
donde viven las hormigas y los grillos,
los reyes de mármol esperan sin esperanza
y el estiércol de los asnos cubre la historia
de los imperios,
el recuerdo de las conquistas
y el derramamiento de sangre.
Oculta el deseo.
Oculta tu deseo y el de todos los descendientes
bajo sus pies.
La lujuria de los años ataca sus carnes
y los lanza contra los derruidos muros.
Se reúnen los hermosos labios
en copas de loza
y gotean el jugo de las arterias y la yugular
para dibujar con ellas la pasión de la noche
sobre páginas de piedra.
El águila captura el sol con su pico
y la serpiente destila la sabiduría de su veneno.
Oculta la pasión, ocúltala,
y ponte los brazaletes de oro, los brazaletes
de plata,
los brazaletes de la pasión y el afecto.
Ur y Nimrud, y las prostitutas sagradas
en los templos de Babel y de Biblos
ofrecen sus cuerpos a los extranjeros
para que reverdezcan las colinas
(sobre las murallas de las ciudades)
y tiemblen las espigas de oro y las amapolas
de sangre
bajo las garras del cuervo y del milano.
Los labios de las viudas y los de las vírgenes
tienen sed
(oculta tu hambre, ocúltalo).
La noche se extenderá sobre las murallas
que ocultan otras murallas
y otras murallas.

Del poemario Tammuz fi l madina
(Adonis en la ciudad). Beirut, 1959.


Llené una copa con mis palabras

(De cualquier poeta a cualquier lector)

Llené una copa con mis palabras,
las destilé, las hice fermentar,
las dejé envejecer
y las escancié generosamente
en las bocas de quienes las deseaban
para expresarse.
Y dijeron amor y la mejor broma,
y el deseo se tornó en palabras
que salían de gargantas de oro, de gargantas
de plata,
en las que tarareaban las palabras
y hacían albórbolas en las bodas
de nuestras aldeas...
Llené una copa con mis palabras,
las destilé, las hice fermentar,
las dejé envejecer
y las escancié generosamente
en las bocas de quienes las deseaban
para expresarse.
Y dijeron odio y la broma más amarga,
y la puñalada se tornó palabra
que salía de gargantas de cobre,
de gargantas de plomo.
En ellas se carcajeaban las palabras, ladraban,
y ladraban las prostitutas en los arrabales
de la ciudad.
Este es nuestro vino: nuestras palabras destiladas
para que peregrinen por nuestras entrañas,
para que las sintamos bullir en nuestra sangre,
para que nos aterren las visiones.
Escanciamos las palabras con cicatería
a quienes nos aman y a quienes nos odian
y les sueltan, como el vino,
el corazón y la lengua.
Os mantenemos ocupados,
al menos durante una noche,
con nuestras entrañas, nuestra sangre
y nuestras visiones.

Del poemario Tammuz fi l madina
(Adonis en la ciudad). Beirut, 1959.



Qibya*

Balas
en la noche de luna llena
surcaron las colinas y los caminos.
Balas
chocaron contra los muros
y golpearon las puertas y las ventanas.
Iban dirigidas a los corazones
y a las entrañas.
Balas
por detrás de las piedras,
a través de los desfiladeros,
por detrás de los sacos de arena.
Balas.
Se esparcen por las piedras arrayanes de sangre
y se pegan adornos de sangre en las paredes.
Balas
y gelignita
arrojan los cuerpos a las hienas.
Sembramos el trigo pero no lo recogimos,
regamos las vides pero no bebimos el vino.
En vano se bañó nuestra noche
con la fragancia de los naranjos.
Nuestra sangre corre por la tierra roja
y sobre las piedras.
Buscad nuestras manos bajo los ejércitos
de hormigas.
Cerrad las puertas,
apartaos de las ventanas,
ocultaos de la luna,
protegeos de la noche.
Pero las puertas son de madera
y las ventanas no se construyen para evitar
el aire, la luna,
la gelignita
y los colmillos de las hienas.
El corazón es de hierro pero
para las balas, la gelignita y los colmillos
es más débil que la madera.
Los brazos de Fátima rodean el cuerpo
de Hasan:
una alberca de sangre,
y del padre de Hasan no queda
más que el qunbaz hecho jirones.
Buscadlos bajo las piedras
y juntad los brazos a los cuerpos.
Sembramos el trigo pero no lo recogimos,
regamos las vides pero no bebimos el vino.
En vano se bañó nuestra noche
en la fragancia de los naranjos.
Nuestra sangre fluye por la tierra roja
y sobre las piedras.
Buscad nuestras manos bajo los ejércitos
de hormigas.
Balas
golpean las piedras.
Gelignita.
La noche se desgarra
entre nuestros olivos y viñas.

Del poemario Tammuz fi l madina
(Adonis en la ciudad). Beirut, 1959.
* QIBYA es un pueblo palestino de Cisjordania,
cuyos habitantes fueron masacrados
por tropas israelíes en la tarde
del 14 de octubre de 1953.
El ex- primer ministro israelí,
Ariel Sharon, fue quien dirigió
las tropas en aquel día.



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