Stanley Vega Requejo
(Cajamarca, Perú 1972)
Bachiller en Educación en la especialidad de Lengua y Literatura (Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo). Ha publicados los poemarios Inútil Inventario (2001); Soliloquio de las Hojas (2007) y Danza finita (Hipocampo editores, Lima 2009). Sus textos poéticos han sido publicados en las antologías Poesía Perú S. XXI 60 Poetas Contemporáneos (Fundación Yacana, Lima 2007) y2 + No antología No Contemporánea de los Poetas Amigos (Estanoesunaputaeditorial, Lima 2008). Recibió la Diploma de la Cultura del Instituto Nacional de Cultura (1998, Chiclayo). Obtuvo el Primer Puesto en los Juegos Florales de Poesía, Universidad Agraria la Molina (2006) y el Primer Puesto en el V Concurso de Cuento Breve A toda página organizado por el Centro Peruano Americano El Cultural (2012). Participó en calidad de invitado en el II Festival Internacional de Poesía “El Patio Azul” organizado por Antares y Letras (2003 –Cajamarca) y el III Festival Nacional de Poesía “Novísima Verba” (Lima, 2004), entre otros importantes eventos.
En el ámbito de la gestión, fue Presidente del III Encuentro de Poetas Jóvenes Lambayecanos “José Carlos Mariátegui” ( 1994, Chiclayo); miembro del comité organizador de la serie de recitales poético-musicales “Cantos de Ahora Mismo” I, II, III, IV, V, VI y VII realizados en el INC (1995-1997, Chiclayo); I Encuentro de Poetas Jóvenes de la RENOM “Luis Hernández Camarero” (1996, Chiclayo); “II Congreso Internacional de Escritores Chiclayo 97”; VI Encuentro Regional de Poetas Jóvenes (1997, Chiclayo); “IV Congreso Internacional de Escritores Chiclayo 99”; Coordinador General del Conversatorio Nacional “Literatura Peruana Durante las dos Últimas Décadas”(2004, Chiclayo). Ha dictado diversos talleres de literatura, creación literaria y poesía desde el 2001 hasta la fecha. Actualmente se desempeña como director de Ediciones Prometeo desencadenado.
Dirige el blog http://prohibidoestacionarse.blogspot.com/. Administra el blog personal http://stanleyvegarequejo.blogspot.com/
Selección de poemas de Stanley Vega
"Danza Finita".
1
Cuando llegue la hora de partir
jamás olvides colocar
tu corazón en la mochila.
En cualquier aldea
existe una linda muchacha
esperando la llegada de un forastero
con los muslos tibios
y acogedores.
5
La ciudad existe
más allá de estas cuatro paredes.
Pero eso no importa
mientras mis manos
aún enciendan fogatas en tu cuerpo.
Siempre hay invierno en mí.
9
el amor es un puerco
que gozoso se revuelca
en el charco
de nuestros corazones.
12
A través de tu vientre
deseo llegar a la noche.
Y caminar en silencio.
Sin nadie en rededor.
Con la única sensación
de tener tu mano entre la mía.
15
Mi corazón
cual perrito contento
no cesa de mover la cola
cada vez que te ve.
16
Y si no fuera
por el aburrimiento
jamás hubieramos descubierto
un décimo planeta
donde ahora
tan sólo existimos tú y yo
haciendo el amor.
17
No hay nada
en qué aferrarse.
Ni siquiera los vellos
luminosos de tu sexo
pueden salvarme
de esta caída
inevitable.
21
En las ruinas de este corazón
habita una eterna inquilina.
Oh, soledad, soledad
vano es resollar y gritar
en esta rara niebla que de olvido
lo inunda todo.
24
A un refresco de lima
sabía tu cuerpo
A un refresco de lima
bajo una mañana de verano
frente al mar.
29
Ocurre que Dios
de pronto quiso verse
frente al espejo.
Y sólo vio
el aire
que flotaba en silencio.
31
Era tu silueta un mar anochecido.
Lugar perfecto para suicidarse
38
No son estos pies
los que sostienen mis sueños.
Es cada latido
que me susurra cosas ininteligibles
bajo mi propia piel.
SOLO QUIERO DESPUÉS DE MUERTO
vivir navegando en la memoria de un ave.
Alimentarme de insectos
en tanto recorra las ramas
de una estación cualquiera.
Despiojarme las alas.
Beber agua turbia de los charcos
pasada la lluvia
y cagar
cagar mientras vuelo
sin pensar en mi última lectura
o el sentido de mis huellas
dejadas en esta existencia.
Solamente olvidando,
olvidando esta terrible idea de ser humano.
RECOSTADO A LAS ESPALDAS
de un árbol solitario
cierta tarde se me ocurrió
escribir tu adorable nombre
con mi orina
en el pleno azul del cielo.
Y así fue.
Que hasta hoy
ni siquiera el sol a las nubes
han podido borrarlo.
Y SI DIOS OYE TODA VOZ NUESTRA
- como dijiste -
el oído de Dios debe tener
un tamaño descomunal
ya que viviríamos allí, dentro
y el mundo sería pues en este caso
una triste y miserable bolita de cerumen.
De Inútil inventario
Stnaley Vega, buen poeta y crítico literario de Chiclayo, amigo nuestro. Sus obras contienen versos cortos de mucha connotación.
ResponderEliminar