Juan W. Yufra
(Ilo, Perú 1977) estudió Literatura en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa – Perú. Con Crónica de Colisiones obtuvo el Primer Premio de Poesía en los Juegos Florales Universitarios de 1998; ese mismo año apareció la primera versión de su libro Búhos Escarbados. En el 2003 publica Graffiti de zoo, y en el 2004 su libro Monólogo de Lea obtiene el Primer Premio en el Concurso de Poesía Guillermo Mercado convocado por la Municipalidad de Yanahuara (Arequipa). Ha publicado la plaquette Difícil y algunos poemas de una manera irresponsable –como deben ser las cosas– y que integran su Instalación (2005).
Crónica de Colisiones / 1998
Poema 1
a veces
el suicidio de la memoria
el sol
con los pasos que se te caen del cuerpo
las piedras que señalaban a los vivos y
los cráneos más ilustres
colgados en la noche
Poema 2
el silencio de agua en la época de las colisiones
un mar
en ruinas que se descascara en la oscuridad
del zodiaco
la locura que muere en tu boca
Poema 3
deja que mis esquirlas
te alcancen
los ojos
que mi cabeza incendie
tu silencio
Poema 4
abro mi conciencia
a la órbita
de los siglos que se queman
en tus entrañas
tu piel es señal de fuego
d’erosión
mi cuerpo es tierra inmortal en tu cadáver
Epílogo
el metal vuelve a las generaciones sólidas del verbo
el ruido cóncavo de la risa ha muerto en los
médanos de la intemperie
era dromedario en las estepas de la lengua
una mujer que abre las piernas
de la A a la Z
Búhos Escarbados / 1998
SIGLO UNO
Era espantapájaros
Mueca
El sol indio de la tierra
Todos los hombres
Despedazados en mi lengua
SIGLO DOS
Piedra o agua inmóvil
Escualo
Los cuervos beduinos del cuerpo
Nacer en tu pico
disecarme
Cabalgar
de polvo a
cernícalo con espinas asteroide
Tótem de tu carne
Danzan células
Roen
Petroglifos
SIGLO TRES
Oh Valle Sagrado, valle de piedra
Piedra con piedra
Golpeada
(Odi Gonzales)
Repta el mundo con los gusanos apátridas
SIGLO CUATRO
Arrastro
Mi cuerpo a la memoria de las chullpas
Mi lenguaje
Por rutas de cerámica
SIGLO CINCO
Cuando catapultas mi huesos
Merodean buitres
Tu sangre
en grito de tierra
SIGLO SEIS
En mí nacía
Con los Búhos de la risa
El entorno era un insecto desprendiéndome del universo
Era
sangre Fósil
Colmillos de brea que se rompieron en mi sombra
SIGLO SIETE
Las vasijas del Ande son aves de cobre
Kipu
Estos animales no son la imagen de la muerte
SIGLO OCHO
Todo pubis tiene el cansancio del salitre
Marioneta escarbada del aire
Cernícalos
que bostezan en el pecho de la vigilia
SIGLO NUEVE
Menstrúa el tiempo
Corta tus senos
Este ruido mamífero
Tus ojos rasgados
Mis orejas pantanosas
SIGLO DIEZ
Mi risa
Es vómito urbanizado
Pezones encamándose en mi boca
SIGLO ONCE
MIS OJOS MACERAN TU CUERPO LADRADO
SIGLO DOCE
DESPLUMO EL SOL A PICOTAZOS
TOCO EL FÓSIL DEL SEXO
LA ORUGA DE LA CEGUERA
SIGLO TRECE
APEGO EL PLUMAJE A TU MEMORIA
DESCONCHO MUNDOS
SAURIO DE LA PALABRA
SIGLO CATORCE
Graffiti
Mi naturaleza hiberna
Fosa
Aerolito afaníptero
El Ave es el Lenguaje
Tuétano
Alga rupestre
SIGLO QUINCE
Das tu voz a los reptiles
Quisiera evitarte el universo
La órbita de Hoyos Negros
envolverte
en mi sílaba acéfala
SIGLO DIECISÉIS
Moscas de insomnio
Animal ebrio (extinto)
Autopsia del mundo
La Mantis Religiosa
Nuca que se expande
SIGLO DIECISIETE
Ameba
Rex de mi conciencia anfibia
o
Azufre
SIGLO DIECIOCHO
Tu rostro de explosión
( Escama )
Onomatopéyico zoológico - pre hispano
Mujer
Demonio de escasas memorias
SIGLO DIECINUEVE
Nosotros
la erosión del vocabulario
Orificio
Luna otorrinolaringológica
Voz
SIGLO VEINTE
Habitamos búhos escarbados del ojo
de la memoria
Oh célula
coloca nuestras vísceras a la sombra
El hombre no basta para la sangre del mundo
SIGLO VEINTIUNO
Destino de animal
uno muere varias veces en la vida ( es la experiencia co-
mún ) – la primera al nacer – las otras – tarde o temprano
Westphalen
Criatura:
Bulla en la sangre
Vómito rupestre del sol
Seno desierto / tu cara de voces
manto y cicatriz
Osos que huelen a hormigas
A planeta
El lagarto que trepa los Andes
Los dolores de cerámica ; piel de alacanto
insomne
de las batallas
Péndulo : ojo en los peñascos
Murciélago incógnito de mis labios
La bestia que pasa de Este a Oeste por los siglos de los siglos
Instalación / 2005
surge tu piel
una excusa
ojos hundidos por el sol
la cabeza erosionada
-un mal augurio-
hablo de las cosas en mi lengua
al final los cangrejos se esconderán en tu oído
entonces vendrá diciendo / no tengo por qué decir nada
en mi cabeza las abs que nadie ha hecho
(otras palabras que se encarguen de decir lo que escribo)
ahí vas
-toda esa vaina que no se escribe-
luego sólo unos gestos con la boca
es posible tu cuerpo
girar la cabeza
leer
(los barcos varados / con las velas incendiadas
en un mar disperso
en las manos
-falso-
el error es imprescindible
las abs en una farsa poética
el aire el ruido de algo en el horizonte
los ojos traspasando olas
el alma disuelta llena de arena
condenada a las lagartijas
a veces el aire
el sol : un cactus
-en tus ojos el agua es de mar-
estas palabras no intentan decir eso
(a veces la imagen de una vela encendida)
el viento en la cabeza ( en esa excusa recorren las abs)
las palabras sueltas
-a mi alrededor unos ruidos-
las olas en estas letras
nada / sólo esta piel
-en tus ojos esto que nada-
fueron las abs de arriba / luego una garúa
en mi memoria una voz / esta huida
en otro contexto –claro- diría
aún arden mis huesos que no fueron entregados al sacrificio
o
en tu sexo veo el descuartizamiento de mis dioses
pero –ahora-
como si esas formas densas en su cuerpo fueran
artefactos extraños para su palabra
disimula
y cree pronunciar: esto –supongo- son peces
escribir las palabras que existen por sí solas
escenas que no nos llegan nunca de la memoria
garabatos
sólo criaturas incomprensibles
tu lengua condenada a la neblina
decir
con la cabeza / las cosas
-en los ojos algo de lluvia
con una excusa tangible
el cuerpo
en algún lugar
en blanco
a una distancia inverosímil
intentando ocultar esta sombra de todas estas figuras inaccesibles
(la humedad a esta hora -en Ilo- es de 77%)
como una palabra
disuelta
entre las olas la imagen de una manta-raya sobre el cascajo / su cola se mueve y la espina que se tambalea en el aire deja escapar un gesto / un detalle
el muro
los espacios que arden
sobre la roca unos animales
roídos con una piedra lanzada al agua según manda Westphalen en sus últimos libros
y ahí – en ese gesto
en esa circunstancia – lo que se escribe
entonces la cabeza / por fin erosionada
por lo días nublados
– sin una palabra
que logre encerrar a todas estas abs que cruzan / digitadas / a través de tus ojos clavados en esos peces antiguos
no hay otra
a veces las cabezas de pescado
ella cogía los caballos de mar en la oscuridad
y en su conciencia la sua vita è la stessa di sempre con notti senza piume che dormono con il mio cuore in mezzo e con silenzi nella maschera del sole
nada –legible- desde luego
(su excusa se iba repitiendo en el fondo con una piedra - para que me escuches en tu lengua
las olas borraron sus ojos
Abs 4
crece
- sin otro viento -
al final de cada marea
la marea dibuja con sus propias olas
Abs 8
sin abs
con la cabeza
donde las olas
inventan las aves
-1-
Igual que las aves
Cruzo
La tierra
Sin dejar otro silencio
Mi piel es una sombra
Un océano
En donde los ojos se inundan
-11-
Y ella es (de una piel oscura)
Un precipicio
Un lugar
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