Francisco Santos
Nació en 1949 en la ciudad de Chichigalpa, departamento de Chinandega, ciudad que lleva el nombre de su primer poemario Chichigalpa y otros poemas (1972).
Es uno de los representantes de la denominada Generación del 60.
Vive actualmente en Canadá.
Hermano del poeta Mario Santos. Sus poemas han aparecido en varias
revistas y periódicos de Nicaragua como La Prensa Literaria, así como de otros países.
Soy rico
Soy rico
camino por las calles
dejando crecer mis poemas
mis cabellos
mi barba
que casi no me crece
Mis zapatos están gastados
mis ropas luyidas y nistas
y sin embargo
Soy alegre
Soy rico
Llevo conmigo las flores
mis bolsas están llenas
de poemas.
Norma
No copié a tiempo
el poema
El poema
que pensaba cuando
venía en el bus
pero creo que era
algo que se acomodara
a tu cara
a tu mirada
al trajín
del ir y venir
de mesa en mesa
sirviendo el café o la
cerveza
de obedecer al grito de
¡Norma! o al ¡Ve!
o a la palmada
y a tu gracia del
¡Ya va!
Leonel Rugama
RIP
Una tarde Leonel me recomendó
—para la flacura— hacer ejercicios
aclarándome que no se trataba de
“ejercicios espirituales”
hablamos acerca de las muchachas
que iban o venían del trabajo o del colegio
de las que entraban o salían de una tienda
de zapatos
de otra que pasaba vendiendo chancho
también me leyó un poema sobre una guerrilla Vietnamita
Ahora —otra tarde— que veo su cuerpo acribillado
Por la G. N. En la foto de un diario
Recuerdo que José Coronel Urtecho
Una vez me dijo: “los poetas no sirven para nada”
TENÍAMOS UNA ESTRELLA
EN LA MANO... IZQUIERDA
Las calles eran amarillas por las noches
alumbradas X débiles y tristes luminarias
Nosotros nos metíamos en cuevas
a enhebrar sueños que repartíamos
En las fiestas eran guirnaldas
que se llevaban en la cabeza
Entonces vivíamos o queríamos
vivir como los Santos
De eso hace mucho tiempo
y era en mi Nicaragua natal.
CRÓNICA
Mientras el tiempo va tocando su flauta sin aire
dando vueltas en su velocípedo sin tierra
yo me siento en una banca del Centro Comercial
a ver escaparates con maniquíes flotantes
pasillos con multitudes sonrientes
y bolsas de Diciembres musicales
entonces para distraerme saco
fotocopias de rostros y miradas en blanco
las almidono y recorto para que vuelen
como letras en las conversaciones
del miércoles en el Art-Bar del Gladstone Hotel.
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