William Pérez Porras
(San José, Costa Rica; 1987) Poeta. Publicó en el 2007 el poemario Resonancia Magnética (Editorial Arboleda) y ha participado en festivales de poesía a nivel nacional e internacional. Forma parte del consejo editor de la revista literaria Miércoles de Poesía. Mantiene dos poemarios inéditos. Es además ingeniero civil y estudiante de la carrera de Filosofía.
Poemas
Hoy te quiero de vuelta
te quiero recuerdo, Clara.
Abrime esa puerta de una vez
entremos inocentes a tu habitación y
hagamos los días que nos dejamos de ver.
Dejame saborear tu almohada con sabor a lágrimas, Clara
tu cama es todo abandono
todas las veces que te fuiste antes del café
es olvido de mis letras y mi rostro
ceguera de todo lo demás, excepto vos.
Abrí que las cosas se calientan y
pierden el frío que hay entre los dos
ese sabor a neblina de repente
a charcos testigos de lo que nunca hubo, Clara.
Aquí estoy renegando tu ausencia en los pasillos
en mis labios de espera y rutina
lo de siempre siempre es tan igual
pero vos no, Clara
sos todas las mujeres que me han dolido
mis intentos de topar con lo inesperado
lo que no sea yo, sino todo lo contrario
algo que vaya y venga desincronizado
sin intervalos, ni compases, ni horarios.
Sos las tantas veces que he quedado solo
hablando con fantasmas que invento en el camino
con botellas viejas que no hacen sino recordarte, Clara mía.
Digo mía porque nunca has sido mía
siempre te has pertenecido egoísta
pero estoy frente a tu puerta, abrí ya
abrila con odio y ligereza
derrumbámela encima si querés
hacela estallar en mi paciencia
esa puerta soy yo inmóvil
esperando a que salgás y volvás, Clara
ebria de noche y piel.
Decime de una vez por todas adiós
haceme ver que soy nombre y hueso
llamame en voz alta para escapar de esto que somos
volvamos a desconocernos
y olvidar, Clara, todo lo que ha sido.
no me escucho de la forma que solía hacerlo
tampoco mis pasos suenan como antes.
quizá sea la necedad de hundirme en los cuadernos en blanco.
mancharlos con un poco de tinta
como techos de lata herrumbrados por vocales
en esta noche con mandíbulas de perro
y su lluvia de relojes viejos
de álbumes fotográficos que saben a lágrimas.
hacer que cada nota sostenida sea una isla sobre los labios.
una hoja más que ha caído sobre este parque
otro recuerdo teñido de azul
un libro aún por terminar
las tildes que nunca pusimos
y las comas que estaban de más.
Sospecha
A Fiona Apple
Siempre dijiste
Soy una criminal
con la misma naturaleza
que rebanás el pan por las mañanas.
Más que tu declaración de culpabilidad
me intrigan siempre los motivos
los crímenes que dejabas sueltos
como un enigma que nadie se atreve a resolver.
Sospecho que algo tenían que ver
la bañera a medio llenar
y un piano negro de cola
más parecido a la desnudez que a la música.
Aún no sé muy bien
si llamar a la policía
y decirles de una vez por todas:
Esta muchacha tiene algo sospechoso
no atino muy bien a saber qué es
pero merece ser interrogada
en un salón con poca luz
y vidrios que no dejen ver al otro lado.
Porque bastante merece la sospecha
mirar cómo pasa la vida frente al televisor
y sonreír cuando todo se apaga.
Radiación de fondo
Barras de superficie irregular
hombres que posan sus codos encima como anclas
platos con carne hirviendo
botellas, orinales, espejos, puertas
mujeres elípticas y cantineros viejos
brechas tremendas se abren entre las cosas
irreparables como una silla que perdió la pata
o una estrella que se decidió apagar
los boleros llegan después de un siglo
(nadie sabe si se canta o se recuerda).
Sé que allá afuera
hay regiones iguales a esta
donde todo se aleja a su propio ritmo.
El universo se ve casi igual
por donde sea que se le mire.
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