Manuel Magallanes Moure
Manuel Magallanes Moure. (La Serena, CHILE 8 de noviembre de 1878 — San Bernardo, 19 de enero de 1924) poeta romántico , dramaturgo y periodista chileno.
Fue periodista, y crítico en Las Últimas Noticias y en El Mercurio, donde utilizó el seudónimo de “M. de Ávila”. También fue editor de la revista Chile Ilustrado y colaboró con la revista Juventud.
Su padre fue Intendente de Coquimbo y miembro de la Corte de Apelaciones. Realizó sus estudios humanísticos en Santiago. Vivió largos años en la ciudad de San Bernardo, en la calle Eyzaguirre donde realizaba tertulias literarias.
Se casa en 1903 con su prima Amalia Villa Magallanes. Se desempeñó como Secretario Municipal y Alcalde de San Bernardo. Funda en 1911 el periódico La Reforma que se mantuvo hasta 1916.
Vinculado a los escritores Pedro Prado, Baldomero Lillo y Augusto D'Halmar, perteneció al Grupo de los Diez, grupo de creadores pertenecientes a una multiplicidad de expresiones artísticas a comienzos del siglo XX. Fue integrado a la antología Selva Lírica, compilación que incorporó a los poetas más conocidos de la época. En 1914, fue jurado de los Juegos Florales de Chile, donde Gabriela Mistral obtuvo el primer premio con su poema: Los sonetos de la muerte
Incursionó en la pintura, presentando una exposición publica en 1916. En 1918 funda la Sociedad de Conferencias Publicas en el salón de la Escuela Superior de Niñas Nº2. En 1922 viajó en misión oficial a Europa.
El poeta tuvo gran popularidad en su tiempo. Sin embargo, como en todo orden de cosas, no faltaron los críticos a su tarea. Y los eruditos de costumbre, con cejas enarcadas y ceño fruncido, no encontraron nada más loable que desmejorar su labor, aduciendo que su poemática poseía imágenes gastadas, era anémica, vago el objeto poético, había torpeza para entrar en el campo metafísico, se tropezaba con un romanticismo de segundo plano y existían influencias mal asimiladas de Darío, Nervo, Maerterlinck, Samain, Espronceda, objeciones, como se verá, ciertamente mortificantes y definitivas, que dejaban en un pie mínimo la tarea de Magallanes Moure.
Pero era la visión de los académicos y cierto críticos literarios, los cuales, en general, nunca están de acuerdo con los gustos del lector, que es, a fin de cuentas, el fin último de cualquier obra literaria, aunque ellos crean, en su soberbia e intolerancia, que su preeminencia debiera ser lo óptimo y concluyente. También hubo ojos hacia el débil sentido de la realidad, lo cual ciertamente habla muy bien de los románticos y no en contra. No obstante lo anterior, y pese a la reticencia de ciertos criticastros y poetastros, la poesía de Magallanes Moure fue bien recibida por el lector, valoró su esfuerzo, no le pidió más de lo que podía hacer (gran sabiduría popular) y sus poemas aún permanecen en la memoria de muchos por su frescura, su sencillez y flexibilidad; la hondura de quien se acerca al corazón, cierta ingenuidad, algo de paz y monotonía que nunca molestó, denotando en definitiva buen gusto y sensibilidad, además de ser agradables y bellos.
Y una cosa importante: se presentan lejos de la jerigonza, el enrevesamiento y la oscuridad. Gabriela Mistral, no ciertamente objetiva (no tenía por qué serlo) derramó palabras de elogio para la poesía de Magallanes Moure: “ Es una pena que tengamos tan desacreditado el elogio en América, que no significa nada decir que la poesía de Magallanes fue la más pura, porque se ha dicho eso precisamente de muchos. Pura, por la ausencia de didactismo, por un desinterés total de doctrina; pura por escrupulosa en la técnica y por ceñidamente sincera”."(Jorge Arturo Flores, semblanzas Literarias)
Falleció el 19 de enero de 1924 a los 45 años de edad y dejó una considerable obra poética.
Obra
Facetas. 1902, poesía
Matices. 1904, poesía
La jornada. 1910 poesía
Lluvia de primavera. 1912, teatro
¿Qué es amor? 1914, cuentos
La casa junto al mar. 1918, poesía
Florilegio.
Sus mejores poemas. 1928 (Corrección la obra fue realizada en 1926 por la Editorial Nascimento, selección de Pedro Prado. 179 páginas.2 )
Movimiento, generación o corriente[editar]
"La poesía de Manuel Magallanes Moure se enmarca dentro del contexto del romanticismo, lejos del realismo criollo y del naturalismo crudo de los escritores de su época. Y como todo romanticismo que se precie de tal, el trabajo del escritor rumba sus pasos hacia versos sencillos, simples, de mucho sentimiento, donde el paisaje, especialmente todo lo concerniente al mar (buques, playas, olas), cobra especial realce. Dentro de este aspecto, el amor es el artífice de su producción".(Jorge Arturo Flores, Semblanzas Literarias.cl)
LA SIESTA
En el vetusto corredor, tendido
sobre una confortable mecedora,
paso, en dulce quietud, la ardiente hora
del calor, a la sombra guarecido.
Sobre el extenso campo adormecido
derrama el sol su lluvia abrasadora,
y es hálito de fuego que devora
el aire que circula enardecido.
Mis párpados se cierran dulcemente...
embriaga mis sentidos y mi alma
tibio aliento de cálidos aromas.
Mientras escucho en sueños, vagamente,
que alzan, en medio de enervante calma,
su monótono arrullo las palomas.
Cartas de Gabriela Mistral, dirigidas a Manuel Magallanes Moure, Concepción, Chile
Poema Alma mía
Alma mía, pobre alma mía,
tan solitaria en tu dolor.
Enferma estás de poesía,
alma mía llena de amor.
Crees que la vida es un cuento,
crees que vivir es soñar...
Pobre alma sin entendimiento,
hora es esta de razonar.
Ve que la vida no es aquella
que te forjaste en tu candor:
la vida con amor es bella,
pero es más bella sin amor.
Ve, alma mía, pobre alma mía
ve y empéñate en comprender
que el amor es melancolía
y es amargura la mujer.
Sin amor y sin sentimiento
serás fuerte, podrás triunfar.
Alma, la vida no es un cuento;
alma, el vivir no es el soñar.
Que en ti el vivir no deje huella
ni de placer ni de dolor:
la vida con amor es bella,
pero es más bella sin amor.
Sé cauta, sé diestra, sé fría;no te dejes enternecer
que es el amor a la mujer
por tu amor a la Poesía.
Coge, alma, la flor del momento
y no la quieras conservar.
Si se marchita, échala al viento,
que lo demás fuera soñar.
Esta mujer es como aquélla:
todas son fuente de dolor.
Alma mía, la vida es bella,
pero es más bella sin amor.
Y mi alma dijo: «En mi embeleso
oí tu voz como un cantar.
¿Sabes? Soñaba con un beso
robado a orillas de la mar
Poema Amor
Amor que vida pones en mi muerte
como una milagrosa primavera:
ido ya te creí, porque en la espera,
amor, desesperaba de tenerte.
era el sueño tan largo y tan inerte,
que si con vigor tanto no sintiera
tu renacer, dudara, y te creyera,
amor, sólo un engaño de la suerte.
Mas te conozco bien, y tan sabido
mi corazón, te tiene, que, dolido,
sonríe y quiere huirte y no halla modo.
Amor que tornas, entra. Te aguardaba.
Temía tu regreso, y lo deseaba.
Toma, no pidas, porque tuyo es todo.
Apaisement
Tus ojos y mis ojos se contemplan
en la quietud crepuscular.
Nos bebemos el alma lentamente
y se nos duerme el desear.
Como dos niños que jamás supieron
de los ardores del amor,
en la paz de la tarde nos miramos
con novedad de corazón.
Violeta era el color de la montaña.
Ahora azul, azul está.
Era una soledad el cielo. Ahora
por él la luna de oro va.
Me sabes tuyo, te recuerdo mía.
Somos el hombre y la mujer.
Conscientes de ser nuestros nos miramos
en el sereno atardecer.
Son del color del agua tus pupilas:
del color del agua del amar.
Desnuda, en ellas se sumerge mi alma,
con sed de amor y eternidad.
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