Egidio Poblete
Egidio Poblete Escudero (Los Andes, Chile 1868 - Valparaíso, 1940) Escritor, periodista y traductor. Como periodista, utilizó el pseudónimo de "Ronquillo". Publicó el libro de poesía "Minuta" en 1938 y tradujo "La Eneida" de Virgilio.
PAZ DEL ALMA
Cuando contemplo, niña tu pupila,
el cielo veo de las horas bellas:
la misma azul profundidad tranquila,
el mismo suave luminar de estrellas.
Pero, ¡ay!, el cielo más azul esconde
el turbión que con furia se desata,
y allí también al vendaval responde
el rayo vibrador, que incendia y mata.
Evita, niña que en tus dulces ojos
se encienda el rayo de pasión violenta;
teme la tempestad. Sólo despojos
deja en los corazones la tormenta.
Guarda cuidosa tu risueña calma,
la fe conserva que jamás vacila,
y sea signo del cristal del alma
la azul serenidad de tu pupila.
Minuta
Autor: Egidio Poblete
Santiago de Chile: Impr. Universo, 1938
CRÍTICA APARECIDA EN EL DIARIO ILUSTRADO EL DÍA 1940-06-09. AUTOR: CARLOS RENÉ CORREA
No hace aún mucho tiempo falleció el autor de este libro, cuyo nombre ha quedado en la categoría de los clásicos chilenos. Recordamos al autor de la traducción de “La Eneida” de Virgilio que le mereció el Premio Roma de literatura; don Egidio Poblete nos dejó sus célebres cuentos firmados por “Ronquillo” y otras obras de imaginación que le han dado un lugar de selección. Entre toda esa labor no podía faltar la poesía; pues bien, oculta bajo un título vulgar si se quiere, don Egidio Poblete reunió sus mejores poemas; versos sin exaltación moderna, pero robustos y armoniosos; poemas en los que campea más el profundo concepto que la imagen novedosa y llena de colorido. Tal vez él no necesitaba de lo nuevo sino que se alimentaba con sus clásicos latinos y griegos a quienes conocía y admiraba.
En la dedicatoria de esta “Minuta”, que ofrece a su esposa, dice:
“Nuestras vidas han sido como el hondo
y apacible correr de un arroyuelo
que deja ver las guijas de su fondo
y, nublado o azul, refleja el cielo”.
Don Egidio Poblete era hombre de fe en Dios, de vida acrisolada entregada siempre al trabajo, al estudio, a la investigación. En los ratos de solaz se dio, sin duda, al esparcimiento noble de escribir estos poemas que entregó sin pretensiones de ninguna especie, sino solo con el deseo de procurar la alegría espiritual de sus lectores. Así nos dice:
“Mas te debo advertir: en la Minuta
nada hallarás que huela a impresionismo;
todo camina por la antigua ruta,
que sienta mal a un viejo el modernismo”.
Don Egidio Poblete nos ofrece sus poemas escritos no noble factura rítmica; no podía hacerlo de otra manera quien se dio por entero al cultivo de un conocimiento íntimo y fructífero de los clásicos. Ciertamente que su poesía desmerece a menudo por estar ceñida a cánones demasiado estrechos y difíciles de sortear sin caer en la vulgaridad.
A Virgilio canta así don Egidio Poblete:
“¡Sol del más grande imperio de Occidente,
cisne de Mantua y esplendor de Roma,
Publio Virgilio, salve! A ti, poeta,
que al dulce son de pastoriles flautas,
cantaste un tiempo agrestes melodías…”
Esta “Minuta” es desigual y rara vez nos conduce por caminos de absoluta originalidad poética; eso sí que de riqueza idiomática y de versificación. Tiene mucho de latina la poesía de don Egidio Poblete; la sensación moderna está muy distante del espíritu del señor Poblete en este libro. No es ese su defectos, ya que él fue sincero consigo mismo y cantó el embelezo del amor, de la naturaleza y la amistad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario