martes, 26 de junio de 2012

7158.- ÁLVARO OJEDA




Álvaro Ojeda (Montevideo, 1 de abril de 1958), poeta, periodista, cuentista, letrista, crítico y novelista de Uruguay.
Su obra ha sido publicada en diversas revistas literarias de Argentina, Colombia, España, México, Hungría y Polonia. Junto con Silvia Guerra realizó una muestra de la poesía uruguaya actual para la revista “Ruptures” de Montreal, Canadá (1995). Se desempeñó como colaborador del suplemento cultural de la revista literaria "Hermes Criollo", Cuadernos de Marcha, la revista de la Academia Nacional de Letras del Uruguay, y del apartado cultural "Culturas", del diario El Observador de Montevideo. Actualmente colabora con el Semanario Brecha, y con el suplemento "Cultural", del diario El País de Montevideo, así como la Revista Malabia de España. Fue jurado de diversos concursos literarios, destacando el concurso de la última Feria Nacional de Libros y Grabados (1995), en poesía y narrativa. Representó al Uruguay como expositor invitado en varios encuentros y congresos literarios a nivel internacional, destacando la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires en 2006. Co-condujo junto a Luis Bravo, un pequeño ciclo radial para Jóventango, a principios de la década de 1990. De 2005 a 2007, se desempeñó como columnista del programa literario de radiodifusión nacional del SODRE, CX-26, "Sopa de letras". Es miembro fundador de la "Casa de los Escritores" del Uruguay. En 2008, su novela "La Fascinación", fue seleccionada como una de las diez finalistas del Premio Iberoamericano Planeta-Casa de América de Narrativa.

Obras

Poesía:
"Ofrecidos al mago sueño" (Ediciones de la Banda Oriental, 1987)
"En un brillo de olvido" (Ediciones de la Banda Oriental, 1988)
"Alzheimer" (Ediciones de Uno, Montevideo, 1992)
"Los universos inútiles de Austen Henry Layard" (Editorial Último Reino, Buenos Aires, 1996)
"Substancias de Calcedonia" (Revista Artefacto Literario, 2002)
"Luz de cualquiera de los doce meses" (Editorial Civiles Iletrados, Montevideo, 2003)
"Elibúfero", (inédito).
"Para la ocasión de crearse el rocío", (inédito).
"Una celada para Philip Marlowe", (inédito).
"Cul-de-Sac" (Editorial Artefato, Montevideo, 2004)
"Toda sombra me es grata" (Editorial Artefato, Montevideo, 2006)
"Aceptación de la tristeza" (Estuario Editora,con el apoyo de la Fundación Mario Benedetti, Montevideo, 2011)

Narrativa:
"El hijo de la pluma" (novela, Editorial Planeta, Montevideo, 2004.)
"La fascinación" (novela, Editorial Planeta, Montevideo, 2008.)
"Máximo" (novela, Editorial Planeta, Montevideo, 2010.)

Premios

1982 - Mención en el Concurso "12 de octubre", organizado por la Embajada de España en Uruguay.
1983 - Mención en el concurso de la "Casa del autor nacional".
Mención en el Segundo Concurso de poesía ciudadana de "Joventango".
1989 - Primer Premio del Concurso "Cuadernos de Marcha".
2008 - Clasificado entre los diez finalistas del II Concurso "Casa de América", de Narrativa 2008, por la novela "La fascinación".



Toda sombra me es grata   




Dermografismo

Campo devastado la piel
escribo: campo devastado
la piel devastada del mundo
en la piel de cada hombre
hueca en la luz vacía
del mundo
escribo: participios de la piel
la palabra reposa en la palabra
pero el mundo carece de inclinación
tabla roturada piel del mundo
sin inclinación precisa
se vive como en un bostezo
los marineros de colón
empeñados en el mar de los sargazos
asumen que el mundo no sopla
deriva como una nostalgia del recuerdo del amor
en la piel
salada piel marinera sin inclinación
escribo: participios de toda palabra
encomendados al recuerdo de la nostalgia del amor
bruna temeridad
en la escrita piel del mundo
tachadura borroneada
está quieta la mar
nada se asoma
hundida está la mar
como recelo
y recelando a solas como velo
de palabras
se aquieta la mar
la piel del mundo
y en cada piel
un hombre
y en cada hombre
la palabra
aquí y ahora para qué
fragancia mínima del alma
cuello de cisne
la piel en la palabra piel
y en aquella veta roturada
el poeta
rasero de la encía de la lengua
inclinada su suerte la palabra
matriz en una
rasgo en la otra
incendio siempre incendio y maravilla.





Comentarios a la ruina de la historia

Si ves al futuro, dile que no venga
Juan José Castelli, 1813

La parte más cruel: lo sucedido
en la perpetua presencia del presente
ya somos demasiados
tantos como nunca contaron los que hacían las levas
o las movilizaciones generales
cuando asesinaban a algún archiduque
y decretaban un estado de presente perpetuo
que sólo borraba la muerte
chocando contra alguna trinchera
ella y nosotros
partiendo el trozo que el tiempo no asignaba

cierta vez
victorioso avanzaba en un 306 puente carrasco
abrazado a los caños que sostienen pasaje y conducción
los que llevan y los que son llevados
cierta vez
vi separarse las aguas del mar rojo
con sus peces viviseccionados detrás de mí
tantos
que el furor me golpeó en la nuca y me hizo parpadear
contra el muro incontrastable del futuro
que me absorbía y absorbía mis manos
atadas a los caños cromados del 142 puente carrasco
en espera de vencer
de ser el general del efímero dominio
del futuro
cierta vez
victorioso avanzaba desde el niño que fui

aprendimos a desear el cielo dentro de un 161 aduana
cierto día de diciembre
puro descreimiento y algunas virtudes innecesarias
la presencia de la casa schinca regalos y útiles escolares
y el temblequeo de los anaqueles cuando pisábamos
los largos listones de madera del piso
mi madre aullaba
un ciclo abría sus fauces
pero nunca lo supimos
aún no lo sabemos
tragados como un patio baldeado con creolina
con ese olor picante que traspasa el orgullo vacío
a la niñez
nos presentamos hoy
al cielo insustituible que la avenida general flores
envuelve para regalo

está de más que lo sueñes
nadie recuerda esta historia
con aroma que memoria
trasiega, nunca te empeñes.
abreva, no desempeñes
gusto de menta vencido
que se agita en el perdido
recodo de algún osario,
no se vacía un estuario
con un verso mal medido.





Orquestas típicas

No veo los violines aquí
escucho la distancia de los violines
huella zumbona
profunda cinta azul
que no veo pero conozco
en su azul goteo sin piedad
los violines untuosos
aserrados
los violines demoledores
que agregan soledad al discernimiento
trampas al solitario
levedad al llanto de una mujer
violines de color azul
solapas de un mar encuadernado
decía aquel bandoneonista
decía que lo más difícil
fue aprender lo que suponía conocido
la cocina
su estruendo de olores
el espacio reservado a la resurrección
decía aquel bandoneonista
supe que mi corazón
latía
el paisaje del corazón latía lánguidamente
bandada de fondo en la inmensa pena de un tango
brillando como dolor antiguo
vibración de un abandono
que permanece cuando todo se ensombrece
de azul.


Poemas del libro Toda sombra me es grata
 (Artefato, Montevideo, 2006).





Esta mano podría condenar a Marat 




“Por imperativo de su sensibilidad muestra el hombre una tendencia tan invencible a ser feliz, como el fuego a subir.”
Conde de Volney

“¿Y hacia dónde se extenderá esta ciudad monstruosa?.
Daniel Defoe

“Pero si un cordero fuera a decirle a un lobo: tú faltas al bien moral y Dios te castigará, el lobo respondería: yo satisfago mi bien físico y al parecer Dios no se preocupa mucho de que yo te coma o no.”
Voltaire



Los caballos de Nerva

(moneda romana 98 d.C.)

Abolidos quizá
deshechos todos
en un campo pacían levemente
los dos lentos caballos del correo de Nerva
una fragancia antigua rugía en el sendero
como en perpetuo hervor las nubes olvidadas
desde otro cielo solo
desde el ubérrimo pacto y la dorada
certidumbre del hombre
que ha sido concluído con la tarifa justa
la pagada nación
la sola vida

Las inmensas pasturas donde pacen los lentos
pesarosos caballos del correo de Nerva
dan descanso pequeño al gris polvo del humo
en sus huecas pirámides
vapor de promesantes
torres de velas simples
allí sin emociones los caballos augustos
celebran una paz que está inclinada.






El véspero en Bizancio

Recordaba aquel sueño brevemente
un yermo un erial una salina
estos espacios dije
podrían contener la fuga del ocaso y sus misterios
el perfil que las murallas urdían en el Cuerno de Oro
sus trueques imposibles
y despejar con breve ala el fugaz cautiverio de la noche
entonces dije
¿quién movería la tensa cuerda del incensario?.






Fragancia desde el escenario

Desde fuera, en arroyo de vértigo,
en pequeña ilusión, en duermevela,
todas las tropas confusas y sedientas,
vuelto en las lentas ociosidades sordas
o en su ignorancia,
tercamente,
las mercancías se acomodan,
lustrosas iguanas inocentes,
pasajeras del mundo, mundo mismo,
se ordenan como nombres,
como lentos senderos a las cosas,
a los hechos,
y en la tarde gaseosa de Vichy
los instrumentos se arrebatan de nombres,
cuelgan las luces desde la memoria,
abolida memoria,
una hilera que llega, una marisma,
candeal de inconsistencias,
vacío, crispación y dulzura,
como los hondos suspiros del tramoyista
que su obra no contemplará.







Cosmé Tura, museo de la Catedral 1469

Los motivos posibles fueron cuatro:
el arcángel Gabriel
la princesa Sabra
San Jorge y el dragón
la Virgen anunciada

no más de cuatro golpes de victoria
sobre la muerte ruin sobre la muerte
con la certeza de un escaparate,
y en su pequeña habitación de luces
pudo con previsible fé explicar duelo antiguo
sus profundas razones
sus destellos

pudo con las pequeñas luces de Ferrara
ocultar pesadumbre y desierto
tocando una ilusión de breves dimensiones
una ilusión
que asaltara al visivo caminante de pena
con ardores de vana necesaria primicia

y pudo más entonces que la rala reliquia
enastada en legión de torva duda

Es ciertamente exacto
el gigante cabalga desde su pobre vida
y fulgurante acecha
la mano que de breve se adelanta garbosa
dando un toque de roble
al venero sangrante del San Jorge de Tura
Es ciertamente exacto
que una causa en la cueva donde el hombre habitaba
fuera la lanza antigua
asida como un sueño pero tramada y dulce
un espectro de líneas
una noche completa

La historia se asomaba a su espaldar de angustia,
se le dieron a Tura once marquesanas
para ocultar del hombre la fuga luminosa..-






Los permanentes raptos de Lucrecia

Caracalla decía: esquilar las ovejas
no despellejarlas
actuar con la serena eficiencia del recolector
que apacienta los rebaños ajenos
enfrenta a la naturaleza
y aguarda como un mástil la perenne belleza
del despojo

Las circunstancias juegan en el jugo de la retina;
las ropas caídas
las manos que no alcanzan a cubrir
la luz
la luz sucesiva cadena de limaduras
de otros recuerdos
Caracalla decía: esquilar con paciencia las ovejas
enfrentar con serenidad el despellejamiento de los miserables
aguardar el amarillo cuenco vacío de la luz
en los focos totales de la noche.
Montevideo,24 de abril del 96








La pavorosa revolución

“en la orquesta sonó el último tango”
impropio fin para la escueta cifra
oculta en frases en cadencias en notas
la quieta recepción la impuesta muerte
¿dónde vagar entonces?
¿a qué escándalo tiende tanta impávida sombra?
¿flor oculta o vencida?
pavorosa en amorfo caserío de espuma
una bala maciza tiene sed de estipendios.







La memoria

Tantos esclavos tantos enemigos
los lugares
el artesonado y las copas vacías
las ganancias
los mismos escenarios repetidos en daguerrotipos
y videos
franjas y parcelas
divisiones de oficinas
mamparas

faltan falaces la égloga y su prado
resúmenes perdidos de Virgilio
desposeída Arcadia
naranja y flor antigua
Tantos esclavos tantos enemigos

Una mano
una aldaba de bronce
aleación poderosa que lanzaba los carros
en la estepa amarilla de los hititas rojos
es señal de aposento
fanal baldío y pobre

En los daguerrotipos
la imagen movediza demoraba en fijarse
y sólo arquitectura nos queda del pasado
firme vacío a cuenta de la forma del hombre.






Sobre las cosas en el Hades

Viven legitimados en la victoria
como un trofeo antiguo repetido en la carne.


A la hora señalada

Podría suponer
-decía David Hume-
que la carta arrojada sobre mi pulcra mesa
ha llegado a destino como una jabalina
lanzada desde el tronco de un hombre innominado

Incluso suponer el vértigo del viaje
los marinos que abrevian las tormentas con humo
las velas que refulgen como un elfo de brillos
el sudoroso mar el negro ponto
y sus breves callejas con cimera espumosa

Llegada está la carta
cadena sucesiva
la suma necesaria no será reclamada
por ningún acto propio
en sí nada ha pasado
la herrumbre es la marca del transcurso del tiempo
la floración o el gusto mohoso de la muerte
en una carta antigua sobre un pulcro escritorio.





Matronalia

¿Qué hace un varón en fiesta femenina?
¿Qué festejo o ración le figura al corazón
su algarabía?

razón de sobra ha puesto al mundo en anunciado
amor
visitación y margen
posible apuesta donde la fiesta humana
comulgue una vez en creación
en nube augusta nube ya nacida
aquí está el corazón aquí la quilla.






Egloga

Las nubes túrdidas
los mirlos de segmentos de Europa
la parda realeza del saviá
calco del silbo en el zorzal lejano
que adiestra pálida nostalgia y desierto
sucesivo,

nubes que no pastores de Arcadia
frentes que el deseo de ilusión ha poblado
capitanes que derivan su carraca de arena
en una curva de leños astillados
mares de nubes en proporción sesgada y polvo
sucesivo,

ronca rojiza aurora
laboriosa candela y mármol coliseo
rosáceo mar infértil que la línea alboroza
de línea antigua y vista y sugerida
línea de nubes dulcímeres y mármol
favor de valerse en esta oscura tierra,

el véspero en Bizancio
descenso de luz en calles peregrinas
final cuenta final de la lumbre en Bizancio
y una fluyente turba de sonidos
vulgaridades y entremeses
nube de cielo ingrávido en la cupula bruna,

hoy ha quedado el patio cubierto de raíces
mecidas y loteadas como playas de nombres
ensenadas de estopa crujidora
basaltos en tus pies de custodia
las raíces del patio
que repiten los pastores de Arcadia
nubes que no pastores
como en la selva antigua, la rala selva antigua
silba la nube túrdida de segmento y papiro.






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