HUGO GONZÁLEZ DIÉGUEZ
Holguín. Cuba. 30/4/1975. Licenciado en Psicología. Su poemario Las Baladas Impuras, Ediciones Holguín.
En el camino
Otra vez estoy con Jack Kerouac en el camino.
Tengo las pupilas asombradas de horizontes,
de la salvaje inmensidad americana.
hacia el oeste en pos de una nueva fe.
Desde New York a Frisco alucinados,
hasta que vayamos a dar con nuestros huesos
a las aguas del pacífico.
Por las carreteras de Ohio e Illinois
vibra en el viento el hechizo del be bop
y en cada pueblo hay una risa de ramera,
un trago de whisky sin desayuno,
y un perro vagabundo que olvidar.
En cada pueblo el silbido de los trenes
inquietando el amanecer.
La mesura postergada hasta mañana.
Mañana, una promesa para ser maduros tomorrow
y estas ganas de vivir que de tan intensas duelen en el pecho.
Hoy sé que Arkansas no puede amedrentarme
con la vastedad de sus llanuras.
Tengo al alcance de mi anhelo
las piernas hermosas de Mary Lou,
el genio loco de Dean,
la grandeza de una pequeña amante mexicana
para tomarnos todas las cervezas
y comenzar a ser viejos cuando acabe el tiempo.
Perder al poker en Denver el chaleco y la cordura
no parece ser un buen negocio.
ni robar autos para huir del destino
comulgando con Miles Davis a la vera de dios.
Welcome to the jungle,
estamos en Los Ángeles,
la ciudad de los demonios.
Donde los junkies se doctoran en la metafísica del humo
y los policías mueren de amor en los burdeles.
Donde el buen jazz se toca bajo tierra
porque en cualquier sótano se está más cerca del infierno.
Algún día volveremos al este.
Tal vez me dedique a ser feliz y deje de escribir,
pero el viaje continuará infatigable.
La generación beat no conoce el descanso.
EL PLACER DE LOS ADVERTIDOS
JOHNY Y EL RUBOR DE LA MANZANA
A John Coltrane.
Un guiño cómplice me acorta la distancia
dos notas dulces por una violenta
surgen en la vigilia, en el descanso
para aliñar la confianza de la noche.
Es John Coltrane que burla a su perseguidor
con la ayuda pulcra que le ofrezco
a cambio me regala la ternura
y toda la malicia del jazz.
John, que mordió la gran manzana
no la de aquel primigenio que era de carne
sino la de asfalto presuntuoso
dueña de la carne y el vino
de la fermentación sutil del sexo.
Con todo no me alcanza el rubor
para esconder al hombre que le venera
bandoneón y acento porteño bajo el brazo.
Aparento sucumbir ante la separación
y la suerte enajenada de mi isla
John se va a masticar una tonada
seguro en su pináculo
sin sospechar que de Holguín a Manhattan
no hay más que un toque de saxofón.
BALADA IMPURA
A Bon Scott
Soy un canto otra manera de ilusión
borracho con el goce de alguien que muere por segunda vez
porque morir es el error.
Si son regalos el whisky y el caviar
las ninfas húmedas el verdor de los dólares
morir se torna imperdonable.
Busco el devaneo dionisíaco del rock and roll
vida en cántico violento
que me marca las ganas de llegar
estrella pactada con el demonio.
Y no me eclipso
porque soy solo un canto otra manera de ilusión.
MEMORÁNDUM
Que solo nos han dejado el coraje
Solo y maltrecho contra la impunidad
para servir de pasto a los peces vampiros
de regalo a una hoguera arropada
por nuestro propio escepticismo.
Me ahogo, siento que me voy con la marea
empiezan los festejos
tanto placer y tanta cólera
es malsano comprobar
que ladramos a la luna en dirección equivocada.
Una generación de miles de James Dean
que buscan canciones y pistolas
versos y coartadas para burlarse de ellos mismos.
Sin embargo tengo que recordarles
la mentira quiere jugar al coraje
me dirán que aguardemos la lluvia
el uso erróneo del trabajo digno
y quizá les reivindique la elocuencia
pero no puedo despedirme tranquilo
dentro de un disfraz de alegría prestada
contracorriente siempre
nos desgastamos en la costa el mañana
el vuelo astuto de quien sonríe para no caer
y no caigo aún me quedan acrobacias
perdonen este morboso regocijo al recordarles
que solo nos han dejado el coraje
amigos míos.
ÚLTIMO DIÁLOGO
Mírate las manos y pregunta por tus muertos
escarba no te quedes de fiesta
tus muertos y yo nos conocemos
hubo juerga y trabajo forzado
para que los visionarios mitigaran la sed.
Mírate pero hazlo lúdica y feroz
que las malas lenguas te emponzoñen las sábanas
el antídoto de mi sudor las cuidará
porque es preciso buscar el rostro de la muerte
acecharle los ojos como quien besa
a un bebé abandonado entre los autos
ante el albor de los suicidas, sonriente
impune después de la condena de tus muertos.
Ellos no te prodigarán la ruina
sólo desean que los mimes como a aquel niño roto
por ti dejan marginada a la barbarie
su estilo es de lánguido correr
disentir cuando el hambre lo permite
conspirar para que te salves de la realidad.
LA RÍTMICA DE MOBY DICK
A John Bohan.
Los ángeles te buscan por bares y cloacas
sé que sus heraldos te llamarán a la cordura
ayúdame antes a llenar de escaleras los tejados
quizás aquella muchacha
que ambos amamos por su adicción en soledad
pueda, por fin, acompañarte
dile que me telefonee desde el cielo
si encuentra la respuesta al acertijo.
Yo alimentaré la palabra de Woodstock
que desnuda de conformidad al alma
esa palabra que sangra porvenir
Ahora no me dejes vacío de sombras el cuarto
las necesito para crearte las manos
registrar cada oquedad de la fantasía.
Los espasmos de la libertad pueden sucumbir estancarse
pero las canciones permanecen hasta el final.
Este es mi adiós y mi confianza
gracias por agriarme las fresas
creo que necesitaba esta partida de dados
la locura de conjurar al elfo y a Moby Dick
los juglares de Tolkien sellarán el pacto.
Ya sé que se hace tarde entre los vivos
no olvides cerrar la ventana cuando salgas.
VIAJE (primer capítulo)
Cuando se acabe el asombro
los trenes me devolverán la niñez.
Con el sueño recostado a sus cristales
veré pasar los rostros de la tierra
animales domésticos como licántropos
y la fuga de la luz sobre los tejados.
El reflejo de ayer me velará los ojos
para concluir que la niñez fue mi mejor papel.
LA CHICA DE IPANEMA
La tibieza de un cuerpo se me derrama
su piel juega a perpetuar el trópico
la voluptuosidad en el apetito del bossa-nova.
El arrullo de la arena por verla pasar
me pone en el vientre una plegaria a sus senos.
Un traje de baño arropa la agitación
culpable es el gigante que pare ritmos
y las mujeres con el carácter de la amazonia
frágiles ¿turísticas también?
de cualquier forma la plegaria va in crescendo.
Ya no se tornan soliloquios
no están diáfanos como el mar
ambos tienen fértiles destinos sobre mis manos
saxofón de opulencia y bienvenida
lúdica quietud de mi habitación
con sus muslos la quimera va de rojo atlántico
de lecho en telenovela
para que la tibieza de su cuerpo se me derrame
y la voz de nínfula de Astrid Gilberto
prosiga su vaivén por la playa
junto a la cabecera de mi cama.
DE CÓMO HACERLE EL AMOR A UNA GUITARRA
A Jimmy Hendrix
Yo soy un negro sediento de blues y póquer
en un club agónico de Seattle
tú, el boceto de guitar hero que anhela la raza.
Con tu amante de seis cuerdas
incendias el vicio
en este antro sagrado del rock.
Los altavoces rugen la armonía
amplifican orgasmos insolentes.
Las negras hermosas de fatalidad
sienten la sensual caricia de los acordes
que lamen sus muslos flamígeros
y humedecen la entrepierna.
Míralas, Jimmy, envidian a tu chica
¿son damas o son putas?
qué más da, te desean y eso glorifica.
La belleza siempre unge de gloria lo que toca.
Hoy corren los sesenta
y no voy a dejar que se añeje la esperanza
esa que nos regalas redentora
en un susurro de cambio sobre el viento
rumbo al porvenir de Woodstock.
Mañana serán los setenta
yo sé que tu sadomasoquismo
le dará fuego a tu amante en Monterrey
una jeringuilla te vaciará las venas de futuro
en un viaje que no regalas el boleto de retorno
pero ese es un secreto que debo lapidar
una cruz que me amordaza
para que el canto de tu guitarra
derrame el whisky sobre el reclamo
de las adolescentes lúbricas y las matronas
de la diversión que compromete
para que sigamos siendo negros y felices
Las triquiñuelas con que pierdo cada dólar
me estimulan la fé en la victoria
Fuck on your electric ladylands.
Degusta la inmortalidad
que yo pago la cuenta.
RÉQUIEM PARA UNA GENERACIÓN
La fama fue un gigantesco bumerang
que retornó a tus manos para arañarte la razón
pasos rutilantes confundidos
con los fantasmas inocuos de la nada
y la paradójica anarquía de tu amor.
Tu voz fue el eco de tu propia frustración
enardecido renacer de espíritus rebeldes
que escupían un no rotundo y salvaje.
En tus venas bullía el rock and roll
la magia brutal de la heroína
rabia tantas veces escupida
las notas de una guitarra que cantaba
que rendía culto a la inconformidad y a la esperanza.
El grunge se autodestruye con tu muerte
es la maldición apocalíptica de Dios
la censura por haber retado al mundo
y responder a su amenaza
con una amarga sonrisa y una frase Nevermind
Dame la señal de que aun estás entre nosotros
saca tu voz de las entrañas del abismo
y enarbola con ella tu verdad
sí, porque al fin y al cabo
por absurda que parezca es tu verdad
Si ya tu alma crece de fiereza
para gritarle al mundo su propia desvergüenza
erige, entonces, un torbellino de polvo
una ráfaga de nieve que desgarre este silencio
susurra, aunque solo sea audible para mi
tu propio réquiem.
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