miércoles, 6 de octubre de 2010

1410.- VITO APÜSHANA


Miguelángel López (Vito Apüshana) (Miguel Ángel López) nació en 1965 en Carraipia, población cercana a Maicao, La Guajira, Colombia. Poeta, profesor de la Universidad de la Guajira y productor de televisión. Obra poética: Contrabandeo sueños con arijunas cercanos, 1993 y Encuentros en los senderos de Abya Yala, premio Casa de las Américas. Cuando cumplió 13 años, dejó su tierra natal y se fue a estudiar a Medellín. En medio de montañas, y rodeado de personas que le insistían que siguiera en la ciudad, se dio cuenta de que algo estaba mal en su vida: no sabía realmente quién era. Con esa duda enquistada en su mente terminó su bachillerato. Cuando estaba a punto de registrarse en la universidad decidió renunciar a una educación formal y regresó a La Guajira, la tierra de sus padres y abuelos. “Se dice que es pastor y contrabandista de sueños. Nos trae razones del mañana, a la que considera su hermana, o de su abuela, que es el sueño” (Juan Manuel Roca).



MAKALAIPAO

En Makalaipao la anciana Alasina nos habla junto al café, con la palabra que viene de la calma y nos prepara aquella historia que narra de un animal cercano para cada carácter:

“... su clan tiene como animal acompañante a la avispa brava, pero ustedes se encuentran en el caballo.

Yo viajo como la flor de la tuna sobre la tierra,
con el soplo del viento,
y mi voz madurará entre el pájaro Wainpirai y mi nieta Nimiichon.
dejen que sus piernas tiemblen en el apego de las mujeres.”

Alieetshi, se levanta y nos anuncia:

“Nos iremos en este frescor”

Alasina señala el adiós:
…”verán, allí, en el canto del camino.
en las lagartijas lobos, en los zorros mapurites
cómo el respeto asume el miedo y
la inocencia recibe los secretos del mundo”.





WALATSHI

Mi tío Walatshi ha llegado de donde estaba.
Trajo, en silencio, un antiguo problema de hombres.

Le oímos resollar la ofensa. . . y nos observa la vida.
Su bastón de mando le ordena dibujar en la tierra.
No habrá pleito:
Sus años han encontrado el oculto reposo del dolor.




MUJERES - AVES

En una tarde ocurrió que vi correr a dos alcaravanes. Pasaron veloces por mi enramada,
cantando:
"leu, leu, leu ma... leu, leu, leu ma".

Había luna subiendo sobre el rojo descanso del sol... y los vi perderse por el camino que
va hacia el jagüey de Mariirop. Entrada la noche sucedió un sueño en mí... lleno de
mujeres-aves: estaba jierü-witush, la mujer-azulejo, tejiendo con todos los colores del
tiempo; jierü -wawaachi, la mujer-tórtola, llamaba a sus hijos:
¡traigan la vida aquí! ¡traigan la vida aquí! ;
jierü -shotii, la mujer-lechuza, acechando, desde el fuego de sus ojos, al hombre
deseado; jierü -chünü’ü, la mujer-colibrí, renovando las flores de los sueños olvidados...
y muchas aves y muchas mujeres; jierü -kaarai, la mujer-alcaraván, allá, henchida de
presagios en cada latido de su corazón; jierü-wuluui, la mujer-turpial, repartiendo el
agua fresca de la risa; jierü -iisho, la mujer-cardenal, sosteniendo el entorno en sus alas
rojicenizas.

Al despertar le conté mi sueño a mi madre... y sonrió sin mirarme: "¡Aaa, ella es una
Wainpirai... una mujer-sinsonte!"... y a partir de entonces he venido descubriendo las
plumas ocultas de las mujeres que nos abrigan.






PENÍNSULA

Vivimos entre lo poco y la abundancia,
entre el sueño anunciador y la serena vigilia…
somos la angustia sonriente aumentadora de vida…
somos un dibujo de nudos en la urdimbre del entorno,
la complacencia de ser tierra y respiración, indivisibles.






RECOLECCION DE LO SERENO

Emberá-Katío

Somos frutos del árbol-espíritu,
néctar visual de lo invisible...

Nos maduramos en la recolección silvestre de lo sereno.

Los sabores del mundo se destilan desde nuestros sueños:
y llega el sabor rojo del cuerpo de los bienquerientes,
y llega el sabor luz de las oscuras aves reales,
y llegan los sabores del sonido del árbol guipara, del agutí*
y del tambor-canoa extendiendo la alianza del río alimento.

Las serpientes negras nos anuncian
que el sabor del encuentro
llega con un cogollo de amaneceres de palmitos.



Somos frutos del árbol-espíritu,
néctar visual de lo invisible...

memoria de nutria naciente,
canto-aullido de pájaros-monos,
licor corporal de la selva... precisa.

* Agutí: Americanismo. Nombre de una especie de cobayo.





* * *

Del Libro Encuentros en los senderos de Abya Yala
(Premio CASA DE LAS AMERICAS 2000 )

...del Encuentro Mapuche:

Al pie del fogón

Hemos llegado hasta aquí: hasta los leños ardientes de tu fogón
para volver a reconocernos en los esfumados rostros del pasado.

Hemos llegado hasta el fuego de tu hogar con la sonrisa del que sabe
que sigue pisando suelo materno.
Reiniciando el relato de la crianza de los primeros abuelos.
Creciendo entre canelos y copihues.
Escuchando las imágenes del sueño del predio azul.
Inventando el aliento...el suspiro en medio de la arcilla,
la hierba y las hormigas.

Estamos alrededor de tu fuego encontrando las palabras del silencio
antiguo: ése en donde anidan los pájaros del festín dela mañana.

II

Al borde de tu luz nos hemos encontrado
para presenciar las heridas de la originaria creencia
de que éramos como el sol, como el azul ilímite,
como el Jaguar genitor, como la serpiente-río, como la lluvia fecunda;
de que éramos como el huemul de las colinas,
como la enterrada piedra del camino, como el Cóndor Apumanque,
como la flor dulce de Nahuelbuta, como el maíz nutriente,
como el sueño fundador...
y en esta agonía sorprender a las ruinas reverdeciendo
en las grietas del propio corazón.

De esa creencia somos su prolongación.

....del Encuentro KOGUI




Palabra

5
Nosotros sabemos que el día
tiene un huequito donde se sostiene el mundo
Ahí ponemos nuestros oídos y escuchamos
los latidos de todos los corazones.

Por eso llamamos a la vida: sereno temblor.




Palabra

6
En Alwaka los pájaros de las frutas
festejan, con pepinillo, el sabor amargo del kanyí.
En Nubiyaka, las mujeres intercambian
las yemas del palmito por las frutas del cacau.
¡Ah! En las terrazas antiguas de Moraka
los espíritus iniciales, nocturnos,
conversan entre cabos de tabaco y sorbos de café.
En Samineyi los Mamas adivinan
sobre piedras húmedas y tejen la música
desde las conchas Kuinguma.

¡Ea! ¡Ea! En Teyuna el Pensamiento Madre
habita entre los sueños de una serpiente bejuquera
y los gritos de un mico mochilero.
En el camino de Mackutama a Seiyua
se observan todos los rincones sagrados para el pagamento,
donde los hijos de la tierra negra tributan a la vida.
¡Kuru kuu! ¡Kuru kuu!... En Chibillongui se escucha
la canción de la luna sobre los hombres y sus sombras:
“...animalillos de luz y pensamiento
en mundo de fuego y canto.
Se les pide armonía en los pasos
y, en la muerte, renacimiento”.






Talourumana

En Talourumana cuelgan, a mi llegada, un chinchorro de curricán
y me ofrecen agua de maíz amarillo para refrescar las palabras
Allí encuentro a mi joven primo Arietush,
hablando, desde el sueño. con los comejenes de la enramada.
Al saludarlo preparamos viaje hacia el cementerio familiar, en Epitsü.
Cuatro chivos rondan, sigilosos, nuestra conversación.
El anciano Saachon humedece a los caballos
y nos despide con dos botellas de Ishiruna.
Los niños nos gritan:
¡Van hacia las estrellas!
¡Van hacia las estrellas!
Y lanzan sus flechitas al cielo
que caen vencidas al pié de un árbol de olivo.

Desde el camino nos reímos, pues, sólo regresaremos
cuando Iwa (las Pléyades) vuelva a iluminar.





Confesión

Nací en los senderos del sur de Abya Yala: la serpiente y el jaguar
me recibieron del misterio suficiente...para guiarme hacia el misterio
insuficiente.

Ayunado entre las hojas de la Ayahuasa y la Ayapana.
Destinado
para la recolección delos guijarros desde los Andes hasta las Rocosas.

He vivido del agua fresca de mi tía cerca del Cotopaxi.

Mi familia se extiende aún en los verdes del Vaupés, donde me ungüentan para el amor y, también, en los lares del Oayapok los cuales camino
en medio de espantos y mujeres señoritas.

Tengo una guarida en los altos de Canaima...y siempre me esperan en las esquinas breves del Cuzco o bajo la sombra de un árbol en el Gran Chaco. Mi espíritu tiene un lugar en la Gran Casa de los Hombres de los Bororo del Amazonas.

Una mujer negra del Baudó, de lengua Cuna, me sigue amamantando.

La Coca y el Maíz continúan floreciendo.




PROMETEO
Revista Latinoamericana de Poesía
Número 86-87. Julio de 2010.

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