viernes, 10 de septiembre de 2010

977.- STEFAAN VAN DEN BREMT



Stefaan van den Bremt nació en Bélgica el 12 de Octubre de 1941. Poeta, ensayista, dramaturgo, traductor y autor de letras de canciones. Desde 1968, ha publicado 18 libros de poesía. En un puñado de palabras, 2002 recoge gran parte de su obra poética, parcialmente traducida al inglés, francés, alemán y castellano. Mi imaginación no es tu esclava, 1982, es un libro de ensayos sobre literatura latinoamericana. Traductor de Verhaeren, Maeterlinck, Brecht y Kafka y gran divulgador de la literatura latinoamericana, ha vertido al neerlandés a Nicolás Guillén, José Lezama Lima, Octavio Paz, Jaime Sabines, Ramón López Velarde y Juan Gelman, entre otros. Sus primeros poemas anuncian el neorrealismo, pero donde hay una pronunciada implicación social. Paulatinamente va afirmándose como el poeta político flamenco de los años setenta. En este periodo su poesía trata de temas sociales como la crisis económica, el desempleo, los políticos y los empresarios. A partir de los años ochenta, su obra se hace más intimista en su contenido y más clásica en la forma. De la poesía política pasa a la amorosa y erótica. En su producción de los años noventa, el juego con el lenguaje desempeña un papel cada vez más importante. A menudo en sus poemas cuenta una anécdota autobiográfica, a la vez que en un nivel más abstracto, tematiza la condición humana…» En Mi imaginación no es tu esclava, 1982, expresó acertadamente su compromiso «personal»: el escritor, el poeta, que quiera contribuir a la emancipación humana sólo lo logrará «mediante una conciencia agudizada de la ambivalencia que hace del lenguaje, del sueño, del amor, del juego, de la imaginación, sendas fuentes de desesperación para todos los espíritus unidimensionales.»



POEMAS DE:
STEFAAN VAN DEN BREMT


¿Era a comienzos de marzo
o era a finales de septiembre?
Y ¿tiene alguna importancia
en qué temporada fuera?
De todos modos, era aquí:
en este país no hay allá.
Estamos en el suburbio,
donde empieza la urbe.





11

(Voz recelosa)

Es un paisaje como un jeroglífico,
donde toda cosa representa otra.
Y nadie a sí mismo (cada cual
se mira en otro como en un espejo).
Es un laberinto sin Dédalo.
Es un paseo sin término

entre túneles del miedo.
Es la gran rueda del deseo,
pasada de rosca en el cielo nocturno.
Es el gran vuelo sin Ícaro.
Nadie se conforma consigo mismo
en esta pequeñez sin límites.

Estábamos donde hizo estragos
la Gran Guerra, donde aún
sabe causar estragos.
Caminábamos donde
cosechan las granadas, donde
en un huerto quiere florecer
el gas mostaza. Andábamos
sobre trincheras cegadas.





4

(Voz afligida)

Todo está consumado
in Flanders’ fields,
toda carne es como
hierba, y germina.

Trajina la madrugada
que va gradando la neblina,
y el labrador ara
hasta la carne viva

bajo la muerte
in Flanders’ fields;
aquí hasta el grano
se entierra en vida.



* * *



Si nos tocara una vez más,
si nos cupiera, correspondiera
hacer lo de antes (contemporizar
con el títere, con un Quisling,
con el pelele), si tuviéramos
otra vez que mover la cabeza,
que no sea para asentir,
sino esta vez para negar.




6

(Voz sensata)

Vivo donde el llano quiere ir cuesta arriba.
Mi ciudad es una suma de aldeas.
Mi país un error en la resta de estados.
Vivo donde queda borrada la montaña.

Circulo a través de un paisaje de piedra.
Mi país es una división de carreteras.
Mi ciudad es un múltiplo de llegada.
Voy hacia una piedra en el paisaje.

Me estanco en una era llena de fronteras.
Mi ciudad se convierte en ciudadela futura.
Mi país es un campo de batallas pasadas.
Me voy hundiendo en la trinchera del presente.
Traducciones de Marco Antonio Campos


_________________________________________



El 12 de octubre, a bordo de la carabela Santa María, el marinero
Juan Rodrigues Bermejo divisa la línea de una costa; el mismo día,
Cristóbal Colón desembarca en la isla Guanahaní
Para Marco Antonio Campos


Nací el día en que alguien mintió las Indias
Occidentales.
El día cuando Cólon se dejó llevar al huerto, yo nací.
Tú volviste sobre ti después de jurar,
en la embriaguez de la víspera,
ser un "italiano desplazado",
alguien "del Duecento florentino".

Aquel día sacó a la luz cuánto amabas a México.
Aquel día, el Duecento se hundió en el Occidente.
Yo vi la luiz el día en que alguien vio tierra, tierra extraña.
Aquel día cuando, al romper, las aguas
se hacían salobres,
e isla mi tierra, yo nací.

[Voegwerk, 2008]

De: Matando al héroe. Traducción
por el autor, Revisión y versión rítmica:
Marco Antonio Campos, La cabra ediciones-
colección alforja, México 2008



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