miércoles, 1 de septiembre de 2010

WOLE SOYINKA [808]



Wole Soyinka

Seudónimo de Akinwande Oluwole Soyinka, dramaturgo, poeta, novelista, conferencista, crítico, catedrático, actor, traductor, político y editor nigeriano.

Nació en Abeokuta, Nigeria, el 13 de julio de 1934. Asistió a la Universidad de Ibadan (1952-54), y luego tomó su doctorado en la Universidad de Leeds, en el Reino Unido. Durante su estadía en Inglaterra, fue libretista, actor y director en el Teatro de la Corte Real en Londres. En 1960, Soyinka regresó a Nigeria y fundó la compañía de teatro Masks, con la cual presentaría su primera obra dramática mayor “A Dance of the Forests”. En 1964 fundó la “Compañía de Teatro Orisun”.

Durante la guerra civil en Nigeria, Soyinka abogó en sus escritos por el alto al fuego pero fue arrestado en 1967, acusado de conspiración con los rebeldes de Biafra, y fue encarcelado en régimen de aislamiento como preso político hasta 1969.

La obra de Soyinka mezcla lo africano con tradiciones culturales europeas, la seriedad de la literatura modernista de la élite, y la actualidad del teatro popular africano; se inspira en los mitos y en las tradiciones tribales, si bien emplea formas occidentales. Soyinka está comprometido vivamente con la justicia social, convirtiéndose en un simbolismo de realce a los valores humanos en el continente.

Él tiene sus raíces en los mitos de la gente de su tribu, los Yoruba, en sus ritos y modelos culturales.

Con la educación en su país y en Europa se familiarizó profundamente con la cultura occidental. Mientras que algunos críticos africanos han acusado a Soyinka de acogerse más a las tradiciones europeas que a las nigerianas, él ha sostenido que "el tigre no tiene que hacer alarde de su tigritude" haciendo referencia al movimiento de Negritud de Paul Brians.

En Madmen and Specialists (Locos y especialistas) (1970), escrita poco después de su liberación de la prisión, la protesta de Soyinka se hace mucho más poderosa.

En 1986 se convirtió en el primer escritor africano y en el primer escritor negro en haber recibido el Premio Nóbel de Literatura. En 1994 huye de Nigeria.

Ha publicado dramas, novelas, poesías, todo ello escrito en inglés. También ha escrito ensayos acerca del mundo africano, la tragedia de Yoruba, los aspectos políticos del lenguaje, las piezas de de Shakespeare, el totalitarismo y las formas de espiritualidad.

Sus libros de poesía son: Idanre y otros poemas (1967); Poemas desde la prisión (1969); A Shuttle in the Crypt (1972)y Ogun Abibiman (The long poem) (1976).

Ha escrito dos novelas: Los intérpretes (1965) y Season of Anomy (1973).

Obras filosóficas: Los Habitantes del Pantano; La Casta Fuerte (1963); El Camino (1965).

Piezas teatrales Death and the King´s Horseman (La muerte y el caballero del rey) (1975); Kongi’s Harvest (Cosecha de Kongi)(1967); The Lion and the Jewel (El león y la joya) (1964); The Trials of Brother Jero (El juicio del hermano Jero) (1964); The Bacchae of Euripides (El Bacchae de Euripides) (1973); Opera Wonyosi (1977), A Play of Giants (Un juego de gigantes) (1985); Requiem for a Futurologist (Requiem para un futurólogo) (1985); Beautification of Area Boy (1994).


Muerte a la aurora

Viajero, debes partir
A la aurora, enjuga tus pies sobre
La humedad de nariz perruna de la tierra

Deja que la aurora sosiegue tus lámparas. Y mira
Languidecer el ataque de las espinas ante la luz
Pies algodonosos para disolver en el azadón
Las lombrices tempranas

Ahora las sombras se extienden con debilidad
Ni muerte de la aurora ni triste postración
Esta suave charamusca, suaves engendros que desisten
Rápidos goces y recelos para un
Día desnudo. Barcos cargados se
Someten a la asamblea sin rostro de la niebla
Para despertar los mercados silenciosos -Veloces, mudas
Procesiones por grises desvíos... Sobre este
Cobertor, hubo
Súbito invierno a la muerte
Del solitario trompetero de la aurora. Cascadas
De blancos pedazos de pluma... pero ello decidió
Un rito banal. Conciliación salvajemente
Exitosa, primero
El pie derecho para el júbilo, el izquierdo para el pavor
Y la madre suplicaba, Hijo
Jamás camines
Cuando el camino aguarda, hambriento.
Viajero, debes proseguir
Al alba.
Te prometo prodigios de la santa hora
Presagios como el aleteo del gallo blanco
Perverso empalamiento -Como quien desafiara
Las iracundas alas del progreso del hombre...

Más, ¡semejante espectro! Hermano
Mudo en el sobresaltado abrazo de
Tu invención -Esta mueca de burla
Esta contorsión cerrada - ¿Soy yo?





Viaje

Aunque llegué al final del viaje,
Jamás sentí que hubiera llegado.
Tomé la carretera
Que sube despacio la cuesta de las preguntas, y que me lleva
Incluso a descender a la tierra que conduce a casa. Yo sé
Que mi carne está limpiamente mordisqueada, perdida
Para el perturbado pez entre las vainas susurrantes-
Yo los dejé atrás en mi ruta

Y así también con el pan y el vino
Necesito la repartición de derrota y carestía
Yo los dejé atrás en mi ruta
Jamás sentí que hubiera llegado
Aunque amor y bienvenida me atrapan en casa
Los usurpadores pasan mi copa en cada
Banquete como en una última cena

Traducciones de Rafael Patiño




Conversación Telefónica

El precio parecía razonable, el lugar
indiferente. La casera juró vivir
sin prejuicios. Nada quedaba salvo
la auto-confesión. “Madame”, advertí,
“Detesto perder un viaje- Soy Africano”
silencio. Transmisión silenciada de
fingida buena educación. Voz que llega
como larga boquilla dorada y tubular, impregnada de lápiz labial
Fui sorprendido por su vileza.
“Qué tan oscuro?”... no había escuchado mal... “
Es usted claro o muy oscuro?
Hedor a rancio vaho de refugio público para telefonear.
Cabina roja, buzón rojo, rojo autobús doble
aplastando el alquitrán. ¡Era real! Avergonzada
por el silencio enfermizo, llevé al límite su
turbación para suplicar explicación
ella, considerada, cambió el tono
“¿Es usted oscuro? ¿o muy claro?” advino la revelación
“Quiere usted decir, cómo chocolate puro, o con leche? ”
Su asentimiento fue clínico, rayando en la frialdad de la luz
Rápidamente, una vez ajustada la longitud de onda,
escogí Sepia Oeste- Africano- tras reflexionar dije:
“lo certifica mi pasaporte” Silencio para un espectroscópico
vuelo de ilusión, hasta que el acento de su sinceridad retumbó
con fuerza en la bocina. ¿Cómo así? dijo condescendiente
“No sé lo qué es”. “No del todo”
Facialmente, soy moreno, pero madame, debería ver usted
el resto de mí. Las palmas de mis manos, las plantas de mis pies
son de un rubio oxigenado. la fricción lo ha causado-
torpemente madame - por sentarme, mi trasero se ha tornado
Negro Cuervo- ¡Un momento madame! sintiendo
su auricular elevarse al sonido del trueno
en cuanto a mis orejas- “madame”, sugerí,
¿no preferiría verlas usted misma?

Traducción de Carlos Ciro y Raúl Jaime




Civil y Soldado

Mi espectro se levantó de entre la lluvia de plomo,
Y declaró “soy un civil” logrando tan sólo
Acrecentar tu miedo. ¡Mas cómo habría
De levantarme, yo, un ser de esta tierra, en aquella hora
De muerte impasible! entonces pensé:
tu batalla no es de este mundo.

Inmóvil permaneciste
Por ambas eternidades, y yo aprendí, sin duda, la lección
En tus prácticas de combate sigiloso.
No dejes que un indeciso neutral vaya en la retaguardia,
Pues tras de ti se abrasará la tierra. Mi dilema civil,
Que aparece de nuevo atrincherando la tierra,
Bajo el ritual de plomo de tus más ávidos amigos,
Te abismó aún más en la confusión y cuando
Me prestaste el arma para protegerme y la
Muerte me guiñó el ojo, tu promesa
Y todo tú se esclarecieron ante mí.




En el curso de mi vida

Espero encontrarme algún día
De nuevo con tu espectro en la trinchera,
Anunciando, soy un soldado. Entonces no habrá titubeo
Y te habré de disparar certero y justo
Con la carne y el pan y la vasija de vino.
Un racimo de pechos en cada brazo y aquella
Solitaria pregunta, ¿sabes amigo, incluso ahora,
El por qué de todo esto?


Traducción de Raúl Jaime y Carlos Ciro




Cuentas bancarias siempre abiertas


Las cuentas bancarias siempre abiertas
Siempre sus saldos en rojo
El efectivo puede asentarse en el papel, todo cuanto dice
Es ¡Pan Pan Pan! Entre un millar de dedos
Asiendo con fuerza en la abundancia, los brazos
Amontonaron tantas lonas de pan que no pueden
Abrazar la humanidad. Cuentas bancarias siempre abiertas
Nunca comprendidas donde
Los niños aplastan cucarachas para merendar
Mientras esperan el regreso del padre forrajero
Los pensamientos de una inocencia hambrienta pueden devenir
Una cocina extraña – brochetas de moscas
En la punta de una escoba; escarabajos asados en su caparazón
Las babosas son reservas comprobadas de alta proteína –
Me han dicho – Nunca lo he probado.
Esperando el regreso del padre forrajero con el saco vacío
De esta forma, él fue y volvió, los dos años anteriores
Mañana él...

Recogí el extracto doblado
Que se había deslizado bajo la reja. Discretamente. Bajo el solemne
Brillo ensombrecido de mi buen amigo y enemigo
El dependiente bancario, guardián de cuello blanco de las bóvedas
Del papel, signos místicos, aquellos círculos y cruces
Que yo cargo. El lenguaje de su extracto establece:
La caridad debe ser calle de una sola vía, no,
La forma de vida de un hombre. Y así como la tinta
En que está impreso, me hago rojo bajo
Mi fraude negro, mi audaz y consabido
“Maldita–sea–se–han–retardado–nuevamente–con–ese–cheque piel–
Ustedes saben, mis derechos, una vez más me doy cuenta
tarde que todo está bien, preséntenlo a fin de mes”
Maldiciendo la última extorsión de la que fui culpable
Por ser presa fácil. Lo he observado–
El último cáliz de unas manos suplicantes es siempre
Más seco que el anterior. Y las ratas, son más ágiles ahora
Cuando sus ojos rasgados contemplan las batallas
Provocadas por mendrugos con sus recién incubadas bocas de avidez...

Ahora que fue hace tiempos, y ayer, y Ahora
Entre más larga sea la tirilla del extracto, más larga es la barra
Del pan, y ahora, nuevamente, el triste extracto
Arruinado por escépticas miradas – pero Él, sabemos,
Devenga el cielo, domina una fortuna cuando pee
Y todo cuanto se lee es ésta única línea, listado de una transacción –
La caridad debe ser calle de una sola vía, no,
La forma de vida de un hombre – Su balance señor
Su balance es esa figura trazada en rojo...
Una página, listo para enrojecer la cuenta, un débito cae abierto en
El crédito a siete años para alturas de siete pisos
De la séptima maravilla de un mundo de bolsillo
La séptima maravilla del plan de mentiras a siete años
Siete veces más grande que el último gran fraude.

Justificar el crédito a siete años para alturas de siete pisos:
“Viviría allí, si pudiera. Yo erigí ese
Modesto monstruo de siete pisos por casa
Pero las obligaciones del plan a siete años exigen
Mi ausencia de allí, ¿y cómo semillas de siete años
No pueden cultivar un simple retorno verde de siete hojas?”

Una hoja de balance ondea, bandera sobre alturas robadas
¿Y quién se hace rojo invisiblemente entre su fraude negro?
Una hoja de balance cuelga en jirones sobre yermos árboles
¿Y quién enrojece invisiblemente entre su negra desesperanza?
¿Y quién enrojece por quien enrojece, y quién da la vuelta cuando

A la luz, a través de esa vía deshecha, un fuego crepitante
Surge de los leños cuyo peso aún arquea
Dolorosamente la espalda de la bisabuela-
y una pregunta marca su peso?


Traducción de Rafael Patiño Y Carlos Ciro




_________


De “Poemas del pan y la tierra”
(Lanzadera en una cripta, Wole Soyinka)
Traducción de LUIS INGELMO



Ujamaa


(para Julius Nyerere)


El sudor es levadura para la tierra
no su tributo. La tierra henchida
no desea homenaje por sus labores.
El sudor es levadura para la tierra
no un homenaje para un dios en su fortaleza.
Tu manos de tierra negra desencadenan
la esperanza de mensajeros de la muerte, de
caninomanoides endogámicos que resultan
más macabros que La Parca, insaciables
predadores de la humanidad, su carne.
El sudor es levadura, pan, Ujamaa
pan de la tierra, por la tierra
para la tierra. La tierra es la gente.




Après la guerre

No ocultes las cicatrices
en la rápida destilería de la sangre
he olido
efluvios de narcóticos conocidos
no ocultes las cicatrices

El tubérculo de nuestra carne común
pisoteado hasta lo hondo de la tierra combate
la muerte, recién cinchado arremete contra el sol
mas temiendo que resulte ser una concha hueca
o que los pies de las vidas recién nacidas
se hundan en el vacío de la falsedad
no hinches la piel ajada de la tierra
para glasear las grietas del tambor

No te cubras de costras
ni hagas del dolor el lamento
de un farsante con mala lengua
su rostro una máscara de velos pintada
el aliento reseco por su propia bilis
un corazón de retazos y una sonrisa de calavera
para burlar los rigores del
exorcismo.

Grietas en la pintura. Legad
los solos latidos del duramen
a los seguidores del velatorio
recién nacidos.



________


¡Ah, Demóstenes!

Me llenaré la boca de piedritas
Demóstenes
No para ahogarme, sino mitad delfín, mitad
Pez martillo de aguas profundas
Cabalgar en las olas embestir contra los rompientes
Que erigen,
Machacar los impedimentos del poder e inundar
Sus torres corrompidas:
Me llenaré la boca de piedritas.

Pondré ortigas en mi lengua
Demóstenes
Y luego frustraré su retracción punzante. Ah,
Que me queme de los pies a la cabeza
Que en cada poro tenga sarpullidos
Para que marchite el poder del tirano
Con una descarga
Pondré ortigas en mi lengua.

¿Pero ha oído hablar del werepe
Demóstenes?
Ni siquiera toda su estoica calma puede apagar
Los abrasadores pelos de esa vaina infernal.
Hace que una reina corra desnuda por el mundo
Una comezón que le dice al mundo que su carne
Está putamente enferma:
Pondré werepe en todas las lenguas.

Pondré un poco de veneno de ratas en mi lengua
Demóstenes
Para picar a los roedores con el beso de la muerte.
Decidiré su destino en túneles oscuros y húmedos

Como habitaciones de sus rehenes
Privados de aire, privados de esa misma luz
Entre sus manos ahuecadas para sumergir su mundo
Pondré un poco de veneno de ratas en mi lengua.

Me meteré todos los dedos en la garganta
Demóstenes –
Para sacarme un chorro de bilis y ahogar al mundo.
Está petrificado, Demóstenes, puras formas
Usurpan los corazones que conocíamos, puras raspaduras.
Este tartamudeo no se convierte en el mundo,
Esta lengua de millones fugitivos de la verdad:
Me meteré todos los dedos en la garganta.

Dejaré que pase la cicuta
Demóstenes
Ah, no entre mis labios– he compartido
Su fina disolución en un sinnúmero de gargantas
De acuerdo con aquel sabio agnóstico.
No tartamudeaban como el mundo que dejaron
—Y yo sé por qué—
¡Sus vidas se consumieron con piedritas calientes
En sus lenguas, Demóstenes!






Plumas a sueldo

La pluma puede abrirle un sendero a los arados
La pluma puede forjar espadas con arados
Con palabras del arado y la espada.
Y la pluma consagra, y la pluma desenmascara las mentiras
De las vanas teologías, la pluma entroniza
Los reclamos mohosos del Poder, recomienda
Como de origen divino espacios disputados.

La pluma resulta ser poderoso oído de las espadas
Lengua que glorifica hechos sangrientos, que viste de fama
La violación, que saquea con túnicas venerables
De épicas hazañas. La pluma puede hundirse
En el tintero y salir
Goteando sangre.

Piedras preciosas adornan sus lenguas de rutina,
De hipocresía, de conjura estéril.
Muéstrenme las camas de agua en que se acuestan
Saquen el tapón y pregúntense por qué el flujo es rojo oscuro
Y espeso, y con grumos. Eternamente

En enjambres como langostas, como mentiras y moscas, consortes
Sacados de negras orgías de plumas conmemorativas
Larga es la línea de las grandes seducciones
Atracción del ocio en nuestra tribu ajedrezada – de poetas
orales ambulantes, hasta la pluma y el computador portátil.
Hemos llegado a conocer algunas. Sirvieron
Y fueron servidas a su turno. Algunas creyeron,
Y otras vendieron sus almas en un mundo de ensueños.

Pero ambas estaban inmunizadas contra el testamento
De los ojos, y los oídos, el hedor y la culpa del poder
Y la anomia de la lluvia que se vuelve roja, de plagas de langostas,
La muerte de los primogénitos, los siete años de escasez y
Otra vez de nuevo el octavo y luego la secuencia circular –
De la muerte y la carencia. Una promesa no ganada o dada
No es para que la rediman los mortales –

Pero Dios decretó que el fin multiplicará los medios –
Curtida en la espera, la pluma escribe:
Nosotras también servimos.




En la madrugada

Azul diáfano, el humo de los cigarrillos
Sinuoso sobre película húmeda y el barniz de madera,
Apaga el cromo, envuelve colgaduras de terciopelo,
Empaña la cueva de los espejos. Dedos fantasmas
Peinan cabellos de algas, golpean venas aguamarinas
De marineros abandonados, cautivos
De las notas voluptuosas de Circe. El barman
Prepara pociones ígneas–
Sonámbula, la orquesta sigue tocando.

El mezclador de cocteles, pez plateado
Baila para los clientes infaltables.
Los aplausos están empapados de fatiga,
Enredados en las redes de los susurros de los amantes
Y en el pestañeo coqueto de los andróginos.
Las notas flotantes acarician a la noche
De un suavísimo azul añil –y siguen sonando.

Las partidas se demoran. Las ausencias no
Desocupan la taberna. Cuelgan sobre la neblina
Como exhalaciones de playas retiradas. Pronto
La noche recupera el silencio, pero hasta el amanecer
Las notas dominan el ambiente, epifanías
humeantes, posesivas de las horas.

La queja de esta música perdona, redime
La sordera del mundo. La noche se da vuelta
De regreso a casa, envuelta en notas de consuelo, pliega
El roto silencio del corazón.



Poemas perdidos

A veces pienso en poemas que he perdido –
Tal vez su pérdida fue lo que salvó al mundo – aún así
Se pierden, y sólo los recuerdo
Cuando un fragmento se queda levitando entre
Facturas descartadas, la esquela enmarcada en negro
Con un último adiós, un nacimiento, una invitación a un matrimonio
Y otros acontecimientos de poca monta.

Son tormentos de un momento – ¿por qué? Más allá
De la pasión de un instante, un dudoso fogonazo –
Un satori en un bar, un taxi, un restaurante, la sala de espera
De un aeropuerto– que da origen a unos garabatos
En una servilleta sucia, ¿qué forma de lo efímero
Resuena una sola vez y luego rechaza al cerebro
A la mañana siguiente? Todo lo que sobrevive

Remeda a un pétalo ajado, prensado
Entre las páginas de libros desechados hace mucho.
Una hoja que cae atrapada brevemente por el sol que pasa
Y relumbra en ella, un mero trocito de memoria
Pero lleno de melancólicas acusaciones
De abandono. Demasiado tarde,

Ya sin vida. El libro está cerrado
El júbilo o la desesperación del momento
Ahogado en ríos de vino, marchitado
Bajo soles de guerras mayores. Vuelvo
Ceniza estos libros de recortes de la verdad
De un momento, humo y volutas su maldición–
Una vez más fugitivo fuera del alcance
Del llamado del usurpador
A la mañana siguiente.

Pienso en voces que he perdido, y en toques,
El fugaz roce de los ojos que excava
En lo profundo del corazón de la necesidad, la promesa
Tácita, aquello que supera los actos de fe
Que forjan un mundo instantáneo en un pacto silencioso
Con extraños: vínculos profundos, más profundos
Que el abrazo del amor más querido.

Traducción de Nicolás Suescún.








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