lunes, 13 de septiembre de 2010

1061.- RÓMULO BUSTOS


Rómulo Bustos Nace en Santa Catalina de Alejandría (Colombia) en 1.954. Estudios de Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Cartagena y de Literatura Hispanoamericana en el Instituto Caro y Cuervo (Santafé de Bogotá). Ha publicado : El oscuro Sello de Dios (1.988), Lunación del Amor (1.990), En el Traspatio del Cielo (1.993), Antología de Poetas Costeños (1.993), Palabra que Golpea un Color Imaginario (1.996) : compilación de los tres títulos anteriores, realizada por la Universidad Internacional de Andalucía., La Estación de la Sed (1.998). Primer Premio Concurso Nacional de Poesía, organizada por la Asociación de Escritores de la Costa (1.985), por el libro El Oscuro Sello de Dios, Premio Nacional de Poesía Colcultura (1.993), por el poemario En el Traspatio del Cielo. Muestra de su trabajo ha sido incluida en varias antologías de la poesía colombiana. Como dibujante ha participado en diversas muestras colectivas de artes plásticas.


Poemas de Rómulo Bustos


LO ETERNO

Lo eterno siempre está ocurriendo
ante tus ojos
Vivo y opaco como una piedra
Y tú debes pulir esa piedra
hasta hacerla un espejo en que poder mirarte
mirándola
Pero entonces el espejo ya será agua y escapará
entre tus dedos Lo eterno siempre esta en fuga ante tus ojos







UN PACO-PACO

El paco-paco canta con las patas traseras
Recuerdo un paco-paco que alegró la noche
a todos los niños de la cuadra
porque confundimos su canto
con los crótalos de una cascabel
Con palos y mochas la buscamos entre los matojos
hasta que descubrimos el engaño

En realidad
él ya nos había descubierto antes
con sus grandes ojos de mirar el mundo
sin entender nuestra alharaca,
y entonando el más perfecto de los silencios
que alguna vez hubiéramos escuchado
Pero este paco-paco que ahora miro
sobre la ramita del matarratón
ha perdido una pata. Su ambigua pata
para el salto para el canto
Es curioso que la voz de un animal
esté en sus patas

Miro al animalito tratar en vano
de frotar la una con la no-otra pata
y me es inevitable evocar el conocido epigrama zen
que enigmáticamente se pregunta:
¿ Cómo es el sonido de una
sola mano que aplaude?
¿Existe, acaso, ese sonido?
Y tú, Bustos, tratas también de frotar,
de desplegar tus dos patas traseras, tu ala única

y entonces escuchas ( o imaginas o crees
o quieres escuchar )
ese otro insondable sonido que te responde

desde qué matojo
desde qué inescrutable esquina del paisaje,
desde qué silencio








SACRIFICIAL

El carnicero se va en lenguas
hablando de las bondades de cada una
de las carnes del animal. Casi saborea
las palabras
El cliente señala difuso un punto
en el dibujo que se exhibe en la pared
donde sabiamente aparece seccionada
la res en sus diferentes partes para golosa
guía del comiente
Sin duda el comido no ha sido consultado
sobre la publicidad de sus vísceras
Ah, el comiente
Con sus pulcros caninos, sus radiantes
incisivos y sus 356 molares

Pero hay algo de torva beatitud en la demora
con que, a veces, el carnicero
rasga una entretela, contempla al trasluz
y retira delicadamente
un trozo de pellejo
Quizás, en esos instantes, alguien dentro
de él ensueña :
un día cualquiera
un desorientado arcángel, confundido en el tiempo,
vendrá y me relevará
de este sucio mandil, detendrá mi mano en el aire de la
mañana y dirá fulgurante : basta, ya ha sido probada tu fe
El cliente, recostado en el mostrador, lo mira con expectante fulgor
Y el ensoñador quisiera indagar ¿ acaso eres tú mi liberador ?
pero dice oferente : ¿ palomilla o punta de nalga ?

Ahora, el carnicero tararea indolente
mientras pule sus enormes cuchillos









DE LA DIFICULTAD PARA ATRAPAR UNA MOSCA

La dificultad para atrapar una mosca
radica en la compleja composición de su ojo

Es el más parecido al ojo de Dios
A través de una red de ocelos diminutos
puede observarte desde todos los ángulos
siempre dispuesta al vuelo

Parece ser que el gran ojo de la mosca
no distingue entre los colores

Probablemente tampoco distinga entre tú
que intentas atraparla y los restos descompuestos en que se posa











ESCENA DE MARBELLA

A Juan Marchena
cartagenero del otro lado del mar

Junto a las piedras está Dios bocarriba
Los pescadores en fila tiraron largamente de la red
Y ahora yace allí con sus ojos blancos mirando al cielo
Parece un bañista definitivamente distraído
Parece un gran pez gordo de cola muy grande
Pero es solo Dios
hinchado y con escamas impuras

¿ Cuánto tiempo habrá rodado sobre las aguas?

Los curiosos observan la pesca monstruosa
Algunos separan una porción y la llevan
para sus casas
Otros se preguntan si será conveniente
comer de un alimento que ha estado tánto tiempo
expuesto a la intemperie







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