sábado, 11 de septiembre de 2010

ABDELLATIF LAÂBI [1.001]



Abdellatif Laâbi 

Nació en Fès, Marruecos, en 1942. Poeta, novelista, dramaturgo, ensayista, antologista y traductor del árabe al francés. En 1966 fundó la revista Souffles, y las Ediciones Atlantes, en compañía de otros poetas marroquíes. Con Abraham Serfaty, fundó la Asociación de Investigación Cultural, es miembro de la Academia Mallarmé. Sus escritos en contra del régimen de Hassan II le llevaron a la cárcel varias veces entre 1972 y 1980. Obra poética: El reino de la barbarie, 1980; Historia de los siete crucificados de la esperanza, 1980; Bajo la mordaza el poema, 1981; Discurso sobre la colina árabe, 1985; Todos los desgarramientos, 1990; El sol se muere, 1992; El abrazo del mundo, 1993; El Spleen de Casablanca, 1996.




GENTES DE MADRID, ¡PERDÓN!

¡Ay qué día tan triste en Madrid!
Que quede dicho
La tierra no tembló aquel día
Ningún asteroide vagabundo
Se estrelló contra la Bolsa
Nada de nueva marea negra
Y la precedente se fue pronto
A ser tratada en las urnas
La televisión ladró, maulló, cacareó
Chirrió, croó, tintineó, hizo bla blá
Los futbolistas se habían metido entre el verde
Los toros pacían
Los escritores se pegaban a las sábanas
El bigotudo pulía su sermón de adiós
El asesino en serie
Se había dado un tiempo de reflexión
Y Dios padre o madre
Estaba como de costumbre
Entre los acreditados ausentes

Que quede dicho
El tiempo se paralizó bruscamente
Luego hubo este campanilleo anodino
Perdido entre la cacofonía de los campanilleos
Malditos sean los celulares
Sobre la tierra como en el cielo!
Algunos segundos
Y el dique de la razón cedió
La cadena de la especie humana se rompió
¡Ay qué día tan triste en Madrid!

Los herederos obligados que somos
De todas las Andalucías
De todas las luces
De todos los genocidios
De todas las tinieblas
Embrutecidos
Ridículos
Como ratas
Cogidas en la trampa de la impotencia
Por milésima vez
Buscando comprender
Entonces lo que se creyó haber comprendido
La última vez

Los sabios acaban de revelar
Que el universo ya no estará en expansión
A la inversa
Los cándidos, que somos nosotros,
Fingen descubrir
Que el sadismo del hombre es ilimitado
Reventando los ojos
El abismo insondable del mal
Entonces clavémonos allí
Aunque no sea más que para probar
Una ínfima parcela del calvario
De los recién llegados
Al baile enmascarado del horror
Allí donde la carne y el alma están encubiertas
Entre el crematorio de un círculo del infierno
Que ningún texto inimitable
Nos ha señalado

Señores asesinos
Se pueden regocijar
Especuladores eméritos, han adquirido a vil precio el campo inconmensurable de las miserias, de las injusticias, de la humillación, del desespero, y lo han hecho fructificar ampliamente.
La tecnología de los satanes aborrecidos ya no tiene secretos para ustedes.
Para ustedes no cuentan ni la religión, ni el color, ni el sexo. Todas las marionetas son válidas. Basta con no estar acostado en una tumba para ser el primer atendido.
Ustedes son consumados maestros en el arte de tirar los hilos del odio para señalar, designar, acosar, arrinconar y ajustar su cuenta al primer individuo consciente o inconsciente del riesgo de simplemente existir.
Que él coma, que esté de pie o acostado, que haga su plegaria, que agite ideas en su cabeza o se dirija a su trabajo con la cabeza vacía, que acaricie la mejilla de su niño o coja una flor, que escuche una música que le recuerda la tierra de sus orígenes o el reencuentro que cambió el curso de su vida, que escriba un poema o llene su hoja de impuestos, que hable al teléfono con el plomero o a su madre postrada en un hospital, que lea un libro de Gabriel García Márquez o un prospecto de pizzería, que se sacuda bajo la ducha o se aburra en los retretes, el pantalón remangado entre las rodillas, que abra su corazón a su vecino en el bus o bese los ojos delante de la mirada insistente de su vecino de enfrente, que empuñe su valija antes de montar en un tren o corra entre los pasillos kafkianos de un hotel de lujo o de mierda, que acabe de saber que su hepatitis C no le deja sino algunos meses de vida o palpe su cartera para asegurarse que su portafolios sí está allí, que se dirija a una entrevista de empleo o pinte una banderola para la manifestación del día siguiente, que se rasque las pelotas o pegue con el puño sobre la mesa, que ame la compañía de los perros o la de los gatos, que sea hombre, mujer, o incluso en esta edad bendita en que el ángel no tiene verdaderamente sexo y sobretodo nada de alas Todas las marionetas son válidas. Basta con no estar acostado entre una tumba para ser el primer atendido.
Oh dulce infante
¿Es por eso por lo que tú gritabas
Hasta desgarrarte los pulmones
En el momento de nacer?

Señores asesinos
Se dice que ustedes hacen funcionar bien sus meninges. Entonces, puedo formularles una pregunta simple:
¿Es qué, para ustedes, un ser humano?
¿Por qué este silencio? ! Respóndanme!
Ah yo adivino su rictus despreciativo e imagino la burbuja que ustedes dejan escapar por inadvertencia de sus labios lívidos. Veo allí un pequeño insecto sobre el cual se abate un puño velludo, y a guisa de comentario esta exclamación: ¡Esto le enseñará!
Es cierto, y sigo sondeando sus pensamientos, este insecto dañino ha sido criado por el ser que los pone a sudar frío y que los desvela hasta envilecer aplicando a la letra el principio de precaución: he nombrado a la mujer, perdónenme la expresión. Yo adivino su miedo y su repugnancia, el horror que les inspira el advenimiento de la vida cuando, después de los jadeos y los gritos de la parturienta, la cabeza viscosa del infante se libera del conducto inmundo que han sido bien obligados a trabajar y, colmo de la mala suerte, a sembrar. Ustedes nunca perdonarán haber pasado por allí. Es por ello que la muerte es su única pasión. Por ella ustedes enrojecen, palidecen. Su corazón palpita. Desfallecen. Y cuando la han celebrado, se ven golpeando a la puerta de yo no se cual Edén donde delicias perversas, reconózcanlo, les han sido prometidas.
¡Ay qué día tan triste en Madrid!
Que se diga
Es en Rabat, Argel, El Cairo, Bagdad
Donde más se debiera lamentar
El no saber sino pensar
El no saber sino decir
El no saber sino hacer
Los herederos obligados que somos
De una edad de oro entregada a las lloronas
De tantos sueños abortados
De tantas vejaciones
De tantas tiranías
Embrutecidos
Ridículos
Corroídos interiormente
Por la bestia inmunda
Que nos hemos habituado
A reenviar de una patada
A la cara del Otro
¿Responsables? ¿Culpables?
Víctimas todos también
De los verdugos que excretamos
Como el hígado secreta la bilis
Cíclicamente aplastados, abatidos

Por los potentados que execramos y adoramos
Luchando a veces
Con la fuerza de la esperanza y de la desesperación
Para que nuestros descendientes
Puedan creer quizás un día
Que antes de la muerte
Hay esto que un viejo rumor llama
Vida:
Un manantial materno
Donde es radioso bañarse
De día
De noche
En todas las estaciones bellas
Y prometedoras
Único milagro
Sin truco

Gentes de Madrid
Que vuestros muertos reposen en paz
El grano secreto de la vida
Depositado en ellos
Ninguno lo ha demeritado
Como un todo cada uno, ellos han abrigado el aliento que anima el Universo y la Creación. Cada átomo de sus cuerpos ha vibrado y girado alrededor del sol interior que ha iluminado su camino. Su viaje fue el nuestro, y nuestro viaje será de ahora en adelante el suyo. Continuaremos soñando en sus sueños, desollándonos el alma en sus desolladuras, interrogándonos en sus interrogaciones, amando en sus amores, acariciando la luz en sus caricias, maravillándonos con su maravillarse. Continuaremos incluso debilitándonos con sus debilidades, encerrándonos entre sus encierros. No descuidaremos ni las anteojeras ni las pequeñas bajezas. Asumiremos en nuestra cuenta su parte de intolerancia, de estupidez y de indiferencia porque nosotros no somos sino sus hermanos y hermanas humanos, nada más que humanos. Pero trataremos de resistir todavía mejor en su resistencia, alimentaremos el fuego vacilante de nuestra memoria con el carbón punzante de su memoria.
Gentes de Madrid
Ya que nadie ha pensado
En pedirles perdón
Soy yo quien lo hará
¡Yo! ¿Quién soy yo? Mi nombre no les dirá nada
¿Por qué lo hago yo? Poco importa
El grito precede a la palabra
Que a veces precede el pensamiento
Y entonces el corazón tiene razones
Que el espíritu a veces ignora

Entonces perdón, gentes de Madrid
Perdón por estas noches futuras
Blancas o grises
Donde el ser querido
Regresará en fantasma amenazante
A reprocharles el haberlo sobrevivido
Perdón por la mano
Que no ha sido hallada de nuevo
Por el anillo de matrimonio calcinado
El estuche de maquillaje abierto
Utilizado en el último instante
Perdón por los zapatos intactos
Y el sostén oliendo exquisitamente todavía
A vainilla o a rosa
Perdón por los amantes en el corazón del andrógino
Partido en dos
Por la risa electrocutada de los niños
Perdón por las madres de la futura plaza
Del 11 - Marzo
Perdón por el silencio de mis hermanos
Por no decirles su indiferencia
Perdón por lo que algunos de ellos
Piensan en voz baja
Perdón por no haber hecho más y mejor
Contra el lobo que diezma
Mi propia majada
Perdón por no haber aprendido suficientemente
Su lengua
Para dirigirme a ustedes en el mejor castellano
Perdón a Lorca, Machado, Hernández
Por no habérselos hecho leer a mis hijos
Perdón por las lagunas y las encantaciones
Por los ojos secos de la compasión
Perdón por lo poco que las palabras pueden
Dicen a medias
Y a menudo no saben
Pero por favor
Perdón






Traducciones de Rafael Patiño




EN VANO EMIGRO

Emigro en vano.
En todas las ciudades veo el mismo café
y me resigno ante el rostro amargado del camarero.
Las risas de mis vecinos de mesa
desgastan la música de la tarde.
Una mujer pasa por última vez.
En vano emigro
y me aseguro de mi exilio.
En todos los cielos hallo una luna creciente
y el silencio terco de las estrellas.
Mientras duermo hablo
una mezcla de lenguas
y de gritos de animales.
La habitación donde he nacido.
Emigro en vano.
El secreto de los pájaros se me escapa
como el secreto de aquel amante
que enloquece mi maleta
en cada etapa de mi viaje.

_______________________________________________



Yo no me siento de ningún país
dice ella
No tengo raíces en ninguna parte
Tal vez allá
cuando yo me ponía a golpear
las rejas de la separación
sentía que tenía una patria
dentro de tus manos
condenadas a la ausencia
Y ahora
viviré en cualquier parte
donde esta patria
no se apague con tus manos

de Se muere el sol (1992)







Los derrumbamientos 
(fragmento inicial)

Mira amor mío
este mundo que se derrumba
a nuestro alrededor
dentro de nosotros

Aprieta bien mi cabeza contra tu pecho
y dime lo que ves
¿Por qué este silencio?
Dime simplemente lo que ves
¿Caen las estrellas contaminadas
del árbol del conocimiento
Nos cubrirá pronto
la nube tóxica de las ideas?

Dime lo que ves
¿Ya están quemando los libros en las plazas públicas
Están rapando la cabeza a las mujeres antes de lapidarlas
Hay procesiones de hombres encapuchados
blandiendo cruces y sables
Por qué este silencio, amada mía
Estamos en una isla flotante
o navegamos encima de un torpedo
Estamos solos
o encadenados a otros hermanos de infortunio
Qué día es hoy
Qué hora es?

Aprieta bien mi cabeza contra tu pecho
y si puedes abre tu vientre y acógeme
en el crisol de tu fuerza

Hazme remontar el río
hasta la fuente de las fuentes
Méteme de nuevo en la vasija de vida
y vierte sobre mi fontanela
siete puñados de cebada
tarareando la canción de Fayrouz
la que tú cantas mejor que ella

¿Por qué lloras
Temes por el mundo
o por nuestro amor?
¿No puedes hacer nada por mí?
Entonces dime simplemente lo que ves
De qué mal se muere uno hoy
¿Qué arma invisible es ésta que extirpa el alma
y ese gusto sin igual por la vida
Qué caravana es ésa que devora sus camellos
y derrama sus odres de agua en la arena
Qué mago es éste
que convierte la guerra en un acto de amor?

¿Por qué ese silencio
Crees tú también que las palabras están tan mancilladas
que ya no sirven ni siquiera para preguntar cuál es el camino
Crees que ya no hay nada más que decir
y que mis pobres versículos
son sólo irrisión tras irrisión
Quieres que me calle
para dejarte mirar estos derrumbes
con la dignidad del silencio?

Aprieta bien mi cabeza contra tu pecho
méceme
En el capullo sedoso de tus manos
mi cabeza se hará muy pequeña

de El abrazo del mundo (1993)












¿Una ciudad
o su ficción
Un pueblo
o su rumor?
Ahí, delante del anfiteatro
esculpido por el mar
un caballo herido
espléndidamente enjaezado
implora el tiro de gracia
Estamos en una recepción mundana
y los convidados
incluidos los antiguos guerrilleros
han tenido que dejar sus armas
en la entrada

de El spleen de Casablanca (1996)




Los poemas han sido tomados de: Abdellatif Laâbi. Antología Poética. Edición bilingüe. Amelia Hernández y Aura Marina Boadas, traducción. Caracas: Monte Avila Editores Latinoamericana, 2004





El deseo
no se declara
ni se comenta
Arde
y se propaga
o muere
en silencio

*

Solo la lengua
reconoce
ese agua provista de memoria
que intercambiamos
para darnos todavía más sed

*

La cama de los amantes
gira
alrededor del sol
en plena noche

*

Sin abluciones
hago mi plegaria
completamente desnudo
Y me parece
que al cielo le agrada

*

Te entrego
mi palo de lluvia
y me abandono a tu voracidad
Susténtate
del relámpago vivo
confiado a ti
Bebe
directamente de la tormenta

*

Le digo a la razón
¡fuera!
No estás invitada a la fiesta
Y no hay nada que juzgar

*

En los frutos del cuerpo
todo es bueno
La piel
el jugo
la carne
Incluso los huesos
son deliciosos

*

Aquel que nunca
haya gustado lo prohibido
que me arroje
la primera manzana


Poemas de Abdellatif Laâbi tomados del libro “Los frutos del cuerpo” Alción Editora, 2012. (Traducción Leandro Calle)






No es cosa de hombros
ni de bíceps
El peso del mundo
suele recaer 
en los más frágiles
Así son ellos blanco del miedo
la duda
la desesperanza
y en ocasiones llegan a maldecir
la Idea o el Sueño Maravilloso
que los expuso
a las llamas del infierno
Pero ellos se resignan
no se quiebran
y cuando por una desgracia recurrente
se les corta y mutila
estas cañas humanas
saben que sus cuerpos mechados
por la traición
devendrán al fin multitud de flautas
que los pastores llevarán a sus bocas
para captar
y transmitir hasta las estrellas
la sinfonía de la resistencia

Traducción: Carlos Vicente-Castro



Ce n’est pas une affaire d’épaules
ni de biceps
que le fardeau du monde
Ceux qui viennent à le porter
sont souvent les plus frêles
Eux aussi sont sujets à la peur
au doute
au découragement
et en arrivent parfois à maudire 
l’Idée ou le Rêve splendides
qui les ont exposés
au feu de la géhenne
Mais s’ils plient
ils ne rompent pas
et quand par malheur fréquent
on les coupe et mutile
ces roseaux humains
savent que leurs corps lardés
par la traîtrise
deviendront autant de flûtes
que des bergers de l’éveil emboucheront
pour capter
et convoyer jusqu’aux étoiles
la symphonie de la résistance*





Vacuna

París-Orly 
Estás en primera fila
de la banda de equipaje
para acechar la maleta roja
que estrenaste en este periplo
Cuando aparece luego de una larga espera
se te dificulta reconocerla
Se diría que atravesó
las vísceras de una mina de carbón
y por si fuera poco está toda golpeada
¿A qué inquisidor le agradó
para visitarla sin buenos modales
en tanto que habías puesto tus poemas
a salvo en tu equipaje de mano?
Vamos, renuncia a tu drama
reconsidera
hoy la inquisición se unta los guantes
y usa rayos
Ella tiene otras preocupaciones
Tú te afeitaste la barba a tiempo
y sólo piensas en que la revolución
será mañana
Pasado mañana tal vez, si logras
desarrollar
en tu laboratorio secreto 
una vacuna de caballo
contra la imbecilidad triunfante



Traducción: Carlos Vicente-Castro



Vaccin

Paris Orly1
Tu es aux premières loges
du tapis roulant
à guetter la valise rouge
que tu as étrennée pendant ce périple
Quand elle sort après longue attente
tu as de la peine à la reconnaître
On dirait qu’elle a traversé
les boyaux d’une mine de charbon
De plus elle est toute déglinguée
Quel inquisiteur s’est plu
à la visiter sans aménité
alors que tu avais mis tes poèmes
à l’abri dans ton bagage à main?
Allons, arrête ton cinéma
te ravises-tu
l’inquisition d’aujourd’hui enfile des gants
et utilise les rayons
Elle a d’autres martels en tête
Toi, tu t’es rasé la barbe à temps
et ne penses plus que la révolution
est pour demain
Après-demain peut-être, si tu réussis
à mettre au point
dans ton laboratoire secret
un vaccin de cheval
contre la bêtise triomphante*

*
 De Tribulations d’un rêveur attitré, Éditions de la Différence, 2008.

1 Aereopuerto situado al sur de Francia. Se utiliza, sobre todo, para 
vuelos nacionales, europeos y vuelos con destino al Magreb, Medio Oriente.





No basta una sola mano para escribir

No basta una sola mano para escribir
En los tiempos actuales
se necesitarían dos
y que la segunda 
[comprendiera sin demora
los oficios de lo inefable: 
bordar el nombre de la estrella 
que ascenderá luego del próximo 
[apocalipsis
reconocer de entre mil el hilo 
[que no rompa
coser en la tela de las pasiones
pañales, capas y mortajas
esculpir el amanecer en una pila 
[de inmundicia
No bastan dos manos para escribir
En los tiempos actuales
en que las miserias gruñen
harían falta tres o cuatro 
para que la vida se digne visitar 
este terrible desierto blanco


Traducción: Carlos Vicente-Castro




Une seule main ne suffit pas pour écrire

Une seule main ne suffit pas pour écrire
Par les temps qui courent
il en faudrait deux
et que la deuxième
[apprenne vite
les métiers de l’indicible:
broder le nom de l’étoile
qui se lèvera après la prochaine 
[apocalypse
reconnaître entre mille le fil
[qui ne casse pas
coudre dans l’étoffe des passions
langes, capes et linceuls
sculpter l’aube dans un tas 
[d’immondices
Deux mains ne suffisent pas pour écrire
Par les temps qui courent
et les misères qui grondent
il en faudrait trois, quatre
pour que la vie daigne visiter
ce terrible désert blanc*

* De L’étreinte du monde, Éditions de la Différence, 1993.












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