lunes, 17 de noviembre de 2014

RUTH VIADES [14.036] Poeta de Guatemala


RUTH VIADES

Nací en Ciudad de Guatemala, y escribo desde que tengo memoria. He colaborado en distintos medios escritos como en el catálogo “Verte por Ultima Vez” de la fotógrafa Andrea Aragón por Jóvenes Creadores (2001); revista “Rock y Alma” (2003); revista “El Universo de las Letras” (2007); antología “Literatas que Dan Lata” (2013); Rincón Poético del Suplemento Cultural del Diario “La Hora” (2014). También en medios virtuales, por ejemplo en “Te prometo Anarquía” (Revista Virtual); en “Prensa Libre” para el Día Internacional de la Poesía; en antologías virtuales como “100 mil Poetas por el Cambio” (2013); “Grito de Mujer” (2014); “Ecos del Grito” (2014). Me han invitado a programas de radio como “Metropolis Contemporánea” en radio Faro Cultural, “Ingenieria con Sentimiento” en Radio Universidad. He participado en muchos festivales de poesía y eventos, por ejemplo en las Muestras de Poesía “Kadejo”(2003), “Barrilete”(2004), “Industrial”(2005); festivales de “ManifestArte”(2003 al 2010), Festival del Centro Histórico (varios años), Feria Internacional del Libro FILGUA (2013-2014); actividades de “Arte para Vivir”(2012-2013), festival “Ixchel”(2013), festivales “100 Mil Poetas por el Cambio”(2012-2013), “Grito de Mujer”(2012-2013-2014), actividades del “Poetry Slam Guatemala”(2012-2014), etc., y en distintas lecturas de poesía en varios lugares. Participo en los blogs “Literatas que dan Lata”, “Chorro de Letras del Taller de Narrativa del Centro Histórico”, “Elogio de Nuestros Cuerpos” y “Dejarse Morir”.




¿ES USTED?

¿Es usted, ella, la que lo espera, la que sueña con sus brazos,
la que soporta, la que no sabe si volverá cada día a su lado? 
¿Es usted, ella, la que vive con el corazón angustiado? 
La que aún no sabe que en su camino
él se ha topado con diecisiete balazos. 
Perdone usted, la que lo sigue esperando, 
debe presentarse a reconocer a ese hombre 
que tanto amó y que ya no está respirando.




YA NO MÁS

Soy la hija del dolor, 
de la sangre derramada
y de los crímenes de guerra. 
Mi ombligo nació en la tierra
cortado por el puñal 
que me marcó la existencia. 
El temor cambió mi esperanza de paz 
por una nota roja 
en la primera plana
de cualquier periódico. 
Mis pies rendidos 
tropiezan sin parar 
en los miles de trozos 
de cuerpos partidos 
de mujeres que no han nacido 
de niños aún sin nombre 
de madres de hijos perdidos 
y hombres que no son hombres. 
Y les abunda el trabajo 
a los sepultureros 
pues ellos recogen el fruto 
que deja el presente negro. 
Ahora que nuestra vida 
ya no vale como excusa 
para que te dejen 
seguirla sólo espero recostarme 
y ser enterrada viva.

Aquí empieza la miseria; 
aquí se acaba el mañana.




SICARIO INCONFORME CON LA IMAGEN

¡Mierda! 
Esta mancha de sangre 
se ve muy fea 
en el teclado de mi nuevo celular.
  



EL PUENTE

Las casas se ven tan lejos
justo donde terminan los pies
que cuelgan,
meciéndose despacio
con la brisa que agita
el cabello.
Di que lo de ayer fue mentira
y, cerrando los ojos,
me dejaré caer.




TEMBLOR

No en vano te estremeces
ya que por medio de mis caricias
localicé tu epicentro.





CONTRARREQUIEM

Yo busco la muerte
más allá de la versión escarlata
del Angel Caído,
más allá del vulgo,
más allá de la mentira
el delirio me envuelve y derrota la mustia
y fría pasión que me empuja al vacío.
Siempre soy así:
voy tras el feroz secreto
que esconde la locura gris del horizonte
y me volví a perder ayer
en el lado oscuro de la luna
donde la sombra
acaricia el alma
y la posee
donde no existe vida
ni mañana.
En la copa del cráneo bebe
un espectro la sangre maldita
disfrutando el brindis se duerme
esperando tener pesadillas.
Y la daga brilla
y el ingenio se pudre
y el enigma se encierra
y la risa perece
y no encontré nada más
que los restos del vientre.
El silencio no sabe
quien digiere la vida
y la vida no sabe
que empezó su partida.


ESPECIE EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

Aquí estoy yo
única e irrepetible
irreemplazable
e, inevitablemente,
sola.




EL ALMA QUE DUELE

La soledad, de cristal opaco, oscuro y siniestro,
se raja despacio,
se quiebra y derrama su sangre,
su esencia,
su contenido.
La mente, deprimida,
se esfuerza en el sueño buscando pedazos,
las piezas perdidas del alma vacía.
La encuentra enloquecida,
maniatada,
presa.
La encuentra encerrada en camisa de fuerza,
destruida,
desterrada.
El cerebro se calla,
se duerme,
se inmoviliza.
Empieza el recuento e, inerte,
la soledad se llena de alma muerta.
De alma podrida,
de alma fantasma,
de alma de espectro de sombra caída.
Y el dolor no responde en directo,
solamente grita, gime,
se enfrenta al mundo,
se retuerce al viento.
No sólo para mí.
Y el alma hecha trizas,
el alma que hiere,
el alma que muere encerrada en silencio.
El alma se agota,
el alma no aguanta.
El alma que busca consuelo y no encuentra.
El alma se acaba,
el alma se pierde………..
                           ……….el alma me duele………




SIN ORDEN DE ALLANAMIENTO

Me metí en tu cabeza
te requisé todo el cerebro
decomisé un par de pensamientos piratas
te pedí “mordida”
te dejé algunas palabras que te iba a incautar.




VENÍ, PLATIQUEMOS

Quería encontrarte, Muerte,
en la cómoda cama
de una suite
de un hotel de 5 estrellas.
Quería encontrarte
en una clínica privada
así, con el suero
saturado de morfina,
dormida,
suave,
sutilmente.
Quería encontrarte
en mi casa,
en mi dormitorio,
acurrucada entre las sábanas,
en mi almohada.
Pero no fue así.
Te encontré disfrazada
en la calle
vestida de navaja
vestida de bala
vestida de chofer
imprudente y borracho.
Te encontré perdida
deambulando en la banqueta
vagando como si nada
lastimando a cualquiera.
Te encontré disimulando
escondiéndote en SIDA
escondiéndote en cólera
escondiéndote en gripe porcina.
No seas tan mala;
no me empujes,
no me hagas a un lado,
que ya me haces falta.
Te busqué, Muerte,
en la orilla del puente,
en un lazo colgado de un árbol,
en el cañón de una pistola,
en un frasco repleto de píldoras
y de veneno.
Y huiste de mí.
Vos también me abandonaste.

«de los ídolos quedarán los cimientos pidiendo clemencia ante miradas que azuzan y desintegran el aire y el tiempoentre madrugadas y mañanas se concentra el temblor de un cuerpo expuesto, a merced de la intemperie, cuando la voz es casi ofrenda»






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