Pierre Quillard
(Paris, 1864 - Neuilly-sur-Seine,1912). Poeta simbolista - anarquista, periodista, traductor, dramaturgo. Fue uno de los primeros defensores de los armenios ante la invasión otomana. En 1900, fundó la publicación quincenal, Armenia Pro. Hizo parte de la Liga Francesa para la Defensa de los Derechos Humanos y del Ciudadano, desde donde se ocupó del sonado “Caso Dreyfus”. Dentro de sus poemarios se destaca, Palabra de Gloria (1890).
Publicaciones:
Poésie
La Gloire du Verbe : 1885-1890 (1890)
La Lyre héroïque et dolente : De sable et d'or ; La Gloire du verbe (1897)
Théâtre
La Fille aux mains coupées : mystère, Paris, Théâtre de l'Art, 1891. Réédition : University of Exeter, Exeter, 1976.
L'Errante : poème dramatique, Paris, Théâtre de l'Œuvre, 22 mai 1896.
Écrits politiques
L'Anarchie par la littérature (1892). Réédition : Éditions du Fourneau, Collection noire, Paris, 1993.
La Question d'Orient et la politique personnelle de M. Hanotaux : ses résultats en dix-huit mois, les atrocités arméniennes, la vie et les intérêts de nos nationaux compromis, la ruine de la Turquie, l'imminence d'un conflit européen, les réformes. Par Pierre Quillard et Louis Margery (1897)
Le Monument Henry : listes des souscripteurs classés méthodiquement et selon l'ordre alphabétique (1899) Texte en ligne
Pour l'Arménie, mémoire et dossier (1902)
Traductions
Théocrite : Étude phonétique et morphologique sur la langue de Théocrite dans les Syracusaines, par P. Quillard et M. Collière, augmentée du texte des Idylles III et LX avec traduction littérale (1888)
Porphyre : L'Antre des nymphes (1893)
Jamblique : Le Livre de Jamblique sur les mystères (1895)
Élien le Sophiste : Les Lettres rustiques (1895)
Sophocle : Philoktètès, tragédie, traduite et mise à la scène par Pierre Quillard, musique de Arthur Coquard, Paris, Théâtre de l'Odéon, 19 novembre 1896.
Hérondas : Les Mimes (1900)
Préfaces
Tristan Legay : Victor Hugo jugé par son siècle (1902) Texte en ligne
La Peregrinación fuera de la sombra
Alma rica de noche, estrellas y sueños
Quién sacó tesoros en las urnas de una tumba
¿Nunca abandonarás tus pálidas playas
Para esa ciudad florida bajo la primavera nueva?
Alma rica de noche, mi alma, ocultas
Bastantes astros perdidos y soles apagados:
Ven a conocer la carne y los labios de las
Que ofrecen su pecho desnudo al púrpura de las mañanas
Y hacen, sonriendo al amanecer serenas
Fluir entre sus dedos de arena y su cabello,
Para que, viva por fin, mi boca amarga aprende
A apreciar la miel rubia de las horas. Lo quieres,
Alma ya cansada de las embriagueces futuras,
Tú quien no ha querido sino los llantos y la muerte;
El viento infla de amor las velas siempre puras:
Lejos de la isla donde la blanca Hymnis descansa y duerme,
Para mí sólo, en el cenotafio vano de las rosas,
Iremos a conquistar su cuerpo resucitado;
Sin duda vive de nuevo por las metempsicosis
En el piso olvidadizo que se parece a su belleza
Y entre los perfumes salvajes de las galeras,
Los perros, los mozos de cuerda que gimen caminando,
Ella a, pesada todavía de las glorias tumularias,
Sin que nadie haya entendido la dulzura de su canto
Para una ausente
Quiero encerrarme sólo con mi recuerdo,
Inmóvil, olvidadizo de las ráfagas de otoño
Que hacen las frondosidades oxidarse y amarillear
Y del mar rodando su queja monótona;
Quiero encerrarme sólo con mi recuerdo.
La media luz filtrándose por las telas estiradas
Será dulce y propicia a mi corazón indolente,
Cuando lo evocaré desde el fondo de las extensiones,
Y su voz llenará de un himno grave y lento
La media luz filtrándose por las telas estiradas
Tendré la visión querida delante de los ojos:
El soplo perfumado de la inefable Ausente
Flotará para mí solo en el aire silencioso
Sutil como el olor de fresa en el sendero;
Tendré la visión querida delante de los ojos.
Y diré muy bajo mi ternura latente;
Oh corazón cobarde, tembloroso y revoltoso, quiero
Que tu íntimo amor se revele y la tiente:
Te resignarás al pavor de las confesiones
Y diré muy bajo mi ternura latente.
El otoño desnudó...
El otoño desnudó las glebas y la noche.
Una noche de exilio y de manos separadas,
Se acerca en el horizonte de los llanos infinitos,
Como rey desvestido de púrpura y expoliado de esperanza.
Oh caminante descalzo y cansado que vienes a sentarte
Sin compañero, entre las landas ya sin flores,
Cerca de las aguas tristes, ¿cuales son las mismas agonías
Que vuelven más pesada tu frente hacia este triste espejo?
Lo sé, todo se muere en tu alma de otoño.
Deja la noche tomar las flores que siega
Y el amor desfalleciente de un corazón ensangrentado,
Para que después del sueño y las sombras fieles
Las trompetas triunfales del alba y del verano
Hagan surgir por fin las rosas inmortales.
Ruinas
La ilustre ciudad se muere en la sombra de sus muros;
El pasto victorioso ha reconquistado el llano;
Las carpas rotas sangran de uva madura.
El bárbaro enroscado en su capa de lana
Que lleva a pastar del alba al anochecer sus chivitos injuriosos,
Pisa sin estremecerse el orgullo del suelo Heleno.
Ni el sol oblicuo en las laderas de los cerros nevados,
Ni la aurora dorando las cimas nubladas
Despiertan en él la memoria de los dioses.
Duermen para siempre en sus urnas cerradas,
Y cuando el vil búfalo insulta insolentemente
La puerta triunfal donde pasaron los ejércitos,
La espada de ningún héroe espectral defiende
El porche devastado por el invierno y el otoño
En la trágica defunción de su derrumbo.
La oscura hiedra clausuró la boca de Gorgona.
Le Pèlerinage hors de l'ombre
(Premières strophes)
•
Âme riche de nuit, d'étoiles et de rêves
Qui puisas des trésors aux urnes d'un tombeau
N'abandonneras-tu jamais tes blêmes grèves
Pour cette ville en fleurs sous le printemps nouveau ?
Âme riche de nuit, mon âme, tu recèles
Assez d'astres perdus et de soleils éteints :
Viens connaître la chair et les lèvres de celles
Qui tendent leurs seins nus aux pourpres des matins
Et font en souriant à l'aurore sereine
Fluer entre leurs doigts le sable et leurs cheveux,
Pour que, vivante enfin, ma bouche amère apprenne
À goûter le miel blond des heures. Tu le veux,
Âme lasse déjà des ivresses futures,
Toi qui n'as rien chéri que les pleurs et la mort ;
Le vent gonfle d'amour les voiles toujours pures :
Loin de l'île où la blanche Hymnis repose et dort,
Pour moi seul, dans le vain cénotaphe des roses,
Nous irons conquérir son corps ressuscité ;
Sans doute elle revit par les métempsycoses
Sur le sol oublieux que paraît sa beauté
Et parmi les parfums sauvages des galères,
Les chiens, les portefaix qui geignent en marchant,
Elle va, lourde encor des gloires tumulaires,
Sans que nul ait compris la douceur de son chant6.
I FIORI NERI
In riva a quali laghi sinistri per acqua
tetra e pesante, o fiori cupi più vasti che morte,
le deità mute della sera e gli dei nordici freddi
tessono il vostro abito d'ombra?
Di notte i vostri abissi divorano il sole;
ferito è il giorno dei vostri veli vedovili
e senza timore attingete ai fiumi oscuri
l'onda selvaggia del sonno.
Al vento d'alba ondeggiate, o fiori neri,
ma da voi non emana alcun profumo,
cari, e versate nei cuori stanchi deliranti
la magia del silenzio.
Invano sparge la vita sue perfide dolcezze;
porpora di primavera invano avvampa,
il vostro lutto redime dalla gioia;
salve, imperiose sorelle,
vi amo e voglio dormire, siatemi clementi:
non turberò la vostra calma immortale
e scorderò laggiù, lungi dalla luce e dal cielo,
la scarlatta bocca delle amanti.
Black Flowers
translated by Jethro Bithell
BESIDE what lakes whose gloomy waters grieve,
O flowers of darkness vastier than death,
Do the North's cold gods and Evening's chary of breath
Your robe of shadow weave?
The sun is swallowed into your deep maw,
Your widow's veils do make the daylight blear,
And from the mournful rivers without fear
Slumber's shy wave you draw.
O dark flowers by the wind of dawn caressed,
But out of you no scent of love can breathe,
O dear ones, into hearts that madly seethe
You pour the balm of rest.
Life spreads perfidious sweets with no avail,
Spring's purple flames in vain on the young leaf,
From joy sets free your great redeeming grief;
Imperious sisters, hail!
Now let me sleep where your dark shadow covers,
I love you, and your calm I shall not fret,
And let me far from light and day forget
The crimson mouth of lovers.
Solitude
translated by Jethro Bithell
AFTER the winding of the horn
Through the great silence shivers not a tone,
As in dead towns where cats dream on the worn
Thresholds of stone.
Under the night's black canopy
The chargers of the monarchs trampled down,
Through gold and din riding in radiant panoply,
The blood of roses carpeting the town.
The hours of joy have passed,
And roses on the roadways cast,
And in our tired spirits is forlorn
Silence after the winding of the horn.
The Dead God
translated by Jethro Bithell
ONE star alone on the bier, one only star.
O solitude where a King's glory died
Upon a stake they in the forest hide,
From standards, and the sword, and battles far!
The hero without purple passed, but rolled
In faded silk, and in the tresses red
Of concubines and captives: lips that bled,
And bit again, and drank the blood run cold,
What kisses did you smile towards? Towards what feasts
Already ring, O women full of lies,
Your chants forgetful! To make weep your eyes
Were needed some great sack by rutting beasts,
And cold of clarions tearing the black sky,
For you to twist your bodies and to grieve,
In the red smell of torches in the eve,
Hired mimic mourners under clouds that fly,
But no man's gaze hath from the mounted wall
Gathered in greed the flower of your bare arms:
You are fled. The King shall wake at no alarms.
One star, one only star. O royal pall!
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