Jorge Espinoza Sánchez
Perú, 1952
Poeta, novelista y director del Fondo Editorial Cultura Peruana y de la Colección Perú Lee, pertenece a la generación del 70.
Entre sus poemarios sobresalen Poeta en el infierno (1995), Documentos Secretos de Sodoma (2003),Sanatorio para enfermos mentales (2004), Papiros de Tiresias (2007), Orquesta de Gacelas (2010).
En narrativa: El violador de Lurigancho, Las cárceles del emperador(2002)
"Documentos Secretos de Sodoma"
RAQUEL WELCH PIENSO EN TI CUANDO ESTOY
MONTANDO A CECILIA
y esta noche he vuelto a soñar con tu clítoris húmedo
que destilaba placer sobre mi boca en aquel verano de fuego
vuelvo a desnudarte candenciosamente
aspirando el perfume de tus caderas
sintiendo el rozar de tu pubis sobre mis manos erizadas
vuelven a palpitar con más fuego que ayer
tus pechos pecadores
tu larga cabellera cae perezosamente sobre tus nalgas
rosadas /sedosas /tibias /redondas /generosas /ardientes /desgarradas.
Me incliné suavemente besé tus espaldas de seda enloquecedora
tus nalgas de lujosas carnes enloquecían mis ojos
y lechosas gotas de dulce rocío
empezaron a llover sobre mis piernas
al primero de tus gritos te tumbé en el lecho
y aullábamos de deseo estremeciendo la ciudad
golosamente saboreé la dulzura de tu sexo
y te invadió mi falo cubierto de relámpagos y metralla
Herida por la luz divina
pedías una legión de tigres en celo
te puse boca abajo con un pase mágico
y babeante galopé
la hermosa potra enloquecida por la serpiente.
Luego de conocer los más terribles misterios de la vida
resbalóse el zíngaro hacia la cueva de la profecía
aluviones de perlas y placeres inundaron mi boca.
Al escuchar tus gritos de placer
los muertos abandonaron sus tumbas
y copulaban en la capilla ardiente
y el mundo dejó de girar para nosotros.
Azotados por el látigo del deseo
cinco coitos en dos grutas encantadas sellaron la historia
cuando abandonamos el río sagrado
los tiburones sollozaban de amor
tu dulce calzoncito ensangrentado era un turbante en mi falo.
Abandonábamos ya la vida
nos arrastrábamos gangrenados sobre las brasas
hasta caer decapitados en la arena.
A lo lejos dos pescadores gigantescos
folgaban rubios sacerdotes con carnes de hembra.
Mientras el bardo agonizante introducía en una botella
este mensaje bíblico
Cecilia mamaba el arpón hasta calcinarse los labios.
EPIGRAMA
Mi mujer pequeña burguesa
mi mujer dulce culta y puritana
mi mujer que recita versos de Berceo
mi mujer que al atardecer riega amorosa sus jardines
mi mujer católica apostólica y romana
mi mujer Presidenta del Rotary Club.
¿Será esta la misma mujer
que en las noches escupe palabras obscenas
sobre mi rostro a la hora del orgasmo?
¿Será la misma?.
Tres poemas (inéditos) de Jorge Espinoza Sánchez
CONTEMPLANDO LA LUNA
Qué triste luce
el palacio del emperador
cuando la luz de la luna
ha sido desterrada de la colina
y guardamos los lirios
en la alforja de la nieve.
Ya no hay muchachas
adornándose en la fuente
ni fragor de grandes combates
en los llanos
sólo una estatua
cuyas lágrimas contemplan la luna.
LOS MUERTOS NO SON REBELDES
Los muertos no son rebeldes
son pudorosos galanes
que por un desdén de la luna
ocultan sus rubores bajo tierra.
Son filósofos no espantos
cual muchachas casaderas
les encanta las flores.
Los muertos son cosa seria
siempre parecen ofuscados
pero les encanta la rumba y el jaleo
han descubierto una manera particular de existir
no piensan en el mañana
filósofos al fin viven el presente eternamente.
ROSAS DEGOLLADAS
Breve fue la hermosa fiesta
gozando mirra cual olímpicos
coronada la frente de mirtos
conducías mis sueños en majestuoso carruaje
y era la morada del duende
el agua jubilosa.
Devastado por celosas gracias
aquel paraíso sepultado fue
el vino generoso el lujo de tu carne.
El crepúsculo de los dioses va a empezar
así de breve fue nuestro amor
todavía están frescas
las rosas degolladas
en el jardín del sediento pájaro.
El Libro de porcelana
Cómo no verte aún
atravesar los días más bellos de la tierra
suspirando en el lento atardecer
cabalgando sobre hermosas baladas.
Estás ahí con la hierba creciendo
en el fondo del recuerdo
pero nada queda ya
las mariposas pasan las páginas
del libro de porcelana
el crepúsculo canta en las fontanas
yo sé que nunca.
(Orquesta de Gacelas, 2010)
Tres poemas románticos del poeta Espinoza Sánchez, escogidos de su basta producción poética que descuella entre los actuales vates peruanos de la poesía amorosa, y que está ámpliamente difundida en el Perú
Espinoza Sánchez, uno de los más connotados poetas peruanos de la generación del 70, ha publicado muchos libros de poesía y narrativa corta y larga con gran suceso. Sus poemas han sido seleccionados para integrar importantes antologías nacionales e internacionales de la poesía amorosa, aquí hemos escogido tres de sus más notables poemas románticos.
BREVE HISTORIA DEL AMOR
El amor muchacha
es un momento de eternidad
una inolvidable fragancia
frente al mar.
Ninguna dulce canción
ni caricia de ola
ni puesta de sol
puedes comparar muchacha con esta bella historia
tus labios sobre la limpia floresta de mi cuerpo
y la música.
El amor muchacha
no puedes contemplarlo
jamás se le vio
por el bosque o la alameda
sólo el beso de la corza
en la fuente dormida
y las lejanas notas de una extraña canción.
Muchacha
el amor es contemplar
la serena cabalgata de los cuerpos
en los prados luminosos
de la tersa estación
y no llorar cuando la vida se vaya
que en los lejanos parajes de otras estancias
volverán los días del amor muchacha.
Más dulce que la transparencia de tu alma
seguirás danzando
en la plenitud de tu belleza
donde vibra el canto de las orquídeas sangrantes.
Muchacha el amor
en la azul transparencia del mar
una dulce mirada el temblor de una mano
y caminar hacia lugares que nadie conoce
y no saber nada más.
Muchacha el amor
es algo que de pronto una tarde
encuentras a la mitad de una calle
en un parque baldío
o bajo el tenue rumor de un farol
sin una voz que te llame
y un nombre muchacha cuando el amor
es más hermoso que la luz delparaíso
y un fuego muchacha
cuando pronuncias el nombre amado
que abrasa tu cuerpo
como si te asfixiaras
y lo llamas
y no recuerdas los calendarios
y te ahogas sola en el lecho.
El amor muchacha
llega cualquier tarde
por la carretera polvorienta
como un cisne
como la camisa abierta a la eternidad.
Muchacha
el amor...
LA ESTACIÓN DE NUESTRO AMOR
I
Dormías como un suspiro perdido en el espacio
retozando en las playas de oceános viejos y desconocidos
jugando con la brisa
que aquella tarde era un amor lejano
querías para tus recuerdos como en los cuentos
que escuchabas de niña
urnas de cristal en medio de algún bosque encantado
el pasado extendía para ti sombras cada vez más lejanas.
Gemías cuando tus sueños juveniles
despeinaban dulcemente tus cabellos
querías flotar en el fuego de la Atlántida
coronada en algún reino mítico
3,000 años antes del dolor
y avanzabas batiendo rítmicamente
tu cuerpo de gacela perdida en los reinos de Enrique IV.
No querías recordar pero tus cabellos
mecidos por el silencio
lloraban al compás de una melodía de Joan Baez
te perseguían cinco continentes extasiados
pero nadie osaba tocarte
una noche mi ilusión te hizo fulgurar
en el cielo más ñlejano allá donde no alcanza mi mirada
muchas noches de desesperación
acabaron por gritarme en pleno rostro
como el corcho indiscreto de una íntima champaña francesa
muchos siglos mis sueños durmieron
como un poema escrito en la playa
allá donde no pueden alcanzarla las olas.
Sólo el continente de tu mirada
osaba despertarme de tarde en tarde.
II
Corrías muy de prisa, reías enormemente
cuando mi voz lejana te decía:
Detente porque vendrán días grises
donde nadie querrá reconocerte
y todos pugnarán por olvidarte.
Ya no llegarán a tu rostro de seda
los largos veranos del placer
y querrás escuchar entonces al super grupo Ocibisa
perdiendose en el follaje de la vida
donde los hombres con corbatas de seda
inflan globos aerostáticos en los dulces vientres virginales
y huyen aterrorizados
entre los niños pequeños que al nacer no pidieron
venir al mundo ni voltearían ante el soberbio paso
de una dieciochoañera en hot pants rosados
como lo haría yo escrutando su fenomenal estructura
con mis catalejos hallados en la Costa de Marfil.
III
No olvides nunca la historia rosa
que solías contarme en los días de tu adolescencia perdida
yo aún conservo tus cosas para no perder aquel entonces
aunque realmente ya estés perdida
y tu recuerdo me clava delicado puñal.
CARTA DE AMOR A UNA HERMOSA GITANA
Un río de sangre, un mar de sangre
es este beso estrellado sobre tus labios.
(Vicente Aleixandre)
Zulma, te escribo estos versos ensangrentados
desde la más terrible prisión del Perú,
quiero que los leas eternamente vestida de novia,
con tus ojos de llamaradas y diamantes
al pie del altar de nuestros sueños.
Hermosa gitana,
te escribo desde la trinchera de los muertos
a esta hora en que salen a vagar
los fantasmas de los combatientes.
Quiero que sepas amor mío
que ser poeta en este país demente
y sangrar desesperadamente por la vida
es ser perseguido, proscrito, presidiario
y condenado a la hoguera.
Paga el Perú con la cárcel
a Quijote enamorado,
amó a los hombres, amó a la golondrina, amó a la luna
y sobre todos los dioses te amó a ti,
ebria y bella hasta el delirio,
hoy me entierran en vida por amar la vida
y bajo la lluvia de balas y cadáveres
te sigo amando aún.
Zulma, es madrugada en la prisión,
hierve la hoguera de la historia,
tal vez jamás vuelvas a verme con vida,
es de poetas morir de crepúsculos,
pero no llores pequeño ángel,
amaste a un poeta,
es decir, amaste a todos los hombres de la tierra
y no hay historia de amor más bella que la nuestra.
Y si me extravío en la oscuridad de la muerte
búscame en los ojos de todos los niños tristes del mundo,
en ellos seguiré viviendo,
un abrazo a nuestros sueños,
un beso a los hijos que nunca tuvimos
y te dejo estos versos
eternamente rebeldes como nuestro amor,
se divulgarán por todo el mundo
y serán traducidos a otros idiomas tus besos,
preciosa gitana. Eternamente tuyo.
Muertas las siemprevivas,
enfermas las rejas del presidio,
llueven cadenas perpetuas sobre los muchachos,
metralla y muerte
sobre la espalda del hijo del hombre,
pero nuestros labios desollados
entonan aún las baladas de aquellos locos días
cuando el corazón era un gitano
y Liza tenía los ojos azules.
Muchacha,
todas las noches
la muerte se desnuda en mi lecho
y arroja su fétido aliento a mi rostro,
mientras la poseo le hablo de ti,
le cuento de ti, la embellezco de ti.
Afuera la metralla aulla enloquecida,
tiempos duros estos
para cantar la gloria de las muchachas hermosas,
el amor ha sido arrasado por los tanques
y la rosa encarcelada por los nuevos dispositivos
antiterroristas,
ahora cualquier metáfora puede costarnos la vida.
Zulma,
leí tu carta desde la bahía de San Francisco,
sentí tu besos y se rompieron mis cadenas,
de mano en mano tus perfumadas líneas
inflamaron el corazón de los muchachos.
¿Díganme pequeños fiscales y jueces perecederos
podrá ser prisionero un hombre intensamente amado?
Hermosa muchacha,
tatuada en la demente memoria de los siglos,
tu amor ha inundado esta mañana la prisión,
mandos políticos y militares
me preguntan por la dulzura de tus ojos
y el poderío bélico de tus besos.
Negra del alma,
mientras los poetas peruanos
se masturban en las cantinas
y se arrastran como mujerzuelas ante el poder,
aquí la historia baila ebria
sin calzón y sin corpiño,
loca de amor buscando un hombre nuevo,
aquí la poesía
vomita sangre y se le caen a pedazos los pulmones,
la muerte danza con pasos de ballet.
Zulma,
la otra tarde aquí en la prisión
a la hora en que la nostalgia
ataca con picos de botella a los prisioneros,
me preguntaron los muchachos lisiados por la guerra,
¿poeta, por qué no escribe Ud. sobre los campos de batalla
versos como fusiles vomitando fuego,
versos como el horror de los estudiantes hallados en las fosas,
versos como el dolor de tantos inocentes
pudriéndose en las cárceles del Perú,
poeta, por qué no escribe Ud. versos como... ?
Entiéndanlo amantes del próximo siglo,
ni la explosión de un coche bomba
ni la catástrofe de Tarata
es más terrible que la dulzura de su amor.
Perdón, muchachos, que os habéis jugado la vida,
qué más puede el poeta
sino escribir al amor aún en la horca.
Niñas hermosas, que leáis estos versos
escritos desde el infierno
quiero que sepan
que el poeta escribió bajo la metralla
para que la rosa siga perfumando vuestros sueños,
recordadme algún día
a la hora en que los jóvenes piratas
se lanzen al abordaje de vuestros cuerpos.
Zulma,
he descendido al infierno
y escribo estos versos
sólo por ceñir un laurel en tu frente,
sé que leerás mi carta
hasta calcinarte los ojos,
sé que serás valiente
porque sólo de valientes es vivir grandes amores.
No llores gitana,
nos tocó vivir una época terrible,
pero un amor bello como los sueños
de los que ya partieron.
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