Ashle Ozuljevic Subaique
Nacida en Santiago de Chile en 1986. Licenciada en Lengua y Literatura Hispánica en 2008. Actualmente reside en La Serena (Chile).
EL LIMBO SE ENCUENTRA EN AVAROA
Ashle Ozuljevic
Papeles escritos antes/durante/tras el adiós
[Sucre
I
Venirse a Bolivia
comprarse una moto
y una manta
no un gorro
no unas sandalias
recorrerla de a poco
a un ritmo propio
quedarse entre su gente
respirar su mismo aire
-esa frescura incomparable del altiplano-
calarse hasta los huesos
y fumar en medio de sus lloviznas intermitentes
comer lentamente
sonreír
llevar la procesión por dentro
esta procesión mía que aún no logro nombrar ni delinear
pero que sospecho
y comenzar
misteriosamente
a tener cara de fiesta
entre sus grises habitantes
sonreírles y dejarlos quedos, plantados de sorpresa
ser una vez en este país serio
ser alguna vez
una estrella distante
y olvidarse de todo
y seguir respirando
[Sucre
II
Qué sería de Bolivia sin sus tradiciones
sin los carnavales
sin las comadres
sin las trenzas
sin las peleas
sin los faldones
qué sería de una nación sin tradiciones
más que un puñado de gente sola
y muda
[Isla del sol
III
Abrir los ojos
y verlo teñido de rojo
por la luz que se cuela a través de la ventana
(en este momento se está afanando galletas y pan duro)
tener de fondo un soundtrack argento
y altiplánico
(me pasa una taza de té con canela en este minuto)
con ni una sola puta promesa
sólo sonrisas
y ese cosquilleo idiota
del futuro extrañamiento
palabras hinchadas de sinsentido
y de un poquito de verdad
y la ignorancia pegada a las pestañas
como anteojos de sal
[Isla del sol parte sur
IV
No ir a Perú
ni a Uyuni
ni a la parte norte de la Isla del Sol
sólo quedarse aquí
[en la cama
en medio del Titicaca
sin tiempo
ni comida
ni voz
[Agua del lago Titicaca
V
Mirar hacia atrás
sólo para estar satisfecha
de lo que ahí ha quedado
retornar al pasado
con el único fin de tomar otro rumbo
dar vuelta la cabeza
y sonreír
despedirse con los ojos
hacer ‘chau’ con la mano
no un ‘hasta pronto’
ni un ‘nos vemos’
sólo arrancar de todo aquello
que para eso hemos venido
que para abandonarlo he nacido
[Uyuni
VI
Te vas y puedo al fin ordenar mis papeles
mis envases de helado y de chocolate
mis notitas al pie de página
mis días en el calendario
te vas y puedo por fin ordenar mi ropa
y los obsequios que he comprado
mi cabeza
sin embargo
se desordena, volviéndose mis pensamientos un caos
como el agua del Ojo con el viento potosino
como un par de mochilas a medianoche en medio de la ruta Potosí- Uyuni.
Mientras, tú
pobre niño
duermes solo en el bus vacío
porque has de saber
que si yo no viajo junto a ti
nadie más
va a tu lado
[Uyuni
VII
Pienso en tu voz
y en tu cara al cantar
la mueca de tu boca
la pequeña juntura de tus párpados
y los dedos corriendo excitados sobre algo que no soy yo
“¿y si no le contamos a nadie de esto y se queda… cósmico?”
¡Pues a nadie le contemos!
dejemos que el salar se lo lleve todo
que no queden huellas sobre el Ojo de Inca
que el verde de Sorata se lo trague
y lo guarde ahí
donde no mataron al Che
justo en esa casita
donde no nos enamoramos
donde nosotros sí
fuimos asesinados
[Uyuni
VIII
La angustia de saber que no habrá más
que fue aquí y ahora
sin un mañana ni un allá
ha dado paso al terror del olvido:
no sé ya (han pasado sólo un par de horas)
qué fue lo último que me dijiste
Ni cómo fue que me dijiste que me querías, desde arriba del bus
(te tocaste el pecho y me apuntaste, como hacen todos)
Dormiré, entonces
pensando tu rostro
el color de tus mejillas
el timbre de tu voz
y el tacto de tus manos
Dormiré así cada noche
te soñaré con los sentidos
en cada viaje
hasta que seas mueca
hasta que seas ícono
hasta que seas luz artificial
y dejes de ser sol
y te consumas entre estallidos
y te idealice
y seas otro
el mejor de todos
por ejemplo
aquello que nunca serás
[Uyuni
IX
Besos sin sal
Te ofrezco la mejilla izquierda
y veo cómo desde el bus te erizas
exagerado
y nervioso
te lanzo, entonces, un beso
que sé que te llega justo debajo del bigote
que ya no me picaba
y que nunca te cortaste
como nunca fuiste a Rurrenabaque
ni a Cocha
ni a Sucre
ni a la selva de Santa Cruz
porque la verdad,
es que te viniste conmigo
detrás de mi mejilla izquierda
y de mis grititos
de mis panes con tomate y mayo
y de mis besos
sin sal
[Potosí
X
Auriculares
Caminar por el Potosí detenido
escuchando mi música
mi pedazo de vida propia y exclusiva
creyéndome en una burbuja
donde tengo plata
y no hambre
donde no extraño
ni siento rabia
ni frustración
Bailar, incluso
un poquito
en la plaza de la ciudad
y reírme sola
un poquito
de verdad
[Avaroa
XI
Al menos por un tiempo
No querer dormir ni despertar con nadie
que no tenga tus ojos
que no seas vos
[La Herradura
XII
Promesa
si vienes
prometo
tejerte una bufanda más linda que la que te robaron en La Paz
para que por fin olvides esa
y todo el resto
de tus pérdidas
y de tus carencias
y prometo
esperarte con un mate caliente y amargo
para que no te sientas extraño en mi casa
en mi mesa
en mi cama
[La Herradura
XIII
Ganas
de tomarte la mano y sentarte a mi lado
sentarte sobre mis piernas, de ser necesario
y pasar tus dedos por sobre mis escritos
por sobre las pecas de mi piel
por sobre mis párpados
levantarnos y hacerte un recorrido brillante por mi casa brillante
donde brillantes son los objetos que he comprado pensándote
una casa llena de vacíos
brillantes
que he pensado rellenar cuando tú vinieras
espacios que te esperaban con una paciencia que yo no tengo
libros
álbumes
fotos que he premeditado para ti
si es que te dignabas a venir a cumplir tu promesa
Tomarte de la mano
cubriéndote los nudillos con mi palma
y hacerte acariciar este universo pequeñito
que he dibujado albergando la idea de que te agrade
de que realmente no quieras irte una vez que lo conozcas
que no sea necesario atarte a la cama con candados
de llaves perdidas
con mordazas
con vendas
Tomarte de la mano
sentarte a mi lado
o sobre mi falda
tenderme yo sobre tus rodillas
y no decir nada
finalmente
jamás anunciarte siquiera
cuánto te he extrañado
cuánto te he pensado
cuánto te he escrito
seguir con mi discurso de incredulidad
y decirte que no entiendo
cómo
una persona
puede
amar a otra.
[Antofagasta
XIV
Me escurro
y me aburro
Me acostumbro a las reglas severas de este juego complejo
que es la soledad
Afino mis manías
selecciono nuevas mañas invento excusas
y peros
me vuelvo inasible incluso para mí misma
pierdo la fe las fuerzas y la voz
Me acostumbro a limpiarme las cenizas
tras apagar el fuego a punta de silencios y abandonos
Decido, apretando los dientes
morir con las botas siempre puestas
[Santiago
XV
no es lindo el amor
el amor no es lindo
porque es asimétrico
imperfecto
e invisible
porque no puede describirse
ni captarse por ningún sentido
no es lindo el amor
porque el amor no existe
es indetallable
e insípido
lo lindo es ver a dos personas que se acarician
o mejor, que alguien nos acaricie
lo lindo es ver que dos personas se acompañan
o mejor, que alguien nos acompañe
lo lindo es ver que dos personas se hacen mutuamente felices
o mejor, hacerse mutuamente feliz con alguien
no es lindo ver que dos personas se satisfacen sexualmente
mucho mejor es ser satisfecho y satisfacer ese placer hedonista
que es lindo
porque aunque no sea simétrico ni perfecto
se capta por los sentidos
posee un sabor
y puede ser largamente detallado
lo lindo no es el amor
porque el amor no existe
lo lindo es la complacencia de esa retahíla de necesidades que significa ser ser humano
lo lindo es la complacencia de esa retahíla de necesidades que significa ser mujer
lo rico es la complacencia de esa retahíla de necesidades que significa ser yo
lo rico
que está lejos
lejísimos de ser lindo
es la satisfacción
que nos deja mudos
sudorosos
enroscados
y feos.
[La Herradura
XVI
Anoche soñé contigo
o tal vez hoy
(siempre dudo, cuando sueño, si ocurrió anoche u hoy)
venías a Chile
trabajabas en una panadería
cerca de la casa de mi abuela
Conocías a mi familia
que, entorno a una mesa
comía comida china.
Nos mirábamos
sentíamos
un temblor extenso
un terremoto breve y potente
no temíamos
nos tomábamos de la mano
y no temíamos
más bien, hacíamos el amor debajo de una mesa de madera en el sector de picnic de un colegio
que en el sueño había sido mi colegio
lo hacíamos lento
era de noche y el aire estaba gélido
no sentíamos frío
nos abrazábamos
y no sentíamos frío
más bien veíamos como cada vez oscurecía más a nuestro alrededor
la gente se retiraba del lugar
sin prestarnos atención
nosotros
no nos íbamos
ni nos apagábamos
jugábamos al cíclope
y comenzábamos a centellear
[La Herradura
XVII
Ayer
(estoy segura de que fue ayer y no hoy)
decidí dejar de esperarte
decidí comenzar mi olvido
comenzar el adiós
No me interesa que tú ya te hayas despedido
o que no te despidas nunca
no me interesa que no te interese despedirte
ni saludarme
ni saber de mí
no me interesará en adelante que no me odies
ni siquiera me interesará
-lo he decidido-
que me quieras
como has dicho quererme
como crees quererme
ayer decidí que no me importaría más nada de ti
(estoy segura, segurísima de que eso fue ayer)
Así que procura no aparecerte más en mis sueños
no intentes ingresar por ahí a mi cabeza
ahora que he decidido que la puerta de la conciencia se ha cerrado para tu imagen
no te metas en mis sueños
lo repito
ni en mis deseos
ni en mis planes
no seas peor de lo que eres
permíteme concretar
esto que he decidido
ayer
justo antes de soñar
que hacía contigo
el amor
[Pisco Elqui
XVIII
Un día dejarás de recibir noticias de mí.
dejaré de escribirte cartas
dejaré de relatar cuentos para ti
dejaré de hacerte saber por versos
cuánto te he querido
No tendrás más noticias sobre mi persona
no hallarás un rastro más de mí sobre la tierra
no entenderás nada
como siempre
no sabrás si la enfermedad me ha vencido;
simplemente desapareceré para ti
sin que nunca puedas rastrear una huella de lo que fue mi vida
y ese día no habré muerto
ese día no habrá dejado de latirme el corazón
necesariamente
pero ese día para ti comenzaré a ser un cadáver
carne seca donde desaparezcan mis pecas
porque ese día yo habré decidido cortar
el hilo de Ariadna
Sabré bien lo que estoy haciendo
sabré que después de eso no hay vuelta atrás
me conozco
y sé que a mis muertos no los entierro
pero tampoco los revivo
Tú no tendrás conocimiento de nada
sólo te enterarás de que no te enterarás más de mí
y no podrás nunca saber si he muerto
o si ahora soy el peso sobre cada cuerda que tenses
si soy el silencio de cada noche
afuera de tu ventana
en esa casa que nunca conoceré
[Viña del Mar
XIX
Lazarillo no vidente
colillita de cigarro en un bolsillo
te hablo para decirte
que si necesitas ayuda
yo podré dártela
que si necesitas una mano
para esposar a la tuya
la mía estará disponible
que si precisas de un hombro
que lleve tu viola
puedes, lo sabes, contar con el mío
que si te hace falta alguien
que detenga los autos en mitad de la noche
para llevarte a urgencias en un país desconocido
puede ser mi cuerpo
el que se agite en la penumbra de la periferia urbana
y que si quieres un impulso
para decidirte a cambiar tu vida
y que si quieres un motivo
para abandonarlo todo
y que si quieres un insulto
un dolor
una herida
cuenta con mi voz
con mis dientes
con mis uñas
pero si necesitas tiempo
olvídate del mío
dulzura
cariñito
niño
Porque, Lazarillo, ni te amo
ni te amaré
yo sólo necesito pasar mi vida a tu lado
yo sólo te necesito
a ti
y a tus cuestionamientos de mierda
a ti
y a tu ilógico humor aburrido
para poder seguir siendo la idiota que soy
para no terminar nunca de escribirte mientras
husmeas por encima de mi hombro
para nunca dejar de llamarte
dulzura
cariñito
niño
para, en definitiva
tener siempre un rostro
al cual mentirle de madrugada
[Valparaíso
XX
No tenemos nada
pero si lo tuviéramos
si así fuera
y necesitáramos fuerzas
yo bien puedo
hacerme cargo de todo
yo podría
llevarte al hombro
en mi mochila roja
y pasearte por mi mundo
hasta que los rayos del sol te entibien
hasta que la lluvia
te desesperece
yo bien podría
subir esta cuesta
que no tenemos
escalar cada paso
que no damos
hasta depositarte en
la cumbre
para que el aire fresco
te lave la cara
y te abra los ojos
yo bien podría
cariño
alimentarnos si fuésemos
nosotros
eso que no somos
yo podría
-estoy dispuesta-
abrazarte
y darte ánimos
secarte las lágrimas
y acariciarte el pelo
si tuviésemos algo
y tú lo necesitaras
pero no tenemos nada
[La Herradura
XXI
Amanezco enferma
Tengo las mejillas calientes
y toda mi piel es una fiebre
Anoche soñé contigo
me decías que querías venir
que me querías
pero yo ya no podía, ya no puedo
creerte
ni contestarte
la duda me ha molido los huesos
y me ha quitado la voz
[La Serena
XXII
Contra
Ser feliz
no con alguien
ni por alguien
sino contra alguien
[La Herradura
XXIII
Toda muerte es segura
la vida
es una muerte lenta
y segura
[La Serena
XXIV
Compañeros
camaradas:
los he defraudado
he fracasado en la misión que me había encomendado:
he sucumbido al amor
no merezco sus parabienes
repito, los he defraudado
ahora, sólo queda el silencio
http://letras.s5.com/avar101014.html
La parcelación de la vida: la poesía-crónica o la crónica poética
en el libro “Tres” de Ashle Ozuljevic
Por Paulo San Páris
“OMNE TRINUM PERFECTUM”
“Todo número tres es perfecto”
Virgilio
"No había duda, ni la menor duda, que al juntarnos así los tres, habíamos formado una figura,
(…) habíamos realizado un equilibrio, un perfecto equilibrio entre fuerzas aisladas"
Maldito Gato (Diez), Juan Emar.
La aparición semiótica- simbólica del número tres en la historia de la humanidad data desde tiempos antediluvianos.
Desde su étimo, ‘tres’ deriva del latín: “trinum” o “tiubium”, y es el primer número impar, puesto que se compone por la reunión de tres unidades; o, de otro modo, del uno y el dos; que vienen siendo la unidad y el primer número par.
Históricamente sabemos que entre los antiguos pobladores, el tres era el más sagrado de los números; aun cuando es una figura aritmética, a la que se le han atribuido algunas virtudes místicas, al asegurar que es la base de los signos de la perfección; por eso vemos que en la filosofía de Platón se le consideraba como la imagen del Ser supremo en sus tres personalidades: la material, la espiritual, y la intelectual, que es lo que tácitamente, determina a la unidad hombre, por cuya razón, tal vez Aristóteles llegó al convencimiento de que el tres contiene en sí; al principio, al medio y al fin, lo que también viene a indicarnos, que es el símbolo de la perfecta armonía, del factor de conservación y del progreso natural, entre todos los seres y las cosas.
A su vez debemos hacer referencia directa a su orden bíblico casi directo: Padre, Hijo y Espíritu Santo, lo que el mundo católico llama Divina Trinidad. En este mismo sentido, la triada aparece también en la Sagrada familia: padre, madre e hijo. Tres.
Diversas culturas adoptaron este guarismo como un número sagrado. Por ejemplo, los sumerios creían que el número tres representaba la fertilidad, la unión espiritual-material del ser humano entre cielo-tierra-espíritu.
Los druidas, los esenios, los asirios, los caldeos, los egipcios, los griegos, los romanos, los judíos; y más tarde en la India, la China y en todos los países civilizados conocidos, el número tres fue muy venerado, circunstancia por la que en la Edad Media siempre se le consideró como un signo favorito, atribuido al ser supremo, a la perfección.
De este modo, podemos sentar nuestra primera aproximación al texto de Ozuljević. La triada participante, como un símbolo estructurador del libro. Esto en motivos dichos como tres capítulos enlazantes con un énfasis común: la crónica diaria.
Dentro de historia de la literatura chilena no son pocos los títulos de libros que resaltan por su compresión lingüística y simbólica. Ya se nos había adelantado el poemario de Pablo de Rohka bajo el título enigmático de “U”, o el citado en nuestro epígrafe, Juan Emar, con su libro de cuentos dadaístas “Diez”. El número tres, referente al texto que presentamos, está estructurado bajo el signo de tres capítulos apartados pero interrelacionados que se inician con un breve texto de carácter minimalista.
El capítulo primero, abre una serie de textos que tocan diversas temáticas, donde las pulsiones son llevadas a cabo por trazos del recuerdo, lo significativo, lo erótico, lo femenino, la autocontemplación con el ser-mujer. En este punto es significativo el texto: “Hay distintos tipos de gritos”, que señala:
ligado en lo estrecho
a través de mis deditos toscos
a la imposibilidad de tener
un orgasmo silencioso
a la negación síquico-fisiológica
[patológica
de mantener ese secreto tibio
[o cualquier otro
la misteriosa humedad sagrada
[o cualquier otra
dentro de la piel.
El sujeto enunciante es guiado por el poeta a través de la eroticidad, y la autocontemplación sexual a través de salidas placenteras, como lo es un grito.
Otro texto de relevancia en este apartado es el texto consiguiente inmediato, titulado “Matta oriente”, el cual aparece con un tono evocador a un manifiesto, plantea las leyes conductuales y morales del accionar político y social de un sujeto:
defender la revolución de los consumistas
de los medievales de los templarios de los románticos
de los joviales de los utópicos de los suicidas
de los temerosos de los realistas
defender la maldita revolución
plantando tomillo, yerbabuena y matico
bañándose en leche de higo
Si bien la mayoría de los textos y la técnica estética que propone la poeta en su libro, traza líneas fijadas en lo cotidiano, con tono simple y accesible a la comprensión, hay instancias simbólicas superlativas, hermosísimas, que si bien son de apariencia cotidiana, guardan un profundo componente metafísico, por ejemplo, en el texto “Maculada”, donde se señala:
“me leyó las pecas como si fueran las líneas de mi mano
le di monedas,
todas las que tenía:
necesitaba que me dijera
que iba a ser feliz.”
Los siguientes textos de este capítulos evocan momentos, situaciones, por ejemplo la instancia de la poeta de su vida en Buenos Aires. Un hecho que hacemos notar, es la utilización de elementos cotidianos en sus diminutivos, giro sutil, pero no menos despreciable que potencia la voz de la o el hablante como una voz cargada de ternura e inocencia consciente.
El segundo capítulo se entrega mediante una disposición de textos mucho más extensos, que remiten a los temas vinculados con situaciones pasadas, situaciones quizás ficticias o reales, que no se alcanzan a decodificar en su totalidad.
La integridad del texto es perdida intencionalmente para dar movimiento significativo a las palabras en algunos pasajes. En este apartado encontramos referencias femeninas de la antigüedad como el texto “Ruleta griega”, donde se nos entrega la imagen de otra Penélope, mucho más astuta que la que conocemos por Homero. En ese sentido la poeta realiza una relectura de imágenes consagradas en la feminidad y deconstruye esas piezas para volver a formar una nueva imagen ciega aún. Un poema hermoso, que recuerda las evocaciones sinestésicas de Rimbaud, es el llamado “Blanco, negro, y verde” con el cual la poeta muestra una destreza consciente en la construcción de un texto y la potencialidad misma de la palabra creadora.
Si me concentro en los hechos
digo blanco
digo negro
pero también digo verde
Digo verde y amanece una isla se asoma un mono altiplánico
con acento pueblerino
Digo verde y una ramita invisible deja nacer un pámpano
En medio de la sal digo verde y no aparece nada
en medio de la sal digo negro y cae una foto suspendida
en una casa demasiado pequeña
digo negro y son los pasos bien marcados en el suelo que carcome
primero el cuero y luego la piel
digo blanco y negro porque sos una foto antigua colgada
en una pared clara
el marco rasguña la imagen, oxidado a dentellada limpia por mi
odio (…)
Este apartado se cierra con un texto titulado “Pero también lo pasamos bien”, que despliega un tipo de texto poético deslindado en una tonalidad de carta informativa, ante el tema del amor.
El último tramo del libro se torna aún más cotidiano, se hacen declaraciones sin impostaciones de imágenes rebuscadas, se entrega la realidad tal cual es, haciendo de ella una mimesis. La poeta está consciente de las relaciones significativas que la realidad tiene y no trata de ocultarlas sino que entregarlas en profunda claridad, a la usanza de la escuela guiada por Parra, Linh, Bertoni, etc., llamados “los poetas de la claridad”, o como prefiero llamarlos yo, “poesía objetivista”.
No se reclama al lenguaje una impostura simbólica, sino que el mismo reflejo de la realidad brinda su significancia. El mismo lector debe alzar desde su ideal reconstructivo, individual e imaginario personal las significancias del texto.
La colección de imágenes transforma al libro en una especie de collage turgente de significados denotativos. Los espacios se van comprimiendo al final del libro, para dar paso a una serie de textos de carácter estructural más enfocados en la prosa, que colinda con las entregas anteriores que ha realizado la poeta, es decir, la narrativa. A pesar de ello, el lenguaje poético no puede escapar a su intencionalidad y se provoca el hibridismo textual acostumbrado en la poesía actual.
Finalmente, no es nuestro deber juzgar un libro en su totalidad mediante una presentación, pues entendemos exige una mayor carga referencial y de investigación para aclarar mediamente el panorama de lo que nos quiere proponer en esta ocasión Ashle Ozuljević. No obstante, no podemos dejar pasar esta oportunidad para llamar la atención del lector a la valorización completa de la obra, tanto en su entrega literaria, como en su intencionalidad creativa, ya que, sin duda alguna, la poeta es una de las voces femeninas más reconocidas e importantes que ha dado la IV región, no sólo por la integración de otra vertiente más transparente, sino que por el mismo estilo de una raigambre que consigue fuerza, la cual no se apacigua en su pulsión vital, sino que cada vez se renueva así misma.
La Serena, 2016
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