Nicomedes Guzmán
Nicomedes Guzmán (*Santiago de Chile; 25 de junio de 1914- † íbidem; 26 de junio de 1964), narrador, poeta, y novelista chileno.
Hijo de Nicomedes Vásquez Arzola y Rosa Guzmán Acevedo, su nombre completo fue Óscar Nicomedes Vásquez Guzmán. Decidió firmar como Nicomedes, porque ya había un colega famoso, Óscar Castro. Su padre desempeñó varios oficios, entre los que se cuenta el de maquinista tranviario y ocasionalmente heladero ambulante; su madre, por otro lado, dueña de casa, suplementaba el ingreso familiar con eventuales trabajos como empleada doméstica (Pearson 1976). De todas formas, en Los hombres oscuros reinvindica su origen proletario dedicándoles la novela:
A MI PADRE heladero ambulante
A MI MADRE obrera doméstica
Tuvo una escolaridad irregular y su formación fue en gran medida autodidacta, aunque estudió de adulto en el liceo nocturno Federico Hanssen. Trabajó, en sus inicios, como cajista y asistente de encuadernación, más tarde como peoneta de un camión en el Barrio Matucana en Santiago de Chile, lugar donde existía una intensa bohemia nocturna de carácter popular (Pearson). Más tarde se desempeñó como ayudante en una inmobiliaria en pleno centro de la capital chilena. Gracias al prestigio que alcanzaron sus dos primeras obras, fue contratado en el departamento de Cultura del Ministerio de Hacienda junto a Luis Sánchez Latorre.
Casado con Lucia Del Cármen Salazar Vidal, sus hijos Oscar Vásquez Salazar, Ximena Vásquez Salazar, Dario Vásquez Salazar, Florencia Adriana Vásquez Salazar y Pablo Lautaro Vásquez Salazar. Su segundo matrimonio, con Esther Josefina Panay Pérez, y sus hijos son Rodrigo Nicomedes Vásquez Panay y Olaya Esther Vásquez Panay.
Su obra era parte de los programas de estudio, fue sacada de ellos después del golpe militar.
Fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Concepción.
En años posteriores Nicomedes Guzmán fue director de una colección de libros de Editorial Cultura y fundador con Óscar Castro Zúñiga, del grupo literario de Rancagua: Los Inútiles.
Perteneció a la Generación del 38, que la crítica literaria ha reconocido como neorrealista, es decir, comprometida socialmente pero atenta a los descubrimientos estilísticos de las vanguardias literarias de comienzos de siglo (Promis 1993:62). Sus temáticas revelan y juzgan la vida de la clase social chilena más pobre, de inicios del siglo XX. Fue su origen social proletario, sin duda, lo que lo inspiró a escribir sobre la crueldad de la vida de los más pobres.
Obra
Narrativa
Los hombres oscuros (1939)
La sangre y la esperanza (1943)
Donde nace el alba (1944)
La carne iluminada (1945)
La luz viene del mar (1951)
Una moneda al río y otros cuentos (1954)
El pan bajo la bota (1960)
Estampas populares de Chile: Crónicas (2007) ISBN 978-956-284-540-3.
Poesía
La ceniza y el sueño (1938)
Antologías
Nuevos cuentistas chilenos (1941)
Antología de Baldomero Lillo (1955)
Antología de Carlos Pezoa Véliz (1957)
Autorretrato de Chile (1957)
Antología de cuentos [de] Marta Brunet (1962)
Antología de cuentos chileno (póstuma, 1969)
ROMANCE SIMPLE DEL TRIGO
Decir la historia del trigo
es decir de la hoz el gesto.
Es decir mano callosa.
Y corazón: rojo aliento.
Es encontrarle a la tierra
sus claros ojos, sus pechos,
su leche verde y espesa,
su voz de tambor en celo.
El trigo tiene su historia
llena de azules silencios,
de horizontes conmovidos
y de puños hacia el cielo.
Los grillos del sur, a veces,
suelen contarla en enero,
golpeándose las espaldas
con flautas y con espejos.
Como el hombre con su canto,
su sangre aguda y su sexo,
más allá de todo límite
está el trigo con su anhelo.
¡Ah, qué simple su ternura,
su rocío y sus luceros,
su manera de bailar
siguiendo el compás del viento!
¿Dónde la historia del trigo
ha de convertirse en sueño
si el carillón de la vida
llama y nunca cesa el vuelo?
¿Dónde si está la ternura
animándonos los dedos
y llora el pan cuando un niño
lo pide y lo mira lejos?
ha de convertirse en sueño
si el carillón de la vida
llama y nunca cesa el vuelo?
¿Dónde si está la ternura
animándonos los dedos
y llora el pan cuando un niño
lo pide y lo mira lejos?
La Ceniza y el Sueño. Poemas de Nicomedes Guzmán
CRÍTICA APARECIDA EN EL DIARIO ILUSTRADO EL DÍA 1938-10-16. AUTOR: CARLOS RENÉ CORREA
Nueve poemas integran esta obra inicial de Nicomedes Guzmán, quien nos ofrece una canción marinera que tiene, en realidad, “ceniza y sueño”. En “Acordeón de ausencias”, dice:
“Mi corazón es, también, como los días,
un marinero ebrio:
tripulando el recuerdo por las tardes
se da a tocar en su acordeón de ausencias”.
¿Influencias? Las hay numerosas en los versos de este poeta joven: Jacobo Danke, Salvador Reyes, Luis Enrique Délano.
El mar y sus paisajes, que son distintos en cada minuto, le han sugerido hermosas imágenes que él ha sabido expresar en forma novedosa. A pesar de la juventud que alienta en sus años, Nicomedes Guzmán ha escrito:
“Surges en todos los puertos, amiga;
me sonríes en los rincones de todas las tabernas,
te yergues en los anillos de humo de todas
las pipas nórdicas que consume mi nostalgia”.
¿No es esto un excesivo afán de imaginar lo que no se ha vivido?
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