Mario Borel
(Santiago de Chile, 1986). Participa en diversos talleres literarios desde 1996 hasta la fecha, dentro de los que se destacan Taller de Poesía La Sebastiana (Fundación Pablo Neruda, 2007), Taller Hoja de Papel (Balamaceda 1215 Valparaíso, 2006) y actualmente es becario del Taller de Poesía La Chascona (Fundación Pablo Neruda). Ha aparecido en algunas revistas y antologías, también en un par de medios escritos nacionales (Revista In Vite, de El Mercurio de Valparaíso y La Nación). Ha publicado dos plaquettes de adelanto, Paisaje de Chile (Ed. Fuga, Valparaíso, 2007) y Fisura (Ed. Fuga, Santiago, 2009).
NO MARLENE DIETRICH, NO
Marlene Dietrich
no puede estar tan vieja
aunque sé que todos los pájaros mueren
se deshacen
y sus huesos no desaparecen
pero ella no
si la mujer era inmortal, mientras
me conformaba con tener su fotografía
en un escapulario
que frente a frente
mira a un san Sebastián ajado y escamado
como una culebra.
No, Marelene Dietrich, no
y le digo a mi madre
y ella me repite lo de los pájaros
y sus huesos que no desaparecen
pero ella ahí
en una vuelta de cara
besando muchachas vestida de frac
mientras corre descalza por Marruecos
y a la otra vuelta de cara
sentada y anciana con los ojos empequeñecidos por la luz
y las arrugas que ya no dejan ver a la mujer
y solo la veo que si me la encuentro por la calle
le daría una moneda
y me da pena y risa
que ya no sea inmortal
cuando estoy sentado frente a ella en la filmoteca
y me voy triste y enrabiado y sonriendo
sin aplaudir.
No, Marlene Dietrich, no
yo he hecho un montón del cosas indecentes
y me he embriagado de manera vergonzosa
pero no espero estar de esa forma
y mi madre me dice que yo no lo merezco
pero ella no sabe nada
y me dice que ella no lo merece
pero ahí está en la silla
con el problema de la luz en su rostro
que ya no canta Lili Marleen.
No, Marlene Dietrich, no
y sé de sobra
lo de los pájaros
y sus huesos que no desaparecen
y está bien, diría
Marlene Dietrich
no te mueras para siempre
pero el san Sebastián en mi escapulario
ajado y escamado como una culebra
mira frente a frente a Kate Moss
vestida de frac
en blanco y negro.
Los platos sucios
Para qué vamos a hablar complicado
Si aquí todos somos francos
-esto es una prioridad absoluta-
Supongamos que lo somos:
El mundo tiene sus partes:
Norma Jean Mortenson
Y un montón de platos sucios
Ahora que tenemos las partes
No será problema armar el todo:
Yo soy el que a usted debe importarle un carajo.
Para qué nos vamos a molestar tratando de ponernos de acuerdo
No nos van a dar un premio por ser buenos compañeros.
Qué ganaríamos entendiéndonos de maravilla que casi nos mirásemos en un espejo.
Para qué tanto para qué dígame para qué.
No me busque a mí, para qué me va a buscar.
De verdad, no me busque
Ni nada que se parezca a mí
Si es por eso mejor nos juntamos otro día
Me invita una cerveza y yo le cuento mi vida
Ahí vamos a tener la gran intimidad de la que se jacta la poesía.
Dime de qué te jactas
Y te diré de lo que careces.
Eso sí
Después, tan desconocidos como siempre.
Para qué vamos a hablar enredado de cosas que ni a usted ni a mí nos importan
-insisto en que seamos francos-
Si yo le digo lo que me parece
Y usted me entiende lo que quiere/lo que puede:
Todos seremos tal cual como somos.
Qué se le va hacer
No nos hagamos los inteligentes
Dándole el palo al gato
Tirándole la cola al perro:
La vigésima quinta vez que lo habían dicho
Como la primera vez que fue en el siglo XIX
Antes de cristo.
No seamos hipócritas
No nos desgastemos hablando bonito
Si a usted poco le importan mis anáforas
mis metáforas
y todos mis juguetes
lo que quiere usted es parecer inteligente
¿Cree usted que yo, acaso, nací en la tierra del ulpo?
No nos hagamos los inteligentes
No volvamos al masoquismo de la educación normal
Usted, leyendo el Mío Cid a los catorce
Yo, a punta del siguiente enunciado:
Escriba en verso alejandrino un poema
Que hable sobre el nacimiento
Sin decir coito, sexo, copulación y por el estilo
Sin decir semen, sangre, caca, vagina, pene y por el estilo.
Aunque esto sea contradictorio a lo anterior:
Todos fuimos tal como somos.
Para qué nos vamos a ver la suerte entre gitanos
Si no es conmigo con quien se tiene que poner de acuerdo
Y no soy yo lo que anda buscando.
Para qué se va a enterar de la novela rosa de mi vida
Si a nadie debiera importarle
Por fome y tan mía
Déjeme que yo le cuente otra
Más encantadora
Pero igual de simple
Por ejemplo:
Yo antes a usted lo amaba
Pero ahora lo odio y le tengo miedo
Etcétera.
Lo aprendí de mi madre, de mi abuela
Y su tradición de centro de madres
Su formación culebrona de media tarde:
Yo no sé hacer otra cosa que contar novelas rosas.
Esto es pura inmediatez inmediata
Como siempre ha sido.
Para qué otra vez con lo mismo
Dejemos en paz esta tomadura de pelo
Que si a usted le importara la verdad y sus cosas
Estaría haciendo patria con una pala y un chuzo
-Confieso que a mí tampoco me importa.
Esto no debe ser otra cosa que una tomadura de pelo:
Si usted espera una lira y yo sueno como una guitarra destemplada
Si yo lo quiero simple para contarle mi novela rosa y usted es el lectorsísimo metalector
Esto no debe ser otra cosa que el canto de Casandra:
Sin duda, de aquí alguien sale con un ojo menos.
Qué le vamos a hacer
Si todos somos tal cual somos.
Para qué tanto si esto es una tomadura de pelo.
Si usted insiste
Pongámonos de acuerdo en no ponernos de acuerdo:
No me entienda nada
No se moleste
Lo que le dije era algo muy parecido a lo que le quería decir
-Di un paso a la derecha-
No me entienda nada
Aunque ya haya entendido algo muy parecido a lo que quise decir
-Dio un paso a la izquierda-
Supongamos otra vez que somos francos
Supongamos que algo habrá de salir
De este meditado acto de imitación:
El mundo tiene sus partes
-Supongo que eso le habrá quedado claro:
eran Norma Jean Mortenson
Y un montón de platos sucios.
El juego era el que ensucia lava
Pero la gente se fue muriendo
Y se acabó la loza limpia.
Ahora podemos armar el todo
Porque yo estoy lavando los platos sucios.
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