viernes, 8 de marzo de 2013

GUILLERMO DE TORRE [9.378]




Guillermo de Torre 

(Madrid, 1900 - Buenos Aires, 14 de enero 1971) fue un ensayista, poeta y crítico literario y de arte español perteneciente a la Generación del 27. Sus restos descansan en el Cementerio de La Recoleta, de Buenos Aires, junto a los de su mujer, Norah Borges, y a los de su suegra, Leonor Acevedo Suárez.
Más reconocido como importante crítico literario y de arte español, fue, sin embargo, uno de los impulsores del ultraísmo, también con su trabajo poético, en sus comienzos. Después de la publicación de los poemas ultraístas Hélices (1923), se orientó definitivamente al cultivo del ensayo literario y artístico, donde se destacó como comentador del fenómeno estético vanguardista. Fue colaborador habitual de Revista de Occidente, Sur y El sol, y fundador, junto con Giménez Caballero, de La Gaceta Literaria (1927) y, junto con Pedro Salinas, de Índice Literario (1932). Desde 1956 fue catedrático de la Universidad de Buenos Aires, donde fijó su residencia. Sus volúmenes más importantes son: Literaturas europeas de vanguardia (1925, reeditado y ampliado en 1965), La aventura y el orden (1943), Problemática de la literatura (1951), Las metamorfosis de Proteo (1956), El fiel de la balanza (1961) y Tres conceptos de la literatura hispanoamericana (1963).

Obra Poética

Hélices, Madrid, Mundo Latino, 1923; reedición facsímil a cargo de José María Barrera López, (preliminar de Miguel de Torre Borges), Málaga, Centro Cultural de la Generación del 27, 2000.






Pararrayos

 Un vuelo de miradas acribilla la noche

Cada relámpago
es un ojo de Argos
El viento nos golpea con sus puños
La tempestad dispara sus pistolas automáticas
Las estrellas tocan a rebato

La noche se extravía
y tactea los cuatro puntos cardinales del horizonte
Los tejados inundan sus lagrimales
Descarrila el tren de las horas
La tormenta enciende sus carteles eléctricos

Todos los transeúntes
cambian sus reflejos
se encienden y se apagan simultáneamente
En la pizarra atmosférica
se dibujan los guarismos relámpagos

Epilepsia de las alturas
Dios deposita sus injurias en los pararrayos
Cuándo
el pirotécnico celeste
agotará su stock de cohetes?

  


  


Inauguración

A Émile Malespine


Prètez votre concours à une aeuvre de charité
Le monde est à recommencer

Paul Morand, Feuilles de température                


El paisaje se descontorsiona
       en el desperezo matinal

   Hay redobles de luz sobre el tambor
   de los relojes proyectores
   que aperciben las flechas del color

Desnuda
       sobre la giba azul de las colinas
    la mañana limpia sus espejos

       Los dedos de los árboles
    rasgan los últimos velámenes nocturnos

Sobre los raíles del horizonte
    gira el semáforo blanco
      y el día pide vía libre

    Los primeros cohetes lumínicos
enhebran          las más distantes lejanías

El disco de la aurora
      cae maduro
    desde los mástiles celestes

En los ríos sonámbulos
      ya late el pulso del paisaje

Retornando de su evasión en las sombras
los jardines prisioneros          a través de las verjas
      nos miran con sus ojos verdes

Los álamos sacuden su melena
donde nidifican estrellas olvidadas

En los cánticos ortales
       hay una siembra de ojos nuevos

   Gira la gran rueda matinal
       tejida por radios solares

Todo se articula

       Y a la luz de los engranajes
      arde la inauguración clarisolar

  






 Madrigal a bordo

A Teresa Wilms: In memoriam


Mar sincopado
Olas efervescentes
Un transatlántico

      Oh mujer enredada en gestos enigmáticos

Tú desnuda sobre cubierta
       rimas la cadencia del silencio

En tu garganta
      se enrosca la rosa de los vientos

De tus sortijas lunares
      penden todos los puertos

Sobre tus muslos rueda
       la bola de los hemisferios

En tus miradas emergen
       paisajes submarinos

Un collar de ciudades
       ciñe tus senos hesperidios

Tus palabras
       resumen las perspectivas inholladas

Tu sonrisa
       prevé el adiós de las escalas

Jugadora de los trópicos
sobre el puente del amanecer

    Cuántas rutas en el libro sin páginas
      de tu lírico remember

Sirena resurrecta
-con alma de mujer?

El barco danza un vals nostálgico
   Nostalgia de tu psiquis cosmopolita
      que ha visto el revés de los horizontes

      Armando tu red sobre la popa
       te sorprendió un erótico temporal

La luna exangüe
Tu sonrisa salobre
Y la noche acribillada

Adiós          ondina irónica
       interrogación del buque jovial

Tu voz ya solitaria juega al corro
con la voz innumerable del mar

  



 Autorretrato

 Los cables cuadriculan el horizonte
y subrayan mi cabeza incrustada
en la marea
de líneas subversivas
Descomposición prismática cubista
Los velos de locomotoras
ribetean el cuadro móvil simultáneo
La estancia se sale de sí misma
Mi frente al nivel de un rascacielos
Mis ojos iones que buscan su cátodo
Una humareda se deshoja en la copa del balcón
El biombo se abre como un periódico gigante
Los surtidores de libros perforan el techo
Y las líneas evadidas de los cuadros
triangulizan las rosas amarillas de los panneaux

Pero          cómo soy yo?
Ved los cuadros amicales
Gallien me cree un Pierrot
Barradas          una figura de dos dimensiones
Delaunay me pulveriza en colores
Vázquez Díaz halla el reverso pensativo de mi medalla
Y Norah profundiza en el boj
las líneas de mi sonrisa apasionada
Todo yo superpuesto
a un paisaje de feria urbana

Constelación de leit-motivs
en el zodíaco de mi adolescencia
La Girándula
La Hélice
Y el Vértice
Circuito de mis evoluciones:
Del barroquismo a lo jovial
Un síncope de esdrújulos
acelera mi vida mental
Un silbido de locomotoras
y un perfume transoceánico
me echan al cuello sus brazos
La pleamar sube hasta mi espejo

Quisiera estrenar la vida cotidianamente
practicar el simultaneísmo estético-accional
y oprimir todas las mañanas
el resorte de horizontes dispares
Amo la bodeleriana soledad poblada
y la elegancia siempre fresca en el ojal
Tras el intermedio cómico
y el tacteo preliminar:
Construcción noviestructural

Un viento de estrellas
mueve mi corbata y mi nostalgia
(En los entreactos
con un gesto burlesco
de jugador experto
arrojo sobre los acéfalos
el cubilete de mi léxico)
Mi mejor amigo el espejo
Una meta          siempre en la altura
-20-
Y un amor pluricorde
de la mujer tangencial

Iconografía provisional?




 Naturaleza extática

A Juan Gris


 Un segmento de luna
       sobre la bandeja

El corazón de la granada
       es un abanico del iris

La guitarra la pipa y el periódico
       disecados como loros

Palpando entre el mosaico
       el vidrio canta sus reflejos

A través de la ventana          bastidor del sol
      el viento afina sus cordajes

Desconsolada          una guitarra
   con las clavijas sueltas
       enmaraña su testa




CABALLERÍA
(Poema visual)

La luna decapitada solloza en todas las albas
Los cohetes lascivos besan el torso azul de Urania
Las miradas vírgenes averiguan el resorte luminoso de los atros
La caballera del Zodíaco es un surtidor incendiario
Flechas dardos proyectiles voltigean nocturnamente
La noche agita sus fimbrias fosforescentes




Tertulia del Pombo

Este café tiene algo de talanquera
y de vagón de tercera.
No hay mucho tabaco y se hace mucho humo.
Yo –el noveno poeta español– presumo
delante del Alcalde de zafra, que enluta sus canas
(once piastras de tinta todas las semanas).
Ventilador. Portugueses.
Acento de Sevilla, ¡dorada ciudad!
Y de mi Bilbao fogonero.
¡Camarero!
Café con leche, mitad y mitad.
Grita Llovet. Calla Bacarisse.
Solana consagra.
Si habla Peñalver, parece que se abre una visagra.

León Felipe, ¡duelo!
No tiene
ni
patria
ni
silla
ni abuelo;
¡Duelo! ¡Duelo! ¡Duelo!
Yo le doy un consuelo,
un
pañuelo
y
otro
pañuelo.

Llega
Monsieur Lasso de la Vega.
Il vient de diner a l'Hôtel Ritz.
Il sait bien son rôle.
Et il porte sa fleur.
¡Parole
d'honneur!

En los rincones algunas parejas
de seguridad y de señoras amarillas
miran a Torre y se estremecen
los guardias y las viejas
él las cita a banderillas
con las orejas.

Discusión sin fin
sobre si es ultraísta Valle Inclán
que si patatín
que si patatán.
En el mostrador suena un timbre trin...
trin... trin... triiinn...
unos pocos pagan y todos se van.
... Silencio, sombra, cucarachas bajo el diván.







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