lunes, 1 de noviembre de 2010

1693.- NATALIA MENÉNDEZ


Nació en Avilés en 1973. Es Doctora en Filología Inglesa por la Universidad de Oviedo (2003), universidad en la que se Licenció en 1996, después de realizar el último curso con una beca Erasmus en la Universidad de Thames Valley de Londres. Actualmente trabaja como profesora de Inglés en enseñanza secundaria, aunque con anterioridad ha sido profesora de Inglés y Literatura Inglesa en la Universidad de Oviedo, traductora y coordinadora de Uno, la Revista Digital de la Universidad de Oviedo. También ha sido profesora de Inglés Técnico Audiovisual en la Escuela de Imagen y Sonido de Asturias (CIDISI). Es titulada Superior en Alemán por la Escuela Oficial de Idiomas y ha disfrutado de varias becas de Proyectos de Innovación y Nuevas Tecnologías en la Universidad de Oviedo.

-POESÍA:
Voces nuevas XIX. Selección, (2006). Antología en la que participa.
Las virtudes cardinales, (2007).
La nostalgia del caníbal (2008).

-OTROS GÉNEROS:
Guía literaria de autoras británicas del siglo XIX, (2002).
Psicología del discurso textual y multimedia: imaginería narrativa y comunicación audiovisual en Wuthering Heights de Emily Brontë, (2004).
English for Information and Communication Technology, (2005).
Literatura inglesa contemporánea, (2005).








Despertarme en penumbra y naufragar
como una nave enemiga.
Las luces tenues del puerto muriéndose muy despacio.
Porque releer tus cartas es cruzar un continente,
despertar una ciudad,
Son los restos de un naufragio palpitando todavía.

(De la antología Voces nuevas XIX. Selección,
Torremozas, Madrid, 2006, p. 42)






Caminamos los dos por calles empedradas,
y ante fuentes antiguas nos despedidos
e invocamos la memoria de los muertos.
Lo que un día hubo ya se ha ido, ya es ceniza.
No sé cómo borrarte,
un verso tachado es todo lo que conquisto.
Varios versos sin valor conmemoran el fin civilizado,
la poesía, que para lo nuestro,
es un final muy digno.

(De Las virtudes cardinales, Avilés,
Casa Municipal de Cultura, 2007, p. 12)







LABIOS SELLADOS CON LIMÓN EXPRIMIDO

Resplandece la tarde al despedirse
con un gesto de tristeza ante el desahucio,
los labios dulces desgranando
poco a poco el fruto que mi mano extiende.
Es sólo un sueño en el que muerdo un labio,
con la voz silenciada
subo una montaña,
saboreo el caudal de un río de cítricos
desde tu boca al mar.

(De La nostalgia del caníbal, KRK, Oviedo, 2008, p. 17)








Las aves fugaces del otoño
en desbandada por mi pecho amante
se inflaman en el umbral de mi memoria.
El deseo de poblar tu regazo,
tan vacío.
Mi mano siente envidia
de los peces que habitan en tu espalda.
Es el otoño de tus ojos,
esos astros despiadados en luna menguante
que desafían las cenizas de lo que nunca fuimos.

(De Restos de un naufragio, inédito)







Los versos que lees
llevan la rúbrica de muchos nombres.
La musa es una viuda negra
que teje su tela sobre el amante
y huye entre sombras.
Es un beso perfecto el de la metáfora.

Del poemario Las Virtudes Cardinales





Somos una lengua de signos,
dos acróbatas circenses que se cruzan en el aire,
un transitado camino por el que nosotros volvemos.
Nos besamos con el mismo desabrigo
con que la ola muere sobre nuestros pies.

Del poemario Restos de un naufragio





TARTALETA DE HUESOS QUEBRADOS
CON CREMA DEL MAR

Recojo tus huesos con indolencia
hasta que me pueble el mar
con su vorágine.
Que aquellos que te hayan visto
den la cara
con noticias de ti.
Quisiera decir que el osario de tu silueta
sabe al oleaje
que te arrastró a otro puerto.
Pero digo ausencia
y digo muerte.
Más perverso que regresar al principio.
Más descabellado que
cubrir con tu cuerpo el mar.

Del poemario "La nostalgia del caníbal"






VIENTRE CON MERMELADA DE FRAMBUESAS

De tanto dormir entrelazados
hemos comenzado a hacernos un nudo,
de la garganta al tobillo,
aunque tu cabeza duerma
junto a mis pies
y tu mano y tu vientre confitado
a miles de años luz
sobre las sábanas.
De tanto dormir entrelazados
hemos comenzado a confundir
de quién es ese brazo y esta pierna.
Y entre roce y roce,
nos pasamos la noche
desatando nudos.

Del poemario "La nostalgia del caníbal"

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