domingo, 3 de octubre de 2010

1371.- ANÍBAL BEÇA


Anibal Beça es poeta, autor teatral, traductor, compositor y
periodista. Nació en Manaus, en la Amazonia brasileña, en 13 de septiembre
de 1946. Ha trabajado como reportero, redactor y editor en todos los
periódicos de Manaus.

En 1966, por persecución política, tuvo que dejar su ciudad y
vivió, hasta 1981, en Río de Janeiro. De vuelta a Manaus, fue nombrado
director de producción de la TV Cultura del Amazonas, Consejero de
Cultura, y Consultor de la Secretaría de Cultura del Amazonas. Es
Vicepresidente de la UBE-AM (Unión Brasileña de Escritores). Fue fundador
y presidió por dos veces a ACLIA, (Asociación de compositores, letristas e
intérpretes del Amazonas), Fue Presidente de la ONG “Gentes de la Selva”,
institución donde actualmente ejerce el cargo de Vicepresidente. Es
también Vicepresidente del Sindicato de Escritores del Estado del
Amazonas.
Libros publicados:

Poesía:
Convite Frugal, 1966
Filhos da Várzea, 1984, 2ª edición, 2002
Hora Nua, 1984
Noite Desmedida, 1987
Mínima Fratura, 1987
Suíte para os habitantes da noite, 1995
Ter/na Colheita, 1999
Banda da Asa, poemas reunidos, 1999

Teatro:
Quem foi ao vento, perdeu o assento, 1988, Marupiara


De la bolsa y su asa

Es de barro esta bolsa que retiro
para subir la cuesta (como la piedra
que Sísifo aún empuja todos los días)
en un viaje lleno de secuelas.


No hay como negar tantos espinos
como en la travesía turbia de misterios
que se van descubriendo en los caminos:
la mano negada, el hambre, el vituperio,


el rito solidario que olvidamos
a cambio de vanidades transitorias.
Somos de barro y a él volveremos.


La verdad del hombre y de su hora
viene con bolsa y asa, de esto sabemos,
más el peso del cuerpo y su historia.

Mala poética
Versión de Norma Wanless





Doble del alma

Ando errando por la vida
recogiendo pedazos
de lo que sobró de la caminata.

Pedazos olvidados
por ahí
evanescentes
en la soledad de las brumas.

Hay un desierto de cosas y palabras
albergando en el bazar de una casbah
donde anuncian mi precio
en una subasta de partes
remanentes de este cuerpo.

Pregonan mi precio mínimo
Y ni así
consigo que me compren.

He perdido las alas en Alabama
en una sesión de blues y ragtime:
el otro tenía un Royal straight flush;
de los pies sólo me quedan las uñas
estas que ves como collar
arañado mi cuello.

De las manos apenas los muñones
con los cuales rasguño
mi escritura en el barro.

Los ojos los lancé a los peces
para aumentar la carga de fosfato;
la lengua que hablo ahora
me fue concedida
en los fuegos de santelmo.

- ¿ Y el cartel en la frente?
- Escrito en sánscrito,
pero traduzco:

Se vende el cuerpo, y el alma va de ñapa.

Llave de la poesía
Versión de Norma Wanless






Arreglo

En la orilla de esta que amamos
ciertamente bañaremos
-en agua no apuntada en la agenda-
el compromiso de partida.

Inevitable (des)encuentro combinado:
no habrá retrazos
ni modificación de plazos
ni cheques post-fechados.

Aunque nada sea acordado
el prestamista vendrá con su alfanje
a cortar la prestación de la hora
palidecer crepúsculos
oscurecer auroras
cegar los ojos de ver
enmudecer la voz del habla
a parar el gesto, el beso,
la mano que acaricia, y a recoger
la piedra del quehacer.
Puesto que está finalizado y no es
necesario empujarla.

Soy hipócrita, si digo
que la quiero ahora.

¿ Quien lo dirá?

No es por nada
que de nada nada hice
y mucho no sé
si mucho hiciera todavia.

La melodía que me toca
Llega com sonidos
de adagio lento y recurrente
contrarios a mudanzas y velocidades.

Siempre me sube en mi ritmo
Y aún me faltan muchos versos.
Por tanto, entrañable amiga,
noche de mi Noche,
me encuentro lleno de deudas y
no tengo vocación moratoria.
(aunque hasta hoy
haya vivido en concordato).

No
No es por nada no.
Es que hoy me desperté
Com un sentimiento
Tan insolvente.





Borracho

Llegado acá en los vientos de un insomnio
tercera imagen mia de esas sombras
y por las madrugadas traigo el cáliz
de la liturgia de las noches pálidas.

Sé por quien bebo el trago de mi pánico;
sé por quien brindo el trago de mi trago,
y aun asé no sé por quien me traigo.
Nada mas sé que el témido compás

a arder por la garganta hondo y agrio
guardando las tinieblas de esas noches.
Sé que soy en la espina que me clavo,

ya no me sé en los sorbos que me anulan.
Sé de ese sol que borracho me engaña en esse oscuro cáliz de nubes.

Versión de Norma Wanless
Arreglo







Nocturno para violines y clarinete

Este desierto de ceniza que me acosa
como un puño de nubes
transitorias de urgencias grávidas
en el aroma de las granadas.
Este vago desierto que te esparce
por esa vaga niebla
senda de sombra y sándalo soñados
voracidad de la noche

Sé que vendrás con tus cabellos negros
gitana viajera
a calmar mi solitud
sé que vendrás por fin leve palmera
y te saludaré
con mi brillante caftán de espiga.

Versión de Margarito Cuéllar






Oblación

Alma que no se herrumbra
es aquella que se baña
en las cascadas lejanas
vuelvese espuma en el agua.

Lo cercano pone en muestra
todo y cualquier cuadernillo
mancha doblada en las horas
no tiene agua que la limpie

Agua dicha: buena dicha
bendita de mala suerte
alma que mece la vida
lleva la cuerda y su corte.

En el tiempo la receta
que limpia todas las marcas
cubre en un velo de niebla
la culpa de toda carga.

Encubierta por la brisa
el alma nueva rellana
río que se va hacia el mar
lamiendo sal de esa danza.

Versión de Juan Pablo Roa




Anuncio

Es preciso urgente cortar los excedentes.
Nada de adiposidades.
Estamos en crisis.
Los adjetivos que me perdonen,
los sustantivos son más esbeltos.
Y la Nueva Era recomienda que seamos selectos.

Hay una pluma de golondrina volando sin rumbo
Hay un remolino que nos hunde la proa
Hay una ola marejada que no se escurre.

Es preciso poner un borracho en el timón del barco.
Que sepa de las mareas por el trago de las estrellas
Que sepa naufragar alzando un brindis
Y justo en los destrozos saberse príncipe.
Salvo del rescaldo para el cetro de la palabra:
¡La parole est morte. Vive la parole!

Hay una pasión en cada esquina torcida
Hay un resto de angustia celebrando la muerte
Hay un buey en el laberinto buscando la puerta.

Es preciso correr atrás de la utopia que se hizo distante
Para que ella vuelva habitar los días más comunes,
Y haga que el sueño se parezca al sueño incluso
bajo el manto pesimista de la niebla,
afilando el sable en la piedra que restó de la cascada.
¡Ah, nubes bermejas, derramad vuestra lluvia de fuego!

Hay un canto entreverado en la garganta
Hay un ahogo que ya no me espanta
Hay un espejo que ya no me encanta...

Es preciso huir del tiempo perdido.
El que se quedó atrás se encantó con la
serpiente, y todos los días buscamos nuevos corredores:
senderos renovados para las huellas recientes.
Salvemos aquí la pareja de los pies que soportan el yugo
en esse itinerario del ahora recogiendo ayeres.

Hay un solitario en la mesa de un bar
Hay un suicida en la vorágine del mar
Hay un reclamante del verbo amar.

Es preciso, finalmente, apasionarse todos los días.
Experimentar el gesto en el cuerpo de la amada
imprimir en el tacto el tatuaje sereno
para que se fije perenne cuando sea saudade:
la vida se amplía en un flash de cosas pequeñitas,
y el que subsistir son ecos de melodía
transitoria.

Hay un deseo que me hace cantor
Hay una pasión salida de su color
Hay un amor en contra del dolor.

Por eso anuncio el canto de mi tiempo.

Traducción de César Toro Montalvo






Ciranda Manauara

Esta moza que baila por las plazas
Da vueltas y más vueltas por mi sueños.
Ella viene y me lleva en la ciranda
Con su vestido leve todo blanco
Su fino olor llevado de lavanda
Lavando mi deseo en contradanza.

Es morena esta niña de Manaus
Del verde de la floresta esta niña,
Bella cabocla en flor, patchuli
Me aprieta el pecho con su tipiti.

Viene esta moza del igarapé
Tan coqueta, mimo de mi cielo.
Sabe su beso dulce a jandaíra
Mi india tiene los labios de miel.

Es cabocla nativa de Manaus,
Su cuerpo se contorce por mi sueños.

Versión: Thiago de Mello








LETANÍA

Cultivo un pedazo de mí
guardado por sombras antiguas
para la visita
predestinada
de la mujer de sed serena.
Los tragos a los pocos servidos
llevarán la calma cogida
en el cántaro de las horas fluidas
samaritanas
a la boca enjuta
de la mujer de serena sed.
Un hilo de afilado filete
se afinará delta lascivo
río de sal salivoso del cuerpo
decantado encuentro de las aguas
lengua ligera
sorbiendo el sudor
de la mujer de sed serena.
Saciar sedientos anhelos
próximo de ese cuerpo ansiado
se hizo del rumor de sábanas
en ese aprendizaje rugiendo
desesperos de horas lectivas
rezo con prisa
sin la cartilla
de la mujer de serena sed.
Mis manos dibujaran mapas
de geografía enfurecida
de planicies incendiadas
por las lavas de jóvenes volcanes
que saben solo de eses instantes
escupiendo el fuego de momentos
surto veloz
sin esa calma
de la mujer de sed serena.
Ahora que rezo tranquilo
el salmo de las viñas maduras
enciendo la cultivada llama
no al impulso de erupciones
mas en la mecha del candil
lamparilla de fuego blando
ardiendo aceite renovado
iluminando
granos de esa espera
de la mujer de serena sed.

Versión del autor




Catinga del Sábado

Quiero escribir un poema
leve en el dorso dorado
que clave en versos perennes
mi veneno tatuado.

Un veneno de pasión
de aroma fuerte y sereno
que se disperse en el alma
tomando todo el terreno.

La falta que tú me haces
me lleva en esta canción
a rozar un canto erótico
en tu cuerpo mi tesón.

Y comienzo por tus labios
pastores de tus misterios.
soplo suave en la brasa
del beso que tanto quiero

Del medio de estas colinas
al regazo mas mojado
me ahogo y te bebo toda
Ay! concha de este encrespado.

Sentir la sal del banquete
el bochorno de tu vientre
tu aroma que me alucina
ensaña seña serpiente.

Sábado de bendiciones
bacante de su color
de vino tinto rascante
las uvas de nuestro amor.





Oferta

Fueran siete mis deseos
tantos cuantos mis pecados
la vida vale la pena
siete gozos lado a lado.

Traductor: Margarito Cuéllar





Llanto por los desaparecidos

Rastreando tinieblas con gusanos
la noche llegó junto con tristezas
y sombras espejeadas presenté
en los labores lúgubres del luto.
La oscuridad no vive sólo en noches
ni el déa sólo muestra claridad
porque el brillo no teje privilegios
a quién es olvidado en las mazmorras.

En este húmedo y exiguo rectángulo
mi cuerpo escuálido no se revuelve
y este zuarte, mi fétido papiro,
fue todo lo que restó en mi piel gráfica.

La pluma en que se raya esa escritura
con la tinta templada de mi sangre
sale del leve látigo de plomo
imprimiendo la furia del verdugo.

Mis compañeros en la oscuridad
son ratones muy ávidos al acecho
de mi sueño, o del fugaz error,
y asé seré murciélago vibrátil.

Pues bicho en fin me siento conviviente
y por osmosis soy particionero
no sólo en apariencia sino cómplice
de ese soturno clan de encarcelados.

Mis centinelas son las cucarachas
siempre atentas a las botas pulidas
esas mismas que achuchan uñas, dedos,
como celoso oficio de nobleza.

Hoy es déa de picana y pau-de-arara
mañana será déa de masajes:
ágiles cachiporras bailarines
ablandeciendo el lomo con porrazos.

Pero el tiempo hace la hora agotarse
y el silencio se anida en la garganta
como fiera acosada en la caverna
que no se entrega fácil a la muerte.

Morir es accesorio de uso blando:
- un zapato gastado que no zarpa
- piedra lejana de sonido lejos
- barca en las olas de ensuciados vientos.

Asé, la viajera ni me asusta,
con su gadaña de asépticos huesos,
porque muerto ya estoy como otros vivos
que no avistan, no andan, né siquiera oyen

con viva identidad y con viudas
que repiten como el cuervo de Poe:
¿Dónde están? ¿Dónde están? ¿Dónde estarán?

En la ansia de decir: Nunca más. Nunca!






Ofrenda

Salve madres de la Plaza de Mayo
Salve clarices y benditas sean
Por la escritura y voz de Vlado y Jara
Porque de rodillas no se entregaron.
Ahora ya es hora de exigir
por Rubens y Meirelles y otros tantos:
lluvias en busca de lechos tranquilos
tejida serenidad más que justa.






Poema cíclico

La trabe de mis ojos
es polen de crisantemos:
púas cronológicas

Metro a metro la flecha ideográfica
abre comillas al viento:
mandala
vertical

Quien me confere
esas alas nubladas
de arcángel del limbo?

Ah tiempo adiposo
la marca de tú rasgo
boligráfico
abre más una carretera
(sin acostamientos)
paralela a las estréas del sueño

He que la pálpebra de paja se presenta:
de mis ojos sáltan pájaros ariscos prontos a
desflorar begonias
en septiembre
y 38 punteros
(rubis ciclotémicos del silencio)
acupunturan poros fóbicos

Calendas
la lengua del espejo
(espectador anónimo)
muéstrame por entero:
vital consejo
entre el sudario que
me hospeda
y la angustia que
me habita
La miración flota narcisicamente
el rasto de la sélaba
y
el grano onomástico susurra:
Anibal
Cuán particular este silencio
(bies oculto)
que me sabe desnudo
encallado en atascadero:
lecho circunscrito
a las algas de mi avieso
Sin embargo
traigo siempre en el alforja
un fardo de estrellas:
me sé estibador
de ese muelle de agonéa
atareado Sisifo.


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