domingo, 12 de septiembre de 2010

BENGT BERG [1.032] Poeta de Suecia


Bengt Berg 


Nació en la pequeña ciudad de Torsby al norte de la región de Värmland, Suecia, en 1946. Se ha venido desempeñado como escritor desde los años 70, después de estudiar en diversas universidades suecas. Su obra literaria se compone de alrededor de 30 libros, de los cuales la mayoría son de poesía. Algunas publicaciones han sido trabajos mancomunados con diferentes artistas plásticos. Ha sido uno de los redactores de la revista y editorial Rallarnos. En 1990 fundó la Editorial Heidruns y es propietario del café-libro del mismo nombre. Algunos de sus poemas han sido traducidos y publicados en árabe, inglés, finlandés, griego, hindú, lituano, macedonio, noruego, polaco, ruso, español, turco y alemán. Ha realizado trabajos conjuntos con músicos y actores en una serie de programas escénicos. De gran sintonía han sido sus programas en la radio y la televisión de Suecia. La editorial colombo-sueca Simon Editor publicó una selección de sus poemas traducidos por el poeta colombiano Víctor Rojas. Bengt Berg fue uno de los escritores que nominó al Festival Internacional de Poesía de Medellín al Premio Nobel Alternativo de la Paz. La poesía de Bengt Berg nos muestra al Mundo como su pueblo natal, campestre y lúdico, donde la Vida es lo fundamental. Sus versos describen un paisaje impregnado de silencio, en una naturaleza exótica. Pero el poeta también busca inspiración de culturas allende su propia provincia sueca. Bengt Berg es conocido como un humorista que toma en serio su oficio. En fin, sus poemas están a menudo condimentados con impresiones y vivencias cotidianas mezcladas con un pensamiento global.




Poemas de BENGT BERG




Acerca de zapatos, mundo y sueños
Tú no estás solamente donde están tus zapatos
sino también donde están tus sueños
Ivar Lo-Johansson

Hay un par de zapatos en la puerta
Hay un mundo afuera
- ¿qué esperas?

Si no sales al mundo
éste vendrá y te buscará

Tú necesitas los zapatos,
el mundo te necesita a ti

Utiliza tu voz cada día
¡no cada cuatro años!

Todas las cosas cambian, nada
será mañana
como es hoy

No eres sólo donde están tus zapatos,
Sino también donde están tus sueños

Cada día es nuevo,
bajo los párpados del amanecer
existen los sueños que pueden poner alas
en los zapatos más viejos

No tienes ningún chance – ¡tómalo!
icaro nórdico

En sandalias a través de nieve corrediza
con un tango rondando la garganta

Quizás hay días negros,
noches luminosas, ¿una reluciente membrana de esperanza?

Pero la luna menguante nada promete
El bosque de abetos calla tranquilo

Éxtasis en rastrojos: la huella de lobo
conduce adentro del sueño

El manto de estrellas calienta la mirada
cuando orino en la nieve

Las alas de la escarcha, - 23°C
y pronto será media noche

El mundo aún existe,
de la vida queda un par de pedales

El imperio del invierno manda,
queda lejos el Río de la Plata








SIETE PUNTOS VERDES

Siete puntos verdes quiero darte:
Uno donde crezca el verano
Uno donde tú seas abeto debajo
y uno que casi haya descamado
Uno que es sólo espera,
uno que es raíz del pasto bajo la nieve
Uno que averigüe por el camino
y uno que no se vea

Siete puntos verdes







BENGT BERG 
por Hebert Abimorad.


Creador polifacético, ha publicado más de treinta libros, en colaboración con artistas plásticos, músicos y actores; como resultado ha realizado muchos programas escénicos. Dirige una editorial en Värmland, que también funciona como cafetería. Fue invitado a los festivales de poesía de Medellín y Struga.




Lo que nos enseñanza el camino  

Entre tres pueblos transcurre la mañana-
el paseo: pasa delante de una mina de arena, 
a lo largo un pequeño riachuelo y sube 
una cuesta. Donde
se sienta una liebre, sumida 
en su propia sombra. Entonces 
me ve, se recobra, toma un par de saltos
a través de la carretera. 
Y vuelta a la colina,
paso dos amapolas,
se agitan levemente los tallos, llego a la cima
y miro más de 75 hectáreas
de agricultura francesa subvencionada. 
Como un granero en una película soviética, aún más grande, 
Europa está a la espera de otra cosecha 
y más allá: el otoño.




¿Por qué se quiere un idioma? 

¿Por qué se quiere un idioma 
del cual sólo entiende de los lagos? 
O el atardecer a finales de agosto 
cuando el aire todavía es demasiado claro,
todo demasiado sensato 
y se viaja a lo largo de un anhelo 
dentro de un vehículo llamado coche 
y lo que habla no es una boca sino un abedul, 
un idioma hacia afuera del verano













No hay comentarios:

Publicar un comentario