lunes, 6 de octubre de 2014

SILVERIA ESPINOSA DE RENDON [13.560]



SILVERIA ESPINOSA DE RENDON

Silveria Engracia Antonia de los Dolores, Espinosa de los Monteros y Dávila, fue una reconocida poeta colombiana del Siglo XIX. Nació el 20 de enero de 1815 en la Hacienda Zamora localizada en jurisdicción del municipio de Sopó y falleció en la Capital de la República el 16 de Agosto de 1886.

El padre de Silveria Engracia Antonia de los Dolores, fue el famoso impresor Bruno Espinosa de los Monteros, heredero de La Imprenta Granadina. La Imprenta, fue fundada por don Antonio Espinosa de los Monteros padre de Bruno, en la ciudad de Cartagena, que cuenta en sus anales con publicaciones impresas en los talleres de don Antonio en el año de 1774. En 1776, el Virrey Manuel Antonio Flórez en su paso hacia Santa Fe, arriba a Cartagena donde conoce los talleres de don Antonio Espinosa.

El Virrey, una vez instalado en la capital ordena el traslado de don Antonio y su familia a Santa Fe, con el fin de encargarlo de las publicaciones reales. Don Antonio en la capital, fue honrado con la distinción de “Impresor Real” y la imprenta recibió el nombre de Imprenta Real. Don Antonio Espinosa de los Monteros se desempeñó como Impresor Real hasta 1804, año en que le sucedió su hijo Bruno. Don Bruno asume el cargo de Impresor Real hasta el 20 de Julio de 1810, día del Grito de la Independencia. A partir de este momento don Bruno se convierte en el impresor de los documentos de la independencia, luego en impresor de las Constituciones de las Provincias entre ellas la Constitución de Cundinamarca y las Actas del congreso Admirable, entre muchos otros documentos de suma importancia para la Historia de nuestra Nación.

Otro hijo de don Antonio, Diego Espinosa de los Monteros, fue colaborador en la Imprenta Patriótica de don Antonio Nariño, cargo que desempeñaba en el momento en que el Precursor decidió traducir y publicar los Derechos del Hombre. Don Diego por su participación en el hecho, fue condenado a tres años de prisión y a trabajos forzados en Cartagena, donde falleció en diciembre de 1815. Los rasgos de tradición intelectual de la familia Espinosa de los Monteros, fueron heredados por la ilustre poeta soposeña, quien desde temprana edad recibió, además de la paternal influencia de don Bruno, la de los más notables intelectuales y científicos de la época que frecuentaban a don Bruno no sólo como impresor sino como amigo, pues gozaba de gran reconocimiento y aprecio en el círculo intelectual de Santa Fe.

El mundo de las letras, despertó en Silveria una profunda inclinación por la literatura y la poesía, en las que pronta y magistralmente incursionó. Expuso sus primeros versos dentro del círculo de sus amistades a quienes sorprendió gratamente la sublime expresión poética de Silveria. Su poesía, trascendió las fronteras de las tertulias y encontró espacio en el ámbito intelectual santafereño; Vinieron las publicaciones en periódicos nacionales como La Guirnalda, El Papel Periódico Ilustrado, La Caridad y La Lira Granadina, que difundieron con regularidad su poesía. La producción poética de Silveria Espinosa, ocupa un sitio de honor dentro de la Literatura Colombiana.

Colaboración de la Académica Correspondiente
Ruth Marlene Bohorquez




¿VIVIR?

Vivir?, vivir? Y para qué Dios mío?
Dónde está el bien en esta ingrata tierra?
dónde la lucha en la constante guerra
que sufre y que destroza el corazón?
Vivir sin esperanza, sin amores
siempre aguardando en la mansión terrena
esa fuente de paz dulce y serena
que ahuyente del alma la aflicción.
Vivir como vive en el olvido
la solitaria flor de la montaña
y perecer como la débil caña
que arrastra en su aluvión el huracán.
Esa es la historia de la raza humana
de nuestra vida la cansada historia,
amor, tristeza, paz, honor y gloria
todo mentira, todo vanidad.
Y si doblamos ante el dolor la frente
y un horizonte de dicha divisamos
pasa un instante, Oh Dios, y solo hallamos
luto, amargura, llanto y soledad.
Mentira la esperanza lisonjera
que a nuestra mente cándida fascina,
que arrebata, seduce y alucina
con su mirada el pecho juvenil.
Mentira todo cuanto ven los ojos
y cuanto palpan las terrenas manos,
necio el que busca los consuelos vanos
que ofrece a la existencia el mundo vil.
Pero verdad, verdad consoladora
que a estos años de afán y de tormento
a esta vida de lucha y sufrimiento
otra vida feliz sucederá.
Una vida en que el alma enamorada
ha de encontrar del amor la eterna fuente
y al apagar su sed pura y ardiente,
sin acabarse nunca saciará.
Para vivir así, Dios de mis padres,
mi buen amigo y generoso dueño
por eso vivo el triste y largo sueño
que el mundo llama mísero vivir.
Que allá muy pronto encontraré dichosa
al buen amigo por quien triste lloro
que fue mi dicha, mi orgullo y mi tesoro
y cuya ausencia amarga mi existir.
Que allá bien pronto el llanto que derramo
los suspiros que exhala el alma mía
mi inconsolable pena, mi agonía
me alcanzarán tu bendición Señor
Padezca, pues, el corazón amante
inúndense de llanto mis mejillas
Te pido, Oh Dios, y de rodillas
te adoro y te bendigo en mi dolor.





ANTE EL SAGRARIO

Mientras más me castigas, más te amo,
y mientras más me afliges, más te quiero,
y mientras más me quitas, más espero,
y más y más tu aprobación reclamo.
Mientras más desolada, más te llamo,
aunque te muestres más y más severo,
y aunque sólo por ti de angustia muero,
sólo a tus pies mis lágrimas derramo.
No me ocultes más tiempo tu presencia,
no aumentes con tu enojo mis dolores,
no dejes sin tu amparo mi existencia,
porque a pesar de todos los rigores
con que me aflige aquí tu providencia,
tú eres mi Dios y todos mis amores



Silveria Espinosa de Rendón (Sopó, 1815-1886), proclama, adelantándose a su época, lo siguiente:



Des bas et des vers. *


Alarmado El Mensajero
 va diciendo a las naciones
 que las damas,
 a pesar del mundo entero,
 en vez de zurcir calzones
 están escribiendo dramas.

 Y al entenderlo El Heraldo,
 va dando la voz de alerta,
repitiendo en cada puerta:
¡No habrá quien cosa las medias!
 ¡No habrá quien nos guise un caldo
 si hacen las damas comedias
 Y luego El Eco, pasando
 el ancho mar clamorea:
 ¡Ya no hay mujer que no sea
 literata
mil dramas están forjando,
 y esta epidemia nos mata!
Y en medio de la plegaria
 la noticia funeraria
 va corriendo
 y desde el niño de escuela
hasta el galante Orihuela,
van diciendo:

 Si estas nuevas no son bolas
 de la gente, no bajan de cien las damas
 españolas
 que están escribiendo dramas
 actualmente.

 Mas si está de enhorabuena
 nuestra escena,
 los varones
 en vez de trajes de gala
 debemos vestir crespones
 que estamos de enhoramala.
 ¡Señor! Por tus cinco llagas,
reprende a ese sexo impío,
 pues si da en hacer comedias
¿quién, Dios mío,
nos remendará las bragas
y las medias?

Mas, ¡oh tendencia dañina, la tendencia femenina!
¡Un placer
es el que halla en rebelarse,
en replicar y obstinarse,
 en el mal toda mujer!

Llegó a los Andes la nueva, y las buenas hijas de Eva,
al oír
tan alarmante noticia,
con refinada malicia,
'se pusieron a reír.

Y al saber que' |los varones
gasas de duelo y crespones
vestirán;
y que a Dios piden reprenda,
castigue, si no hay enmienda,
a las biznietas de Adán,

piden papel y tintero,
y llaman al cancionero
alfaquí;
y por mostrar cuanto le odian,
sus mismos versos parodian
bien o mal, diciendo así:
Si estas nuevas no son bolas
de la gente, si pasan de cien las damas
españolas
que están escribiendo dramas
actualmente,

cuando está de enhorabuena
nuestra escena,
despechados los varones,
en vez de trajes de gala,
¿quisieran vestir crespones
y enviarnos a enhoramala?...

¡Señor! Por tus cinco llagas
da por esposa al impío
que nos vede hacer comedias,
una que sólo, Dios mío, 
¡le sepa zurcir sus bragas
y sus medias!

Una que viva a su lado,
sin hablar de otros asuntos,
que de ese asunto elevado,
portentosó;
de esa ciencia de los puntos
de las medias de su esposo.

Una que odie las comedias, 
como a diabluras de magas,
que hacen poner en olvido
el encanto de las medias
y las bragas
de su dichoso marido.

Una que nunca le diga
ni en verso ni en linda prosa
las palabras que prodiga,
con angélica dulzura,
una esposa 
al dueño de su ternura.

Una lindísima prenda,
sin alma ni entendimiento,
un jumento
que conozca su sendero,
y los
goces no comprenda
de la pluma y el tintero.

Da, Señor, a los varones, 
que deploran la manía
de las damas, 
en vez de negros crespones, 
esposas de cafrería
que no hagan versos ni dramas.

 Mas, al que acepte contento
 los versos de las mujeres,
da una linda compañera,
que prefiera 
al brillo de su talento
la gloria de sus deberes.


* El célebre D. Manuel Breton de los Herreros escribió una letrilla, haciendo una donosa burla de las damas españolas que se habían dedicado a componer comedias: nuestra compatriota la señora Silveria Espinosa de Rendón sacó la cara y respondió dirigiéndose a D. A. A. Orihuela, creyéndolo autor de aquella chanza, y Orihuela le contestó echándole la culpa a Breton. Esta noticia debe tenerse en cuenta para entender la presente composición.
Autora: Señora Silveria Espinosa


Nació la señora Espinosa en Bogotá, en la segunda década de este siglo. Sus primeras composiciones poéticas aparecieron en el Parnaso granadino. Desde aquella época ha colaborado en varios periódicos nacionales y extranjeros, mereciendo por la fama de que goza entre los literatos españoles, que el Eco Hispano-americano le confiase la elección de la pieza dramática neogranadina que de­berá figurar en la colección del Teatro español y americano. Además de la multitud de poesías con que ha enriquecido los periódicos, publicó un folleto en 1850, poco después de la expulsión de los padres Jesuitas, que lleva por título Lágrimas y Recuerdos. Tiene escritas varias composiciones cortas traducidas del italiano, una novela y una obra en prosa y verso sobre la Educación de las jóvenes. En diversas épocas ha publicado artículos de costumbres, de lite­ratura y de moral. En el Correo de Ultramar publicó un juicio crí­tico de sus poesías el señor José María Torres Caicedo.

http://www.lablaa.org/blaavirtual/publicacionesbanrep/boletin/bole65/bole19.htm

Tomado de:
Libro: Las sacerdotisas: antología de la poesía femenina de Colombia en el siglo XIX
Autor: Héctor H. Orjuela (compilador)
Editorial: Quebecor Impreandes, Bogotá, 2000, 131 págs.


A LA MEMORIA DE MONSEÑOR MOSQUERA,
ARZOBISPO DE BOGOTÁ.


I

¡ Cómo fué tu destierro la sentencia
Que el plazo señaló de tu existencia,
Carísimo Pastor!

Cómo, por fin, tu duelo y tus pesares
Al puerto te llevaron de los mares
De eternidad y amor!

¡Ah ! como fué que del nativo suelo
El huracán te arrebató en su vuelo
Hasta la eterna Sión!

¡ Cómo los santos lazos que te unieron
A tu divina Esposa no opusieron
Su fuerza al aquilón!

¡ Cómo fué que dejaste á tus ovejas,
Sin escuchar sus ruegos y sus quejas,
Sin recibir su adiós!

¡Oh! ¿ tánto te pesaba tu cadena
Que la fuiste á dejar en tierra ajena
Para elevarte á Dios...?

¡Lloren mis ojos, sin descanso lloren,
Y mis ardientes lágrimas deploren
De tu existencia el fin;

Mientras que el himno de victoria entona,
Y ciñe á tu cabeza la corona
Radiante serafin!


II

Después que el mar cruzaste moribundo,
A orillas ¡ ay! del piélago profundo
Quisiste descansar;

Y sacando á la arena tu barquilla,
Doblaste ante el Eterno la rodilla,
Mientras bramaba el mar;

Mientras del necio mundo las pasiones,
Cual rumor de lejanos aquilones,
Pasaban á tus piés;

Mientras tú sólo á tu renombre ajeno,
Buscabas del Señor el blando seno,
Para dormir después...

Y luégo, como atleta fatigado,
De padecer y de luchar cansado,
Tu frente se inclinó;

Y tu alma grande, generosa y pura
Subió á los cielos, y la tierra oscura
Por siempre abandonó...!

Lloren mis ojos, sin descanso lloren,
Y mis ardientes lágrimas deploren
De tu existencia el fin;

Mientras el himno de victoria entona,
Y ciñe á tu cabeza la corona
Radiante serafin!

Mientras que un ángel bello y fulguroso,
Dejando de los cielos el reposo,
Exclama por doquier:

jHonor al que luchando con denuedo,
No tuvo al mundo ni á los hombres miedo,
Ni al terrenal poder!

Para él la eterna luz, la paz, la gloria,
Para él los santos himnos de victoria
Y el místico laurel!

Gloria y honor al santo peregrino!
¡ Gloria y honor al mártir granadino,
Bajo eternal dosel!


EL CANTO DEL AGARENO.

Es la rosa fiel imagen
De esa bella á quien adoro,
De esa ingrata por quien lloro,
Por quien lloro sin cesar;
Que natura en sus encantos
Y en su cándida pureza
Ha querido su belleza
Su belleza prodigar.

Son. sus ojos las espinas
Que mi pecho traspasaron,
Que en mi daño se gozaron,
Se gozaron sin piedad.
Es más grato el puro aliento
De su boca primorosa,
Que el perfume de la rosa,
De la rosa de Bagdad.

Si de aquella los estambres
Dan del oro los destellos,
De Gulnara los cabellos
Los cabellos de oro son.
Con sus labios y mejillas
Que el carmín más puro baña,
¡Cuánto ornara mi montaña,
Mi montaña de Sión!

Más ufana con sus gracias,
Sus encantos sólo precia,
Y mi ardiente fe desprecia,
Y desprecia mi dolor.
Y para ella nada valen
Mis suspiros y mis celos,
Mis angustias, mis desvelos,
Mis desvelos y mi amor.

Mas ¡ ay de ella en ese día
En que sola ya conmigo
Busque en vano un buen amigo,
Y un amigo no hallará l
Si recuerda sus desdenes
Y mi amor y mi ternura,
Sin remedio su locura
Su locura llorará!

—Tál el mísero agareno
De su bella se quejaba;
Mas la ingrata á quien amaba
Siempre ingrata se mostró.
Y llorando el pobre moro
Sin consuelo ni esperanza,
Dejó al tiempo su venganza,
Vino el tiempo y le vengó.


AFECTOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS.

Mientras más me castigas más te amo,
Y mientras más me afliges más te quiero,
Y mientras más me quitas más espero,
Y más y más tu protección reclamo.

Mientras más desolada más te llamo,
Aunque te muestres más y más severo,
Y aunque sólo por ti de angustia muero,
Sólo á tus pies mis lágrimas derramo.

No me ocultes más tiempo tu presencia,
No aumentes con tu enojo mis dolores,
No dejes sin tu amparo mi existencia,
Porque á pesar de todos los rigores
Con que me aflige aquí tu Providencia
Tú eres mi Dios y todos mis amores.




A continuación ofrecemos los poemas de Espinosa que fueron publicados por José Joaquín Borda y José María Vergara y Vergara en La lira granadina de 1860.


























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