Armando Arteaga Núñez
Armando Arteaga (Perú). (Piura, 1952) es un escritor y periodista peruano.
Realizó estudios de arquitectura en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Artes de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Estudió en la Academia de Cine, bajo la dirección del cineasta Armando Robles Godoy, en el Club de Teatro con Reynaldo D’Amore, y en el TUNI con Atahualpa del Chioppo. Ha sido crítico de cine en el diario Expreso y editor de la página editorial del diario Gestión. Actualmente es director del Instituto de la Tecnología y la Cultura Andina (ITECA).
Publicaciones
Callejón Sin Salida (poesía, 1986)
Un Amor en que aún (poesía, 2000)
Terra Ígnea (poesía, 2004)
Cuentos de Cortometraje (narrativa, 2002)
TERRA IGNEA
(Del libro: "Terra Ignea", 2003)
LIBRE
Nier avec insistance:
Tu eres
la poesía
de las lluvias
silvestres
lo saben ya
las noches
y
las
flores
lo saben
las mañanas
que aprendieron
tu nombre
y lo saben
las selvas
que presagian
los pájaros
Amo los senos que me dan leche
de esta mujer furtiva
Acaricio las nalgas perfectas
hasta donde llega tu cabellera
sorprendiendo el resplandor
de la noche, tu boca es
un plato delicado de diamantes
que brillan
por donde suele discurrir
el agua de tus ojos, tu nariz, el puerto
de todos mis vientos
no respiro sino debajo del agua
no escribo sino encima de la hierba
donde descalzo o desnudo
aterrizan los pies radiantes del desterrado, mis muslos
y las rodillas
y dibujo el silencio
escondido prohibido discutido en tus oídos
y la música estupenda
de este piano que vuela por las nubes
y esta escoba que barre
la inmundicia del mundo
o silla -estaba- sentada frente a un vaso
de coñac, lee el periódico
me trae la increíble noticia
de la abolición del trabajo, qué carajo
me importa
Mujer desnuda mirando al horizonte...
Milano in mano
un corazón espinado
y te reclama la lluvia (una cena frugal)
Desde el fondo de la escena
oscura de este salón
donde la bufanda ahorca a la alfombra
Yo te quería en ese verano de 1976
Luego vino la muerte y lo olvidé todo
Menos este cuchillo ensangrentado
invicto en el tufo de la tarde
sobre este pecho sonriente
perdido ya en mi iracunda juventud
perdido yo en las esquinas de la nada
perdido el tiempo
también
perdido
el parral y las uvas
VERMUT
Porqué
volviste a recordar
conmigo
esta mañana
del 11 de septiembre
el jifero
de la primavera
no ha muerto
todavía
discrepo con el jumel
de tu sonrisa
(ese algodón egipcio
de fibra larga)
disculpa este discreto
desencanto
mío
que diletante me acompaña
como bufanda escocesa
Mira
estas imágenes de Kandinsky
Curvas libres dirigidas hacia un punto
no encuentran
un espacio
un puerto
una ciudad
un poema u n d e r w o o d
esta mañana
del 11 de septiembre
entre la esquina de 28 de Julio
y Guzmán Blanco
negros eran esos días de la nostalgia/ verdusco
el mármol italiano
que descansa
en el Monumento a Jorge Chávez
-arriba, siempre arriba-
esa caliza metamórfica donde
días antes cruzamos las miradas
mientras yo vagaba por la ciudad
y tú eras
UNA MUCHACHA FRESCA
CON SU HELADO DE FRESA
Abre tus ojos a la naturaleza
¿Cómo
negarse a recorrer el poema?
dos adolescentes
aún desconocidos
observando el mundo
es por eso que tienes que leerle a ella
tu poema
decirle
te extrañé mucho
répondre, payer de retour/ vermouth vernier
edificios que se caen
de vetustez
dar vueltas en la misma vaina
el dedo crece a partir de la mano
y ella te dice que cree en el Tao
adora las flores
el sol
de los incas
pleine lune
El dadaísmo ha muerto
El nadaismo vende baratijas
Nosotros
somos esa nueva manera de mirar
el planeta
debemos viajar en aquel zepelín
vacío/ nouvelle lune
ómnibus
de prisa
hoy y mañana
crear el nuevo idioma
de la acción a la irrupción
Ying & Yang
paseando en el atardecer
hablando de cucharas que mastican
y ella te besa no sabiendo que eres
esqueleto/zoquetudo
who, cucaracha
y ella se deja besar a la sombra
de un árbol, plantas
ratos y ratas
en Campo de Marte
bajo la luna
cuando llega la noche
Hasta seguir amando todavía. Es inútil
Ella no vendrá por esta calle
no vendrá, no
no porque puede caer en vez de llueve:
un boomerang de nueces o unas lluvias de oro
más terrenales que el rocío de los pájaros.
Puede ser que la lluvia sea igual al agua fría
o la muerte de los peces, y esto si que malogra
todas nuestras relaciones,
o mejor,
nuestra forma más hermosa de relacionarnos.
Aunque es septiembre
en cada penumbra del parque. O corre un aire
que arrima las hojas al borde de la acera.
Me digo para adentro -es otoño
metido en el invierno- y son mis propias palabras:
corazón, la vida es sangre, es yobai, kokoro:
es ella que viene tarareando una canción folk
viene con el traje de Eloisa (la puta de Abelardo)
y es inútil:
es solo el temblor del follaje...
Definitivamente ella no vendrá porque es xerófita
y la lluvia la malogra...
Entonces, hago la del bobo o el pájaro carpintero
escribo con certeza en la corteza de todos los árboles
del parque: los árboles del parque, aquí se amaron
Pecoso y Pequita, los árboles del parque
desilusiones, oh las lágrimas de Eros, y tanto
bosque en cada pregunta sin respuesta...
¿Qué difícil es ser como el miedo
del espielgo
y las moras?. Muero un poco.
Me gusta contemplar
Mientras caen las hojas
Cuando es otoño
La equívoca ternura de los pájaros
Que penden de tu cabellera
zigzag.
Ahora, soy a duras penas, un zigurat en el desierto.
SOPA DE LETRAS (poema postmoderno)
i: perro/ cuento/ pensamiento chino...
iii: Li Po sí que era un señor poeta
mezclaba la estadística con la palabra
y separaba el trigo de la paja...
iii: La multiplicación de los peces
La Perestroika desintegración de los PCs
En este valle de lágrimas
En este mar de incertidumbres...
El trigo, la paja, ya lo dijo Ezra:
el latín es sagrado.
Habito en un país dueño de un Chan Chan
pero que no tiene ni un chin chin
peruvianos/ calatos/ piuranos
puneños/ pescadores con sus caballitos
de totora en Huanchaco/ balseros
cubanos/ mil naufragios
peruanos muertos de hambre (grita
un hincha del Cola Colo)/ sequías
inundaciones/ tierras andinas/ cholitos
de mierda/ jodidos
recontra estrellados/ en el año de la rata.
Buena Vista Social Club, escucho: Chan Chan
(Produced by Ry Cooder).
Ni un Chan Chan/ ni un chin chin/ habito/ vivo
Aquí/ siempre he vivido
-pez en el agua-
en esta casa siempre vacía
-parado el pensamiento-
aunque hay ratones que en la trilla de la historia
bailen bien, andan chévere
cebada alegre, cerveza fina, orina
con sangre
disfrazados de gatos, con su ataúd pal parnaso
qué conchudos
todos a una, Fuenteovejuna
en tanta bulla
en tanta paja literaria, este asunto no es
Yamaha, ni rock. Ave “roc”.
(Toto, el loco disfrazado de gladiador
pidiendo cerveza en una lata de cerveza
frente al Palacio de Justicia - Paseo de la República).
Un día, un gato.
Mirada de colores en el Festival de Cine Soviético
en el Roxy...
Moscú no cree en lágrimas...
Le entré al dilema
de observar cada detalle sucedido en este extraño
país que habito/ vivo/ padezco.
Este poema da testimonio del ojo zahorí.
Escribo. Voy al cine - club.
Aplaudo El Acorazado Potemkim.
A las vanguardias latinoamericanas les dejo el Opio
de Cocteau
y Gala clavada a la ola y la brisa.
Novela escrita. Lo que no ve la historia escrita.
Un deslumbramiento por la imagen, por el cinema,
y la calle.
El gato Félix,
buen ejemplo, gran pendejo
Bigote ‘e' gato, es un gran sujeto
y pocos adverbios que me abrevien
el poema
¡Oh dragones adbrevan!, de esta ira
recordando con ira, el pluscuamperfecto
de este golpe de saxo del gato Barbieri
-amigo solitario en mis aventuras techeras-
cuando busco gatas por la noche y miro la luna.
Y pienso en Li Po mirando la luna.
Y pienso en C. A. Vallejo:
Confianza en el anteojo/ nunca en el ojo.
Miro la luna.
Toco la luna.
Y el cielo es el límite con mancha de nubes,
gracias Li Po,
papel de arroz,
me tiran arroz,
tinta de selácio y bambú,
mirada china,
chalina escocesa, Alina, fotografías
del tiempo:
CHINA SE AVECINA
(cine-club)
CHINATOWN.
1996.
YA NO DEBIERA HABLAR DE TI, PERO...
Hace años, amor
en esta calle
te besaba:
no había aquí
esa tristeza de hoy
pateando latas por el malecón
no había esta necesidad de recordar
la enredadera tan distante de este amor
la cerveza del mar sigue igual en su lugar
nada cambió indefiniblemente
todo se puede volver a prolongar
la botella
¿qué mensaje aún perdurará
en el mar ligeramente sin tocar
el cielo
azul?
la poesía encendida
y el mar sigue azul
no envejeció
no rodé por la pendiente
en aquellas dimensiones del error
el desmemoriado que soy
ahora sé:
duele el dolor de aquel amor
remueve la nostalgia en un adiós:
la cicatriz de aquella destructiva juventud
-como sexo de mujer-
nunca se cerrará
no era yo el escritor siempre perdido
en la neblina de un invierno en Sn. Miguel.
Era A. y A. volviéndose a encontrar.
LUGAR DE CITA
Te escribo amor
esta mañana me sorprendí en tu rostro
el tiempo estuvo aquí durazno
fui un gato deambulando por los techos
frente a mi taza de café
tardó en llegar tu carta
la escritura -secreto desatino
terrible orgullo-
muere (va dissipant) bajo la llave de la libertad
agita su plumaje el follaje en el parque:
La poesía es ahora una puta desdentada
El tiempo se ha marchado a otra parte
mis manos se han despertado con nalgas
-como dice Sabines-
Qué perdí: casa, pájaro, flor...
¿Dónde está la mujer que yo amé?.
Mi amor está en sus ojos todavía
Mientras dure el tiempo yéndose
“canción, una canción de amor contra la guerra...”
La primavera se hizo tarde en el tronco de un árbol
Y no me diga nada, mi amiga
-purísima escarlata del invierno-
El tiempo se ha marchado a otra parte.
LA CARRETERA MARGINAL
La carretera era una línea larga
Jack Kerouac
Yo caminaba
Por aquella corbata de tierra
-una selva amable me llevaba-
por esa garganta hundida de pantanos
Al costado de un río –serpiente estupenda-
Donde los peces sesionaban
Sobre el color celeste –dictatorial-
Del varaseto
Hacia el fondo del camino
Miles de árboles reclamaban
su ciudadana madurez
-todos los árboles son verdes-
para intervenir
en aquel concierto extraño de pájaros:
un debate constitucional sobre la papaya
-pudo haber terminado en gresca-
pudo haber terminado en guerra nuclear.
Un desastre mundial provocado por los árboles
y los peces más desquiciados -en discrepante actitud científica-.
Al borde de una hecatombe.
¿Quién quiere celeste que le cueste?.
Yo habitaba
-también-
la oscuridad de un cine-club:
“Celeste, la muchacha de mi barrio...”
fue mí primera película filmada en Super 8 mm.
las piernas más bellas y suaves de esta historia sublímal.
La carretera era larga -llena de tierra roja-
Arcilla pura, barro, adobes, casas nada celestes, ni terrenales.
Un día era Resnais.
Otro día era Godard.
Y el fin de semana era café con leche
y/o pan con mantequilla.
No solo de trigo y kultur vive el homo sapies:
un maquisapa desafiaba el Teorema de Ptolomeo
un picaflor –muerto de amor- por una flor
sufría de insomnio
y una pleyade de luciérnagas
iluminaba el siglo de las luces:
Yo bebía un néctar de flores violetas
Desde la rama añeja de un enmelado árbol invicto
Ante la lluvia, quimera del caucho
Y el sol era
Un fruto anaranjado
Una naranja verde/ un limón amarillo
Un melocotón rosado
Y sonrosada era –entonces- aquella –nimia- sensación mía
por la Amazonía
mientras Ernestina me agarraba de la mano
me acariciaba la rota rutina
de tanta ternura agreste
-a primera y simple vista-
era mejor vivir así
salvajemente, el buen salvaje
era el inolvidable chuncho Gauguin pintando flores
en enormes lienzos
que una estupenda marchand brasileña envalijaba
a Miami con enormes mariposas
emborrachadas con alcohol
al borde de otro río -el tiempo inmediato- se fue perdiendo
como un astro lejano
aquella noche, una estrella se perdía
otra estrella se apagaba
las gotas de la lluvia jugaban su propia marimba
tocaban el instrumento propio del ocio:
mi ociosidad de escribir
-justificación de soñar con un amor imposible-
un verso es bello si es una nariz perfecta (aunque estropeada)
por la natural visón distorsionada de estos ojos:
es el perfil más frágil de este sonido gótico
más la irreverencia de los años vividos
en esta militancia:
pico de oro,
esclava de oro,
cuna de oro,
caca de oro para el loro
jaula de oro para el moro
jarra de oro para el vino
adoro el dorso, el domo, el dórico equilibrio
de una Dríade desnuda
diz la disecea, el dolo, la disforme melodía
de su diteismo grave y divergente
tan diversa cuando divaga
a la deriva como un díscolo barco
trayendo el barrunte
destructivo del oro
el dublé, la duna triste, el dosel, el dolmen, el dock
tan disparatado es el oro que se sumerge
irresponsable
como un ogro en el lodo
en la disuria de la codicia de la selva
-tan indiana y tan ibérica-
tan divergente
que el oro puede irse a orar al cementerio de los muertos
colgarse de una driza dondequiera
para que la dioptría, la disensión, la diorita
lo ubiquen en el discernimiento milimétrico
del discursivo humano
en el diastema del hambre
en la diástole del lenguaje
en el diatónico paisaje
en el diantre compungido
en el digesto de un pueblo
ignoto
desoir al oro
deslindar
con el aurífero metal
respetad el destino natural del oro
darle el desiuderátum de su rol histórico
para que el amor haga su propio idioma
en el concierto salvaje de la vida:
Yo era apenas un caminate, un necio
Mirando diásporas, un diarista,
Que perdía su tiempo buscando colores, reconociendo
En las flores deicidas y disépalas, el desencono.
Por avivar el debate sobre los derechos supremos
De la humanidad contra la secuela nefasta del oro
(materia que no tiene la culpa de estar
en la Tabla Periódica de Mendeleiev).
El oro nunca podrá más que el agua.
Hasta que venga el tiempo de la muerte
Y pinte de negro todo el oro del mundo.
ENREDADERA
Papel japón
besando
siempre una sonrisa
...una hoja del otoño:
si es esto un absoluto desafío
acepto
a regañadientes
esta oferta
de escribir, voy a describir
entonces
este tiempo en otro tiempo
pero, ¿de qué escribir
esta tarde?.
Se trata acaso de algo en prosa
tan ligero
entonces
que me extienda las horas
de la fregada existencia.
Se trata acaso de poner
con tinta negra, o roja, o verde
esa línea –horizonte- ideal
derumbandose
por el goyesco muelle abandonado.
Se trata de encender
en la escritura
como senos
de doncella
los varios
pasatiempos
de la vida.
Escribo acaso del beodo
-Bar/de/m-
en su mesa triste
de cedro fino
diciéndome:
no tomo desde la última vez.
Puede ser. Y no puede ser.
Me enredo en mil palabras escondidas
que después olvido. Me rebusco
en agostos que después ignoro:
nombres traídos
a este forum
desafortunado
de imágenes e ideas iconoclastas
sobre agua contaminada.
Nombres que me arranquen
unas lágrimas
Me muevan los cimientos
de los adentros
jóvenes
de la conciencia
como asuntan –siempre- los psiquiatras.
Se trata de escribir para evitar
el suicidio.
Pasa que no tengo ganas
De arrastrar mi nave por las calles.
Voy, sin embargo, a los cinemas
Donde siempre llego puntual.
Pero después de las funciones
sigo igual
en la misma soledad
en los abismos inciertos
de la paranoia, o en el nirvana
dorado.
Detesto
observar en cada transeúnte
al enemigo, en estos lares
es mejor ser discreto.
Leo los periódicos al revés.
Orino en los baños de los bares públicos
con olor aserrín y amoniaco
y los grafittis se repiten
como slogans políticos
decadentes
en toda esta ciudad
ghetto, muladar, xenofobia:
el hombre contemporáneo
anda en gran soledad
-más solo que cucaracha en vereda limeña-
pero, que más da .
He nacido acá en esta ciudad
Y no iré a Egipto
buscando la estrella lejana:
esta asfixia por dura que sea
aún la puedo soportar.
SOBRE EL TIEMPO
en esta selva
no eres
el otorongo
tienes
que
vivir:
eres
solo
el poeta,
no tienes nombre ni exilio
te toca describir
lo duro que es
vivir:
todo se hace añicos
con el tiempo
no eres
el cedro
el aljófar
el congrio
Frangir
la vida
el tiempo:
Todo se hace añicos...
menos el poema
OTROS POEMAS
EL SOL PIURANO
En un solsticio de no sé cuál verano:
Oasis, Osiris, el cercano Ñari Walác
(que todo lo ve): arenas movedizas, dunas
por el desierto piurano.
El poeta hace lo que le da la gana.
Tomando una cerveza en El Oasis.
Manejando el lenguaje, en un jeep, capo
capaz, carpen diem...
Un capazo sobre una roca ígnea.
The Most Of The Animals:
“Mi felicidad, mi razón de vivir, es mi música”
(Eric Burdon)
Fumando un ‘camel', travesía de dromedarios.
Una sombra esconde la drusa.
Mirando pirámides, arqueólogo (manyando el estofao)
por Ñari Walác, huye -el sol- hacia Egipto
Alucina un zigurat en el desierto.
GEOMETRIA
Seguir la línea de la G
ente que camina S
ola por este increíble precipicio
El puente de la curva D
oma el cansancio de este F
ín de semana. Aventura
de escribir
cansado de un amor cansado. El triangulo.
La oferta de la primavera que siempre
termina en el invierno y el bosque.
Miro en el espejo: cóncavo o convexo
Nada importa. No soy el mismo.
Aquí el cuervo posa
sobre el divertido tronco del horizonte.
Aquí “la dolce vita” y el dulce lamentar.
No es siempre el olvido lo que confunde
el amor. El olvido es un amor sincero.
Mirando atrás, ni Lot ni su mujer convertida
en estatua de sal
te conmoverán.
Lo bailado, bailado está.
D(ESPACIO)
a Ceci, riobambina
Extraño -como siempre-
el ruido estrepitoso de tus pasos
-tacones altos de cuero negro-
cuando bajan las escaleras
o subes, sigilosamente, hacia el 2do. Piso
de la casa, o van alrededor de la pecera
espantando a los peces y sus burbujas
o tus piernas mirando por la ventana
o tus manos que han escrito en mi cuaderno: me voy
ya no resisto más, adiós, no más engaños
ni discordias. Basta de discursos. El olvido
demora, y el invierno tiene sus bemoles
me tira a la cama, me da fiebre, necesito un S.O.S.
de tu mirada, el teléfono es tan villano
que trae tu voz preguntándome, si alguien
se ha suicidado: no es mi hora
todavía en el resquicio barroco
de la vieja bóveda hemisférica
de la Basílica de La Merced
(entre Cuenca y Chile)
soy apenas un laberinto de zonceras
y un cementerio de lamentaciones, y luego
de un silencio
de 3 días regresas
por la misma puerta por donde te mandaste
a mudar, le das pan y pescado al gato
alpiste para el canario y tiras sobre la mesa
única de la sala todos los periódicos del mundo
recogidos en estos últimos tres días
en donde toda su inmundicia
se revuelca en los secretos de Gutenberg,
traes vida
a este episodio sin importancia
de mi vida y supongo que de la tuya también
juegas
con el esférico o mouse
de la computadora, te aburre todo esto
pero me necesitas para seguir bogando
en el espejo de las tentaciones:
tu imagen narcisista se diluye
con la mía, un desastre, poeta mirando la luna
hombre lanzándose al vacío
desde la parte más alta del Rockefeller Center
o alpinista esforzándose por trepar
la cumbre más alta del Alpamayo.
Me descubres, o tratas de explicarme
por lo más sensible de tu ruido
el silencio invade la pradera, viento
del mundanal ruido, pones la música que compartimos
Bach, Mozart, Beethoven, Wagner, Verdi y Vivaldi.
No hay más sonido para esta pobre caja
de pandora. Tu música da holgura
y da resonancia, de un amor que se despide
de un amor que empieza
o de un amor
agonizando.
Y todo termina en el gótico reloj dando las 5 p.m.
A.E.I.O.U. En la vida hay amores que nunca...
Y silencio perpetuo
para tí, pequeña coneja.
SO FARSANTE
Fumemos
la pipa
de la paz.
La guerra ha terminado entre nosotros.
El tiempo se ha marchado a otra parte:
Qué suerte tienes, cabrón
de no escribir los mejores poemas
del Gran Libro Latinoamericano.
Cómo te envidio ahora
en esta ruta de la vida
Siempre en pos de un calzón, de un tren
que nunca llegó
a tu ciudad perdida.
Discúlpame estas imprudencias mías
que duelen menos por no haberlas
escrito nunca.
Injusto es olvidarnos diariamente
con tanta poesía en las palabras.
Cómo te admiro ahora porque un día
me dejaste sin hembra y sin banquete
mordiendo los espejos de la nada.
Nosotros siempre nos paseamos
por la universidad de la vida
“nosotros volveremos a pasearnos
por las calles de Santiago”
después de haber lanzado piedras
a los otros
de haber estado quietos
pensando en manicomios y pálidas estrellas
seguimos existiendo,
holgadamente,
bebamos vino,
so farsante, mi queridísimo amigo.
Te dejaste crecer la barba te peinaste una trenza
¡total! todo estaba permitido entre nosotros:
indios sudamericanos acariciadores de cabelleras
rubias y negras, seguiremos
hablando en poesía
mirando el mar desde los acantilados
¡salud! por estas tierras icásticas
por las lluvias, saudade
por aquellas muchachas de las bragas
de oro, y lo perdido.
Deberíamos ser piedras
-en Tiahuanaco o en Huamanga
o en Zabriskie Point-
seguir sonriendo aunque sea con dolor
este fracaso de ser peruanos o bolivianos.
Una patada en el trasero te mereces.
Te envío flores, siempre, zutano
fulano y mengano.
La mejor suerte es esta de vivir la vida
con vanas pretensiones de ser dioses.
Atrapemos el tiempo para cambiar lo injusto.
LA ESTACION DE NUESTRO AMOR
1
Te acuerdas flaca, cuando en un muladar
un hombre hambriento recogía basura
del Parque
El Olivar, en la quietud
Un búho
y un delirio de oboes
xylorimbas
flautas usbeaks
se instaló en el lugar: inevitable
e inesperadamente
se arrecostó al árbol más quieto
y luego se fue
igual a una pompa de jabón.
2
Qué débil emir, un lago oscuro, hace temblar
este follaje.
Blow Up.
Yo sé que eres tú.
Tras el reflejo:
El último himenóptero emprendió su vuelo.
3
En aquel paradero final de dos ríos.
Y hojas secas.
El otoño, el viento, las hojas secas.
El sol y la luna.
La primavera de Boticelli:
goznes besándose donde no deben besarse.
Un muchacho y una muchacha hacen el amor
-en una playa-
-en el desierto-
-en un parque-
-en una habitación
con afiches de cine
en las paredes-
-en el sofá de la sala-
-en la alfombra-
a prisa/ lentos
fatigados.
MUY MERECIDO EL HOMENAJE A ARMANDO ARTEAGA EXCELENTE POETA Y PERIODISTA PERUANO , BIEN POR LA LITERATURA NACIONAL.
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