Maurice Maeterlinck
Maurice Maeterlinck (Gante, Bélgica, 29 de agosto de 1862 - Niza, Francia, 5 de mayo de 1949) fue un dramaturgo y ensayista belga de lengua francesa, principal exponente del teatro simbolista.
Inició sus estudios en un colegio de Jesuitas y estudió leyes en la Universidad de Gante (Flandes).
En 1885 publica sus primeros poemas de inspiración parnasiana en la revista literaria y artística: Jeune Belgique . En 1886, abandona su profesión y se traslada a París donde entablará relación con los escritores que más van a influir en él: Stéphane Mallarmé y Villiers De L'Isle-Adam. Este último le hará conocer toda la profundidad del idealismo alemán (Hegel, Schopenhauer). En esa misma época Maeterlinck estudia a Ruysbroeck el Admirable, un místico flamenco del siglo XIV del que tradujo en 1891, "Ornement des noces spirituelles", que le llevaron a descubrir las riquezas intuitivas del mundo germánico muy alejadas del racionalismo predominante en la literatura francesa. Con este espíritu, y notablemente influido por Novalis (George Philipp Friedrich von Hardenber) entra en contacto con el romanticismo de Jena (Alemania 1787-1831), en torno a August y Friedrich Schlegel y de la revista "l’Atthenäum", precursor, en línea directa, del simbolismo. En las obras que Maeterlinck publica entre 1889 y 1896, se refleja esta influencia germánica.
En 1890, se vuelve muy famoso gracias al escritor Octave Mirbeau. En 1902 escribe "Monna Vanna" obra teatral que interpretará Georgette Leblanc, actriz a la que conoció en 1895 y que será su compañera hasta 1919, año en el que contrae matrimonio con la joven Renée Dahon.
En 1921 impartió clases en Estados Unidos y, en este país, pasó la II Guerra Mundial. Durante una corta estancia en Portugal, en 1937, escribió el prefacio del discurso político de Salazar: Une revolution dans la paix.
Maeterlinck tiene una cierta influencia, a través de su teatro poético sobre algunos autores españoles como Federico García Lorca en sus obras teatrales tempranas.
El poeta
Su libro de poemas Serres chaudes (Los invernaderos), publicado en 1889 por León Vanier, editor de Paul Verlaine, evidencia la línea de la "despersonalización de la escritura" y pone de manifiesto, en parte, el ideal mallarmeniano: la sugestión como esencia de todo ramillete se convierte en el principal generador del acto de la creación pura. Con la repetición de una palabra, Maeterlinck, consigue una vibración espiritual, una resonancia interior.
Ils célèbrent une grande fête chez les ennemis.
Il y a des cerfs dans une ville assiégée
Et une ménagerie au milieu des lys. (Hôpital)
Están celebrando una gran fiesta en casa de los enemigos
Hay ciervos en una ciudad asediada
Y una casa de fieras en medio de los lirios (Hospital)
El verso es arrítmico, liberado de convenciones. Guillaume Apollinaire queda impresionado por esta nueva forma de versificar. Maeterlinck abandona el naturalismo y el parnasianismo para dedicarse a la poesía alegórica en la que la imagen recuerda la iconografía medieval, la pintura de Pieter Brueghel el Viejo o la de Hieronymus Bosch (el Bosco).
En 1895, vuelve a encontrarse con Georgette Leblanc, cantante, hermana de Maurice Leblanc. Con ella creará, en 1897, en la Villa Dupont, un salón literario al que concurren, entre otros: Oscar Wilde, Paul Fort, Stéphane Mallarmé, Camille Saint-Saëns, Anatole France, y Auguste Rodin.
Maeterlinck, junto a los grandes dramaturgos (Henrik Ibsen, Antón Chéjov, August Strindberg y Hauptmann) contribuyó a la transformación de la concepción del drama. De 1889 a 1894, publica ocho obras en las que se expresan estados anímicos en un mundo irreal y simbólico. Bajo estas características destacan tres conceptos: el drama estático (personajes inmóviles, pasivos y receptivos ante lo desconocido); el personaje sublime (que lucha inútilmente contra la muerte, el Destino o la Fatalidad); la tragedia cotidiana (ningún heroicismo, el simple hecho de vivir es ya una tragedia). La acción, mediante la interpretación de los actores, debe sugerir los estados de ánimo hacia su destino, el sueño lento hacia la fatalidad.
El ensayista
Al teatro le suceden las obras de ensayo filosóficas en las que aborda la vida de la naturaleza y el misterio del hombre: El tesoro de los humildes (Le trésor des humbles) 1896; La vida de las abejas (La vie des abeilles) 1901; La inteligencia de las flores (L’intelligence des fleurs), en 1907; La vida de las termitas (La vie des termites) 1927; La vida de las hormigas (La vie des fourmis) 1930.
Éxitos mundiales
En 1908, Constantin Stanislavski pone en escena la obra "El Pájaro azul" (L’Oiseau bleu) en el Teatro de Arte de Moscú. Esta obra, será representada con gran éxito en todo el mundo.
En 1911 Maeterlinck fue galardonado con el premio Nobel de Literatura. Fue nombrado conde por el rey Alberto I de Bélgica y condecorado por franceses y belgas como recompensa por los servicios prestados a los aliados en la I Guerra Mundial.
Un año antes de su fallecimiento publica Bulles bleues, obra en la que recoge recuerdos de su infancia.
Selección de obras
Los invernaderos (Serres chaudes) (1889)
La princesa Malena (La Princesse Maleine) (1889)
La intrusa (L'Intruse) (1890)
Los ciegos (Les Aveugles) (1890)
Las siete princesas (Les Sept princesses) (1891)
Peleas y Melisenda (Pelléas et Mélisande) (1892)
Aladino y Palomides (Alladine et Palomides) (1894)
Interior (Intérieur) (1894)
La muerte de Titangiles (La Mort de Tintagiles) (1894)
El tesoro de los humildes (Le Trésor des humbles) (1896)
Doce canciones (Douze Chansons) (1896)
La vida de las abejas (La Vie des Abeilles) (1901)
La vida de las termitas (La Vie des Termites) (1927)
La vida de las hormigas (La Vie des Fourmis),(1930)
Sor Beatriz (Soeur Béatrice), (1901)
Monna Vanna (1902)
El pájaro azul (L’Oiseau bleu) (1909)
La Vie de l'Espace, (1928)
Ante Dios (Devant Dieu) (1936)
El Gran Secreto (?)
Bulles bleues (1948)
Canción
Ellos me anunciaron,
(Hijo, tengo miedo),
Ellos me anunciaron
Que él iba a partir...
Mi luz encendí,
(Hijo, tengo miedo),
Mi luz encendí,
Y me aproximé. ..
En la primer puerta,
(Hijo, tengo miedo),
En la primer puerta
La llama tembló...
Luego, en la segunda,
( Hijo, tengo miedo )
Luego, en la segunda,
La llama me habló...
En la tercer puerta
(Hijo, tengo miedo)
En la tercer puerta
La luz se apagó.
Versión de Edmundo Bianchi
Deseos invernales
Lloro los labios ya gastados
donde los besos no han nacido,
y los deseos abandonados
sobre dolores abatidos.
La nieve cubre el arenal.
Del cielo gris, es duro el ceño.
Y en el alcázar de mis sueños
lobos que rondan el umbral,
y observan en mi alma cansada,
mirando aquello que pasó,
toda la sangre derramada
por el cordero que se heló.
Sólo alumbra la luna errante,
con su tristeza siempre igual,
en la helada hierba invernal,
mis ansias, de hambre agonizantes.
Hay femenil temblor en mi alma...
Hay femenil temblor en mi alma.
Ved lo que hice, Señor:
De mis manos, lirios de mi alma,
De mis ojos, cielos de amor.
La palma y el anillo he extraviado
-¡Perdón, Señor, por mi humildad!
Por la oración que os he rezado
-Flor en un búcaro- ¡piedad!
Piedad del labio por su mal;
Piedad por mi profunda pena...
Plantad en el charco un rosal;
Sembrad las fiebres de azucenas.
De las palomas, siento el vuelo
Que anubla de mi cielo el tul...
¡Piedad por el lirio del velo
Que me rodea de un gesto azul!
Versión de Edmundo Bianchi
Horas sombrías
Ved antiguos deseos que pasan,
Aun sueños de hombres cansados,
Aun ensueños que fracasan;
¡Días de esperanza pasados!
¡Hoy mismo huyamos de su asedio!
No se ve más estrella alguna;
Hay sólo hielo sobre el tedio
Y un lienzo azul bajo la luna.
¡Y aun llanto preso en trampa aleve
Ved a los enfermos sin fuego
Ya los corderos pacer nieve;
¡Piedad, Señor! ¡Oye mi ruego!
Yo, espero algo de despertar
Y que el ensueño haya pasado;
Y en mis manos la luz solar
Porque la luna la has helado
Versión de Edmundo Bianchi
Lo busqué treinta años, hermanas...
Lo busqué treinta años, hermanas,
¿Dónde se escondió?
Y marchó treinta años, hermanas,
y siempre me huyó.
Yo marché treinta años, hermanas,
Ya no tengo paz!
El estaba en todo, ¡oh hermanas!,
Y ya no está más. ..
La hora es triste, muy triste, hermanas;
Desnudáos los pies;
Ya la noche muere, ¡hermanas!
Yo muero a mi vez...
Bien jóvenes sois, hermanas;
Mi bastón tomad,
E id lejos, muy lejos, hermanas,
Y siempre buscad...
Versión de Edmundo Bianchi
Y si él retornara un día...
Y si él retornara un día
¿Qué le habría de decir?
-Que lo esperó el alma mía
Hasta la hora de morir.
¿Si él cree mi respuesta vana
Y me pregunta algo más?
-Háblale como una hermana,
Porque ha de sufrir, quizás...
Tal vez que le diga, exija,
Dónde, entonces, estarás.
-Entrégale esta sortija
y nada responderás.
Si ve la sala desierta
¿Qué le diré a su estupor?
-Muéstrale la puerta abierta
y sin luz el velador.
Pero entonces, dolorido,
Dirá si te vi morir. ..
-Dile que yo he sonreído,
Para no hacerlo sufrir...
Versión de Edmundo Bianchi
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