viernes, 8 de junio de 2012

6997.- MICHAEL ONDAATJE

Michael Ondaatje (12 de septiembre, 1943, Colombo, Ceilán - ), cingalés de nacimiento, es un novelista y poeta canadiense.
Emigró a Montreal a la edad de 19 años, asistiendo a la Universidad de Toronto y a la Universidad de Queen. Su fascinación por el occidente norteamericano, ha influido en uno de sus más afamados trabajos, el pastiche Las obras completas de Billy el Niño (1970). Su novela El paciente inglés (1992, Premio Booker; adaptada al cine en 1996), le granjeó reconocimiento internacional; esta obra fue seguida por Anil's Ghost (2000). Su poesía y prosa musical, son una mezcla de mito, historia, jazz, memorias y otras hechuras.



La última palabra cingalesa que perdí
fue vatura.
La palabra que significa agua.
Agua de selva. El agua de un beso. Las lágrimas
que derramé por mi aya Rosalin al dejar
el primer hogar de mi vida.






LO QUE PERDIMOS

El poema de amor interior
los más profundos niveles de uno mismo

fechas cuando el abandono
de ciertos principios ocurrieron

El rol de la cortesía -cómo entrar
en un bosque, cómo tocar
los pies de un maestro antes de una clase o actuación

El arte del tambor. El arte de pintarse los ojos.
Cómo cortar una flecha. Gestos entre amantes.
El esquema de la marca de los dientes sobre la piel
dibujado de memoria por un monje

Los límites de la traición. Las cinco formas
en que un amante puede burlarse de un/a ex-amante

La habilidad en mensajes tentativos
que incluyen sí y no
pero nunca el directo tal vez

Nueve gestos de dedo y ojo
para señalar emociones clave

Los pequeños botes de la soledad

Versos que se alzaron
del amor
de vuelta al aire

desnudo con astucia
y alabanzas

Nuestros trabajos y días

Sabíamos cómo los monzones
(sed-oeste, nor-este)
podían gobernar la conducta

y cuándo descubrir
la sabiduría de los muertos

escondida en nubes
en ríos, en piedra sin partir

Todo esto se quemó

o fue permutado por poder y riqueza
desde los ocho puntos de venganza del compás

desde los dos niveles de la envidia





El pelador de canela

Si yo fuera un pelador de canela
Podría montar en tu cama
Y dejar el polvo amarillo de su corteza
Sobre tu almohada.


Tus pechos y hombros conservarían el hedor
No podrías más caminar por los mercados
Sin la profesión de mis dedos
Flotando sobre ti. Los ciegos
Tropezarían con la certeza de contra quién lo han hecho
Aunque te bañaras
Bajo arroyos de lluvia, del monzón.


Aquí en la entrepierna
En su suave pastizal
En la vecindad de tu cabello
O de la línea
Que divide tu espalda. En este tobillo.
Serías reconocida entre extraños
Como la esposa del pelador de canela.


Apenas pude mirarte
Antes del matrimonio,
Jamás tocarte
—Tu madre de afilado olfato, tus rudos hermanos—.
Sepulté mis manos
En azafrán, las encubrí
Con alquitrán humeante,
Ayudé a los recolectores de miel…


Alguna vez cuando nadamos
Te toqué bajo el agua
Y nuestros cuerpos permanecieron libres,
Podías estrecharme, ciega de cualquier aroma.
Subiste a la ribera y dijiste:


              Así es como tocas a otras mujeres
la esposa del jardinero, la hija del quemador de cal.
Y buscabas en tus brazos
El perfume ausente.

          
Y supiste


            Qué de bueno hay
En ser la hija del quemador de cal
Abandonada sin rastro
Como si no se le hablara durante el acto de amor
Como herida sin el gozo de llevar la cicatriz.


Acercaste
Tu vientre hacia mis manos
En el aire seco y dijiste
Yo soy la esposa del pelador de canela
Huéleme.



THE CINNAMON PEELER

Michael Ondaatje

If I were a cinnamon peeler
I would ride your bed
and leave the yellow bark dust
on your pillow.

Your breasts and shoulders would reek
you could never walk through markets
without the profession of my fingers
floating over you. The blind would
stumble certain of whom they approached
though you might bathe
under rain gutters, monsoon.

Here on the upper thigh
at this smooth pasture
neighbor to your hair
or the crease
that cuts your back. This ankle.
You will be known among strangers
as the cinnamon peeler’s wife.

I could hardly glance at you
before marriage
never touch you
– your keen nosed mother, your rough brothers.
I buried my hands
in saffron, disguised them
over smoking tar,
helped the honey gatherers…

When we swam once
I touched you in water
and our bodies remained free,
you could hold me and be blind of smell.
You climbed the bank and said

this is how you touch other women

the grasscutter’s wife, the lime burner’s daughter.

And you searched your arms

for the missing perfume.

and knew

what good is it

to be the lime burner’s daughter

left with no trace

as if not spoken to in an act of love

as if wounded without the pleasure of scar.
You touched
your belly to my hands
in the dry air and said
I am the cinnamon
peeler’s wife. Smell me.






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