viernes, 17 de septiembre de 2010

AURORA SAURA [1.157]


Aurora Saura Bacaicoa 

Nació en Cartagena en 1949 y residió en Alicante la mayor parte de su infancia. Se licenció en Filología Románica en la Universidad de Murcia y es profesora de Instituto.

Aunque escribía desde muy joven, sólo empezó a hacerlo con regularidad en los últimos años setenta y no pensó en publicar hasta el ochenta y cuatro, en que dio por terminado su primer libro,“Las horas”, editado en 1986 por la Editora Regional de Murcia. Sus escritos en prosa (relatos breves, diarios...) permanecen en su mayor parte inéditos y ha publicado otros dos libros de poemas: “De qué árbol” (1991) y “Retratos de interior”(1998).
Ha colaborado en coloquios, lecturas poéticas, revistas literarias y libros franceses para estudiantes de Español.



“I EU, MORRENDO NESTA LONGA NOITE DE PEDRA”
(Celso Emilio Ferreiro)

A pedazos se cae la noche,
pesadamente cae
con todas sus estrellas.
Una mirada
podemos intentar,
todavía
un momento.
Intentaremos gritos,
un susurro, algún juego.
No digamos palabras.
Una mirada
sólo,
un momento, hacia arriba,
mientras
nos van tapando
- pesadamente caen –
fragmentos de la noche.

( Del libro “Las horas”)



RETRATO DE VIRGINIA (O EPÍLOGO)

Puedes, benignamente, entender
que, cada día,
mirándote, cedamos a un impulso
distinto de aquel tuyo:
mirabas tantas veces el río
y tantas veces
dejabas irse el agua...
Hasta el día que sabes,
cuando, liberadas
tus manos y clara la corriente,
pesó la sombra en ti
más que la vida.

Hoy que vemos tu rostro
escrito con benévolo gesto para siempre,
como si no estuviera
pendiente de nosotros,
adivinamos en tu perfil,
en esa tu firmeza delicada,
que tus ojos, Virginia,
sin volverse a mirarnos,
nos comprenden.

( Del libro “De qué árbol”)


IMAGEN PRIMERA

El frío de León.
La mesa en donde – dices –
iba yo desplegando lo que eran
mis juguetes.
Palabras en voz baja. La luz tenue.
Las tardes eran largas.

No había Dios ni Moral. Ni Caudillo.
Ni Patria.
Ningún modo de ser o de mirar
de tan distinta forma el mundo.
Ningún prejuicio todavía.
No había la distancia de las vidas
vividas, ni esta impresión de andar
por donde tú no has ido.
Ellas tampoco estaban:
sus voces no alcanzaban aquella luz
de nieve, ni la quietud aquella,
paredes sin aristas.

Allí existían el frío, el hornillo de gas,
tus manos encendiéndolo,
tu cabello admirable.
Y el silencio del mundo
que mis manos tapaban dispersando
botones – oh, mínimos juguetes –
que después, por la noche,
tú sola guardarías.


(Del libro “ Retratos de interior”)



DESPEDIDA

("Triunfará Del olvido tu hermosura")
(A:R:F:)

Tú no te morirás.
La muerte no vendría a tocar tus ojos puros
y estarías a salvo
en mis palabras.

Este es día de fiesta
y de abandonos:
se aparta cada cual a su orilla
y nuestras horas
ya van tomando un aire
de mansitud y olvido.

Por ello aún quisiera hoy
que volvieras los ojos
y desear de nuevo
-como antes tantas veces-
que la muerte no tocara ese gesto
sino con el fervor
con que te miro.



LAGER (PRIMO LEVI, IN MEMORIAM)

(Para Aurora y para los jóvenes alemanes)

Quién volverá a decir con labios puros
la palabra "Lager".

Quién la salvará del horror
con que la oyeron,
del horror con que la aprendieron,
la pronunciaron y odiaron
tantos seres.
Quién la devolverá su gracia inocente
de trigo y arboledas.

Decid ahora vosotros la palabra "Lager".
Decidla despacio con voces generosas.
No olvidéis la desesperanza, ele dolor,
el rechazo con que la vivieron,
y poned sobre ellos un intenso amor.
Que vuelva "Lager" a ser en vuestras bocas
una palabra humilde,
y digna, y verdadera.


Aclaración: "Lager" significa en alemán "campamento", "asentamiento en el campo", pero fue usada en la época del nazismo como forma abreviada, y común, de "Konzentrationslager" (Campo de concentración).

ADAMAR:REVISTA DE CREACIÓN

Entre las mujeres


Sueño I


A veces me despierto
con un niño en los brazos
y llamo al hombre que me arrebataron,
y busco un poco de mijo
y busco agua.
Pero el sol inmisericorde
                                             nos abrasa.


A veces me despierta el amo
a gritos, y voy al campo de café
con ojos entornados
y llamo al hombre que me arrebataron
para la guerra.
Entonces me ahoga la lluvia o
                                                      la luz me quema.


A veces un desconocido
me despierta, y me golpea o
me acaricia. Mi ternura lo acoge mientras
recuerdo al hombre que no regresará.
Y es el pago del extranjero
quien me hace vivir y quien
                                                  me mata.


Esto sucede
cuando ella despierta. Pero
también sucede
                            cuando sueño.



Sueño II


Fui esclava de la princesa persa
y una noche dormí con Alejanro.
Como no fue brutal, lo soñé
por esposo. Y lo lloré, porque él
nunca
           volvió tras la batalla.


Muchas veces serví la mesa de Antinoo.
Aunque me conmovió su belleza,
fue el rostro
encendido de Adriano
el que pesó sobre mis párpados.
Sin embargo,
él me entregó a otro
                                    a quien jamás amé.


Alguna vez puede que fuera Dama, Amiga
o Reina: recuerdo apenas una Cançó
de la corte de Leonor de Aquitania
y el ceñidor
                    de Cristina de Suecia.
(¿o era tal vez el de la reina Brunilda?)


De las pocas ocasiones en que fui
mujer libre -quiero decir
con libertad semejante a lo que llaman
libertad los varones-,
me acompañan los nombres de Virginia, María,
Marie, Aurore, Marguerite,
                                                 Flora, Mary, Isadora.


Pero lo que más sueño -mejor diré me sueñan-
son los lavaderos junto al río
-a veces cantamos, incluso reímos-,
los cuencos que lleno al caer la tarde,
las caminatas en busca de agua,
la siembra y las flores del té.


Y me sueñan
los hijos que he parido
sin que el esposo
me admire o deje de buscar otras mujeres,
los padres que he velado,
los vecinos que me violaron,
las amigas que me abrazaban sabiendo
que no volvería
porque me casaban
                                   con un hombre de otra aldea.


He muerto en la desolación innumerables veces.


Ayer, en esta ciudad que he ido soñando mía
por el amor de un extranjero,
el hermano al que acuné
                                            de niño,
gritando una vez más "vergüenza",
me ha quitado la vida.


Si tocamos la tierra
Los Libros de la Frontera Sant, Cugat del Vallés, Barcelona, 2012.



MUERTE DE LAS COSAS

    Cuando yo muera,
las cosas que yo amaba
vendrán a lamentarse por sí mismas,
vendrán como a morir.
    Habrá un silencio de seres que no existen,
ecos que nadie oye,
algún color que nadie verá más:
serán muebles que no serán los mismos,
y jarros, libros, flores,
y llaves y vestidos…
    Todo lo que yo amaba,
perdido para siempre.
    Perdida ya del todo la vida que les dí.
    Sabrán ellas, las cosas,
que llega ya la hora de su muerte,
pues su vida era yo.
    Pues eran nadie, nada:
tenían peso y color. Tenían polvo y brillo.
    Y alguien las llamó hermosas.
    Pero eran solo nada.
    Vivían, aquí estaban: pero sólo por mí.


OTRA HISTORIA DE CRETA

    Y resolvió Teseo, cercado por los muros del turbio laberinto,
no ser héroe esperado:
olvidar la promesa que hizo a los de Atenas
y la fidelidad de los brazos de Ariadna,
romper el hilo frágil de vida que le diera.

    Entró en el laberinto con los ojos cerrados,
adivinando el sitio exacto de su muerte,
resuelto a no mirar las murallas de Creta
y a olvidar para siempre la casa de su padre.

    Ariadna, en las entradas, sostendría esperanzas
en forma de hilos blancos.

    Loco y suicida, pero libre al fin,
libre de la promesa y el sueño de la patria,
y libre, finalmente,del poder de los héroes,
asimilado a todas las víctimas sin nombre,
dejó inmóvil su brazo cuando vio al enemigo,
y se enfrentó Teseo a su gloriosa historia.

    En las manos de Ariadna esperando, los caminos
se volvían de sangre.





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