martes, 24 de agosto de 2010

625.- HJALMAR FLAX

Hjalmar Flax nació en Puerto Rico (1942), donde reside. Ha realizado estudios de literatura en las universidades de Pennsylvania y Puerto Rico. Es juris doctor por esta última (1969) y ejerció la abogacía desde 1970 hasta 1998. Además es piloto de pequeñas embarcaciones y avionetas. Ha sido crítico de cine. Es autor de nueve poemarios publicados: 44 Poemas (1969); Los pequeños laberintos (1978 y 2003); Tiempo adverso (1982); Confines peligrosos (1987); Razones de envergadura (1995); Cuestión de oficio (1998); Poemas de La Bestia (1999); Abrazos partidos y otros poemas (2003) y Contraocaso (2007). ObraBreve 1969-poemarios-2007, publicado en 2009, es una agrupación de los nueve libros anteriores. Ha recibido premios del Instituto de Literatura Puertorriqueña, del PEN Club de Puerto Rico y del Instituto de Cultura Puertorriqueña. En múltiples antologías y revistas se han publicado selecciones de su poesía. Ha publicado ensayos y artículos en revistas y periódicos. Ha sido traducido al inglés, al rumano y al francés.



Arte

Quiero pensar
que alguna vez pudiere
abrir la ostra hermética
donde mi alma duerme.
Rociarla
con el jugo agrio de la tarde.
Comérmela,
y sacar una perla de mi boca.

De: 44 POEMAS (1969)





Círculos

En verdad no han sido tantas
si no cuento las que no pude amar
porque no pude, o porque nunca
bajo el sol y en la tierra
coincidimos.

Pero de las que han sido
toda mi vida en cierto modo es de ellas.

Por eso hoy toda mi vida es tuya,
porque tú eres la última
y en cierto modo
la primera.

De: TIEMPO ADVERSO (1982)





Determinaciones

Depresión
es el término siquiátrico
para decir desgano, pesimismo.
(Los más pedantes dicen:
sicosis maniaco-depresiva.)

También es argot metereológico:
nubosidades, lluvia, poco viento.

Los médicos patólogos lo emplean:
Depresión en el hueso occipital
causada por objeto contundente.

Y por último es jerga de geólogo
que significa (más o menos)
un hoyo en la tierra.

De: TIEMPO ADVERSO (1982)





El padre nuestro

Padre nuestro que estás en la oficina,
reverenciado sea tu nombre.
Benefícianos en tu herencia.
Hágase tu voluntad en casa
como en el despacho.
Danos hoy el filete, las papas fritas
y el mantecado de chocolate.
Perdónanos las coles de Bruselas
y nosotros perdonaremos a la cocinera
si el filete le queda muy cocido
y las papitas mongas.
No nos tientes con promesas falsas.
Regálanos coches deportivos.
Ampáranos de la policía.
Excúsanos de servir en el ejército.

De: TIEMPO ADVERSO (1982)






En el tren

Quedó Zagreb al otro
lado del río.
Se mueve el tren. Paisaje
ante mis ojos pasa. Lo cercano
rápidamente, lo distante
apenas.

San Juan,
lo más distante.

Sarajevo,
doblemente extraña.

De: TIEMPO ADVERSO (1982)






Fin de otoño

(al regresar de East Hampton,
luego de visitar al poeta David Ignatow)



Un hombre ataja por un campo abierto.
Su abrigo es color tierra.
Le florece el aliento a cada paso.
El viento lo despeina.

El campo abierto es ancho para el hombre.
Para los astronautas es pequeño.
Y si de cerca es una cosa triste,
también es cosa triste desde lejos.

Desde lejos el hombre se confunde
con la tersa textura del terreno.
Y desde cerca el hombre se confunde
con sólo atravesar un campo abierto.

Esto no piensa el hombre que camina.
Piensa que ha de llegar hasta su fuego.

De: RAZONES DE ENVERGADURA (1995)







Ráfagas

(a J. G. R.)

¿Y se perdió tu aliento
cuando la tierra se tragó tu carne?
¿O se quedó en el aire
porque al aire regresa lo que es aire?
Invisible presencia que sorprende...
Brisa que alivia y sana...
Aura que le abre paso a las auroras...
Áspero vendaval de los desiertos...
Hosco huracán que rompe, arrasa, inunda...
Pomposo ventarrón del aguacero...
Tromba que surca mares y llanuras...
Elucubrados vientos marineros...
y otras extrañas ráfagas
que soplan en el sol y entre galaxias...

¿Cómo escindir un aire de otro aire
si todo es aire?

Acaso te respiro,
te he respirado todos estos años
desde que no te miro, escucho, beso.

Quizá me hiciste falta cuando niño.
Quién recuerda esas cosas tan profundas.

En esta tarde de ceniza el cierzo
sacude las ventanas,
se oculta detrás de las cortinas,
mueve las verdes plumas del helecho,
levanta los papeles,
roza mi piel y me acaricia el pelo.

Pero a mí, que he vivido tantos climas
en este apartamiento,
no me tientan las húmedas corrientes
aunque me traigan motivos poéticos.
No saldrá de una manga de borrasca
la ráfaga que raje el pensamiento.

Por eso sigo piedra.
Pero hay días
que me siento ser barro blando, quieto,
confundido en el barro de esta orilla
donde se dice adiós sin entenderlo.

Entonces, necesito
decirme ciertas cosas y no puedo.
Paso las horas sentado en esta silla
esperando, buscando, deseando
sacar del aire el soplo de tu aliento.

De: RAZONES DE ENVERGADURA (1995)






Un cierto despertar

Esta mañana de metales mórbidos
la brisa duerme. El humo de las fábricas
inserta el horizonte
de inmensas rosas malvas deshojadas.

Pero mi corazón está tranquilo.
La noche le rindió sus apagadas
distancias, sus luceros
iluminaron besos y miradas.

Se levantan los ruidos. Resplandece
el sol de la ciudad.
La brisa duerme aún y malvas rosas
adornan las montañas.

No alzaré las cortinas. Ella duerme
y el recuerdo del sueño dura en mí.

De: LOS PEQUEÑOS LABERINTOS (1978







POIESIS

Escribe el escritor y al escribir
desde la más profunda soledad
donde se empoza impuro el sedimento
del sueño y la vigilia que es su vida,
a ese rincón de olvidos, a ese sótano
secreto acude, escarba, yace, busca
consigo estar callado en su desorden,
entre sus trastos como un trasto más.
Entonces, quizá entonces, sólo a veces,
alguna oblicua luz que no le llega
de sol ni de bombilla, le relumbra
el papel sobre el cual junta sonidos,
cadencias de palabras, que no caen
desde el distante mundo sino desde
su propia sangre viva hasta su mano,
menguada ya la fuerza originaria,
dejando trazos que parecen versos.




A PURA VOZ

La pared aparente
que separa locura de cordura
como el cristal es transparente y dura.
Se palpa con la palma de la mente,
y sólo se atraviesa y se regresa
cuando la voz es pura.




POEMA PARA CELEBRAR SESENTA

He sobrevivido
los impulsos de la juventud,
mantenido en jaque
la buenas intenciones,
rehusado pagar cuotas,
defendido mi persona,
patrullado los límites, atento.
He dicho siempre mi verdad
y soportado las consecuencias.
He llegado
solo hasta mi edad,
hasta mi soledad,
poeta.





POEMA EN SAN VALENTÍN

Tu recuerdo me vive a su albedrío.
Hoy levanta ante mí mi propia imagen
feliz cuando contigo:
es un fantasma ilusionado, alegre,
que me sale del cuerpo
y abraza tu recuerdo, y enlazados
bailan en el espacio de la vida,
en ese espacio hueco donde habito
desde que por razones racionales
llevé a cabo los actos rigurosos
de cortar y arrancar
y echar a andar sin voltear el rostro,
para dejar atrás lo inconveniente.

Pero mi corazón, torpe animal,
sin comprender por qué se lo llevaban
como si nada grave aconteciese,
se volteó en su jaula de costillas
para ver a su amor permanecer
de pie, tras un portón,
en una calle ingrata, para siempre.

Piedra de sal no me volví, del todo.
Pero mi bruto corazón
piedra de sal se hizo en ese instante.
Por eso es que a pesar de tantos años,
boto sal por los ojos
pruebo sal en la boca
trago sal,
cuando en atardeceres soleados,
o mañanas lluviosas, o noches estrelladas,
en el espacio hueco que es mi vida
baila un fantasma alegre, ilusionado,
con tu recuerdo vivo.

Y yo los miro.
Los sufro con paciencia.
Los perdono.





CLAVE

Después llega el futuro.
El polvo horizontal sobre las cosas.
La memoria rendida. La locura
sentada en el sofá
a sólo un paso.
Entonces no hay camino razonable.
Sólo queda la estrecha fantasía
del segundo después.





PRÓLOGO

Cuán pronto se apresura, habilidosa,
la araña hacia la tierna mariposa
que aletea en la red del pensamiento.
Ya captura, ya pica, ya amortaja
su vivo sentimiento
para futuro espiritual sustento.
Y ese brillo que adorna, adamantino,
la red vulgar no es lágrima. Es rocío.
Las arañas no lloran, amor mío.






FÁBULA

Pobre princesa,
se equivocó de sapo.





HOBBY

Colecciono
pequeños desencantos.
Por ejemplo,
llamadas telefónicas.






ALCOHOL II

Coño,
dame un cognac.
Cognac,
dame un coño.





¡MIRA ESO!

Dos ángeles llegaron a Sodoma. Lot, temeroso,
los ocultó en su casa. Pero los hombres de la ciudad,
jóvenes y viejos, trataron de forzar la puerta para
yacer con ellos.

[Génesis 19:1-11]

La belleza humana ya está cuantificada.
Cuestión de proporciones que se miden
con la cinta de un sastre.
Cuestión de simetrías,
de cabello lustroso, de ojos grandes,
de brillos y tersuras en una piel sin manchas,
y otros rasgos que saltan a la vista.
Nada tiene que ver con la razón,
ni con la inteligencia.
Cada cultura tiene sus medidas.

Es rasgo evolutivo y heredado.
Hasta un bebé de meses reconoce
la belleza de un rostro.
(La del cuerpo, no obstante, necesita
el influjo de hormonas para su justo aprecio.)

Así que, defensores de la igualdad humana,
(ese concepto político reciente)
no tiemblen de temor, de celos, ni de envidia
cuando vean que los ojos de su amada o amado
se distraen cuando pasa por la acera,
o cruza por la plaza,
o se monta en la guagua,
o se sienta en la mesa contigua,
o ingresa a la cola en el supermercado,
como un ángel que llega hasta Sodoma,
un ser privilegiado por los dioses.

No pregunten: ¿Qué tiene que no tenga yo?
(La respuesta es tan obvia.)

Acéptenlo. Serénense. No deseen poseerlo.
Admiren la belleza.
Admírenla con todos los sentidos,
con toda la imaginación,
sin pensar que ese esplendor,
esa ilusión de eternidad,
ese atisbo de Dios
no durará.





BELLEZA PIDE SONETO

¡Oh más dura que el mármol a mis quejas
y al encendido fuego en que me quemo,

Garcilaso de la Vega



Dale a la popa, Mulata, / proyecta en la eternidad
ese tumbo de caderas / que es ráfaga de huracán,

Luis Palés Matos


Mamisonga, más dura que el concreto,
más imperiosa llegas que un decreto
a conturbar la calma de mi asueto,
centrifugarme el alma en el magneto

de tu presencia rítmica. Discreto
hoy te evoco y redacto este folleto
para un futuro cerebrito inquieto
que estimule mi artrítico esqueleto.

Ya levanta cabeza este soneto,
¡oh, encarnada visión, sensual düeto!
Para llevarlo a cabo con reespeto,

introducido el último terceto,
con placer, monorrimo, y ya completo,
te lo someto, amor, te lo someto.





FRAGMENTO DE UN SUEÑO RECURRENTE

O God, O Venus, O Mercury, patron of thieves,
Lend me a little tobacco-shop
or install me in any profession
Save this damn’d profession of writing,
where one needs one’s brains all the time.

Ezra Pound


. . . más feliz y más simple,
más como los demás, acomodado
en la corriente cotidiana:
la mujer y los hijos y la casa con patio
donde caga algún perro, merodea algún gato,
la crianza, la escuela, el bíblico trabajo,
la playa dominguera, la limpieza del carro,
los deportes, la tele, las reuniones de amigos,
la familia, la iglesia, el partido político,
la cuentita de ahorros, la pensión y los años . . .




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