sábado, 2 de febrero de 2013

JOSÉ RAMÓN OTERO ROKO [9138]




José Ramón Otero Roko (Madrid, 1974) ha publicado el libro de poesía Por el arcén (Ediciones Libros de Letras, 1998). Ha sido editor de ese mismo sello y ha desempeñado diferentes tareas como activista y trabajador de la cultura. En la actualidad, colabora puntualmente con el semanario Cambio 16, el periódico de actualidad crítica Diagonal y diversas publicaciones en el campo de la crítica cinematográfica. La escritura del libro, La falta de lectura (DVD Ediciones, 2011).






PESO DE UN NIÑO 

Qué callar no es sino 
Silencio que quiso decirse 
En ortografías duras como tierras 
Arcillas secos barros con agujero 
Máscaras donde falta la palabra 
Y quién la nombra hasta borrarse 




La falta de lectura (DVD Ediciones, 2011)




TARDE POR FIN 

cae la tarde y entrever 
la propia letra o 
el resto de este sol 
que amanece de otro lado 
no aparece 
que me exista, opción. Siquiera 
una. Depuesto, ha caído el día 
en media luz, 
hasta las propias rodillas 
y nos oculta. Perece, 
ya casi, todas las horas, 
al ser mirado 
hasta haber sido. Me 
aparto. Ni el día 
roto, 
ni uno, ni ella, 
nos hemos vuelto. No fuimos. 
su amado, su amarte. Más 
restó el tiempo; por fin: 
Devuelvo vida, 
dice, 
de ella, 
de ti viajé. 








ESQUINA 

Más allá de la inmortalidad. Es a la muerte 
en lo que el hombre desea, y nacer de nuevo. 
Ser siempre él mismo es un propósito, aún 
un objeto al que asir con los brazos, pero 
no: Arde. Y resume en llamas y nombras 
las marcas, que de acogerte, narrarás con 
tu piel vestida ya tus párpados cerrados. 
Es nadar el deseo. 
De la nada hacer de ella. 
De mi vida y ni muerte eternas tus huecos. 
Nadie se concibe en nacer 
en lo que nace 
a la distancia en las manos. Y de la mano 
habríamos de tener hoy para ser lo 
qué quisiéramos mañana. O ayer sí mismo 
pero un ahora después, saber que nos hemos 
vuelto a vosotros que fuimos algún lado. No es 
a la inmortalidad como a la esencia. Lo 
qué perseguimos 
sino su rotar de cualquier forma, deparar la quietud 
que detentó una verdad para cada una de las vida. A 
sí, no como fin, sino como constante en tú, principio. 








(ASALTAR NINGUNA MURALLA PARA TOMAR LA LIBERTAD)

la vida lo ha dejado todo en mi ausencia
me lo ha tendido todo en el espacio que he dejado
sin comprensión ninguna, en su justo término
en el lugar del vacío:

-qué quedamente, como gira del mundo, ruedas.

la muerte te lo ha cerrado todo te lo has cerrado
para establecer un sitio, proteger una muralla
rodear hacia fuera cualquier palabra otra
decidir qué hablas qué no sabes qué lenguas:

-qué permaneces del mundo, a qué centro inmóvil.

te has presenciado el presente y el futuro
nada vacío trajo una sola vuelta de ella
para su cara y se detuvo en dos vida
aquella muerte que plasme y que sangre:

-como todo a nuestra contra, hacia qué dentro.







DESEO DEL LECTOR

/ las manos
poseen
a la distancia
de las palabras /







DOMA DE LA LECTURA

Aún gritar de caballos
de esta distancia girando
a círculos en hastío de potros
al decir queda de naturaleza
sobre naturaleza y por todo
dominio
las marcas no eran en silla o espuelas,
sino cortes, sutures,
cicatrices todos los rastros del vuelo
roto en su caída de alas a las bestias.








No hay comentarios:

Publicar un comentario