DORA RIBEIRO
Nació en Campo Grande, Mato Grosso do Sul, Brasil, en 1960.
Publicó los libros de poemas "Ladrilho de Palavras" (co-edición com Lélia Rita de Figueiredo Ribeiro, 1984), "Começar e o fim", "Bicho do Mato" (7Letras, 2000), "Taquara Rachada" (7Letras, 2002), "A teoria do jardim" (Companhia das Letras, 2009), "Olho empírico" (Editora Babel, 2011).
TEXTOS EN ESPAÑOL Tradução de Adolfo Montejo Navas
El futuro baja cavando
obsequios por entre la memoria
chasquea los dedos
en una aprensión olvidada
baja
habla con todas nuestras indecisiones
aconseja
De Ladrilho de palavras (1984)
En la poesía
la palabra sólo resuena después
primero habla para adentro
en una fidelidad propia de las cosas sin comienzo
ni fin
aquí
como en las calles
hay caos y transparencia
pocas salidas y una sola entrada
De Começar e o flm (1990)
La zambullida umbilical
forma parte de la insubordinación de la que te hablo
es cuestión de ser sin evitar
quiere decir convivir con la suciedad
y sus frutos
aquí se aprende también la perplejidad
y el olor de las cosas sin boca
como por ejemplo tu dibujo de puente
por donde pasé mil años y más
De Começar e o fim (1990)
TEMPORALE 2
te quiero ver
dopo il tempérale
cuando nuestro silencio
sea una palabra madura
y un lugar de descanso
lejos de las ideas de aguas paradas
De Bicho do mato e outros poemas reunidos (2000)
*De Correspondencia celeste. Nueva poesía brasileña (1960-2000). Introducción, traducción y notas de Adolfo Montejo Navas. Madrid: Árdora Ediciones, 2001 – Obra publicada com o apoio do Ministério da Culta do Brasil.
O futuro desce cavando
obséquios por entre a memória
estala os dedos
numa apreensão esquecida
desce
fala a todas nossas indecisões
aconselha
De Ladrilho de palavras (1984)
Na poesia
a palavra só ressoa depois
primeiro fala para dentro
numa fidelidade própria das coisas sem começo
nem fim
aqui
como nas Ru
uas
ha caos e transparência
poucas saídas e urna só entrada
De Começar e o flm (1990)
O mergulbo umbilical
faz parte da insubordinação de que te falo
é assunto de ser sem evitar
quer dizer conviver com a sujídade
e seus frutos
aqui aprende-se também a perplexidade
e o odor das coisas sem boca
como por exemplo o teu desenho de ponte
por onde passei mil anos e muitos
(De Começar e o fim, 1990)
TEMPORALE 2
quero te ver
dopo il temporale
quando o nosso silêncio
for uma palavra madura
e um lugar de descanso
longe das idéias de águas paradas
(De Bicho do mato e outros poemas, 2000)
La palabra adivinatoria de Dora Ribeiro
Por Antonio Maura
El lenguaje puede ser reducido a su expresión más perdurable y básica ― la palabra ― como el cuerpo humano al esqueleto. Este curioso paralelismo entre hueso y palabra poética es algo que me hizo descubrir, en Madrid, Dora Ribeiro. La poeta brasileña estuvo leyendo sus poemas en la Residencia de Estudiantes una tarde plomiza y aciaga en la que el pueblo de Madrid protestaba por los continuos recortes presupuestarios y las condiciones draconianas a las que nos obliga nuestra permanencia en la Comunidad Europea. Y es que ha finalizado esa época de vacas gordas mal gestionada por políticos y banqueros prepotentes e incompetentes, que son adjetivos que se parecen tanto que bien podría pensarse que se trata de uno solo. Como digo, en aquella tarde aciaga, se dejó oír la voz cuidada, melodiosa, tal vez titubeante, de la poeta Dora Ribeiro diciendo, sugiriendo, apuntando esta similitud entre hueso y palabra, entre poema y adivinación.
osso hueso
oráculo oráculo
osso hueso
de tanto se repetir de tanto repetirse
a lengua vibra la lengua vibra
em estilhas e en astillas y
se inicia em novos se inicia en nuevos
significados significados
Este poema recogido en el libro Olho empírico, que me he permitido traducir, explica esa relación entre la palabra poética y el desvelamiento de una realidad hecha de tiempo y espacio, de distancias y duraciones intercambiables. El poema es una plegaria que, a fuerza de repetirse, se quiebra, pero que, milagrosamente, como toda plegaria, emerge con nuevos significados que no estaban en sus palabras. Es una jaculatoria mágica ― el poema ― que busca expresarse entre los ruidos del mundo desvelando y revelando lo que queda oculto. Es el hueso bajo la piel, que llama al músculo, a la víscera y a la piel para habitar el mundo. Es el hueso que no son capaces de roer las pequeñas larvas a las que dedicó su libro Brás Cubas. Y ese hueso, esa semilla de lenguaje se hace carne y vive con nosotros. “Creo que hay palabras que nos observan, nos enseñan, nos acompañan por la vida. Y nos dejan su marca”, explicaba en Madrid la poeta nacida en Campo Grande. También yo lo creo así. La vida es una experiencia que las palabras alumbran. Por ellas sabemos y amamos, por ellas entendemos y nos comprometemos, por ellas, con ellas, nos comunicamos. Y morimos. La existencia es lenguaje. Por eso la palabra-hueso genera nuevos cuerpos, nuevos significados, habita en tierras desconocidas, se multiplica en otros poemas, en otras anatomías, provoca una reencarnación interminable de seres, vidas, lenguajes. Como las ondas del mar, como la vibración interminable del universo, como el aliento palpitante de lo existente, la palabra y el poema se multiplican y se suceden, se desarrollan en una corriente de fuerza y sentido. Dora Ribeiro reconoce esta capacidad motriz, este movimiento interminable en su poesía y en su vida. Onda o partícula la luz recorre de parte a parte el universo para iluminarlo. Sea aliento o escritura la palabra poética atraviesa nuestra vida para dotarla de sentido.
palabras enteras palabras enteras
abrem-se se abren
já divinatórias adivinadoras
e escandalosas y escandalosas
fazendo morrer em haciendo morir en
mulheres e mujeres y
homens as suas hombres sus
primeiras imagens primeras imágenes
Pero la voz se quiebra ― a fuerza de repetirse ―, se fragmenta y, de la ruina de los sonidos, de los fonemas, surgen los nuevos significados, las nuevas realidades que habitan en nosotros. La palabra es mágica y es comunitaria: hace pueblo y desvela la identidad, la nuestra y la de nuestra gente, la del hombre y la de la humanidad. Las palabras desbaratan las primeras imágenes, fueron los rudimentos de nuestra infancia, nos sirvieron para entendernos y entender el mundo. Primero nos indicaron quienes éramos y dieron un nombre al enigmático “yo”, cerraron nuestro cuerpo y lo distinguieron de los otros cuerpos. Era la palabra reveladora y profética que aprendimos como aprendimos los nombres de los que nos protegían, de nuestras necesidades físicas, de nuestros miedos ancestrales. Para Dora Ribeiro la poesía hay que entenderla como movimiento y como infancia: Como movimiento porque es natural y es fuerza ciega y está impregnada de historia. Como infancia porque sólo los niños saben inventar y configurar lenguajes absurdos, impenetrables, esclarecedores. Lo dijo así: la poesía es “nuestro más fiel y duradero animal”. Si no se siente la poesía como algo vivo, palpitante, como un cuerpo que se mueve y respira y se alimenta, si la palabra poética no se entiende como un oráculo y, a la vez, como un hueso indestructible, que sirva de armazón a un significado todavía por desvelar: si no es así, el poema ha muerto. Sin embargo, la voz poética es cómplice y está viva: es viento y es aroma, es voz y es recuerdo, es el pulso en la sangre y es el juego sideral de los astros, es silencio burbujeante y es vacío en plena tensión. Uno y múltiple, en la resonancia interminable de las voces, la palabra, el poema se reproducen como una célula o un organismo.
sob manhãs moventes bajo mañanas móviles
pensar os alrededores pensar los alrededores
e seus sexos y sus sexos
é obra de demolição es obra de demolición
Dora Ribeiro concluye este poema que abre un libro, o parte de un libro titulado “escritura de demolición”, con esta estrofa. Son móviles las mañanas, vibrantes, como antes lo era la lengua generadora de palabras ― la lengua-instrumento, la lengua-órgano ― que crea la mañana y la nombra como a sus contornos espaciales o temporales, a sus silencios y a sus misterios. Pero las mañanas como los que la habitan son móviles y vagan ― los seres ― anclados tan sólo por sus sexos, por el fruto que los liga a la tierra y a la sabia del mundo. Sexos que chocan y se entreabren como las flores y los frutos: sabrosos, delicados, aromáticos. Pero todo ello, apunta la poeta, es obra de demolición. Se derruyen las anatomías, los cuerpos, para que se mantenga la vida. Se rompe la estructura del lenguaje para que desde sus cascotes-sílabas, desde sus letras-astillas se construya otro significado, una visión nueva de la historia y de la vida.
La luz de la tarde se difuminaba en la ciudad. En la intimidad de la sala habíamos escuchado las palabras redondas, extrañas, reveladoras. Nos habían hablado de distancias, de estallidos de belleza, de abismos y fiestas salvajes, de músicas y de silencios, de tiempos líquidos y de cuerpos-escrituras, de vacíos y de jardines, de caminos y de miradas, de geometrías y de cuerpos, de reescrituras y demoliciones, de construcciones… La palabra poética, que nacía y renacía una y otra vez, con su hueso y su piel, con su aroma y su sonido, alumbró fugazmente, a fogonazos, la noche y se disolvió en la oscuridad. La tarde había quedado preñada de escondidas verdades que nadie sabría repetir, pero que todos sentíamos en la carne y en la conciencia. Y con ese vago perfume, con ese presentimiento, nos abandonamos a nosotros mismos tal vez repitiendo mecánicamente, como una oración a un dios desconocido: hueso, oráculo, hueso…
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Antonio Maura é escritor, crítico e professor universitário espanhol. Sócio Correspondente da Academia Brasileira de Letras (julho, 2011) e assessor da Fundação Cultural Hispano Brasileira. Tem publicado, entre outros, os romances Voz de Humo e Semilla de Eternidad, e o livro de contos Piedra y Cenizas. Faz parte do Conselho Editorial de Cronópios. E-mail: amauraba@gmail.com
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