martes, 3 de julio de 2012

7198.- MARÍA MEDRANO



María Medrano (Buenos Aires, Argentina, 1971)




DESCARGO

¿qué buscan los cuerpos? ¿qué buscan en los otros cuerpos?
una pregunta se debate en el espacio
una señal que se busca a si misma.
yo sigo el camino de mis pasos
y sigo porque buscando algún rastro lejano
vaga en memoria
el recuerdo más puro de lo que soy.
Y soy el paso y el rastro
y lo que no seré.






inciso tercero

Hace años que trabajo en la puerta 203.
El tema es así:
la Sra. Castillo Parra
es la titular de una cuenta corriente.
Le prestó a la Sra. Antonio
varios cheques.
Dijo que ella, la Sra. Antonio
los cambiaba en la mesa de dinero
donde trabajaba.
En realidad Castillo Parra dijo
que se los dio
por un préstamo de dinero...
y que la Sra. Antonio
le empezó a reclamar cada vez más
y más
cheques.
Que un día
la Sra. Antonio
le dijo que había perdido un montón de cheques
y que hiciera la denuncia
en la comisaría
por extravío.
Entonces
la Sra. Castillo Parra,
lo hizo.
Al momento de prestar
declaración indagatoria
la Sra. Antonio,
dijo que ella no tenía idea de ninguna mesa de dinero
que trabajaba de mucama
en varias casas,
por hora.
Que no tiene un peso
(para demostrarlo me hizo ver su boca toda negra
podrida).
me dice que si tuviera dinero,
se arreglaría la boca.
Que la Sra. Castillo Parra es una mentirosa,
que ella le hacía como de cadete.
Que la Sra. Castillo Parra
la mandaba al banco,
a pagar los gastos de la cuenta
que además
hacía otros trámites como el pago de impuestos,
etc.
Que jamás manejó la cuenta corriente de Castillo Parra,
y que además no manejaba
esas sumas de dinero.
Que el denunciante
es su ex pareja,
con quien tiene tres hijos,
dijo que está re caliente
que jamás va a impedir
que él cobre un cheque,
ya que
parte del dinero que gana
es para la manutención de sus hijos
y los de ella.
dijo que ahora se da cuenta
que Castillo Parra
la engañó
y que la quiere culpar.
Que además como la Sra. Castillo Parra es
chilena
viaja mucho a Chile
trae artesanías
que le daba a ella
en forma de pago
algunas vasijitas
que ella podía sacarle
unos tres, cuatro, cinco pesos
de ganancia
depende,
que con eso mantiene a sus hijos
que tiene uno de dos uno de cuatro y otro de cinco y medio
Que ella llenaba los cheques
porque se lo pedía Castillo Parra
que Castillo Parra siempre se sentía
mal, que no sabe qué
enfermedad decía tener

y ahora que me acuerdo
Castillo Parra presentó
exámenes médicos
para justificar que como ella
estaba enferma
no pudo verificar la
pérdida de cheques
que supuestamente le había
comunicado Antonio.

pero Antonio
dijo que no,
que ella no perdió ningún
cheque
que tampoco llamó por
teléfono a Castillo Parra
y que la denuncia
la hizo Castillo Parra
por motus propia.
Dijo que todo esto empezó cuando Castillo Parra le pidió dinero prestado
que como ella no tenía le pidió a su padre
que le dio la plata a Castillo Parra.
Que Castillo Parra se la quiso devolver con un cheque
pero que ella no aceptó
que ella no tiene idea cómo se manejan los cheques y todo eso
y menos su padre.

yo ahora
no sé a quien creerle
cuando escuché a
Castillo Parra,
le creí
ahora que
escuché a
la Sra. Antonio
le creo también
alguna de las dos
miente
o las dos
probablemente
no sé.
a Castillo Parra sí,
la proceso, eso
está claro,
firmó los cheques
y es titular de la cuenta
pero Antonio
no sé
puede ser que sea verdad
lo que dice Castillo Parra
y que también haya participado
Tengo que ver cómo lo pruebo
¿y si es mentira?

Castillo Parra también dijo que
Antonio la amenazó por
teléfono
y cuando le pregunté
sobre esto a Antonio
se rió
y me dijo que
no,
amenazas
no,
pero que la re-puteó
por todo el quilombo
que había armado.
Me dijo que perdón por la palabra .

Ahora sí,
creo que le creo.
Castillo Parra, es medio turra
me parece.
y no quiere
hundirse sola,
como me dijo Antonio.





-VACILACIONES MENTALES INFORMULABLES, INAPAGABLES -1994-95-

introducción:

abrí el juego de decir y empecé a existir fuera de mí. 
como si fuera yo la que hablaba. y sin decir cantaba. 
algo se fué quedando en esas voces que jugaron. 
después  llegaron los vientos y los veranos. 
juegos entre primos que se desconocieron. algo habla. 
quiere decirse hablando. pero no sabe que decir es un juego. 
y abre el juego como si jugando dijera lo que en palabras oculta. 
como si el decir fuera silencio. o ese estremecimiento de ser lo que se es.
hablo de esto porque no puedo nombrarlo. hablo de esto como quien dice Si. 
hablo de lo que en mi es para ser.





La voz:
juego de la palabra
en ese juego imitador de las ideas.




A.
decir lo que sin palabras se dijo. lo que llama. lo que no dice. cuando uno casi muerto como un
perro muerto para no caer espera. ya no del silencio. 
trascender la palabra trascender el silencio. 
como quien cerrando los días.


B.
:desde el abrazo el absurdo refleja invertido el vacío/
la palabra escala a contrapelo: estoy a mitad de camino: intento llegar al baño a la cocina y
atravieso un pasillo/ un intervalo lúcido y desesperado.


C.
cuando camino pienso en la atenuación del obstáculo pienso. en instantánea contradicción
teatralizo los gestos. pienso arsénico intestino fumo sexo/ 
vagamente pienso una lista de palabras que bajan en instantánea contradicción con la palabra.


D.
dejé que las cosas pasaran como los días:
esperando en el final la extenuación de un cuerpo que 
se desvanece antes de percibirlo: en el final soy/
esperándome en la fusión a un todo que me sustrae.


E. 
la pérdida: en vértice de una abrasión interminable/ como en las inquebrantables napas que
desorientan las palabras inconductas de la expresión: 
y me detienen límites de cuerdas/ sonidos de un 
cuerpo que busca la salida/ pero no era esto sino el decir inalcanzable de un lenguaje al lugar
donde las palabras siempre llegan tarde.


F.
disueltos en la exteriorización de un estado mental/
la realidad se interrumpe para avanzar con un nuevo nombre: huella en el transcurrir 
de un camino bajo un cielo de estigma/: vidriosidad en la raspadura del ojo.




La palabra plaga la forma dicha de un pensamiento.


cortando todo el blanco del amor. soy  la hora justa de cada  hora mía -ápice y plexa- 
en la transfiguración de un gesto disimulado: palabra por palabra.



el crepúsculo


la espera: espacio de la intermitencia
en la unión / la gama irregular de la memoria.
parpadeos que dejan filtrar la duda.



hyundai


1
veo caer sobre la hoja
un ave corta de plumas: 
reclamando gestos a la palabra.


2
la habitación rodeada de ventanas
no dejaba traspasar el afuera
rodeado de ventanas.


3
sobre la mesa el libro es amarillo
entre cables - hojas - llaves.
buscaba.


4
la imposibilidad desencadenó
el enérgico ejercicio de una risa:
dos ojos tan juntos de una verdad.


nombres


como diálogos seriados
en el friso de la memoria
un silencio fijado en el pensamiento.




1


¿qué es primero? ¿el hombre o el nombre?




2


Colisión de tonos internos
válvulas que circundan tópicos de mi punto
neurálgico
alcalino 
táctil.






-EVOL -1995-



una puerta que se cierra y se abre
deja ver una rendija de luz
una pregunta en la oscuridad.
en las salas de operaciones 
de mi habitación vacía
presiento el eco de ese espíritu de mi memoria
yo recorro los cuartos con mi bastón de huesos
voy tragando el suero que respiran las paredes
pero me parece pensar
maría, maría
todo desparramado sobre la mesa
los libros son una cosa fea, maría
viven mientras los pensás
enferman cuando los escribís
y mueren cuando los leen.








orden precario en mi lenguaje
orden filoso en la conciencia

como si fuéramos 
otro en nosotros
tratando de memorizar los gestos 
para entender las palabras.

bajo la sospecha de mi ojo abstracto
el género
de nombre está marcado.






fumo mentalmente
intuyo 
quiebro la sutil destreza:

la huella de un instinto:
pérdida sustancial de la mirada
objetos disimulados 
cargados de sentido

envueltos en grises nubes y grises prosas
huecos entre palabras
y tan solo huecos 
en el refugio del corazón latiendo






leo
en el intervalo del aire
de la transparencia de la respiración
pero sueltan la palabra
como si fuera cualquier palabra!

y yo
en el mismo espacio
en el que brevemente soy:
lo que toco
lo que subjetivamente toco
y por eso gravísimo
lo que me viene
es siempre menos de lo que tengo.







una debilidad 
en la retina de la voz:
una sombra proyectada
hacia el límite de la  conversación.

y el uno como un cero varado   
en la suma  intermedia
que media 
el dolor del pensamiento de la palabra:

¿ceci, vale, vera, mari?
¿ine?
en diversas formas
suspendidas
en la transparencia de su sola forma    
silenciosa 
de un decir casi sin.











6:30


llegás a constitución a las 7
a ezeiza a las 8.
te parás detrás de la barrera
hasta que te dejen entrar
atravesás el camino que llega a la ventanita
hacés la cola, esperás a que te atiendan,
te atienden entregás carnet y dni
das su nombre –buscan fichan y te dan 3 números–
te hacen esperar otra hora más detrás de la puerta de rejas
te abren
entrás al pañol esperás de nuevo
te llaman por el numerito amarillo
vaciás tus bolsas te revisan cosa por cosa
pinchan
abren
sacan
rompen
nada relleno nada metal nada vidrio
pasan todo a bolsa
te sacan ropa azul gris negra
dejás “valores” después te dan otro cartoncito: “valores”


te hacés otra cola, otra espera, vas a requisa
te levantás el sweater
te levantás la remera
el corpiño
te das vuelta
te levantás del cuello la ropa
te tocan el cuello –el pelo
te das vuelta te desabrochás el botón
te bajás el cierre
te bajás los pantalones
te bajás la bombacha
te das vuelta te agachás –te enderezás
te subís los pantalones la bombacha
te sacás los zapatos
te revisan los zapatos
te tocan los pies te sacás las medias
te ponés las medias
te revisan los bolsillos.
finalmente te dan un cartoncito: “requisado”


te acomodás la ropa
agarrás tus bolsas
te acercás a la otra puerta de rejas
agarrás el “requisado” y esperás a que el milico te abra
te abre, pasás a los tumbos cargada de bolsas


nunca se termina de entrar –pensás–
y entrás


te caminás esa cuadra enlomada
–y pensás que el cielo está demasiado bajo en Buenos Aires–
te parás frente a esa puerta de hierro macizo
y la pateás, porque ya no te quedan manos con que golpear
te abren, entregás el “requisado”
entrás


subís una escalerita caracol así de angosta
1 piso
esperás a que te abran la puerta de hierro
la llave que la abre es enorme
caminás, te parás en la puerta donde te piden su nombre
anotan
pasás buscás rápido una mesa
mirás si están Aldo y Mari
después llegan ellas.


el tiempo se te pasa demasiado rápido
y querés decir lo que no tiene palabra


llaman pabellón por pabellón
te da escalofrío el sonido de esas voces llamando
y el conglomerado de toda esa gente que se abraza...
ellas se van pabellón por pabellón, y te quedás ahí 1 hora
hasta que termina el recuento interno, recién ahí te podés ir
–cuando ellos quieren, cuando ellos te abren la puerta, y la otra y la otra y la otra–














lima de carey


abro y cierro el cierre de mi bolsito manicure
y vuelve a llamar ella
reclamándome la lima de mango de carey.
jamás se la voy a dar
no por la lima
sino por la historia sentimental
por tantas lágrimas que hicieron
barro con el polvillo de mis uñas
apretando el carey, para evitar otra lágrima
y mirar fijamente la uña limada, para
no demostrarle que estoy llorando.
ella sabe.
por eso llama
y la reclama.
ella quiere esa lima
ella quiere mi lima.
ella quiere que yo deje de mirar su mango
de carey
ella quiere que la mire a ella
pero no la voy a mirar.
esa lima de mierda, me dice ella
esa lima de mierda no vale nada.
yo sé.
yo sé.
no le voy a dar esa lima de mierda
a esa que era mi amiga
y que ahora me llama
reclamándome
esa lima de mierda
de mango de carey
que no vale ni tres pesos
y que es mía
porque ella me la regaló
porque ella la compró para mí.
para mi cumpleaños
ella no tiene idea de lo que es cumplir 23!
Ahora me voy corriendo
a publicar este poema
en la revista de moda
para que todas mis amigas
sepan que ella me recama la lima
de carey.




















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