miércoles, 18 de julio de 2012

7283.- EDUARDO ZAMBRANO COLMENARES


Eduardo Zambrano Colmenares y Alfredo Rugeles Azuaje 



Eduardo ZAMBRANO COLMENARES (Táriba, Venezuela) es egresado del Instituto Pedagógico Nacional y de la Universidad Central de Venezuela. Ha realizado estudios de Posgrado en Lingüística en España y Francia y ejercido la docencia en los campos de la Literatura Española y la Lingüística en la Universidad de Los Andes (Trujillo, Venezuela). Su primer libro de poesía Amenaza del tiempo fue publicado en 1961; Muerto y con hambre en 1970, Hijo de tigre en 1973, Imágenes y Semejanzas en 1980, Máscaras y lugares en 1985 y La Desmemoria, libro de relatos cortos, en 1991 y 2007. En lengua bárbara (1997) es una selección antológica de su obra poética hasta ese año, publicada en la Colección Altazor de Monte Ávila Latinoamericana Editores. El sitio del delito fue publicada por FUNDARTE (Caracas, 2000) y A ras de todo es una versión corregida y aumentada de su último libro, publicada por Ediciones “El Ermitaño”, México, en 2001. Actualmente prepara un nuevo libro de relatos y otro poemario, Falsos retornos. Zambrano Colmenares ha aparecido en varias antologías venezolanas y extranjeras y ha publicados artículos de crítica literaria en revistas especializadas.







LA PUERTA

Lloro y me emborracho
como un tipo que retarda el asunto
por si el tiempo mejora
por si la vida cambia
por si algo inesperado ocurre
Por si al abrir la puerta de la casa una noche
o ahora mismo
tú me abrazas
y me dices
he vuelto mi amor he vuelto
he vuelto mi amor.
Ha vuelto desde entonces
y por el resto de mi existencia
a quedarse conmigo
y también por el resto de mi existencia
se ha ido
y ha vuelto a decirme que ha vuelto
y a perderse infinitamente
otra vez.
Entretanto
lloro y me emborracho
y retardo el asunto
por si la vida
por si algo inesperado
por si al abrir la puerta.







EN CONTRA

Yo lo que he sido
es esta máscara que oculta
a mi doble real
a mi oscuro, cobarde y desdichado ser.
Al poeta pitecántropo que soy.
Acaso
ni siquiera sea
ese otro de saludable apariencia
atisbado y disperso.
El amoroso
el que baila
el que cocina
el que escribe de si mismo
y sobre su propia falsedad
el que se esconde tras la dudosa fortaleza
de las palabras
tras este falso número
y este juego.







La siesta

Entre las cosas diarias
del espacio en que moras
(la rutina la chatura los desafectos de la vida)
haz, por favor,
un claro
aparta persianas o malezas
e imagina allá afuera tu vida
como un fragmento que encaja
perfectamente
en el espacio cósmico
del día
o de la tarde.
Y respira profundo
como alguien que se devuelve
después de un cambio radical
de su signo
luego de alguna de esas muertes
peligrosas
que ocurren en la siesta.




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