Ricardo Silva Santisteban (nació en Lima, Perú 1941):
Poeta. Cursó sus estudios en el Colegio Claretiano y en el Tomás Alva Edison. Estudió en la U. Católica (1959-1962) para luego trasladarse a la Facultad de Literatura de la U. M. de San Marcos, donde ganó el premio de poesía de los juegos florales (1965). Ha dictado cursos de creación poética (1980-1988) en varias universidades e institutos del país, desempeñándose como profesor de la U. Católica desde 1990.
Es miembro de la Academia Peruana de la Lengua (2001).
Ha publicado los poemarios:
Terra incognita (1975)
Sílabas de palabra humana (1978)
Las acumulaciones del deseo (1980)
La eternidad que nunca acaba (1985)
Río de primavera, cascada de otoño (1988)
Terra incognita. Poemas 1965-1988 (1989 y nueva ed. ampliada 2001)
Junto a la puerta de juego (1992)
Fuego de tu fuego (1994)
En el laberinto (1996)
Ajuste de cuentas (2000).
Cinco asedios al cuento peruano (Editorial Universitaria, 2009)
Es autor de los estudios literarios:
Escrito en el agua (1989)
Stéphane Mallarmé en castellano (1998, incluyendo traducciones del autor francés)
Ha traducido diversos autores ingleses y franceses y ha editado antologías de poetas, narradores y dramaturgos peruanos. Desde junio de 2005 es miembro del Consejo Directivo de la Academia Peruana de la Lengua.
RECUERDOS DE LA AURORA
Porque antes fuimos
Un solo cuerpo en el alba
Ahora el árbol despierta de noche
Porque antes fuimos
Solo una flor y su abeja
Y ahora el viento vierte pétalos y alas
Porque antes fuimos
Sólo cáscara y pulpa
Y ahora la lluvia empapa lejanías
Porque antes fuimos
Solo la voz de la sangre
Y ahora el tacto empuja remolinos
Porque antes fuimos
Solo muda palabra entre vencido tiempo
Y ahora las estrellas se esparcen en las aguas
Porque antes
Poiesis
Al huir del correr de mi sangre
Te persigo en el polvo
En las arenas
Y en los ríos
En imágenes subiendo y descendiendo por el aire
Con pájaros enloquecidos
Arboles sin hojas
Hojas sin palabras
Persigo la implacable sucesión de lo concreto
Cuando retorno al ser primario
Para escuchar el rumor de los manantiales interiores
Creo por tanto en la posesión de los cuerpos
Y en la extinción de las almas
En el temblor de la luz
Cuando despunta el sol de un nuevo día
Ven pues multitud de sonidos
Y quiébrate en las mil aristas del sol y de la lluvia
Mi demonio poesía.
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