ALICIA SALINAS
Alicia Salinas Alvarez, nació en Lautaro, CHILE, es madre de 4 hijos. Profesora de Literatura Universal y Magister en Ciencias Filológicas. Es profesional del Programa Básica Rural del Ministerio de Educación y ejerce la docencia en la Universidad de Chile y Universidad Bolivariana.
Ha publicado : De amor, Exilio y Retorno, 1989; Amando, 1991; Mujeres de Otras Calles, 1994; De arriba Cielo y otros textos, 1995; Entre el Cielo y el fuego, 1997.A orilla de camino, 2003
Ha sido publicada en diversas antologías y traducida al Inglés y Francés. Ha obtenido diversos premios entre los que destacan; Premio César Vallejo, 1987; Premio Pablo Neruda, 1994; Premio Juvencio Valle, 1995 y Premio Fondo del Libro y la Lectura, 1995.
Geografía
Aquí
en este lado
también los mapas son relatos de viajes
Un círculo pequeño
un país
una raya oscura traza el sendero
Pero los árboles no florecen en el plano
allí no son posibles las raíces
Nada va de mar a mar en esta parte
ves
nada es como tú y yo alguna vez lo soñamos
Cuando las palabras brillaban en silencio
arriba no alumbraban las estrellas
y todo bajo el mismo pedazo de cielo
Es cierto
que pudimos lavar nuestros cuerpos con agua de río
que el rubor subió despacio
Las manos recorrieron cada ápice
cada beso borró
una a una las sentencias
Los recuerdos corrieron
aquella vez
la suerte del olvido
El mapa ha crecido en habitantes
y todo sobre el mismo pedazo de tierra
Los más yendo por los bordes
los menos
soberbios en el centro
Ves amor
nada es como tú y yo
alguna vez lo soñamos
De cada una
De cada estrella en el cielo pende
un hilo de hielo hasta la tierra
La tierra
un frío laberinto
La luna gozosa ante el espectáculo
el viento
enamorando a las nubes
Y uno
ínfimo
bajo aquel temible trecho
de cielo helado
Certeza
El humano
que no ama al mar
con sus olas inconclusas
jamás
encontrará
un lugar certero
en el espejo del cielo
Restos
Poema hay buenos
como el primer día en brazos elegidos
Eternos
como otras piernas en las propias
otro cuerpo dentro
otro aliento a la altura del oído
Malheridos
que relumbran y estremecen
Inagotables
como lágrimas cayendo de la página
Cuando la luz
Cuando la luz de la calle lo permite
los niños juegan con la muerte
quien pasea
merodea las esquinas
y observa la fragilidad de sus cuerpos
con sonrisa socarrona
Cuando la oscuridad ha caído sobre la calle húmeda
los niños
los mismos
guardan los brazos bajo las piernas
las cabezas en los cuellos
y sueñan
que se deslizan por el tobogán del cielo
Tanto suben y bajan
que despiertan
en medio de la calle
tiritando de frío
Óyeme
No soy yo
la cae rendida en tus brazos
Eres tú
el que
perfecto cabes
en los míos
Salas
De Moscú recuerdo sus maternidades
salas tremendas
mujeres gruesas
tirando pequeños carros
llenos de niños
colocados en orden
uno a lado del otro
todos rosados
Al medio de la fila
el mío
extranjero
decorando el trayecto
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