miércoles, 18 de julio de 2012

7281.- PORFIRIO DÁVILA




PORFIRIO DÁVILA
Nació en Tariba Municipio Cardenas del Estado Táchira, Venezuela, en 1969. Médico Veterinario y promotor cultural. Presidente de la Fundación Para Las Artes Institución dedicada a la promoción y difusión artística en la ciudad de Rubio, Estado Táchira y colaborador de la Cátedra Abierta de Poesía de La Universidad Pedagógica Experimental Libertador de la misma ciudad.
Sus artículos y poemas han sido publicados en: Perfiles (Universidad Centro Occidental Lizandro Alvarado), El Garrapatoso (Organo divulgativo de la Escuela de Ciencias Veterinarias de la UCLA), El Impulso periódico regional del Estado Lara, Carmelo (UCLA) La Eskina (Bucaramanga), y Línea Imaginaria (UPEL-IPRGR).
Sus libros publicados son: A Través de la Grieta (1986-Barquisimeto) y Espasmos de Adobe (2005-San Cristobal).




Eurìdice

Tu nombre
lo desterré
de mi memoria
cotidiana
a un desierto
donde sólo sopla
el viento
del olvido
y habitan
visiones lejanas
amorfas
y carentes de sentido.
Cuando te extraño,
me acerco
a ese desierto
para ver
con sorpresa
la belleza
con que tu nombre
florece
desafiando
la adversidad
de su destino.







Instantes

Entre gota y gota otra gota…El timbre una promesa y luego la interminable espera. Es fácil ante el silencio y la soledad escrutar el vacío, someter a juicio al ausente que casi siempre llora con mis ojos y bosteza con mi boca…La música, reminiscencias de embriagadas épocas, remonta el espiral donde el detritus logra crear imágenes cònsonas con la muerte que me alcanza, me pertenece y arrastra con sigo lo vivido y a quienes respiraron conmigo. No hay oscuridad que no conozca ni luz que no halla bebido, lo nuevo no es más que sonido, letra, mano o boca en su continuo esfuerzo por seguir siendo música, poema, escultura, caricia y ser. El tallo extraña la flor, después se acostumbra, así surge el poema que respira neblina al borde del precipicio que transita vena y espasmo y comulga con el fuego sin olvidar la leña, el verde y el ala que se diversifica en espacio y vida. No hay lugar para otra ausencia tampoco para bienvenidas, las horas se atrincheran, las imágenes no son mías y he olvidado mi sombra en algún cementerio. Hace frío y mi osamenta reclama tu piel. El ladrido del perro me despierta para atestiguar contra él, contra cada una de mis huellas que se desbordan…
Es tarde para reclamar la autoría de este instante que se viste y se desnuda de carne, de inicio y de final que habita inexorablemente en tus manos y salpica tus ojos para deambular entre estrellas, troncos y grafito.







Aquí

Aquí
extraordinariamente vivo,
sobre sierras y cuencas,
precipitándome hacia las flores
como lluvia, como niebla…
horadando la roca
donde cada surco es mi huella,
estremeciendo tu vientre
toda fuente, toda hoguera
para sucumbir en tus poros
en busca del vacío
mientras trepo al azul
de tu ausencia.






Los Espasmos de Adobe




Desde Eugenio Montejo

Cuando empiece a llover
la casa de los balcones
contará
su última historia.
Yo esperaré el paso
de aquellos
que apenas recuerdo
los que he olvidado dolorosamente
y a los que pudiendo recordar
no quiero.

Me perderé
en esas luces blancas
de finales de siglo
abriré las puertas de mi habitación
la de siempre
y entrarán mis amigos
los vivos, los muertos
quienes conversaron con mis mascotas
com mis árboles
esos que nunca planté
y pertenecieron a todos.

¡Entren. No se queden fuera!
pues las paredes se harán líquidas
ante sus ojos
ante la vida
la que quisieron y no tienen
la que tienen buscando
la que desearon
la que perdieron de entrada
la que no tvieron antes
ni ahora
ni nunca
Sí, las poaredes se harán líquidas
ante sus voces
las de los vivos
pues los muertos hablan poco
si están muertos
Beban luz hasta saciarse
eso sí, no dejen
entrar las sombras de nadie
ellas siempre joden
siempre lo hacen
y me basta con ustedes
los imprescindibles
mis mascotas y mis árboles








No me sorprende ver mi sombra
en la puerta esperándome
ni al perro que creía muerto
ni a la flor marchita
ni a tu ausencia de mil años
ni a mi agonía de siempre.

Tampoco me sorprende
ver la casa en ruinas
donde los recuerdos
son espectros
que se asoman
a través de las puertas
y las ventanas que ya no existen
para esconderse de prisa
al no escuchas mis pasos
al no ver mis huellas
entonces me acerco
a saludar mi sombra
acariciar mi perro
y regalarle una vez más
una flor a tu ausencia.







Cuando regreses
quedarán algunas huellas
el farol de la esquina
aún alumbrará
el mercado sus flores
las hortalizas y los vendedores
seguirán el juego….
Quizás alguna calle
conserve sus casas y su destino
Cuando regreses
no quedará nada de mí
aunque yo núnca haya partido….








Algo se rompió
y fue muy duro el estruendo
muy franco el espasmo
muy mío el dolor….

Hoy sigue siendo
el mismo estruendo
el mismo espasmo
pero mucho más fuerte
el dolor.







La casa de mi poema
habla con lengua
de barro
con voz ronca
de techos raídos
de cascajos de friso….
La casa de mi poema
no tiene años
cumple el mismo día de todos
lava su cara en el mar
sin playa
del aguamanil
y bebe
la lluvia fresca
que guarda el aljibe.
La casa de mi poema
cuenta historias distantes
como ecos
de sus paredes cuelgan
restos sepias
y el aroma del café.

Mi casa del poema
juguetea dentro de sí
y habla
en musicales murmullos
aunque de repente
el grito de la nona
lo colme todo.







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