miércoles, 13 de octubre de 2010

EUGENIO DÁVALOS POMAREDA [1.491]




EUGENIO DÁVALOS POMAREDA


(Iquique, Chile, 1961): Estudió Ciencias Físicas en la Universidad de Chile. El año 1981 estudia Pedagogía en Castellano. Participa en varios talleres literarios en la Universidad. Inventa un par de revistas de poesía con unos cuantos amigos. Participa en el Colectivo de escritores Jóvenes de la SECH, por el año 1984. El año 1989 es becario de la Fundación Pablo Neruda
Libros de Poesía publicados: 1990: La Copa de Neptuno. 1992: Naturaleza Muerta. 1994: Escrito sobre arenal. 2004: El Hombre sin Misterio. 2007: In Memoriam:Matanza de la Escuela Santa María de Iquique.

WEB DEL AUTOR




EMILY DICKINSON

La turbia marea de los años
me llevó sobre los sargazos
adentro de una tormenta:
era la única entre los pliegues
erizando avenidas frutales:
La soledad me dio un aire irreal/
fumar relajado oler lo suntuoso
desgajar la sonoridad de las cosas

Puede que en estas piedras encuentren
mi cintura tatuada o mi ojo perverso

En esta silla que inundé de gemidos
nada simpático para las hienas
ni amores óptimos mendigos de fotonovelas

O estrellas chillonas de putas
en sus felpas orgullosamente manchadas
o sortijas anillando tesoros de Blake

O quien viera a Marlene Dietrich en su cinta
la pasmosa huecura de su vientre

Por los matorrales al fin aprecié mi rostro:
cada helecho era uno distinto
Agradaba ir descalza liviana ribereando el río:
La brisa galopando en esos arbustos
inacabables gotillas husmeando los pubis

De golpe arrojarse sobre la felicidad
y como Woyzeck asesinarla sucesivamente
luego oler el cuchillo lanzándolo a la
Diosa del Lago -Excálibur- guiñándome
seductora para siempre sus profundidades

Una niña de "dulce piel" abrió mis piernas
Como una burbuja unió su pelvis
a la mía vieja catedral de aguas antediluvianas:
el cosquilleo de sus guedejas inoculó
aquello que la palabra desintegra

En estas fotografías tiradas en la cama
los cabellos y las uñas crecen: esa
fue la manera encerrada en esta casona
que cogí lo que siempre hube negado:
Un sabor sobrecogedor que si transmitiera
hoy reirían de mí como lo hicieron, Rimbaud




RIMBAUD

Aunque lo dije todo
y todo lo hice
en el infierno del Dante
ardo en mi furia
inagotable
y ante Dios paso
como un mocoso precoz
capaz de arrebatarle
un día
su aseidad añeja






GEORG TRAKL

Sobre los alambrados de las trincheras
canta el pájaro azul más hermoso
que el rostro de su hermana Georg
Trakl atraviesa el campo borracho
e inyectado en medio de las tripas
hirvientes de sus amigos

(de NATURALEZA MUERTA, 1992.)






ESCRITO SIN DEFINICIÓN

“No hay mundo ni nada que lo conciba.
Toda definición es una reducción a la nada.
Esto es ya una definición, por tanto,
Un reducto de la nada.
Toda definición carece de lo real;
Por ello es que toda definición
Es una invención del universo”.

1

El universo permanece insensible a tu piel que arde como un sol abandonado.
Tu piel es un universo que insensiblemente tatuamos con las maravillas de occidente.


2


Abjurar
No te ayuda
Yo desde el mismo inicio sé la huella de tu
Rostro.


3

Tu rumbo se asemeja al de un bailarín ciego.
Te lo ha dicho infinitas oportunidades,
No obstante
Un triste juego insulso ha sido siempre para ti.
Cuando te interpelo resuelves la intromisión con una leve negación muda.
Sonríes, almuerzas y llevas a tu progenie a ver las invariables
Piruetas de los animales.
De una cosa estamos seguros:
Tú no eres El Ángel.


4

El universo es un caracol y es una medusa.
No te extrañes cuando hayamos acabado contigo.
No imagines
Lo contrario de lo dicho: Tú no mueres.
Si tocas la piel que te cobija sientes palpitar la nada.
El universo se reduce al silencio.

5

El silencio es por definición el universo.
Si te hemos inventado es por asemejarte a la nada.
La nada se resuelve en una sílaba que tú profieras.
Se estremece el silencio cuando tú lanzas con descuido un
‘alarido articulado de asombro’.

(de LA COPA DE NEPTUNO, 1990)



POEMAS DEL VACÍO DE LA NOCHE

He vaciado en cada rincón
Un trozo de cuerpo
Como si nada valiese más que
El trozo de cuerpo
Depositado en el vacío.

I

Un trozo de cuerpo botado en el vacío
Cada noche de cerveza y bar
Como crecer adentro de la piedra
Y parir rastros de magia.

II

Magia del alquitrán purificado
Bajo la luz de la tarde.

III

Magia de los sueños ardidos
En un manto de fuego
Y constelaciones del ojo destrozado.

IV

Noche en que atesora la magia
Su cardumen de vómitos
Dentro de la cerveza al lado del tarot.

V

Fuego de la quimera del cuerpo
Que tiene magia de gusanos proliferando
En la cena de navidad.

VI

Hartazgo más aún y esa ternura
Que viene a sacar el peso del horror
Como desvanecerse entre las botellas de vino.

VII

Incoado vacío que arde bajo la piel
Y tiene máscaras para seducir a la locura.

VII

Abismo del beso en el labio contraído
Que abisma su líquido en la gruta del orgasmo.


VIII

Magia del beso contraído volando suavemente
Como la puerta en la plenitud de la eternidad.

IX

Cada boca es un sueño del abismo
Que la busca y la engaña dulcemente
En la dulzura del abismo erecto
Más allá de la palabra que grita
Y desemboca en la rutina del vértigo.

X

Vacío de la carne en la medusa
Expandiendo sus poros estallando
En los muros de la sangre.

XII

Cada ternura se abre tan carnalmente
Que el cabello impregna los aromas
En la ventana con un pecho líquido
Gritando ojos y manos y boca.

XII

Salta el vacío magia que vertebra
Los cuerpos anudándose en la serpiente
De los huesos rompiendo sus ojos
Sobre el asfalto.

XIII

Mientras mientras hierve en la carne
Mientras mientras hierve en la carne
Mientras mientras hierve en la carne
Mientras mientras hierve en la carne
Mientras mientras hierve en la carne
Mientras mientras hierve en la carne

XIV

Todo el deseo se subyuga al abismo

XV
Carne abierta del abismo
Sangre sangre sangre
Sangre blanca que chorrea las piernas

XVI
Abismo abierto y erecto en la boca del vacío

(de EL HOMBRE SIN MISTERIO, 2004)



ELLA O ÉL

Extinto o exmorador, el bueno
De él o ella la buena
Que bailaba y él la poseía
Con sus excelencias; ella o él
Por teléfono buscándose, atrapados
En un fragor muerto.
Él sobre todo, hablamos de él,
Ex-morador y ex –boxeador
Amateur que gozó y vivió la vida,
Que tuvo sus putas y su preferida,
Que no le faltó pan ni le sobró,
Que tuvo su dios, su perro,
Su retrato, su mejor boxeador.

Él mejor que ella, ella supo más
De otras razones. Anduvo la vida
Siempre como perdida.
La llamaron alguna vez puta
Y alguna vez lo fue con o sin intención,
De las mejores para el placer,
De las buenas para convertir la noche
O el día en festín de perpetuidad.

Ella o él, él en vez de ella,
Alguna vez fue fortuna,
Lo llamaban el mejor,
Le palmeaban la espalda:
Se murió como un perro
En el último piso sin nunca
Poder leer “la Biblia vetusta
Que la vieja madre le dejó”.

Ella o él, extinto o ex –morador,
Ambos dos, ella allí, mirándole;
Él desde el cajón con un ojo
Oteador de coristas y putas.
¡Cómo, ahora, se fue a meter
al último cuarto del último piso!
Ella, desnuda, danza y canta,
Se emborracha en la misma mesa
A la que él viene y la invita
Al primer tango y al primer tinto:

Él sabe mejor que ella y Ella mejor que él,
Ambos dos bailan y beben,
Ex –boxeador y ex –bailarina,
                                             Ex –tintos.

(La Copa de Neptuno, 1990)





BOSTEZO

                         “Nada en mi boca cae
                                       El bostezo revienta”


1.- Panorama

Detrás de un pasto hostil
                  La verde imagen
Lleva un fardo de leña y se apresura
A ver poblar los jotes los raros intersticios.
No frunce el ceño ni pernocta sobre la humedad:
Su ilusión es dejar morir primero el alma.

Un hilillo morboso sesga la espesura,
Abre el panorama,
Implanta su furia, pero la mayoría del año
Juzga con solemnidad la moral de la gente.

Tentada por su color y obsecuente la mujer
Remoja sus trenzas y va arando sin descuido
Sumida por el olor de la tierra.
Nada hay; y lo sabe bien.
                                    Toca con su caña
Un médano
                     Y nada la asusta.

Madura en sus labios un rictus desaprensible:
Al fin el sol se nutre solamente de ceniza.


2.- Monólogo de la mujer

Yo removí escombros.
                                    Hallé la congoja.
Yo quise amar la niñez con sabia
Recién dulce. Yo intenté otra vez
Acechar los escondrijos de los lagartos
E inventé lo natural que reviviera
En mí
                 Una certeza ya fugitiva.

Yo soy –me advertí- una máscara.
Y fue honesto haber confiado mi vida
A los desalmados; y fue efectivo
Que mi rostro lo comieran
                                         Las aguas
Con saciedad:
                   Únicas en verdad que pueden
                   Deshilvanar mis duras trenzas.

No podrán hablar nunca de mí a los jotes.
Y mi nombre
                   Será un bonito ornamento
En una tablilla que los murciélagos roerán.

Todo será hermoso
                                   -me lo imagino-
cuando del polen construyan una catedral
robusta de escoria.
Será fascinante que un loco arranque su oreja
Y llore debajo de un árbol.

                    Será una delectación la luna
Una madrugada turbia de invierno
                    Atravesada por miembros cercenados.

¿A quién he de enfrentar si no a las piedras mi desapasionamiento?
¿A quién voy a confidenciar mis recovecos
si mi única voluntad es un roquerío bien asentado?

Mis hijos fueron carne de buitres:
                                                  Y eso es todo.

Oigo cómo las piedras se pelean mi voz
Y un inmenso eco obsesiona las regiones
Que yo he poblado.

                                 Oigo cuchichear a las ranas
Y el latido de la tierra me es conmigo.

Yo sé que despertarán del largo sueño
los primeros hombres y se pondrán a mirar
sus piedras erguidas:
                                 No otra cosa verán.

Yo sé que vagarán con sus dovelas matosas
Y nada habrá en sus cabezas que cuestionarse,
Pues por sobre ellos el sol impune y la noche eterna
Les infundirán un peso invisible
Que los empujará a tenderse indubitables.

Yo, mientras, me remeceré bajo tierra.
Yo seré nada más que una masa momentánea
Electrizada por sinuosos movimientos.
Eso es cierto:
                               Pero Rudolf fue más que yo
Porque en vida en propio almuerzo convirtióse
Al comprender que la boca
                                          Es un puente ya imposible.


3.- Referencia

De la secreta desazón y certidumbre:
Rudolf aquí referido es Schwarzkogler,
Participante activo del llamado
‘Body Art’. Murió de ello.

(La Copa de Neptuno, 1990)


TE BRILLARAN LOS OJOS...

Te brillarán los ojos,
Pasternak; sin embargo
Serguei Esenin vaga
Silencioso por la Plaza Roja,
Entra al bar
Gritando a Mayakovsky
Se meta su suicidio
De donde mismo no debieron
Haber salido sus poemas,
E irónico Mayakovsky replica:
-¿Un trago, compañero?-
y borrachos aguardan el amanecer
en la Plaza Roja
a la que Pasternak se acerca
pálido y canoso,
arrastrando partituras
para cubrir los cuerpos
y limpiar la sangre
que derramaron de más
en su intento por escribir
un poema
sobre las nubes
en una corteza de abedul
o sobre la cola del piano
donde Pasternak raya
con las escurridizas gotitas restantes.


(Naturaleza Muerta, 1992)











3 comentarios:

  1. Eugenio, mi querido amigo, me emociona leer tus poemas, y recordar hace ya tiempo el tiempo compartido.
    También están acá algunos poemas de mi padre, Jorge Muñoz Salgado.
    Margarita Muñoz Barahona

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