Eileen Myles
(1949). Poeta americana que también ha trabajado la ficción, no ficción, y el teatro. Ganó un Shelley Memorial Award en el año 2010 .
(1949). Poeta americana que también ha trabajado la ficción, no ficción, y el teatro. Ganó un Shelley Memorial Award en el año 2010 .
Bibliography
The Irony of the Leash. Jim Brodey Books, 1978.
Polar Ode (with Anne Waldman). New York: Dead Duke Books, 1979.
A Fresh Young Voice from the Plains. New York: Power Mad Press, 1981. ASIN B0013BI3CM
Sappho's Boat. Los Angeles: Little Caesar, 1982. ASIN B000KW4H9I
Bread and Water (stories). New York: Hanuman Books, 1986. ISBN 978-0-937815-02-1
1969 (fiction). New York: Hanuman Books, 1989. ISBN 978-0-937815-25-0
Not Me. New York: Semiotext(e), 1991. ISBN 978-0-936756-67-7
Chelsea Girls (fiction). ISBN 0-87685-932-5 Santa Rosa, CA: Black Sparrow Press, 1994.
Maxfield Parrish: Early and New Poems . Santa Rosa, CA: Black Sparrow Press. 1995. ISBN 978-0-87685-976-6.
The New Fuck You: Adventures in Lesbian Reading (co-edited with Liz Kotz). ISBN 1-57027-057-0 New York: Semiotext(e), MIT Press, 1995.
School of Fish, ISBN 1-57423-031-X Santa Rosa, CA: Black Sparrow Press, 1997.
Cool for You (novel). ISBN 1-887128-59-X New York: Soft Skull Press, 2000.
Skies: Poems . Santa Rosa, CA: Black Sparrow Press. 2001. ISBN 1-57423-174-X.
On My Way, ISBN 0-9710371-3-2 Cambridge, MA: Faux Press, 2001.
Tow (with drawings by artist Larry C. Collins), New York: Lospeccio Press, 2005.
Sorry, Tree (poems). ISBN 978-1-933517-20-9 2007, Wave Books.
The Importance of Being Iceland (art writing). ISBN 978-1-58435-066-8 New York: Semiotext(e), MIT Press, 2009.
Inferno: a poet's novel . OR Books. 2010. ISBN 978-1-935928-04-1.
Snowflake (new poems) and different streets (newer poems) (forthcoming from Wave Books, 2012)
LA TRISTEZA DE IRSE
Todo queda
tan lejos--
mi abrigo,
allá. Me aterra
irme & que
no me extrañes
me aterran los
azules fuertes
del subte
otros días estoy
tan feliz &
lista para creer que
cada uno que anda
por la calle es
alguien que conozco.
Me impresiona lo antiguo
de Macy's. Las escaleras
mecánicas de madera
subiendo
hasta los muebles, la oficina
de crédito, las luminarias---
Acá comprabas
de chico. Oh,
¡vos me merecés! En
una película llamada
Close Up – de tanto en
tanto las rejas
serpenteantes, fijate
en las rejas azules
serpenteantes de
las entradas del subte,
la belleza granulosa,
el manchón. Hoy no me
voy a matar. Es demasiado
hermoso. Mi corazón
rueda por la calle 23
a compartir
esto con vos, la
dulzura del
cuadro. Mi cuerpo
perfectamente en forma
nada más que para
morir. Quiero
mostrarte ésto.
En la Plaza San Marcos
un loco grita:
mis pasos, los
tambores del Armagedón
Oh sí, acercame
a tu Señor
quiero morir
Close Up. Un ramo
de tulipanes amarillo furioso
para David. Lo admito,
adoro los tulipanes
porque ellos mueren
tan hermosamente.
Veo
la salvación en
sus cabezas colgadas.
Una salida bella ¿Cómo
llegaron a sentirse
así de libres? Yo estoy
atrapada en el amor--
Por encima de las papas fritas
mis ojos vuelan hasta
el Bar Hue. Un cartel
azul. Atravesado en
la vida. En mi camino
a llegar a un punto,
a hacer
lógica, a no
enamorarme esta
noche y
dejar que mi dolor quede
desenvuelto – forzar
la máquina-- Paul sigue
en contacto, Oh pero
acordate de Jessica
Lange, estaba tan
hermosa
dopada,
en camino a encontrarse con
King Kong. Me siento
en mi silloncito rojo
en febrero
cómo es que llegan
a sentirse tan libres
1,000,000 de mujeres
que no son yo, en la
calle esta noche
en esta ciudad
etérea & yo
me corono a mí misma
una & otra vez
y no puede
haber
dos reyes.
THE SADNESS OF LEAVING
Everything's/ so far away--/ my jacket's/ over there. I'm terrified/ to go & you/ won't miss me/ I'm terrified by the/ bright blues of/ the subway/ other days I'm/ so happy &/ prepared to believe/ that everyone walking/ down the street is/ someone I know./ The oldness of Macy's/ impresses me. The/ wooden escalators/ as you get/ higher up to the furniture,/ credit, lampshades--/ You shopped here/ as a kid. Oh,/ you deserve me! In/ a movie called/ Close Up-- once in/ a while the wiggly/ bars, notice/ the wiggly blue/ bars of/ subway entrances,/ the grainy beauty,/ the smudge. I won't/ kill myself today. It's/ too beautiful. My heart/ breaking down 23rd/ St. To share this/ with you, the/ sweetness of the/ frame. My body/ in perfect shape/ for nothing but/death. I want/ to show you this./ On St. Mark's Place/ a madman screams:/ my footsteps, the/ drumbeats of Armaggedon./ Oh yes bring me/ closer to your Lord./ I want to die/ Close Up. A handful/ of bouncing yellow/ tulips for David. I/ admit I love tulips/ because they/ die so beautifully./ I/ see salvation in/ their hanging heads./ A beautiful exit. How do/ they get to/ feel so free? I am/ trapped by love---/ over french fries/ my eyes wander to/ The Hue Bar. A blue/ sign. Across the/ life. On my way to/ making a point,/ to making/ logic, to not/ falling in love to-/ night and/ let my pain remain/ unwrapped--- to push/ the machine---Paul's/ staying in touch, but/ oh remember Jessica/ Lange, she looked so/ beautiful all/ doped up, on her/ way to meet King/ Kong. I sit/ on my little red/ couch in February/ how do they get/ to feel so free/ 1,000,000 women/ not me moving through/ the street tonight/ of this filmy/ city & I/ crown myself/ again & again/ and there/ can't be/ two kings.
(de "Postmodern American Poetry", W.W. Norton & Company, Inc., 1994.)
Versión en castellano de Sandra Toro
Presentamos cuatro poemas de Eileen Myles (Cambridge, Massachusetts, 1949). Poeta, ensayista, narradora y dramaturga. Merecedora, entre otros reconocimientos, del Shelley Award (2010), y la beca Guggenheim (2012). Ha publicado más de veinte libros de poesía, entre los que destacan: Skies: Poems. (2001), On my way (2001) o, la más reciente edición de su poesía reunida: I Must Be Living Twice: New and Selected Poems 1975-2014 (2015). Las versiones son de Andrea Rivas (Puebla, 1991).
Arrogante
Caminos alrededor de las montañas
porque no podemos pasar
a través de ellas
Eso es Poesía
para Mí.
Mantequilla de maní
Siempre tengo hambre
y ganas de tener
sexo. Esto es un hecho.
Si te tragas
la nueva
mantequilla de maní
no procesada sabe
a mierda deberías
comprarla en un frasco, como
siempre, en el
supermercado más grande
que conozcas. Y
yo soy enemiga
del cambio, como
ya sabes. Todas
las cosas que
acepto como nuevas
son en
realidad cosas viejas,
relanzadas: nadar,
la sensación de
estar sucia en
cuerpo y alma,
el verano como un
tiempo para no
hacer nada y no hacer
dinero. Rezar
como último re
curso. El placer
como medio,
y luego un
medio otra vez
sin fin a la vista. Estoy
en total oposición
a cualquier tipo de
meta. No tengo
deseo de saber
a dónde, cualquier cosa
me lleva.
Cuando hierve
el agua tomo
una taza de té.
Por accidente
leo todos los
trabajos de Proust.
Era verano
yo estaba ahí
y él también.
Escribo porque
me gustaría
ser utilizada en
los años después
de mi muerte. No
solo mi cuerpo
será composta
sino los pensamientos
que dejé durante
mi vida. Durante
mi vida fui
una mujer con
ojos almendrados. Afuera
de la ventana
hay un silo
torcido. Partes
de tu
cuerpo que pienso
cual franjas
que he tenido que
aprender
a amar. Nosotros
nadamos desnudos
en estanques y
escribo de[1]
trás de tu
espalda. Mis pensamientos
sobre ti no
son precisamente
prohibidos, sino
exaltados porque
son inútiles,
sin intenciones
de atraparte
porque yo
te tengo y tú
me amas. Es más bien
como el recreo
donde juego
con mi reflejo
de ti hasta
que vuelves
y dentro del
tú real yo
hundo mis
dientes. Contigo
yo sé cómo
relajarme. Y entonces
trabajo detrás de tu
espalda. Lo que
es encantador.
La naturaleza
está fuera de control
me dices y
eso es lo que es tan
bueno de
esto. Estoy inmoderadamente
enamorada de ti,
noqueada por todo
tu nuevo cabello blanco
por qué no debería
algo
que siempre he
conocido ser lo
mejor que
hay. Te amo
desde mi
infancia,
empezando ahí
donde
un día
como
el resto, casual
crecimiento y
brisas, amor
constante, un sand-[2]
wich a medio
día,
un paso corto
en el tan
cotidiano
camino del
sol. Yo
bizqueo. Yo
guiño. Yo
aprovecho el
viaje.
El oso de miel
Billie Holiday estaba en la radio
yo estaba en la cocina
fumando un cigarrillo del
paquete que planeo terminar esta noche
la última noche de joven fumadora.
Preparé una taza de un extraño
tipo de té al que he dado muchas
vueltas. Un poco demasiado dulce
una mezcla rara. Mi único impulso
fue hacerlo más dulce.
Ivy Anderson cantaba
muy tarde esta noche
en mi brillante cocina.
Yo estoy cerca del fregadero
sintiéndome un poco más vieja
llegando a los treinta en mi
brillante cocina esta noche.
No soy una mujer fea
supongo ah está muy silencioso
en mi cocina esta noche estoy exprimiendo
este plástico oso de miel un fideo
de miel gotea en el extraño y dulce
té. Es muy tarde
la tapa del oso de miel se ha perdido
y de algún modo la miel gotea
sobre el rostro del oso atascándose
en las grietas bajo
los ojos del oso ah tan triste y dulce
estoy en mi cocina
estoy mirando a la cara del oso de miel.
Serpientes
Tengo 6 años y
perdí a mi serpiente.
La mesa se sacude
puedo hacerlo mejor
que esto
y me arrastro
hacia la cocina
hacia la escena
del crimen
Yo era verde
bajé mi tenis,
pequeño zapato
Sentí la fría
tapa de metal
mi cría
mugiendo y todo
empezó a cambiar.
Tengo 6 años
convertida en rayo
escribí en la noche
A los 6, tenía plumas
escamadas, caí en
el lodo, iluminada
Crees que tienes 6,
gritó. Estoy cara
a cara con una mujer
rana sola
en mi cama. El cubo
en la ventana
permanece. Tengo 6.
El teléfono suena
blamm tiré
un plato. Lo siento.
Ahora las nubes corren
con miedo, despierta
mis pies están fríos
pero yo no tengo miedo.
Tengo seis años.
Abajo
con tapas de botella
y estrellas
adultos y quedos
lamentos, autobuses
frenando de golpe
tengo 6 años
el pastel está iluminado
es redondo
los niños
cantan. Yo nunca
regresaré. Somos
tan pequeños.
Mi esposo gira
su febril
rostro. Yo bajo
la medicina. Click.
Tengo 6 años.
La película sigue.
Pisadas,
música estruendosa
al final de
la guerra. Tengo
miedo
sostén mi mano
El rostro redondo
de la mujer
escaleras arriba, abriendo
los grifos, tiras
de vegetales
deslizándose,
su hija reptil
nunca
regresará. El teléfono
suena. Soy yo.
Tengo 6 años.
Notas:
[1] En el original:
“be
-hind”.
Podría ser un juego de palabras al crear ruptura entre be (ser) y completarlo en el siguiente verso con hind para completar la palabra “detrás”. (N. del T.)
[2] sand: “arena”, wich “cual”. Juego semántico intraducible. (N. del T).
Este poema fue publicado en 1991 en el libro 'Not Me' y quizás antes en alguna revista.
AGUJEROS
Una vez, pasé la Cuarta Este, más allá de la Primera Avenida,
creo que a principios del otoño, tenía un hoyito
en el hombro de mi camisa blanca y otro en
la espalda—me veía sencillamente hermosa. Hubo un
momento en los años setentas cuando era hermoso
tener agujeros en las camisas y en los suéteres.
Entonces ya era 1981, pero yo llevaba el estilo de los setentas
como si fuera una antorcha. Había todo un modo
de sentirse uno mismo, más europeo
que norteamericano, a menos que hablemos de 1910
cuando era norteamericano y hermoso ser una inmigrante
fuerte y hambrienta que creía tanto
en sí misma y en que era parte de un movimiento
tan grande como la historia que explicaba el
agujero en su camisa. Esta noche comienza
el verano y todas las estaciones tienen
grietas por las cuales el invierno
o el otoño pueden colarse. El sabor más
perfecto se da, curiosamente, en Junio. Oh recuerdo
cuando era una inmigrante. Alcancé una belleza
negra y me levanté de entre una pila de poemas
que rodeaban mis rodillas, tenía sencillamente demasiada
energía como para poder pensar y caminé hacia
tu casa donde había un continuo flujo de
cerveza. Al final, sólo estábamos tomando
Rheingold, una cerveza increíble. Al entrar
se me ocurrió decir que me gustaban ustedes
dos, lo que uno suele decirle a una pareja. Los
niños ya estaban acostados. Ni siquiera
puedo decir con claridad que deseaba
a la mujer, aunque entonces parecía que
la fuerza impulsora era desear a
uno de cada uno. Yo pertenecía a
una generación de gente que iba a
los bares de la calle siete y bebía
whiskey barato y cerveza de barril y soñaba
con el momento en que irías a mi casa. Esos
pechos enormes. Yo cargaba delgados cuadernos que sólo
permitían escribir versos de dos o tres palabras. Te necesito.
“Acercándome al caballo”. Había sangre en todos mis
títulos y leche. Tenía dos pastillas azules y brillantes
en mi bolsillo. Te amaba tanto. Fue
la última cosa juvenil que hice, el final de
mi renacimiento, una migración hacia mi
mundo de los sueños que ni siquiera mis abuelos
se atrevieron a vivir, siendo prisioneros
de la esquizofrenia y el alcohol, aunque
yo fui amante de ambos. Lo bello
de la historia es que esta ocurrió.
Fue lo último que ocurrió
en Nueva York. Todo lo demás ocurrió
mientras yo intentaba detenerlo.
Todo lo demás tenía vida
propia. No creo que deba
disculparme con ellos, aunque por lo menos
uno de sus hijos me odia a muerte.
Se puede tragar mis tripas, me
da lo mismo. Yo tenía un agujero en
la parte delantera de mi suéter negro
sin mangas. Fue sencillamente algo
que ocurrió. Creció
y creció. Me gustaba meterle
el dedo adentro. Cuando llegó
diciembre no podía levantarme
de la cama. Seguía despertándome
a las seis de la tarde y era el día de Navidad
o de Año Nuevo y había
empezado a tomar y a comer. Recuerdo
que me serviste el más hermoso
plato de fideos con salsa roja. Era como tu concha
sobre un plato. Conocí gente en tu casa,
incluso encontré gente con la cual salir y coger,
lamentablemente, sin saber eso
del fruto prohibido. Se me olvida
cuál es el único pecado. Alguien
me lo dijo recientemente. Tengo
tantos agujeros en mi memoria. Entre
este lugar y las cosas de las que estoy
separada. Tomo un libro y
otro libro y la memoria
y la separación parecer ser
lo único sobre lo cual
todos escriben. O todo
lo que me dejan leer.
Pero recuerdo esos
hermosos agujeros en
mi espalda como una
hermosa capa
de sentimiento.
HOLES
Once when I passed East Fourth Street off First Avenue,
I think it was in early fall and I had a small hole
in the shoulder of my white shirt, and another on
the back–I looked just beautiful. There was a
whole moment in the 70s when it was beautiful
to have holes in your shirts and sweaters.
By now it was 1981, but I carried that 70s style
around like a torch. There was a whole way of
feeling about yourself that was more European
than American, unless it was American around
1910 when it was beautiful to be a strong
starving immigrant who believed so much
in herself and she was part of a movement
as big as history and it explained the
hole in her shirt. It’s the beginning
of summer tonight, and every season has
cracks through which winter
or fall might leak out. The most perfect
flavor of it, oddly in June. Oh remember
when I was an immigrant. I took a black
beauty and got up from the pile of poems
around my knees and just had too much
energy for thought and walked over to
your house where there was continuous
beer. Finally we were just drinking
Rheingold, a hell of a beer. At the
door I mentioned I had a crush on both
of you, what you say to a couple. By
now the kids were in bed. I can’t
even say clearly now that I wanted
the woman, though it seemed to be
the driving principle then, wanting
one of everything. I was part of
a generation of people who went to
the bars on 7th street and drank the
cheap whiskey and the ale on tap and dreamed
about when I would get you alone. Those
big breasts. I carried slim notebooks which only
permitted two or three-word lines. I need you.
“Nearing the Horse.” There was blood in all my
titles, and milk. I had two bright blue pills
in my pocket. I loved you so much. It was
the last young thing I ever did, the end of
my renaissance, an immigration into my
dream world which even my grandparents
had not dared to live, being prisoners
of schizophrenia and alcohol, though
I was lovers with the two. The beauty
of the story is that it happened.
It was the last thing that happened
in New York. Everything else happened
while I was stopping it from happening.
Everything else had a life of
its own. I don’t think I owe
them an apology, though at least
one of their kids hates my guts.
She can eat my guts for all
I care. I had a small hole in
the front of my black sleeveless
sweater. It was just something
that happened. It got larger
and larger. I liked to put
my finger in it. In the month
of December I couldn’t get
out of bed. I kept waking
up at 6PM and it was Christmas
or New Year’s and I had
started drinking & eating. I remember
you handing me the most beautiful
red plate of pasta. It was like your cunt
on a plate. I met people in your house
even found people to go out and fuck,
regrettably, not knowing about
the forbidden fruit. I forget
what the only sin is. Somebody
told me recently. I have so
many holes in my memory. Between
me and the things I’m separated
from. I pick up a book and
another book and memory
and separation seem to
be all anyone writes
about. Or all they
seem to let me read.
But I remember those
beautiful holes on
my back like a
beautiful cloak
of feeling.
Traducción: RODRIGO OLAVARRÍA
http://sunrecords.blogspot.com.es/
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