OSVALDO SAUMA
(Costa Rica, 1949).Poeta. Profesor del Taller de Expresión Literaria en el Conservatorio Castella, San José, Costa Rica desde 1981 a 2010.
Autor de: Las huellas del desencanto (1983), Retrato en familia (Premio Latinoamericano EDUCA, 1985), Asabis (1993), Madre nuestra fértil tierra (1997), Bitácora del iluso (2000), El libro del adiós (2006), La Canción del oficio, 2013.
Antologías realizadas: Poesía Infantil del Conservatorio Castella (1986), Antología del Conservatorio Castella (1990), Los signos vigilantes (antología de poesía ecológica, 1992), Tierra de nadie (9 poetas latinoamericanos, 1994), La sangre iluminada (6 poetas latinoamericanos, 1998), Martes de poesía en el Cuartel de la Boca del Monte (1998), Antología de seis poetas latinoamericanos (2006).
Coordinador de la rama de literatura en el Festival Internacional de las Artes de Costa Rica en los años 1994, 1998, 1999, 2005, 2006 y 2009, dando a conocer al público de Costa Rica a poetas como Juan Gelman, Gonzalo Rojas, Blanca Varela, Jaime Sabines, José Emilio Pacheco, Pablo Armando Fernández, Claribel Alegría, Piedad Bonett, Rocío Silva Santiesteban, Juan Manuel Roca y William Ospina, entre otros.
Ha sido jurado en los premios internacionales Ricardo Miró, rama de poesía (Panamá 2000), primer premio hispanoamericano de poesía Sor Juana Inés de la Cruz (México 1997) y Juan Ramón Molina (Honduras 1983), entre otros.
Su obra ha sido traducida al inglés, al francés, al portugués, al árabe y al hindi.
Ha participado a numerosos festivales internacionales de poesía, como: Medellín y Bogotá (Colombia), Granada (Nicaragua), Rosario (Argentina), Festival Mundial de la Poesía (Chile), Mundo Latino (México), Festival Internacional de las Letras Jaime Sabines (México), Festival Intercontinentale della Poesia Mediterranea (Roma, Italia), Kritya, Mysore (India), entre otros.
Nueva Ars Poética
ya sin afán ni aspiraciones
sólo escribo
para no morirme antes de tiempo
para liberar al amor y al rencor
del combate feroz de las vísceras
y no olvidarme jamás
de los artífices de la usura
también
para sentir
(de vez en cuando)
ese nirvana transitorio
de toda
creación furtiva del silencio
CAUTIVO DE SÍ MISMO
un hombre hace trillo
sobre el mosaico
cautivo de sí mismo
va de un lado al otro
de la buhardilla
un hombre
está a punto de sucumbir
y su necio deambular
lo sostiene en vilo
terapia de los locos
o los desvelados del reino
en su afán
de evitar el descalabro
en ese ir y venir
rumiando
el propio escozor de su amargura
LOS SIGNOS DEL AIRE
las nubes de estorninos*
dibujan presagios en el cielo
el futuro se lee
en las formas corpóreas
que proyectan
las bandadas en su vuelo
¿qué importa si sus cuitas
arruinan las ruinas del entorno?
¿qué importa si los autos o las motos
patinan entre sus desechos?
ellos son el vivo oráculo del devenir de Roma
*Sturnus vulgaris
NOTICIAS ANTIGUAS
acalla tus visiones
hermano Carlos
lo peor acaeció ayer
nos engañaron
Dios no hiere
por mano de mujer
ni elige pueblos
ni hay religión
que lo contenga
las voces del cielo
no propiciaron la infamia
ni mal aconsejaron
a Dalila o a Judith
Esaú
era la energía incesante
corriendo jubilosa tras
la ciega emotividad de la vida
ni las lentejas de la discordia
ni la madre alcahueta y mezquina
ni la pelambre de la bestia
van a trepanarle las alas
a estas oscuras señales
Agar
Sigue abandonada en el desierto
Ismael
cultiva la flor del rencor
sobre la arena fértil de su pueblo
y la avaricia
como ayer
prosigue adorando el oro del becerro
LA MANO QUE NOS BUSCA
alguien toca una puerta
y toca todas las puertas del mundo
el silabario de la mano
busca a tientas
demanda el nosotros de los otros
el vos del yo / el yo del vos
alguien con los nudillos
agita la noche
con un toc-toc agudo
pregunta por el nombre
que nos nombra
alguien busca a alguien
impulsado por su necesidad
o por la del otro
no es el golpeteo febril del asesino
ni la patada en la puerta
del gendarme alimentado por el odio
tampoco es
el llamado lastimero del mendigo
es
más bien
el galopar de unos dedos femeninos
sobre el sonido cómplice de la madera
LA PURIFICACIÓN DEL TEMPLO
me conmueve el pasaje
donde Cristo
látigo en mano
enfurecido
sin control
arreciaba con todo
gritándoles
a los vendedores de palomas
a los cambistas:
Quitad esto de aquí.
No hagáis de la casa de mi Padre
una casa de mercado*
y qué si este planeta errante
es el templo el santuario
la casa del Padre
no se nos haría necesario
látigo en mano
echar de nuevo a esos viejos mercaderes
ahora reinstalados
entre las alzas y las bajas de Wall Street
*Evangelio según San Juan 2:16.
NINGUNA MUJER ES MEJOR QUE EL MAR
ninguna mujer
es mejor que el mar
y aún así
todos los peces caben en su vientre
toda la historia se resume en su caverna
todos nuestros delirios se aplacan en sus senos
ninguna mujer
es mejor que el mar
y en todas las ensenadas interiores
está escrito su nombre
en todas las galerías del recuerdo
hay una flor de fuego entre la niebla
unos besos que se irán a la tumba con nosotros
ninguna mujer
es mejor que el mar
y el furor de su oleaje
nos lleva a la cima
o nos hunde en el silencio de la muerte
ninguna mujer
es mejor que el mar
y aún así
mi faro no deja de buscarla
entre el nutricio mar de los sargazos
ARREPENTIMIENTO EN FALSO
pido perdón
a todas las mujeres que estuvieron conmigo
sobre todo
a las que con otra mujer traicioné
será que amo más a la mujer que a una mujer
será que hago acopio de los placeres vividos
como si el amor fuera memoria
y no lo que es o debería ser o uno se inventa
yo qué sé
yo sólo sé que todo sucedió
por mandato divino o del azar
o por insensatez pasión desidia
qué sé yo
pero así fue
y cada una de ellas
entre mis brazos brilló
única
aunque fuera tan sólo una sola vez
VIEJO NIÑO PADRE MÍO
te miré tan asustado
tan niño
Padre
cuando la muerte
anunció en tus ojos
su llegada irrevocable
hubiera querido decirte
gracias
despedirme de vos con un abrazo
recordarte que Dios
te había desde siempre perdonado
Dios perdona a todos
los que apuestan la vida por la vida
e improvisan
con el coraje del corazón
la ruta de la existencia y sus azares
yo sólo hubiera querido decirte
que te amo
que amé tu altivez entre los altivos
tu humildad entre los humildes
y ese terco orgullo
forjado
en la noble arena de los desiertos
II
hubiera querido llevarte
Padre
frente a la tumba de tu Padre
hubiera querido
que perdonaras en vida
el abandono que en vida te hizo
el que yace ahora
abandonado en Puerto Padre
hubiera querido que te fueras
sin ese peso en el costado
que en la otra orilla
fuera más ligera tu carga
que dejaras las heridas de este lado
III
ya podés irte en paz
viejo niño padre mío*
ya los nietos hablan de vos
como si no te hubieras ido
como si fueras una presencia
perpetua en nuestras vidas
no temás
no bien traspasés el túnel de la luz
las Huríes te devolverán el corazón de niño
jugarás de nuevo entre el sol de los muertos
y le daré a mi Padre
el abrazo que en su muerte no pude darle
a mi Padre que yace ahora
abandonado en Puerto Padre
*Jaime Sabines.
GUERRA AVISADA
Amor
de qué te sirve un poeta
él sólo tiene palabras
soledad y palabras
una frase amable
y muchas ilusiones de papel
de qué te sirve un hombre
que desconoce los límites
que edifica una muralla de sombras
donde guarecer los destellos de su sueño
el poeta sabe poco de alegrías
es más un traficante del infortunio
un ave agorera en territorios desolados
él comercia con los ciegos estrellas distantes
vende a los sonámbulos sueños de ímpetu nocturno
navegaciones a los que padecen de insomnio
él le lleva flores a los árboles
aluminas al corazón de los peces
carbunclos a las luciérnagas
él destila nubes bajo el sol absorto
de verdad
amor
desistí
a él ni Platón lo quiso en su República
es al primero que acosan por ser zorro
al primero que apresan por ser pájaro
al primero que matan por ser lúcido
y lo que es peor
a él siempre le cobran
recargo en los recibos de la luz
desdeñalo
él no podrá darte ninguna seguridad
hace gala de su pobreza
del verde sol de su ocio
y como un niño
en todo cree ver el asombro
te lo advierto
amor
no te involucrés
él sólo puede ofrecerte
el territorio gris de las vías libres
EFECTOS COLATERALES
la luna se alza
como un ícono sobre la noche
afuera los seres humanos
se matan en las carreteras
o en los bares
o en las calles asidas
al tropiezo de sus obsesiones
otros se protegen de la soledad
bailan la danza de las diversiones
se revuelcan en las camas
para olvidarse de sí mismos
en el cuerpo del otro
o se suicidan bajo la claridad
de los altos puentes del vacío
sólo los solitarios se ensimisman
en el sinsentido de los días
sin que los rayos lunares
alteren sus marejadas internas
en medio de las musas extintas
hayan consuelo
a pesar de que no exista salida
a pesar de los baños de la luna llena
en su ir y venir sobre el flujo marino
entre las aguas interiores de las mujeres
o al fondo de esa nostalgia de lobos
que los hombres llevan consigo
los solitarios viven
del rumor de sus silencios
y beben / a solas brindan
con la luna y su propia sombra
emulando a Li-tai-Po
en los eternos rituales del desamparo
LATITUD CERO
Aquel que no ama las nubes
que no vaya al Ecuador
Henri Michaux
justo en la mitad del mundo
las nubes
perros del aire
viajan directamente al sur
nubes que Michaux amó
como se suele amar a los lobos
esos pastores fieles de las montañas
en medio de la cintura del planeta
en el punto cero cero cero
donde convergen el yin y el yang
hay un hombre dividido
entre una línea imaginaria
y los rayos perpendiculares
que deja caer el sol
aquí
sobre estas cimas
donde la razón trazó sus coordenadas
y orientó el desasosiego de su miedo
aquí en el Ecuador
hay un hombre fervoroso
cantándole al ombligo de la Tierra
TARJETA POSTAL
sospecho de los obeliscos
implantados en el frontispicio
de las iglesias romanas
mala señal para las gaviotas
que perdieron su mar
entre las ruinas
y el esplendor de los Etruscos
pero yo vine aquí
para amar a una mujer
no caminé los caminos
que conducen a Roma
para fijarme en nimiedades
vine porque sus besos
me protegen del mal de ojo
y redimen con fuego mis cenizas
EQUIDAD
que nadie se vaya impune de esta fiesta
ni escape nadie por la puerta trasera
como si no fuese artífice de su negligencia
y no olvide la cuota de horror que se merece
ni diga
no sabía/ yo pensaba/ tengo el alma noble
que nadie huya
de esta fiesta de los taladros
con licencia de ángel obeso
que prohíban la venta de bulas papales
que nadie abandone el barco
como las ratas
ni cave túneles como los topos
que no se salve nadie si no nos salvamos todos
MIRÁNDOLA DORMIR
todo hombre es su propio sol
en la media noche del hastío
cuando los grillos chillan
como fuego endemoniado
y las estrellas
están más distantes que nunca
bajo la luz del aguardiente
todo hombre
apaga
la lumbre interior de la nada
mientras mira dormir
a la mujer que le cedió el destino
no la que le inventó la ilusión
todo hombre
que como yo se emborracha
junto a la mujer
que nos huye en sueños
evade la necesidad del otro
hace de su fracaso
un tintineo abstracto
y se bebe en silencio su perdición
A SOLAS EN CASA
no quiero mover un dedo
me abandono
me ensimismo
me fugo del devenir y del progreso
me oculto en los armarios de la infancia
en la cueva del autista
prueba de ello son las colillas
que deja por todas partes el desasosiego
esa ropa colgada en cualquier puerta
los trastos neciamente sucios
no es mentira esta abulia
estoy cansado de mí y de los otros
de los muertos del día
de los impuestos que suben
de los salarios que no alcanzan
de la impunidad que siempre
protege a los políticos
de no ser yo
de no poder vivir como en mis sueños
UNA MUJER BAILA
una mujer baila
amparada a la noche
despliega sus brazos
como decir sus alas
desde el centro del aire
hacia las afueras del aire
en diagonal a los espacios de la luz
entre los costados de la sombra
una mujer gira
como un astro
y sobre sí misma
esboza
la ruta del azar y sus conjugaciones
gira
baila
alza un tiempo magnético
como quien alza un pájaro
desde la tierra que lo atrapa
y traza con un carbón encendido
el lenguaje bermejo de las cavernas
baila
y con ello sacude
los miedos de la infancia
que aterrados todavía
nos llaman desde su adentro
una mujer baila
sobre el corazón de la madera
para enardecer
el latido ciego de la vida
baila sobre mis heridas
para recrudecerme
el camino del remordimiento
una mujer baila
sola contra la adversidad
baila sobre el planeta errante
sobre un contratiempo de la memoria
y se fuga en esa fuga de la música
y vuelve sobre sí misma
para revelarnos
un deseo desterrado del Paraíso terrenal.
INTIFADA
este es un poema
que nace de mi rabia
por donde quiera que pasa
arroja las piedras de su cólera
la hiel del insomnio
la resaca de un dolor
encerrado en el pecho solar
nada detiene su feroz cabalgata
como un quinto jinete
levanta el polvo estelar
sobre las mezquindades de la historia
echa fuego por el hocico de los tiempos
deja cenizas de pólvora
entre la ilusión de los verdugos
corre desbocado
espanta las palomas de la discordia
y alfanje en mano
vierte su odio
sobre las cabezas de los dirigidores
este es un poema
arrastrado por ángeles furiosos
las palabras salen de sus bocas secas
como de un manantial de aguas sangrientas
o como lava de volcán si así lo quieren
o bien como un derroche de piedras
sobre las ruinas de una ciudad
hecha de piedras sobre piedras
TRÍPTICO DE LA BUHARDILLA
a Francisco Amighetti
In memoriam
I
derramo
los primeros tragos del aguardiente
para que los ángeles
beban conmigo en soledad
con amigos así
es fácil perder la cordura
nada mejor que beber
amparado a su pulcritud
extraña costumbre esta
a la que a diario me acostumbro
para exorcizar los fantasmas de la tierra
para despertar la embriaguez seráfica
y alzar vuelo en medio de la nada
II
salud
hermano
salud
de más está decir
que cada uno lee en el otro
el cúmulo de sus miserias
de más está decir
que envejecemos
y que de nada nos sirven
las estatuas de sal
que dejamos perdidas en el camino
(el viento a nuestras espaldas
sopla una tramontana inútil)
salud
hermano
salud
por esta soledad que compartimos
frente a frente / espejo contra espejo
III
hoy no llamaré a nadie
hoy quiero emborracharme
a solas con mis ángeles
aquí adentro
no hace falta el mundo
tenemos amigos
que desde las sombras
celebran con nosotros
en silencio
hermanos que releemos
a la manera
en que se lame un animal herido
aquí
ni siquiera
hace falta la música
nos bastan
la palabra y el aguardiente
el humo sagrado
y otras comunes pertenencias
aquí no hace falta nada
aquí hacen nido los pájaros nocturnos
y Homero y Ulises vuelven a quemar las naves
ASABIS
La segunda ley es la Asabis,
la solidaridad de la sangre que une entre sí
a los miembros de un clan,
como si fueran un mismo cuerpo.
G. Virgil Gheorghiu
No conozco Beirut
ni los cedros de Líbano
no conocí a mi abuelo
ni a su padre el viejo Sheik
no sé ni una palabra en árabe
tampoco si provengo
de los Sunnitas o de los Chiítas
si fui fenicio navegante
en aguas del Mediterráneo
o si en otro tiempo cabalgué sobre Balbek
entre las tropas de Saladino el Grande
nací próximo a la línea Ecuatorial
a 10˚ latitud norte media
y 84˚ longitud oeste media
del meridiano de Greenwich
y ya sé que no hay patria para mí
más que esta patria donde viven mis hijos
sin embargo
poseo una chilaba que cambié
a Mohamed en una calle de Tetuán
y bajo el influjo de esa vestimenta
me supe árabe ente los árabes
y antes de caer deslumbrado
frente a la belleza de la Alhambra
comprendí que preexistían
sus prodigios ornamentales
sus arabescos
y cuando por primera vez
supe de Gibrán Jalil Gibrán
recordé la historia que subyace
dentro del hilo común de nuestro Asabis.
(De El libro del adiós)
VI
Pinches amantes egoístas
resultamos ser
Vos jamás adivinaste mi deseo
ni yo tampoco el tuyo
Igual ignoramos que el amor
exige conocer al otro
más allá de él mismo
y su viceversa
En cambio
y muy por el contrario
nosotros
desconociéndonos
alimentábamos los celos
(que según los entendidos)
“es alimentar al dragón en el Paraíso”
Segundo round
Por supuesto
que te abriría la puerta
entre gitanos
sobra echarse las cartas
Incluso sería capaz
de besarte esas tetas falsas
que te pusiste
a petición de otros amantes
Ya ves
aunque odie
el silicón y el maquillaje
estoy dispuesto a abrazarte
como a una hija pródiga
que regresa arrepentida a la cama
y quiere volver a ser mi amada Eloísa
a la que sabiamente no tomé por esposa
de Retrato en familia
La otra orilla
Habité en hostales sórdidos
escuchando la tos del vecino
y no tuve una ventana
donde cruzara a veces la vida
cegado
por las espumas de entusiasmo
ensayaba un sueño distinto
sólo supe leer
en el ojo de los estatuas
el último peso de los muertos
mientras en la selva lejana
la vegetación florecía
sobre caterpillars olvidados
Aquí está mi canto
No acecho las palabras
para que muestren
el ardor fugaz de sus orillas
ni las enlazo
en busca de tonos sorprendentes
para gusto de los enterradores
las acaricio más bien
con fervor reposado
para que se disuelvan precisas
entre el sonido de mis dolencias
y canten tremolando por las calles
esta devoción
por la vida y sus deslumbramientos
La canción del oficio
Cuesta este oficio
que nadie entiende
que tanto cuesta
y no es
que sea mucho
lo que se arriesga
es que es incierto
lo que se acierta
y todo esto pesa
como evidencia
de tantas muertes
que nos acechan
y nos revierten
en este sueño
la fe fraterna.
.
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