viernes, 12 de agosto de 2011

JOSÉ PABLO BARRAGÁN [4.421]


José Pablo Barragán Nieto

(Valladolid, 1981) es Doctor en Filología Clásica por la Universidad de Valladolid. También es Licenciado en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la misma universidad. 

Como parte de su formación académica, ha trabajado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y en el Departamento de Filología Clásica de la Universidad de Valladolid, y ha realizado estancias en varias universidades alemanas. 

Especialista en textos médicos medievales, en la actualidad es profesor de Historia de la Ciencia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid. Ha publicado el libro ( El De secretis mulierum atribuído un Alberto Magno: Estudio, edición y traducción Crítica FIDEM:. Oporto, 2012)

Ha publicado los poemarios 'Lugares comunes' (Sevilla 2008, Premio Certamen Univ. Sevilla y La Nave (El Gaviero: Almería 2012).



Lugares comunes, Universidad de Sevilla, 2oo8. 


Lamentación 

Ojalá fueras Lesbia, 
o Gilda, o alguna de esas femmes fatales 
de las películas en blanco y negro, 
para poder decirte que te odio, 
y aburrirme algo menos a tu lado. 


Shoah

las leyes de nuremberg los cristales
estallando por la noche la estrella
amarilla sobre la ropa aquella
dinamarca admirable los brutales
pogromos en los balcanes la vaga
indiferencia occidental la huida
de los prudentes zweig que se suicida
en brasil eichmann que se aburre en praga
los tanques incendiados en el guetto
de varsovia los vagones repletos
de gente arbeit macht frei las roñosas
tuberías con zyklon b la oscura
columna que se pierde por la altura
los barracones sórdidos las fosas




La nave, José Pablo Barragán

La nave
José Pablo Barragán
El Gaviero Ediciones, 2012


Publicado por Antonio Mochón

Tras visionar cualquier telediario, entre sucesos, crónicas deportivas o políticas (estos días el gran debate sobre el estado de la nación), habría que preguntarse si la ciencia ficción no es en definitiva un componente estructural de toda narrativa, incluida la de nuestra existencia. La nueva realidad y su lenguaje propio, esa construcción cómplice de los medios y las instancias de poder difuso, se lo pone difícil a nuestro optimismo antropológico. Aquella suspensión de la verdad que admitía como buenos los taxis voladores de Blade Runner. La misma que hoy no tiene más remedio que admitir el apocalipsis seriado desde el sofá, en HD. La ciencia ficción está pasando una dura prueba: la de medirse con una realidad difícil de batir que hace que los relatos distópicos, de cándidos ejercicios de imaginación, se conviertan en inquietantes reflejos de nuestro tiempo.

Sea como sea, material narrativo y, ahora, también poético con La nave, de José Pablo Barragán, poeta sin problemas para versificar lo que le echen. En el poema “Soylent Green” se atreve con la actualización del clásico “Amor constante más allá de la muerte” en lo que vendría a ser un principio de ensayo sobre Quevedo y el materialismo. El alarde versificador tiene como colofón el poema “Tiempo y tiempos”, una versión –traducción literaria– de “Tempo e tempi” de Montale.

Hecatombes, realidad virtual o mutaciones no son nada comparados con la imagen de un funcionario registrando la memoria del universo y completando así el mayor de los expolios, pues supone desposeernos de lo único que nos pertenece: nuestra muerte. El no-tiempo en el que se desarrollan estos poemas resulta que es el nuestro. Por eso La nave, además de maravilla científica, es una morada humana (Tomás Salvador, autor de La nave, primera novela española de ciencia ficción) para quien busca refugio de esa epidemia llamada felicidad de las masas. Los modernos dispositivos de placer (Lipovetsky) hacen realidad el mito romántico de la evasión a un paraje exótico o al menos algún sitio lo suficientemente alejado. Todo vale en la causa común de este gran simulacro, el último remanso en el que confiar y tener fe. “Por un precio asequible hacemos realidad todos sus sueños”: nuestros mitos convertidos en mercadotecnia. El grado más alto de consumo: consumimos nuestra propia historia.

“Mi vida son recuerdos implantados”, esta versión del verso machadiano, pasado por Philip K. Dick y mezclado con Ridley Scott, nos da idea del lugar donde nos sitúan los poemas de ciencia ficción de José Pablo Barragán: en el presente atemporal. El tiempo que predijo Eliot con sus hombres huecos convertido en la sospecha de si no estaremos ya hechos de recuerdos implantados. Las redes sociales, con Facebook a la cabeza, suponen el inicio de la impostura que nos cambia la ilusión de libertad por soledad. Aprender este nuevo lenguaje que nos dice supone manosear la mentira. Y esto no nos hará más libres, sino más perversos.

El Gaviero sabe moverse bien en lo limítrofe. Quizás porque en los límites es donde corremos el riesgo de encontrarnos. 


IMPOSTOR

We are the hollow men
T.S. Eliot

Esos huesos fundidos por el láser
que yacen ante mí fueron un día
mis huesos o eso hicieron que creyera
los científicos locos funcionarios
u oscuros oficiales del ejército
que vertieron cadenas de ADN
en el núcleo de un óvulo vacío
con quién sabe qué sádicos propósitos

No soy más que un fantasma una quimera
surgida de un matraz
en un laboratorio de genómica

Mi vida son recuerdos implantados
Nunca estuve en París No hubo aquel muro
junto al que descubrí cómo sabían
los besos a los quince
Mi hermana no murió en un accidente
jamás se entrelazaron nuestras manos




Las islas

El precio de ser libre es estar solo
da igual tratar de amor o de política

Por eso nos exilian Apartadas
estas islas de todo son el último
refugio para el hombre que desprecia
la unánime avenencia del cardumen
la placidez calcárea del coral

Estas islas que son remotos ángulos
encajonados entre los glaciares
que rugen desgarrándose y la toba
volcánica ya fósil Estas islas
donde llueve a diario y hace frío
y hay poco de qué hablar y sólo a veces
si la carne lo exige nos amamos
con furia y silenciosos Estas islas


Sol Negro

Presentamos una selección del poemario inédito Sol Negro, del poeta español José Pablo Barragán. De sus dos libros anteriores, la crítica destacó “el ritmo inquietante” de su poesía, y también su “concisión lírica”, que permite vislumbrar en pocos versos toda una sociedad, todo un mundo (revista Hélice). Virtudes que se manifiestan con plenitud en la muestra que ahora presentamos.


Lubianka

La silla hiere con su canto el hueso
Y la mano del juez sobre la mesa
desliza un garabato Aquí no tienen
sentido las palabras No se trata
de establecer verdades fundar órdenes
ni siquiera vengar siglos de llanto
Tan sólo cuenta roturar la carne
dejarla tierna para el hueco breve
que ha de cubrir el polvo de la estepa


Polvo enamorado

Entre estos muros que hoy habitan brillos
encadenan sus labios dos amantes
No saben que verán cumplido pronto
su afán de eternidad: cuando los músculos
se separen del hueso en las cubetas
repletas de formol estarán listos
para vivir por siempre en los dioramas
del Museo de Ciencias Naturales


Nueces vanas

Quizá nunca tan claro como aquí
lo vano de la empresa: que una lluvia
simétrica se lleve cada fruto
sobrante y así quede limpio el árbol
Quizá nunca tan claro su peligro:
dejar de ver los huecos si a los huecos
les damos otro nombre Su perfidia:
hacerlo así para borrar las huellas
del crimen para hacer que pese el suelo
sobre todas las cáscaras quebradas


Zulo

Dentro del zulo
el único verano
el mar del póster


(Sin título)

A qué tanta memoria acumulada
Tinta bronce papel para qué sirven
que no sea para alzar polvo más polvo
sobre los anaqueles para hendir
con un verdor de herrumbre cada estatua
No tanto Ya lo sé Pero sería
mejor saber del íntimo gusano
o de la rajadura en los cimientos
del mármol que asombrarse cuando caiga
por tierra cuando se haga polvo el libro


FC Star

Nada que ver me temo con el modo
casi febril con el que vibra el aire
por las voces que entonan el Allons
enfants de la patrie sobre el amplísimo
recinto del estadio Y sí con cierto
tableteo en las tapias consecuencia
de la mano del meta que interrumpe
el vuelo del esférico y no tiene
en cuenta las precisas circunstancias
que desaconsejaran la victoria


Cabeza de caballo

Esa cabeza de caballo incluso
rebanada del resto del caballo
persiste en su belleza En su hermosura
Muy poco cambia el hecho de que impregne
con sangre espesa delicadas sábanas
cabeceros dorados blancos mármoles
pues sigue de algún modo ajena al mal
al que con su presencia difumina

Y en cambio aquí la sangre sólo sangre
no rojo cortinaje que se eleva
por sobre el escenario ni susurro
de sedas al rasgarse sino oscura
melaza a borbotones desde el vientre
vapor dulce que anega la garganta
que muestra claramente la derrota
del ojo ante la carne en la que habita


Telón

De la banalidad del asesino
dan cuenta los desagües oxidados
el tinte de las barbas las cagadas
de mosca en los espejos la madera
rajada de los muebles Aquí en vano
se busque el azafrán de las huríes
el oro en las pistolas los diamantes
volviendo manos lámparas de araña
Aquí no hay más que mierda Aquí por fin
besa la seda el suelo y deja claro
que detrás de las máscaras no hay nada






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