jueves, 21 de abril de 2011

3733.- JESSIE KLEEMANN


Jessie Kleemann nació en Groelandia, en 1959. Poeta y actriz, pertenece al pueblo Inuit Kalaallit de Groenlandia, que comparte una memoria común con otros pueblos inuit de Canadá y Alaska. Es directora General de la Unión de las Comunidades del Ártico y realiza presentaciones en Europa con el fin de promover la reivindicación de los nativos indígenas. Fundó el Festival de Poesía en Groenlandia en 2004. Es miembro de la Asociación de Artistas Contemporáneos de Groenlandia. Publicó en groenlandés, danés e inglés, Taallat, Digte, Poems, en 1997. La autora afirma en entrevista con Lina Zerón, que en su performance El dilema del Oso Polar, intenta recuperar la memoria de uno de los mitos inuit: el del oso polar. El espíritu del oso polar, considerado a su vez el espíritu del Ártico, ha estado presente en la historia oral de este pueblo a través de varias leyendas, como la del oso Nanoq y la madre-humana. Dice la historia que Nanoq mantenía una estrecha relación con la madre-humana y vivían en armonía. Hasta que un día los hombres del pueblo, los cazadores, matan a Nanoq. La madre-humana se convierte entonces en una piedra de dolor ante el desamparo de su pérdida. Precisamente, la leyenda representa la pérdida espiritual de la cultura inuit ante las adversidades del mundo externo y la lucha por sobrevivir en los tiempos modernos. “Intento configurar lo interno con lo externo a través de una interpretación híbrida donde se entrecruzan la danza ritual, el teatro y la poesía. Al tiempo intento ser y ver a la madre-humana del oso polar, sentir pero también observar su inmensa tristeza. Simbólicamente, expresar la estética de lo supuestamente feo, los tabús, los sentimientos de vergüenza escondidos de un ser que se siente abandonado por la vida, marginado, fuera del círculo. En el arte europeo tradicional, en el ballet o la danza clásica, el intérprete siempre intentará reconocer o presentar lo bello a partir de una consideración occidental de “belleza”. Mientras que en las danzas de máscaras tradicionales de Groenlandia, se aborda lo “feo” para recordarnos que en la vida no puede existir o ser evidente lo bueno ni lo bello, sin lo feo, sin el dolor o lo perverso. La cultura inuit ha buscado realzar tanto la vida como la muerte. Pero hoy en día los valores espirituales y la memoria de los mitos, de alguna manera, se han ido olvidando, se sufre de una especie de amnesia colectiva y es doloroso reconocerlo.” Sobre su poesía y puestas en escena ella comenta: “Ahora en mi país somos muy modernos, hablamos otros idiomas, tenemos tecnología, viajamos, estamos globalizados; sin embargo, a través del arte, podemos mantener lazos con nuestra historia antigua y lo que somos actualmente…”





Desde Groenlandia…

El aire es rojo y satura de gris el cielo
mi corazón prueba la vida
se mantiene el tambor
cualquier festín se ha detenido
mientras el tiempo pasa y
nos detuvimos a escuchar el sollozo del viento
afuera
así como el violín toca sin música

El silencio es trágicamente largo y oscuro
pájaros transparentes que se pierden en el aire
como una imagen fija en negro
como si nunca hicieran nada mas
todo es vacío interminable
y toma mucho espacio

me quito la piel

soy una foca
a mi modo estoy feliz de nacer
de mi madre humana
a los seres humanos en mi canción llamo
los seres humanos
se convierten en alimento para los pájaros.

El infinito se dispersa de a poco
aún las mariposas en el Ártico viven
con hermosos colores invisibles
cantan en el aire
y las arañas son felices

soy una mujer foca
que se convierte en águila
alas y plumas de colores del sol
agudas y rojas son mis garras
su ritmo innato mi lengua prueba
cuando baila la danza de la muerte
mi ser amado


cuando él baila la danza de la muerte


Después me hundo en lo profundo
Me convierto en pez
buscando la libertad y la longevidad para mi ser amado

Mucho después me convierto en un ser humano
—primero me quito la piel
y distribuyo
mi carne virgen en el calor de la noche
y en la fría transparencia del día

Doy nacimiento a mis Huevos
su casta
y mis palabras en el Mar

Soy las fibras que sacuden y se rinden
entre las flores del mar
acaricio las escamas de los peces
mi lenguaje son miles de caricias.

Hoy me quito la piel y me convierto en ser humano
sin un caparazón.








El pez está esperando


El pez está esperando
el único
en cuyos ojos veo al pez
en las montañas
las montañas en el mar
la naturaleza plena
los perros tirando el trineo
huellas bajo el hielo
en la maloliente carretera asfaltada
las madres de mis madres
y cuentos que tartamudean y tartamudean
en la misma ranura sobre el clavo
desde el nacimiento hasta la tumba
a las máscaras que brillan
se las está llevando
el largo olor del sudor
la naturaleza está saturada
el pez está esperando









1 comentario:

  1. Siento en tu poesía una gran ambientalidad, su vez es profunda en la ideas que muestra. la felicito.

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