viernes, 12 de marzo de 2010

076.- MICHEL HOUELLEBECQ

LA REUNIÓN. FRANCIA

Su padre, guía de alta montaña, y su madre, médico anestesista, pronto se desinteresan de su existencia. Una media hermana nace cuatro años después. A los seis años, es confiado a su abuela paterna, comunista, y de la que adopta el nombre como seudónimo.

Vive a Dicy (Yonne), y luego a Crécy-la-Chapelle. Es interno en el Liceo de Meaux durante siete años. Su abuela muere en 1978.

En 1980, obtiene su diploma de ingeniero agrónomo. El mismo año se casa con la hermana de un "compañero". Empieza entonces un período de cesantía. Su hijo Etienne nace en 1981. Se divorcia. Una depresión lo lleva a internarse varias veces en "medio psiquiátrico".

Su carrera literaria empieza a los veinte años. Frecuenta círculos poéticos. En 1985 conoce a Michel Bulteau, director de la Nouvelle Revue de París, quien publica sus primeros poemas. Es el comienzo de una gran amistad. Bulteau le propone participar a la coleccion "Les Infréquentables" que creó en las "Editions du Rocher". Así es como se publica, en el año 1991, "Lovecraft, contre le monde, contre la vie". Integra la Asamblea Nacional como secretario administrativo. El mismo año aparece "Seguir vivo", en las "Editions de la Différence", y luego, con este mismo editor, el primer conjunto de poemas: "La búsqueda de la felicidad", que obtiene el premio Tristan Tzara. Conoce a Marie-Pierre Gauthier.

En 1994, Maurice Nadeau publica "Extensión del ámbito de la Lucha", su primera novela, actualmente traducida a varios idiomas. Este libro lo acerca a un público más amplio. Colabora con varias revistas (L'Atelier du Roman, Perpendiculaires -de donde es luego excluído, Les Inrockuptibles).

A partir de 1996, Michel Houellebecq publica bajo "Flammarion", donde Raphael Sorin es su editor. Su segundo conjunto de poemas, "El sentido del combate", obtiene el premio de Flore 1996. Sus obras "Seguir vivo" y "La búsqueda de la felicidad" -revisada para la ocasión- son reeditadas en un volumen en 1997. En 1998, recibe el Gran Premio nacional de Letras Jóvenes Talentos por el conjunto de su obra. "Intervenciones", conjunto de textos críticos y de crónicas, y "Las Partículas elementarias", su segunda novela (Premio Noviembre, traducida a más de 25 idiomas), aparecen simultáneamente. Se casa con Marie-Pierre.

En 1999, co-adapta para el cine "Extensión del ámbito de la lucha" junto a Philippe Harel, dirigida por este último. Publica "Renacimiento", nueva antología de poemas. En la primavera del 2000 saca un álbum en el que sus poemas, grabados por él mismo, son acompañados por la música de Bertrand Burgalat y Jean-Claude Vannier. Michel Houellebecq vive actualmente en Irlanda, cerca de Dublin. Trabaja en un proyecto de libro sobre Lanzarote -fotografías y textos- para el otoño 2000.







NO ES ESO...


No es eso. Trato de conservar mi cuerpo en buen estado. Quizás esté muerto, no lo sé. Hay algo que habría que hacer y que no hago. No me lo han enseñado. Este año he envejecido mucho. He fumado ocho mil cigarrillos. Me ha dolido, a menudo, la cabeza. No obstante debe haber una manera de vivir; algo que no se encuentra en los libros. Hay seres humanos, hay personajes; pero de un año al otro apenas si reconozco las caras.

No respeto al hombre; sin embargo, lo envidio.


***

Bola de sangre, bola de odio,
¿Por qué toda esa gente reunida?
Es la sociedad humana;
La noche cae de nuevo sobre París.

Mientras que en el azul ficticio
Se cruzan los euromisiles,
Un viejo sabio con ojo lloroso
Examina unos cuantos fósiles.

Dinosaurios, amables dinosaurios,
¿Qué veían vuestros estúpidos ojazos?
¿Ya se luchaba a muerte
En vuestros letárgicos pantanos?

¿Hubo una edad dorada,
Una buena ley natural?
Responded, amables dinosaurios:
¿Por qué la vida es tan cruel?


***

¿Por qué no podemos nunca
Nunca
Ser amados?


UNA SENSACIÓN DE FRÍO

La mañana era clara y rotundamente hermosa,
Tú querías preservar tu independencia,
Yo te esperaba, mirando a los pájaros:
Hiciera lo que hiciese, habría sufrimiento.




So Long



Il y a toujours une ville, des traces de poètes
Qui ont croisé leur destinée entre ses murs
L'eau coule un peu partout, la mémoire murmure
Des noms de ville, des noms de gens, trous dans la tête.

Et c'est toujours la même histoire qui recommence,
Horizons effondrés et salons de massages
Solitude assumée, respect du voisinage,
Il y a pourtant des gens qui existent et qui dansent.

Ce sont des gens d'une autre espèce, d'une autre race,
Nous dansons tout vivants une danse cruelle
Nous avons peu d'amis mais nous avons le ciel,
Et l'infinie sollicitude des espaces;

Le temps, le temps très vieux qui prépare sa vengeance,
L'incertain bruissement de la vie qui s'écoule
Les sifflements du vent, les gouttes d'eau qui roulent
Et la chambre jaunie où notre mort s'avance.



So long

Hay siempre una ciudad, con huellas de poetas
Que entre sus muros han cruzado sus destinos
Agua por todos lados, la memoria murmura
Nombres de gente, nombres de ciudades, olvidos.

Y siempre recomienza la misma vieja historia,
Horizontes deshechos y salas de masaje
Soledad asumida, vecindad respetuosa,
Hay allí, sin embargo, gente que existe y baila.

Son gente de otra especie, personas de otra raza,
Bailamos exaltados una danza cruel
Y, con pocos amigos, poseemos el cielo,
Y la solicitud sin fin de los espacios;

El tiempo, el viejo tiempo, que urde su venganza,
El incierto rumor de la vida que pasa
El silbido del viento, el goteo del agua
Y el cuarto amarillento en que la muerte avanza.


(Le sens du combat, IV)



© Michel Houellebecq
Traducción de Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán














L'amour, l'amour



Dans un ciné porno, des retraités poussifs
Contemplaient, sans y croire,
Les ébats mal filmés de deux couples lascifs ;
Il n'y avait pas d'histoire.

Et voilà, me disais-je, le visage de l'amour,
L'authentique visage.
Certains sont séduisants ; ils séduisent toujours,
Et les autres surnagent.

Il n'y a pas de destin ni de fidélité,
Mais des corps qui s'attirent.
Sans nul attachement et surtout sans pitié,
On joue et on déchire.

Certains sont séduisants et partant très aimés ;
Ils connaîtront l'orgasme.
Mais tant d'autres sont las et n'ont rien à cacher,
Même plus de fantasmes ;

Juste une solitude aggravée par la joie
Impudique des femmes ;
Juste une certitude : "Cela n'est pas pour moi",
Un obscur petit drame.

Ils mourront c'est certain un peu désabusés,
Sans illusions lyriques ;
Ils pratiqueront à fond l'art de se mépriser ;
Ce sera mécanique.

Je m'adresse à tous ceux qu'on n'a jamais aimés,
Qui n'ont jamais su plaire ;
Je m'adresse aux absents du sexe libéré,
Du plaisir ordinaire.

Ne craignez rien, amis, votre perte est minime :
Nul part l'amour n'existe.
C'est juste un jeu cruel dont vous êtes les victimes ;
Un jeu de spécialistes.



El amor, el amor

En una sala porno, jubilados jadeantes
Contemplaban, escépticos,
Los brincos mal filmados de parejas lascivas;
Sin ningún argumento.

He aquí, yo me decía, el rostro del amor,
El auténtico rostro.
Seductores, algunos; esos siempre seducen,
Los otros sobrenadan.

El destino no existe ni la fidelidad,
Mera atracción de cuerpos.
Sin apego ninguno, sin ninguna piedad,
Juegan y se desgarran.

Seductores algunos, por ende, codiciados,
Llegarán al orgasmo.
Hartos ya, tantos otros, no tienen ni siquiera
Deseos que ocultar;

Sólo una soledad que acentúa el impúdico
Goce de las mujeres;
Tan sólo una certeza: "Eso no es para mí",
Pequeño drama obscuro.

Morirán es seguro algo desencantados,
Sin ilusiones líricas;
Practicarán a fondo el arte de despreciarse,
De modo bien mecánico.

A quienes nunca fueron amados me dirijo,
A quienes no gustaron;
A los ausentes todos del sexo liberado,
Del placer ordinario;

No temáis nada, amigos, mínima es vuestra pérdida:
No existe, no, el amor.
Es sólo un juego cruel cuyas víctimas sois;
Juego de especialistas.


(La poursuite du bonheur)



© Michel Houellebecq
Traducción de Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán








Il est vrai



Il est vrai que ce monde où nous respirons mal
N'inspire plus en nous qu'un dégoût manifeste,
Une envie de s'enfuir sans demander son reste,
Et nous ne lisons plus les titres du journal.

Nous voulons retourner dans l'ancienne demeure
Où nos pères ont vécu sous l'aile d'un archange,
Nous voulons retrouver cette morale étrange
Qui sanctifiait la vie jusqu'à la dernière heure.

Nous voulons quelque chose comme une fidélité,
Comme un enlacement de douces dépendances,
Quelque chose qui dépasse et contienne l'existence ;
Nous ne pouvons plus vivre loin de l'éternité.




Es cierto

Es cierto que este mundo en que nos falta el aire
Sólo inspira en nosotros un asco manifiesto,
Un deseo de huir sin esperar ya nada,
Y no leemos más los títulos del diario.

Queremos regresar a la antigua morada
Donde el ala de un ángel cubría a nuestros padres,
Queremos recobrar esa moral extraña
Que hasta el postrer instante santifica la vida.

Queremos algo como una fidelidad,
Como una imbricación de dulces dependencias,
Algo que sobrepase la vida y la contenga;
No podemos vivir ya sin la eternidad.


(La poursuite du bonheur)



© Michel Houellebecq
Traducción de Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán









Ce n'est pas cela...



Ce n'est pas cela. J'essaie de conserver mon corps en bon état. Je suis peut-être mort, je ne sais pas. Il y a quelque chose qu'il faudrait faire, que je ne fais pas. On ne m'a pas appris. Cette année, j'ai beaucoup vieilli. J'ai fumé huit mille cigarettes. Souvent j'ai eu mal à la tête. Il doit pourtant y avoir une façon de vivre ; quelque chose que je ne trouve pas dans les livres. Il y a des êtres humains, il y a des personnages ; mais d'une année sur l'autre c'est à peine si je reconnais leurs visages.

Je ne respecte pas l'homme ; cependant, je l'envie.



No es eso...

No es eso. Trato de conservar mi cuerpo en buen estado. Quizás esté muerto, no lo sé. Hay algo que habría que hacer y que no hago. No me lo han enseñado. Este año he envejecido mucho. He fumado ocho mil cigarrillos. Me ha dolido, a menudo, la cabeza. No obstante debe haber una manera de vivir; algo que no se encuentra en los libros. Hay seres humanos, hay personajes; pero de un año al otro apenas si reconozco las caras.

No respeto al hombre; sin embargo, lo envidio.


(Renaissance)



© Michel Houellebecq
Traducción de Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán









Paris-Dourdan



À Dourdan, les gens crèvent comme des rats. C'est du moins ce que prétend Didier, un secrétaire de mon service. Pour rêver un peu, je m'étais acheté les horaires du RER - ligne C. J'imaginais une maison, un bull-terrier et des pétunias. Mais le tableau qu'il me traça de la vie à Dourdan était nettement moins idyllique : on rentre le soir à huit heures, il n'y a pas un magasin ouvert ; personne ne vient vous rendre visite, jamais ; le week-end, on traîne bêtement entre son congélateur et son garage. C'est donc un véritable réquisitoire anti-Dourdan qu'il conclut par cette formule sans nuance : "À Dourdan, tu crèveras comme un rat."
Pourtant j'ai parlé de Dourdan à Sylvie, quoiqu'à mots couverts et sur un ton ironique. Cette fille, me disais-je dans l'après-midi en faisant les cent pas, une cigarette à la main, entre le distributeur de café et le distributeur de boissons gazeuses, est tout à fait le genre à désirer habiter Dourdan ; s'il y a une fille que je connaisse qui puisse avoir envie d'habiter Dourdan, c'est bien elle ; elle a toute à fait la tête d'une pro-dourdannaise.

Naturellement, ce n'est là que l'esquisse d'un premier mouvement, d'un tropisme lent qui me porte vers Dourdan et qui mettra peut-être des années à aboutir, probablement même qui n'aboutira pas, qui sera contrecarré et anéanti par le flux des choses, par l'écrasement permanent des circonstances. On peut supposer sans grand risque d'erreur que je n'atteindrai jamais Dourdan ; sans doute même serais-je brisé avant d'avoir dépassé Brétigny. Il n'empêche, chaque homme a besoin d'un projet, d'un horizon et d'un ancrage. Simplement, simplement pour survivre.



Paris-Doudan

En Dourdan la gente revienta como ratas. Al menos, es lo que asegura Didier, uno de los secretarios de la oficina en que trabajo. Para soñar un poco, yo me había comprado el horario del RER - línea C. Me imaginaba una casa, un bull-terrier y petunias. Pero el cuadro que él me pintó de la vida en Dourdan era mucho menos idílico: vuelta a casa a las ocho de la noche, no hay ninguna tienda abierta; nadie viene nunca a visitarnos; el fin de semana uno se arrastra estúpidamente entre el congelador y el garaje. Un verdadero alegato anti-Dourdan, que Didier acabó con esta fórmula sin matices: "En Dourdan vas a reventar como una rata".
Sin embargo, le hablé de Dourdan a Sylvie, aunque con medias palabras y en un tono irónico. Esta chica, me decía a mí mismo esa tarde, yendo y viniendo con un cigarrillo en la mano, entre el distribuidor de café y el distribuidor de refrescos, es de las de las que vivirían de buena gana en Dourdan; si hay una chica entre todas las que conozco que podría querer vivir en Dourdan, es precisamente ella; tiene todo el aspecto de una pro-dourdanesa.

Naturalmente no éste sino el amago de un primer movimiento, de un lento tropismo que me lleva hacia Dourdan y que quizás tarde años en concretarse, y que incluso ni siquiera se concrete, que será contrarrestado y aniquilado por el fluir de las cosas, por el aplastamiento constante de las circunstancias. Es posible suponer, sin mayor riesgo de error, que nunca llegaré a Dourdan; tal vez hasta sea derrotado antes de ir más allá de Brétigny. No importa, todo hombre necesita un proyecto, un horizonte y un lugar de anclaje. Simplemente, simplemente para sobrevivir.


(Renaissance)



© Michel Houellebecq
Traducción de Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán







Publicado por FERNANDO SABIDO SÁNCHEZ

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