martes, 21 de mayo de 2013

PABLO GALANTE [9861]




Pablo Galante es poeta, oriundo de Montevideo, URUGUAY y nacido en 1970. En 1995 publicó Estribor Intrépido (ediciones imaginarias) y La ventana del bar (antología de libros inéditos) en editorial Artefato en 2005. Realizó ilustraciones para el libro La escritura de arcilla de Paula Einöder en 2002. Estudió fotografía,  incursionó en el video-clip y el video arte entre 1999-2000, y en el microdocumental en 1999. Según sus propias palabras le gustaría dirigir una película y escribir más libros de poesía.






APÓCRIFA

Cierto conquistador fornicó a una india negra
demoró las nueve lunas en quitarse la armadura
hundido en la espesura de la muchacha
se acordó de Cuernavaca.
Allá hizo sangrar a otra mujer que no era de su patria
(había intentado encenderle la barba)
estaba famélico y chillaba.
Escorbuto y tos amarilla
una fiebre como cuando se divisó al alba
un poblado de mujeres en tetas sabiamente iluminadas
recibiendo a la peonada
desconociendo bitácoras
y él en Cuernavaca
disfrutaba con ella y gemían heridos
con la misma lanza.
Ya estaba viejo y la memoria
se colgaba como una niña de las cuerdas
de la azotea oscura
donde ondulaban aquellas prendas.
Esta muchacha estaba pintada para la guerra
era más hermosa
y él descendía lento aquellos trotes
el último aliento en el doblez del roce.

De Estribor intrépido







CAJA DE ALFAJOR

En la parte de atrás
de un carrito a tracción
viaja un niño despierto
adentro de una caja de alfajor

Las calles se deslizan a su mirada
su padre y su madre charlan
hamacando sus espaldas

Una cuerda los sostiene a ellos
y sabe que si doblan recién verá la calle
pero seguirá sintiendo siempre
el sonido de los rulemanes

Contiene -dice la caja
quinientas unidades del mejor sabor
confiable
es cartón
la calle negra
pintada a franjas solares

Mira hacia todos los costados
tiene la mirada de un carpincho agazapado
paseándose por un territorio volcánico
sembrado de papelitos, volantes y cigarros

Se acurruca en las siguientes calles
la caja no tiene más que su mirada
sus padres se sonríen con buzo de lana
y hablan, hablan y hablan
pero no se escucha nada.

De La ventana del bar







EMERGENCIAS

Alguien acaba de morir
en emergencias
los alaridos de un pariente
son oídos
desde la calle
trajín constante
                        de trajes y obviedades

La muchacha celeste
quieta
inmutable,
revisa con ojos inocentes
y grandes
el tránsito de las caras
que a veces
tapan
desnudos escándalos.

Ya nadie escucha los alaridos
o es que ellos entraron en una dimensión migratoria:
la muchacha tan sólo ha venido a visitar al dueño del kiosko.

De La ventana del bar






GRILLO

Permanece en la ladera de su espalda
como langosta
la angosta frontera de sus contornos
ondea entre sus cabellos castaños.
Permanece
perverso escribiendo
entre cúmulos de insondable misterio
al acecho y no.
Sabe que vivirá para estar vivo solo unos momentos
entre el refugio de su cuerpo y el orizonte incómodo
Pemanece
y amanece despiero
como atribulado insecto
soportando sus contornos.
Sus ojos se le han vuelto linterna,
nada de nostalgias,
es demaciado ácida su sustancia 
que guarda
como para que el olvido
le recite al oído
lo que no quiere
y se fie demasiado
del calor de las carnes calientes.
Porque sabe solamente lo que sospecha
el insecto se mantiene pequeño y razonable
caminando entre los cubiertos.

de su libro Estribor Intrépido







POEMAS PARA DOMESTICAR

este es un poema salvaje 
que puede destruir tus mejores pretensiones de leer
se escribe solo con letras que nada dicen
sobre ese blanco virtual iluminado 
de todas las pantallas que puedan atraparlo
convencerlo de una vez 
que regrese a su silencio
que se convierta al menos en arroba
@@@@@@@@@@@@@@@@@
pero este es un pobre poema muy tonto
que no se arrolla ni enroll@
de dientes afilados
y demasiada buena leche
como para inundar de orgasmos lunáticos
la capacidad de reproducción idiota de cualquier computadora
instalada en un quimérico lugar del planeta 

este poema leído por una malaya 
fue el causante de que se le quemara su budín de pan malayo
repite su cadena, entonces,copialo mil veces, sino perderás todos tus
bienes, tu pequeña porción de arroz, 
yoko ono
creció viendo cajones
donde enterró mil veces a su peculiar amigo
y nunca conoció este poema arrobado
robado de una colección de viejas postales del presente caos 
esto simplemente no existió nunca
y pidió consuelo y navegó
brava mar la de un divague que un viejo tiburón 
trató de engullir en sus fauces
lo mejor es ocultar
sus cien años de soledad 
en los cuales nunca fue escrito
ni leído en los millares de arrecifes de coral que escarban el fondo
de los océanos por buzos que buscaban joyas del titanic
ni frente al muro de los lamentos donde había que ponerse a llorar
para que le sacaran fotos a uno y decir que bella es Jerusalén
nadie pregunto por Dios 
y sin temor
hubo un poema escapado de una gota de sudor 
de lástima
un intento de transformar el fluído intercambio de ideas
en algo más que una virtual compensación existencial
ese gesto de vagas cabecitas suspirando en las automáticas
ventanitas de la luz de los bytes
clinton tay son bilgayts y los muertos de hambre de toda áfrica
pancitas parcialmente hundidas que no se muestran 
nunca pudieron domesticar un poema que se
atreve a todo y no significa nada
tan virtual como la ansiedad 
que buscaba ladrar
ahí tienes tú 
tu poema
ese pedacito de pan 
robado por un pequeño perro
amigo de un organillero ciego, 
que miraba la mar    

de su libro Estribor Intrépido







JARABE ÁRABE

Un jarabe árabe
reúne las siluetas difíciles
almíbar y aljibe:
ventanal de mosaicos

Una absurda sustancia
azucarada, blanca
acompaña al vidrio empañado
y al espejo de la trampa,
salvaje reflejo

Un aljibe, una almena
una nena entre las sábanas
del ventanal
el alféizar

Algo de nácar
y perlas ácidas
un relinchar de camellos
y fuertes estacionados
en las arenas del Sahara

(Tu cuerpo escapó por el escarpado presagio
cayó desestimando todo posible rescate
en un atardecer en que se veía la ciudad
y siluetas en las laderas
de tus caderas blancas.)







LEYENDA DE LUCIANA

Volaban luciérnagas
y el muchacho dijo Ana

(la comunión de los mares comenzaba)

Cantaban las sirenas
se batían las espumas con las algas
alguien brotaba desde el centro de las almas
estambres en el aire
la poesía navegaba
quilla rápida y agua salada

“ahora tenemos luz y ana”

volaban luciérnagas
las sombras se acomodaron
a besarse en la barcaza.






CARMEN

(De Antonio Gades a Laura del Sol
del film Carmen dirigido por Carlos Saura.)

La carne en sí
La carne sí
Carmesí.
Carmen:
no me mientas a mí.

Cuerdas, clavijas,
rastros de tiza, madera,
aturden tus tabacaleras
tu muslo en una silla
se mueve apenas.

Te maquillas ante el espejo,
puedo besarte el barniz
tu piel, las palmas;
mira mi reflejo:
mïrame a mí.

Mentís, mentís, mentís,
me encargo de herirte
con este cuchillito colibrí.

Tu mirar es jondo
te me vas sin poder decir
tu piel se pone carmín.

Roja rabia tengo,
gotea timí.






No hay comentarios:

Publicar un comentario