miércoles, 21 de junio de 2017

MEI ER [20.218]


Mei Er 

Mei Er, seudónimo de Gao Shangmei, nació en la ciudad de Huai´an de la provincia de Jiansu (China), en el año 1968. Actualmente vive en Beijing y es directora de la revista de poesía Agua de otoño de la provincia de Taiwan. A partir del año 1986, Mei Er empezó a publicar poemas. Sus obras estuvieron recogidas en varias revistas tales como Revista de Poesía y en otras colecciones de poemas. Los poemas de Mei Er están llenos de pasión y fuerza, razón por la que los lectores se olvidan a menudo de su identidad femenina. Su esfuerzo y búsqueda le han traído éxitos inesperados. Hasta el momento, ha publicado los libros de poesía El peso de la esponja (2013), Yo y tú (2014)… El peso de la esponja logró críticas muy positivas del público. En 2012 Mei Er fue nombrada por la Revista Jóvenes contemporáneos como una de diez poetas jóvenes más reconocidos por los lectores. En 2014 fue seleccionada por la Revista de poetas entre “Diez poetas femeninas” ese año; y la Academia Mundial de Artes y Cultura le otorgó además el título de Doctor en Letras; en 2015 Mei Er logró el Premio de Creación Poética en el Congreso Mundial de Poetas que se celebró en la provincia de Taiwan, donde la poeta recibió también en 2016 la Medalla de Arte y Cultura en la 57ª edición.

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/27/News/Er.html




Una carta familiar pesada  

Les he enviado una casa entera
queridos padres
Aquí se acumulaba mi respiración de cuatro años
se han secado toda la pena y las lágrimas
y he quitado minuciosamente el polvo de melancolía

¿En casa todo se encuentra bien?
Aquella pieza de cielo azul y aquellos chalotes puros detrás de la casa 
y el amarillo brillante del lirio de día en verano
Padres, ¿ustedes ya aceptan silenciosamente que yo partí para la lejanía?
Aquella alegría colocada en el campo de judías
El callamiento del padre en aquel campo silencioso de semillas vegetales
Ahora, aparte de esta casa mórbida, ¿qué más tengo?
No soy capaz de cosechar el arcoíris de la ciudad para enviárselo 
tampoco puedo agarrar ese ambiente de prosperidad
No he cambiado nada y sigo siendo su hija delgada y delicada
Aquellas fotos que les envié solo se vestían de una chaqueta de ciudad.

¿Siguen brillantes y verdes los curvos tallos de ajos?
¿Se inclinan las plantas llenas de pimentones verdes?
¿El retoño que me preocupa más y que cultivé cuando yo salía 
está lleno de flores y hojas verdes?

Mamá
¿has olvidado aquellas discusiones?
Bajo la lámpara de aceite en la que el bajío del río se encontraba contra las altas noches
yo abrazaba la ilusión sin querer oír tus palabras
Yo no podía seguir la vida según la órbita que me dibujabas
tampoco podía volar hacia el cielo del paisaje que me pintabas
Sin embargo, ahora me encuentro agotada en una ciudad lejana
Toda ilusión que tuve se ha difuminado y se ha enfriado
Aquellos motivos que discutí contigo ya pierden sentido
Perdóname, mamá
¿Vas a discutir conmigo de nuevo por esos motivos?

Escondo debajo de las axilas los días mareados y difíciles
empuño en la mano las nubes dolorosas y solitarias
Me haré un árbol para papá y una bandera para mamá
Padres, les he adornado esta casa pequeña
Antes de enviarla
le pinté un nuevo color
querría que ustedes en el campo lejano
se sintieran orgullosos por las plantas sanas en los arreboles al anochecer

Pero ustedes no sabrán
que después de enviar la casa me hundí sola en el frío esa noche 
Como una nube que no tenía casa para regresar 
me paralicé en el aire de la ciudad.



La reina egipcia

El ramio que vestías, derrotaba 
cientos de miles de soldados y caballos
como la seda del oriente
subvirtió cuánto territorio

Tus sombras oscuras de ojo
eran el inmenso territorio
De Roma a Egipto
del Río Nilo al Mar Mediterráneo
Conquistaste una moneda de oro
y la figura en ella.

En cuanto a las grandes 
almas 
y preciosas
espadas 
de César a Antonio
todo se derritió en el amor dulce de tus labios
enrollado por tu lengua como una serpiente

Las flores caídas de los héroes
han creado la prosperidad y el sosiego de tu tumba 
El amor es
un sueño mezclado con sangre y lágrimas
que ha traspasado las guerras y la muerte
y sobrevive
en tu sonrisa
   



A partir de hoy
             
I

A partir de hoy, soy una cuerda de tu caballeriza
para dispersar el aroma de la regaliz
Toda la noche velo las estrellas
esperando tus pasos bajo la luna

En el aire se mantiene la lluvia de hace treinta años 
En el campo de deportes está mi figura de correr descalza
Toda brillantez ha goteado por tu ropa 
Río Shuanghe, el brillo que reflejan mis pies cristalinos
me lo devuelves esta noche.

Me he hecho tu mujer, tu reina
Me alojé en tu palacio en mi mejor edad 
Lo que yo había escrito en la cortina celeste
ya lo leíste entre mis senos

                
II 

A partir de hoy, Río Shuanghe 
Halando la falda con borde de flores calcáreas 
me senté como una reina modesta 
La humildad que he sembrado entre flores y hierbas 
rinde adoración al sol y a la luna por mí 
No me hagas llorar 
Las dificultades que he superado en camino a la cita 
han sido escondidas cuidadosamente en la fisura de las piedras 
incluyen mi tristeza inconsolable en Jerusalén 
y las maldiciones y espinas que lancé a Jesús 
Las limpio y convierto en suave luz lunar para ti 
Lo que todavía no entiendo de ti y tú de mí 
Dejémoslo al momento cuando nos sentemos frente las montañas 
nosotros solos, para convertirnos en inmortales. 
      
               
III 

Las escamas, que se descascaran del tobillo hacia arriba 
forman el cercado de mi corazón 
Si no tuviera que evitar cuchillos y espadas 
para qué camuflaría yo los hierros borrosos 
para qué estaría como las plumas 
obsesionada en el agua, viendo las ingenuas palomas 
que interpretan la paz con inocencia 
Este mundo, existe entre fórmulas irradiadas 
Las sensaciones falsas de la invaginación 
empezaron desde la paralización de Hawking 
         
                 
IV 

Sólo con adelantar la sombra que encontré en el campo de cereales 
pude protegerme de esa tronada 
Las moras de color violeta coloraron los dientes 
Me senté bajo el árbol y jugué al ajedrez con la luz y la sombra

Con un tirachinas en la mano, y arrastrando una rama fresca 
anduviste bajo la sombra del árbol de al lado 
Con la visión periférica echaste una mirada hacia el paisaje de este lado 
Las cigarras piaban, y el sol cantaba

Cuando el humo del atardecer subía despacito 
el aire se llenó de fragancia de pajas 
Los perritos terminaron de ladrar, de perseguir 
Volví al corazón de las batatas 
mirando que la luz lunar de tu casa 
iluminaba poco a poco los pajares y el rostro del joven     
          
                      

Tú y yo estamos destinados a reencontrarnos en la nieve después de treinta años 
como mi encuentro casual con Byron en el puente elevado en Lausana 
En aquel atardecer, el prisionero de Chillon todavía estaba en el agua 
Caminé hasta Montreux sosteniendo una hoja de arce 
Anduve de otoño a invierno

En aquel entonces, Byron iba a toda velocidad en el lago Lemán 
e inundaba el castillo con su plena pasión de sangre caliente  
Aquellos gemidos y cantos suaves 
los gritos incesantes cuando golpeaban las oleadas 
emitían un brillo inmortal

Vuelvo a tus brazos, Río Shuanghe 
A partir de hoy, tu frío también es el mío 
Me derrito en la piedra, como lo que promete Dios 
regresar al polvo 
regresar al tiempo de nihilidad









*

No hay comentarios:

Publicar un comentario