miércoles, 7 de junio de 2017

MARIO BODET [20.195]


MARIO BODET

Mario Bodet (Estado de México, 1994). Poeta. Ha escrito los libros de poemas El canto y la casa y Deriva sueño, ambos inéditos. Ha publicado en las revistas: Cinco Centros, Luz Cultural y Ping Pong.



Tengo un sueño de mar…

Tengo un sueño de mar
mirando el cielo,

tengo un sueño de mar
…un velero,

tengo ganas de amar,
venero…
     del cielo
        del mar,

ah veleidad…

Tengo un sueño de mar,
…ventar
     ventar
        volarte el pelo

tengo ganas de hablar…
de amar
de despertar…

                Alba (Poemario inédito)




separador[1]

No cuentes el día de mañana…

No cuentes el día de mañana,
su luz,
sus espacios,
el árbol,
o la hoja tendida.

No cuentes de mañana
el alba,
la mojada yerba,
la mujer que se aleja…

No cuentes las tardes,
silente,
el ave apacible,
la alondra inexistente.

No cuentes
seremos otros
de mañana
o tarde,
cuando mi nombre
olvide,
cuando una tarde
caiga y una mañana
se levante,

seré otro, cuando
recupere tu nombre…

                Alba (Poemario inédito)



separador[1]

Un recuerdo desencadenado
            
I

Mas puedo recordar,
recordar esos ojos
tuyos enamorados,
aún no se,
mas quisiera saber
que soy prisionero
de tu amor,
de tu memoria
prisionera,
oh, pues,
en ocasiones uno
no sabe que recordar,
más cuando mis
recuerdos no
son los tuyos,

plasss…,

y enseñarte
a extrañarme,
pues ya es tarde
y tengo ganas
de saber de ti…

                
II

Oh, tarde,
con suerte nos
vendrá un recuerdo,
uno nunca sabe,
son tantas cosas
que descansan
como recuerdos,
…las mañanas,
…el colegio,
…las palabras
que usamos,
que sinceramente
no recuerdo,
mas me enamore
de aquellos momentos,
oh, de ti…





Quién podría encontrarte
si estás inmersa en los poemas
que leo y en éste que escribo

te leo
te busco
y no te encuentro

vienes a ratos
inexpresable
lucida
amable

te reconozco en el día como en la noche

se te nombra con todas las flores
con todas las grandes ausencias
los misterios de la vida
…con el puro movimiento…




La voz efusiva del día

Eres el medio día
en el que no busco nada
y todo me encuentra invadido de ti.

Eres la palabra inmediata del medio día
la nube que se detiene en el pensamiento y se transforma
la luz escondida en el fruto del árbol
la luz de las flores
de las hojas
de mis ojos

el color del cielo que no termina de madurar
la parvada de sueños que se aúnan con la lejanía…




Final de patio ferroviario

Bajo
la palabra
los paisajes
se ajan

encuentras
la fotografía
pérdida
inventora
de recuerdos;
evoca nombres
que sólo el viento
aprendió a pronunciar

los árboles
aprendidos
echaron raíces

los muros
ahítos
se levantaron

el viaje
del ferrocarril
se extendió
al olvido

los
patios
del ferrocarril
ahora son
caminos
que ni
el viento
quiere
recorrer






contra
un puñado de colores
el puro nombre vence
en tu mirada




el olvido
en tu mirada
suelta las flores
del cerezo




las voces
de los astros
se resuelven
en este instante




secretas
yacen en la noche
las voces
como el perfume
de las flores





Dalind

Sombras subversivas de los impávidos años; 
las miradas mustias y errabundas 
hoy recorren la biblioteca
se abre el tiempo

las miradas miran las manos pérdidas 
que no buscan nada 
y sólo encuentran cuerpos abstraídos, 
magnolias arrancadas de la boca de los astros, 
súbitos espectros amarillos; se queman en la oscuridad

silencio de los días que se echa a dormir en las avenidas; 
todos lo pisan y nadie lo ve

inmemoriales posesiones exhibidas en los ojos de los muertos, inmemoriales colores que se arrancan uno a uno, 
ojos penetrados por la Ilusión de un mediodía, 
alaridos del agua y sus espectros;
premura del olvido, 
las tabernarias sombras caben en una delgada 
hoja de polvo y cenizas

dura fuente del pensamiento, 
franca caricia 
franca luz que en tu frente recuesta su calma

las manos se tienden como frescas hojas ya vencidas; 
palpan palabras secas acumuladas en la distancia,
los últimos días de cada mes caen y mueren de pie, 
los relojes dejan de funcionar, no dan la hora exacta, 
envejecen más rápido

las noches largas se vuelven, 
la oscuridad no alcanza; 
apenas cubre un par de kilómetros, 
y allá en un páramo
hay gente hablando y caminando de un lado a otro; 
oyen el diálogo que sostienen los colores 
de un árbol taciturno

los hogares ennegrecidos e insomnes 
hallan en su memoria cuerpos deshabitados, i
nstantes habitables 
y en lo alto hay miradas 
atentas a lo que emiten
los pájaros

las ventanas de los rascacielos 
juegan con su transparencia; 
confluencia de las miradas lejanas como los astros, 
pasos que se extienden hasta el día siguiente 
con su misma necesidad, 
presencia derramada en la frente de los hombres

las rocas veraniegas escarban en las sienes 
de los hombres obscenos y de las mujeres desairadas; 
absorción de nombres y remiendos. 
Impúdicas lenguas
errabundas palabras
viejos maderos labrados 
olvidados en las azoteas; 
sombras bermejas, oxidación de las esquilas, 
recodo de la revuelta

rilar de la tierra con sus muertos y sus raíces, 
cuerpos fatuos revolotean cerca del follaje, 
largas lenguas abigarradas 
penetran la mirada del oyente,
abren las manos trémulas del camino; 
horas cenicientas, instante y palabra, 
...ser la bruma... 
origen del fin, invención del comienzo, 
transfiguración de los desastrados rostros, 
sombras subversivas de los impávidos años, 
de las miradas mustias y errabundas 
emergen tres noches marchitas...









-


No hay comentarios:

Publicar un comentario