Dorothy Livesay, (1909-1996)
Ensayista y poetisa canadiense en lengua inglesa, nacida en Winnipeg en 1909.
Se trasladó con su familia a Toronto en 1920. Estudió en el colegio privado para señoritas Glen Mawr, en la Universidad de Toronto y en la Sorbona de París. De 1960 a 1963 enseñó inglés para la Unesco en Zambia. Trabajó como profesora de lengua inglesa en algunas universidades canadienses. En 1975 fundó una importante revista sobre poesía titulada CV/II. Le otorgaron dos premios del Governor General por Day and night (1944) y Poems for people (1947).
A la edad de dieciocho años, publicó su primera colección de poemas bajo el título de Green pitcher (1928); le siguen Signpost (1932), Selected poems (1956), The unquiet bed (1967), Plainsongs (1969), Collected poems: the two seasons (1972), Ice age (1975) y The woman I am (1977). Además, editó una antología con el título de Forty women poets of Canada (1972) y publicó una colección de ensayos, poemas y cartas bajo el título Right hand left hand (1977).
(versiones en castellano: Hugo Zonáglez)
The woman I am (1977)
Editorial: Press Porcepic, Ontario, Canada.
La cama inquieta
La mujer que soy
no es lo que ves
No soy sólo huesos
y porcelana
la mujer que soy
conoció el amor y el odio
odiando las cadenas
que los padres crean
deseando que el amor
pueda liberar a los hombres
aunque los aprisionan
a la lealtad
la mujer que soy
no es lo que ves
movete amor hacé
espacio para mí
Eva
A un costado de la autopista
en la puerta del motel
hay raíces
los últimos sobrevivientes de una vieja
huerta
milagrosamente aún
soportando
Un ruido sordo otra manzana cae
me detengo y Oh
ese perfume, retorcido, jugoso
soleado,
esa pulpa leñosa
para los dientes y la lengua
al morder y recorrerla
ese chorro de jugos
¡dulce tierra!
En cincuenta segundos, cincuenta veranos pasan
y me sacuden -
¡estoy viva! puedo estar
de pie aún
atesorando esta manzana en mi mano.
La diferencia
Tu manera de amar es demasiada lenta para mí
Para vos, pienso, debés conocer un árbol de memoria
A través de las cuatro estaciones, advertir cada hoja
Con mirada microscópica antes de que caiga -
Y después de observar seriamente el cambio
De otoño a invierno y el despertar
Otra vez lento, el ascenso de la savia
Después solamente gritarás: "¡Amo este árbol!"
Como si la belleza misma pudiera ser
Más hermosa o estropeada por cualquier humor
Del viento, o por el capricho del sol; como si
Toda la belleza no surgiera con la semilla -
Con tales maneras lentas no encontrás tiempo para amar
Una llama apagándose, la brevedad de una flor.
Tiempo
Lo que pensaban de vos es como un guante,
Que había escondido en un cajón;
Pero cuando lo saco otra vez,
Se adapta; tan parecido a años anteriores.
El contacto
I
Acariciame
refugiame ya
del temblor
del alba
"la hora más fría"
perforame otra vez
suavemente
así el pene me
completa
reposa en la abertura
vibra
y su pulso constante
ahí
es mi segundo corazón
latiendo
II
La luz pellizca la oscuridad
una escarcha
se quiebra en ondas
sobre un suelo oscuro
como la luz tus besos se asoman
tocando mis pezones
bajo el abrigo
III
Cada vez que venís
a acariciar-
me
nazco de nuevo
sorda muda
cada vez
arremolino
parte de algún misterio
no lo invento o merezco
se apodera de mí
cada vez
me ahogo
en tu identidad
no soy yo
sino la raíz
la coraza
el fuego
cada vez acabás
desgarro el espacio del vientre
doy a luz
y sin embargo sola
profunda en la tierra
oscura
soy la única luchando
el elemento renace.
Después del dolor
La muerte nos reduce a la mitad:
Cada pérdida
Divide
Nuestra estrechez
Y somos reducidos.
Además:
cada pérdida es una repetición
de aplausos
soñándonos;
la misma escena una vez más
deseándonos más grandes de lo que
fuimos:
no enanos medievales
pero sí reyes y reinas.
y aún así, algunos dicen
que la muerte asciende
reúne los miembros fuertes del alma
por encima de la marea común
para echar un vistazo
(sobre el muro de los gemidos del mundo)
de un campo exultante.
Viuda
Ya no cualquier hombre me necesita
tampoco es la noche oscura del amor
acoplada
Pero el cuerpo es implacable, sabe
lo que necesita
debe satisfacerse a sí mismo sin la semilla
debe estremecerse en los sueños, volar subiendo escaleras
retroceder.
En la caja abierta en el ático
la cabeza tirada, a un costado.
Esta cabeza de este cuerpo está cortada.
Paternidad
Mi hijo es como una piedra
en el desierto
lo levanto y lo froto en la mejilla
no hay reacción
o movimiento...
sólo un sonido hueco
pero lo sostengo en la mano
un poquito
se abriga, se curva
suavemente en la palma:
incluso una piedra tiene un pulso
en un lugar caluroso.
Lluvia verde
Recuerdo velos largos de lluvia verde
Emplumados como el chal de mi abuela-
Verdes de la mitad verde de los árboles de primavera
Ondeando en el valle.
Recuerdo el camino
Como el que llega a la casa de mi abuela,
Una casa cálida, con alfombras verdes,
Geranios, un canario silbando
Y sillas de pelo de caballo brillantes;
Y el silencio, lleno de lluvia cayendo
Era como la sala de mi abuela
Viva con ella y su voz, subiendo y bajando-
La lluvia y el viento entremezclados.
Recuerdo ese día
yo sólo pensaba en mi amor
Y la casa de mi amor.
Pero ahora recuerdo el día
Como recuerdo a mi abuela.
Recuerdo la lluvia como la franja de plumas de su chal.
Camarada
Era la primera vez, y una flor no pudo
Haber sido más abiertamente suave, desplegada.
Tus manos eran firmes sobre mí: sin temor
Me quedé detenida en un placer inmóvil -
Hasta que de pronto la fuente en mí despertó.
Mi querido, los años desde entonces, nos hicieron crecer rápidamente
Cada uno de forma diferente, esforzándose por sí mismo.
Te veo ahora como un hombre gris sin sueños.
Sin una vida, o un abrigo;
Pero sellado ahora en la pelea, somos más cercanos
Que si nuestros cuerpos aún se sellaran enamorados.
Para el año nuevo
El canto de los pájaros
estampado en la garganta
Los biólogos dicen
que es inevitable
como ese pico ese ojo
esa ala roja
no se aprende
nace con el pájaro.
Quizás después hay otra
dimensión detrás de nuestro aprendizaje
patrones de palabras...
quizás una canción infinita
titubea en nuestras gargantas
¿aún no la escuchamos?
Clímax
Mi corazón se estira en los cables,
Tirante, tirante
Incluso el viento más débil, aún el más ligero,
No puede determinar que está temblando -
Y una simple palabra tuya,
Aún la más suave,
Puede quebrarlo.
Matemáticas
Quiero jugar el gran juego, querido
pero sólo vos podés jugarlo a la perfección:
Demasiada charla... sin cama. Alguna charla... alguna cama
sin charla... todo cama; y charlan mañana.
Quería jugar el gran juego, querido
Y abrazar tus huesos profundamente hasta el fondo
Quería jugar el gran juego, querido
pero el corazón para ello no está.
Interrogatorio
Si vengo sin invitación
¿Te importaría?
¿Estarías ahí
Listo?
Si vengo sin invitación
¿Serías amable,
Tu mirada fija y
Justa?
Mi balada
I
Descabellada
nací torpe
los pies estallando primero
después patas arriba
cayendo escaleras abajo;
el temor de
la alegría de
caer.
Dedos de manteca
el padre la llamó
lanzando la pelota
que atrapo como puedo
No pude.
¿Fue culpa de los ojos
ver la red de tenis
en dos lugares?
¿la pelota volando, cayendo
el espacio y tiempo en conjunto?
Lo que ocurrió fue:
el mundo, riéndose
me arrojó
me dejó sacada
pisando el aire
para atraparla.
II
Todos esperan la culpa
incluso yo -
el dolor era esto:
no sentir nada.
¿Culpa? ¿por el abortista
que agregó una línea más
a su perspectiva plana
una nube de polvo más
para su cara de sueño?
¿Por el sólo progenitor
del chico?
¿Él hará otro.
Por la chica misma
la bailarina frustrada?
No, no por ella
sin lágrimas.
Sostuve la luna en mi vientre
durante nueve meses
entonces ella estalló
una protesta de poemas.
III
¿Y qué fantasías tenés?
preguntó el psiquiatra
cuando yo estaba huyendo de mi marido.
¿Fantasías? ¿fantasías?
¿Por qué sin duda (podría haberlo dicho)
todo esto de vivir
es sólo eso
todos los días deslumbrada
las monedas de oro cayendo
a través de los dedos.
Así que vacié mi bolso para el doctor
¡Vea! nada en él
excepto deseos.
Él me envió de vuelta a casa
a lavar platos.
IV
Volviendo ahora
a las Arboledas de la infancia
voy de incógnita
en sandalias, pantalón de vestir
un viejo suéter
y mi pelo
teñido
Voy desordenada
mis fantasías
giran en mis brazos
rizan mi pelo
Voy cautelosa
temiendo asustar
a la gente
Nadie se acuerda de Dorothy
que estuvo alguna vez acá.
The unquiet bed
The woman I am
is not what you see
I'm not just bones
and crockery
the woman I am
knew love and hate
hating the chains
that parents make
longing that love
might set men free
yet hold them fast
in loyalty
the woman I am
is not what you see
move over love
make room for me
Eve
Beside the highway
at the motel door
its roots
the last survivor of a pioneer
orchard
miraculously still
bearing
A thud another apple falls
I stop and O
that scent, gnarled, ciderish
with sun it
that woody pulp
for teeth and tongue
to bite and curl around
that spurting juice
earth-sweet!
In fifty seconds, fifty summers sweep
and shake me-
I an alive! can stand
up still
hoarding this apple in my hand.
The difference
Your way of loving is too slow for me
For you, I think, must know a tree by heart
Four seasons through, and note each single leaf
With microscopic glance before it falls --
And after watching soberly the turn
Of autumn into winter and the slow
Awakening again, the rise of sap
Then only will you cry: "I love this tree!"
As if the beauty of the thing could be
Made lovelier or marred by any mood
Of wind, or by the sun's caprice; as if
All beauty had not sprung up with the seed --
With such slow ways you find no time to love
A falling flame, a flower's brevity.
Time
The thought of you is like a glove,
That I had hidden in a drawer;
But when I take it out again,
It fits; as close as years before.
The touching
I
Caress me
shelter me now
from the shiver
of dawn
"the coldest hour"
pierce me again
gently
so the penis completing
me
rests in the opening
throbs
and its steady pulse
down there
is my second heart
beating
II
Light nips the darkness
a white frost
breaking in ripples
on a dark ground
like light your kisses hover
touching my nipples
under the cover
III
Each time you come
to touch caress
me
I'm born again
deaf dumb
each time
I whirl
part of some mystery
I did not make or earn
that seizes me
each time
I drown
in your identity
I am not I
but root
shell
fire
each time you come
I tear through the womb's room
give birth
and yet alone
deep in the dark
earth
I am the one wrestling
the element re-born.
After grief
Death halves us:
Every loss
Divides
Our narrowness
And we are less.
But more:
each losing’s an encore
of clapping hands
dreaming us on;
the same scene played once more
willing us grander than
we were:
no dwarf menines
but kings and queens.
and still, some say
death raises up
gathers the soul strong-limbed
above the common tide
to catch a glimpse
(over world’s wailing wall)
of an exultant countryside.
Widow
No longer any man needs me
nor is the dark night of love
coupled
But the body is relentless, knows
its need
must satisfy itself without the seed
must shake in dreams, fly up the stairs
backwards.
In the open box in the attic
a head lies, set sideways.
This head from this body is severed.
Parenthood
My child is like a stone
in wilderness
pick it up and rub it on the cheek
there's no response
or toss it down...
only a hollow sound
but hold it in the hand
a little time
it warms, it curves
softly into the palm:
even a stone takes on a pulse
in a warm hold.
Green rain
I remember long veils of green rain
Feathered like the shawl of my grandmother-
Green from the half-green of the spring trees
Waving in the valley.
I remember the road
Like the one which leads to my grandmother’s house,
A warm house, with green carpets,
Geraniums, a trilling canary
And shining horse-hair chairs;
And the silence, full of the rain’s falling
Was like my grandmother’s parlour
Alive with herself and her voice, rising and falling-
Rain and wind intermingled.
I remember on that day
I was thinking only of my love
And of my love’s house.
But now I remember the day
As I remember my grandmother.
I remember the rain as the feathery fringe of her shawl.
Comrade
It was the first time; and a flower could not
Have been more softly opened, folded out.
Your hands were firm upon me: without fear
I lay arrested in a still delight -
Till suddenly the fountain in me woke.
My dear, it's years between; we've grown up fast
Each differently, each striving by itself.
I see you now a grey man without dreams.
Without a living, or an overcoat;
But sealed in struggle now, we are more close
Than if our bodies still were sealed in love.
For the new year
Stamped in the throat
bird song
biologists say
is inevitable
as that beak that eye
that red wing
is not learned
is born with the bird.
Perhaps then there’s another
dimension behind our learned
word patterns...
perhaps an infinite song
sways in our throats
yet to be heard?
Climax
My heart is stretched on wires,
Tight, tight
Even the smallest wind, however light,
Can't set it quivering -
And simply a word of yours,
However slight,
Could make it snap.
Mathematics
I want to play the great game, darling
but only you can play it to perfection:
Much talk... no bed. Some talk... some bed
no talk... all bed; and talk tomorrow.
I meant to play the great game, darling
and hold your bones deep to the root of one
I meant to play the great game, darling
but the heart for it is gone.
Interrogation
If I come unasked
Will you mind?
Will you be there
Ready?
If I come unasked
Will you be kind,
Your look fair
Steady?
Ballad of me
I
Misbegotten
born clumsy
bursting feet first
then topsy turvy
falling downstairs;
the fear of
joy of
falling.
Butterfingers
father called it
throwing the ball
which catch as catch can
I couldn’t.
Was it the eyes’ fault
seeing the tennis net
in two places?
the ball flying, falling
space-time team-up?
What happened was:
the world, chuckling sideways
tossed me off
left me wildly
treading air
to catch up.
II
Everyone expected guilt
even I —
the pain was this:
to feel nothing.
Guilt? for the abortionist
who added one more line
to his flat perspective
one more cloud of dust
to his bleary eye?
For the child’s
‘onlie begetter?
He’ll make another.
For the child herself
the abortive dancer?
No, not for her
no tears.
I held the moon in my belly
nine month’s duration
then she burst forth
an outcry of poems.
III
And what fantasies do you have?
asked the psychiatrist
when I was running away from my husband.
Fantasies? fantasies?
Why surely (I might have told him)
all this living
is just that
every day dazzled
gold coins falling
through fingers.
So I emptied my purse for the doctor
See! nothing in it
but wishes.
He sent me back home
to wash dishes.
IV
Returning further now
to childhood’s Woodlot
I go incognito
in sandals, slacks
old sweater
and my dyed
hair
I go disarrayed
my fantasies
twist in my arms
ruffle my hair
I go wary
fearing to scare
the crow
No one remembers Dorothy
was ever here.
[http://huellasenlacienaga.blogspot.com.es/]
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