lunes, 12 de septiembre de 2011

4674.- ABDELKARIM TABBAL



Abdelkarim Tabbal, nació en Chauen, MARRUECOS, en 1931. Estudió en la Universidad de Al Qarawiyin, en Fez, y luego en el Instituto Superior en Tetuán; es licenciado en estudios islámicos. Una de las voces más destacadas de la poesía marroquí modernista, uno de los fundadores del festival de la poesía marroquí de Chauen,es miembro de la unión de los escritores marroquíes y de la Casa de la Poesía en Marruecos.
De su obra poética vanguardista y mística destacan :
• El camino hacia el hombre, 1969.
• Las cosas rotas, 1974.
• El jardín, 1988.
• Transeúnte, 1993.
• Atardecer, 1994.
• Atrapar el agua, 1996.
• Acuarelas, 1997.
• Después del alboroto, 1998.
• Sobre el umbral del mar, 2000.
Su obra poética ha sido reunida y publicada en dos volúmenes por el Ministerio de la Cultura Marroquí.



Poemas de Abdelkrim Tabbal

Traducción: Khalid Raissouni


¡ Oh, mar !

¡Oh, mar!
No digas marejada o chapoteo
Porque la blancura
Sobre la boca de una perla
Dirá lo que tú no dices.
¡Oh, mar!
Sobre el sepulcro del sol que muere!

No llores cuando la tarde llegue
Porque las nubes ya lloraron
Cuando el sol aún era puro espectro.
¡Oh, mar!
No presumas del cielo
Que en tus manos está
Porque las montañas ya tienen
En sus manos los troncos
Y no las sombras.
¡Oh, mar!
No te asombres
Si ves a alguien dispersar
Por los barrancos del viento
La arena que te hice para coronar
Tu cabeza real
Porque las estrellas,
Que no iluminan sus propios dedos,
Son falsas perlas.

¡Oh, mar!
Agítate si quieres o cálmate
Porque los buitres seguirán adormecidos
Como hormigas
Sobre tu cadáver

¡Oh, mar!
Tus olas gitanas me enseñaron
El canto de los tiburones
Y el baile de los delfines.
Mas mi memoria se hundió
En el lamento de las gaviotas
Del rio y de las margaritas.
¡Oh, mar!
Eres solo una lágrima
Sobre la cara de un ciervo fugitivo
Que pregunta a los transeúntes
Por la hierba,
Por cualquier manantial,
Para beber en su taberna
Una copa o más;
Un ciervo fugitivo
Que pregunta por cualquier sombra
Donde acariciar sus patas
Y dormirse.

¡Oh, mar!
Dame tu mano derecha
Para que transitemos
El redondo planeta
Hacia cualquier mar
Y no demos la vuelta algún día
Hacia la forma de una manzana,
O de un riachuelo.







Patera de la muerte

Cerca de mí saltan
sombras o voces,
se convulsionan
y se rinden,
deliran : ¡ Eh, tú,
el que está en el acantilado!
Tiéndenos una mano,
una invisible cuerda
o al menos un talismán.
¡Eh, tú,
el que dibuja en el agua!
Tráenos una silla de montar un hipogrifo,
un viento
o al menos una alfombra.
¡Eh, tú, Nombre mío!
Pronto, quizá flotemos
descuartizados, espumas
o restos de árabes extinguidos.

Quizá nos hundamos
en una profundidad, en una cárcel
o en unas manos con garras.
¡Eh, tú,apoyo mío!
Si no nos escuchas ...
¡Eh, tú, quien y hacia quien nos escapamos!
¡Eh, tú, el único al que vemos!
Tráenos una mortaja,
una elegía
o al menos un suspiro.

¡Eh, tú,
Patria mía!
Tu hijo Tarik
no conquistó ni tierra
ni mar.
Abre tu corazón
y háblate a ti mismo del amor.









Faro

Un faro
toda la noche se quedaba
alucinado por los nombres más bellos
se lamentaba
a las estrellas amigas.
La noche se acaba.
Ninguno de los nombres vuelve
y de tanta tristeza en el mar se disuelve :
pura imaginación de una patera
que busca en la genealogía de las olas.





Escopetas

Escopetas encendidas
en el cuerpo del rayo
se alimentan de sus miembros
y los vomitan ceniza
que dispersa el viento
en el desierto del olvido :
pura imaginación de una ola
que escribe su nombre sobre las arenas.








Vallas

Vallas negras
abren un tragaluz
para las rosas,
para que se vayan donde quieran,
hacia el reflejo de las sombras,
hacia las alas de los ruiseñores,
hacia la maceta de una canción:
pura imaginación de una araña
que construye una barca de es puma






Escaleras

Unas escaleras
me alzan
hacia el límite de la luz,
hacia las espigas del firmamento,
hacia las cuevas de las estrellas lejanas
y permanecen en su sitio
para que vuelva :
pura imaginación de un saltamontes
que soñaba ser una allodial






El árbol

Sobre su sangre pasaron alondras
y desaparecieron lejos,
pero sus azucenadas estelas
se quedaron aquí
respirando en su pecho ...
El aleteo,
sobre la tela de una ramita.
Los picos,
en las huellas invisibles
debajo del rocío.
Las sombras,
sobre el sonido de sus hojas se balancean.
El eco,
ondea debajo del ladrido.
Todos sus secretos
en los brotes.
¿ Cómo entonces pasaron las alondras
sobre su sangre
y desaparecieron lejos ?



http://usuarios.multimania.es/kasbah01/13_kasbah/13_poesia_marroqui.htm





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